Eva se pasa media vida metida en el chat. Concretamente en el canal de Chueca. Le resulta fascinante, entretenido y una fuente de relaciones sociales casi sin límites. Tanto sirve para hacer amistades y charlar con las viejas amigas, como para el desahogo sexual. Porque Eva liga por medio del chat, y liga mucho. Su Nick es “PideUnDeseo”, nombre que a su juicio “da mucho de sí”.
Aunque presume de ser muy selectiva, a veces se deja llevar por la curiosidad y entabla conversación con personajes de cierto renombre en el canal. Es el caso del Nick “Shane” que, tal como su famoso y homónimo referente televisivo, resulta toda una bomba con el ligoteo y los sexuales devaneos (aunque sean virtuales).
A la par, también se charla con gente que, al menos en apariencia, está más centrada y ofrece otro tipo de relación. Es el caso de Tatiana (Nick y nombre real), Tiana en diminutivo, por la que pronto Eva comienza a sentir bastante interés. No parece el tipo de chica hambrienta de flirteos que parece poblar mayoritariamente el canal. Con ella se pueden mantener conversaciones más normales y a Eva le entran ganas de conocerla.
No obstante, aunque resulte paradójico, piensa que debe preservar de alguna forma su intimidad precisamente con Tiana: le da un nombre falso (dice llamarse Valen, en vez de Eva) e insiste en posponer una posible cita presencial. Justo con quien más interés le despierta, más tímida e insegura se muestra.
Pero como no sólo de chats vive la mujer, Eva cuenta también con su rollito en el mundo real. Se trata de Sofía, una becaria de la misma empresa en que trabaja. La becaria no conoce el significado de la palabra “contención”, ni la de “discreción”, ni tampoco parece saber mucho de compromisos o cualquier otra cosa que recuerde a una relación estable. Lo suyo es atacar a Eva (para felicidad y regocijo de la interesada) en cualquier momento, llevársela al almacén o cualquier otro lugar más o menos apropiado, y meterle mano con alevosía.
Eva, como ya decíamos, está encantada con la situación y se presta con frecuencia a los constantes desahogos que Sofía le ofrece. Pero, por otra parte, sigue igualmente obsesionada con Tiana y termina por decidir que tiene que conocerla. Ahora bien, también está el asunto de Shane. Porque los placeres virtuales que Shane le proporciona (aunque más bien se los proporciona ella misma, bajo la inducción a distancia de la célebre seductora) resultan bastante satisfactorios y no está demasiado dispuesta a privarse de los mismos.
En tal estado de cosas, Eva debería tomar decisiones. Pero no es fácil renunciar a nada, y más si no está claro que sea necesario renunciar a nada porque cree que puede tenerlo todo (sexo loco con Sofía, sexo virtual también loco con Shane y una posible relación seria o semi-seria con Tiana). Y es verdad que todo podría ser más o menos compatible.
Salvo, claro está, que alguna de las implicadas llegue alguna vez a enterarse de la existencia de las demás.
“PideUnDeseo” resulta un libro ligero, de fácil lectura. Como habréis podido imaginar, el sexo es abundante y prácticamente te lo encuentras detrás de cada esquina. Así que la etiqueta de “erótica” que aparece junto al título, está totalmente ajustada. Como también lo está la mención de “romántica”. En efecto, se trata de una novela romántica que cuenta con todos los ingredientes propios del género.
Por todo ello, si os apetece una historia con amor y ligoteo, erotismo, algún que otro equívoco y poco o ningún drama, “PideUnDeseo” satisfará vuestras expectativas. Que la disfrutéis, si os apetece.