No te puedo mirar con la mirada más transparente de realidad… mientras te miro siento que no te dejaría de mirar nunca… que detendría el espacio temporal de una mirada en tan solo un instante… congelaría nuestro escaso tiempo juntas y me lo guardaría para siempre entre el bolsillo de la ilusión y la desilusión…

Y así es como estoy, con la ilusión a mil y la desilusión explotando ante mi… se que él está por delante de mi, cualquier persona podrá llegar a tu corazón antes que yo!

Pero yo no quiero escuchar a tus palabras, ni a sus palabras, ni a nada que me apague esta gran ilusión que siento por ti… este deseo, estas ganas, esa irrealidad que explota ante mi!

Hoy te he mirado a los ojos y de frente, con los sentimientos latiendo en mi interior… y con la realidad disparándome una bala triste en todo el corazón!

Te he hablado con calma, con esa calma que me produce tenerte tan cerca que si me atreviera te podría acariciar, la misma que desaparece si pienso que te alejas y mi vida se puede quedar huérfana sin tus miradas, ni palabras… y me desequilibro tanto, que acabo haciéndome  mas daño a mi que a ti…

Mirarte es sinónimo de quererte… y tú mientras te descalzas y te sientas en mi cama, cada día vas ganando más y más confianza, me miras con cariño, con ternura, mientras yo te digo que no te conozco, me pides disculpas, me pones carita de niña buena y haces que se me pase todo… consigues que uno a uno todos los enfados se desvanezcan frente a tus ojos…

Se que la realidad de tu vida es dura, es compleja, difícil, complicada, es tan solo un espejismo de la felicidad elevada a mil…

Tú te cargas con todo, te ocupas de todo, te preocupas por todas y hoy al mirar tus ojos de cerca te he hecho una pregunta muda, ¿Y quien se preocupa por ti

La respuesta adecuada no siempre es la correcta, yo me muero de ganas de ser esa que te cuide, te mime, se preocupe, pero tú no me dejas ni acercarme un centímetro más de la cuenta, no vaya a ser que me derrita… y me regales algún tipo de ilusión.

Te mire como quien mira a un caramelo que te quieres comer, te mire sin miedo, directamente a los ojos y sin el disfraz de la amistad frente a mi, te dije la mitad de lo que te quería decir, me imagine que te agarraba las manos, que jugaba con mis dedos acariciando tu piel, mientras la realidad y nuestro tiempo poco a poco se acababa, los minutos desaparecieron y te fuiste con una promesa entre los labios, hablaremos, se me pasara, dame tiempo…