Voy a terapia porque llego un momento que me sentí incapaz de seguir con mi vida, con una “no relación” que tan solo me consumía…

Mi vida no me gustaba, ni estaba cómoda, pero me refugiaba en esa comodidad que a veces era un abrazo y otras ¡un puto arañazo!

Ese rollo de ir a terapia, como lo llamaba yo, siempre me había sonado a cuento chino, a perder el tiempo y el dinero…

Me lo habían recomendado un  montón de veces y alguna mas: «ve te ayudara», «lo necesitas», «todo te ira mejor», » te veras más guapa», «estarás mejor», «te sentirás bien»… Y por más que esos consejos sonaban alrededor de mi, yo no los escuchaba, les hacia oídos sordos, siempre contestaba: «estoy bien», «necesito tiempo», «se me pasara», «es solo temporal», «son las demás», «escribir es mi mejor terapia»… era algo que veía totalmente innecesario… pero ante los últimos acontecimientos de mi vida, pensé que quizás no era tan mala idea… 

Y decidí pedir ayuda, para aprender a gestionar mejor las emociones, sobre todo las decepciones, esas que si me descuidaba me llevaban al peor de los abismos y me envolvía en un bucle del que no encontraba la salida, algunos días!

Me perdía, sacaba mi peor versión, esa versión que no me gustaba nada de mi misma…

Y encontré a un ángel salvador, a una balsa salvavidas, a una terapeuta que me encanta, es súper empática conmigo, me ayuda y me escucha…

Ella nunca me dice como me tengo que comportar, ni que tengo que hacer, ni como actuar, pero a través de las sesiones, poco a poco ha empezado a nacer un nuevo amor en mi vida, el amor por mi misma…

Mi amor propio, en el cole nos enseñan mates, lengua, inglés y un montón de tonterías que te ayudan en la vida… pero a tener amor propio, quererse a una misma de eso no hay una asignatura… en tutoría te decían, escribe tres cualidades y tres defectos sobre ti y para mi en esos tiempos ya ganaban por goleada los defectos a las cualidades… y más si siempre te han dicho las personas que se supone que te tienen que querer, animar, cuidar, mimar… que nunca ibas a llegar a nada en la vida, eres lo peor, eres mala, estás castigada, no te mereces ni un mísero regalo en esta vida!

No se ni como, ni cuando, ni porque, pero perdone a todo mi pasado, su frase estrella, “tú eres genial, ellos se te pierden”…

Y entonces todo cambio, yo cambie, mis comportamientos cambiaron, pase de hablarme super mal a cada hora, minuto, segundo de mi triste existencia a quererme más, a valorarme y sobre todo a dejar de insultarme…

Ahora soy más yo que nunca y las decepciones/desilusiones siguen volando en mi vida, pero ahora soy yo la que las tiene controladas, no ellas a mi.

Si algunos días me despisto, no me lo tomo tan mal como antes, analizo mis comportamientos con su ayuda e intento aprender para la próxima vez, hacerlo mejor… esto es algo a largo plazo que no se soluciona en un día…

Esto es como cuando te duele una pierna y vas al médico, pues cuando ves que algo no funciona, tú misma estás mal, buscar ayuda es de valientes, no pierdas más tiempo, ¡búscala ya!

¡Tienes muy poco que perder y muchiiiisimo que ganar!