Un punto, te he enviado un mensaje con un punto, un punto absurdo, ridículo, perdido con cero de sentido y mil de te echo de menos, camuflados y muditos, como mi enanito favorito…

Un: «Ey que estoy aquí, a pesar de que me lo has hecho pasar fatal, esta imbécil te sigue queriendo tener cerca… y si me dejas volvernos a encontrar, todo habrá cambiado y nada será igual…»

Y tú lejos de alejarte de mi vida para siempre, tal y como me lo has pedido, como lo demuestran tus comportamientos, como lo quieren tus deseos, como lo gritan tus feas palabras…

Una vez más, me sorprendes… me lo contestas con otro punto y me vuelves loca, mil preguntas vuelan en mi mente…

¿Por que? ¿Para que? ¿Esto es real? (voz Gini 😉 ) ¿Tiene sentido? Me volverá a doler un triste punto perdido en un chat de google, un chat de hace tiempo, ese lugar cargado de mil palabras bonitas de mi para ti, como siempre y para variar…

Pero hay una que está por encima de todas y mi cabeza no la logra comprender, ni descifrar, cortocircuitan todas mis neuronas, una detrás de otra ¿y eso que quiere decir?

Soy un punto, soy una realidad que quieres silenciar… soy alguien en tu vida, no soy nadie… soy esa persona que has querido silenciar, alejar… incluso eliminar de tu vida, de tu día a día, de tu realidad…

No has podido, no has querido o tan solo todavía te quedan unas gotitas de humanidad… y no eres tan mala, tan cruel, tan rencorosa como te empeñas en aparentar…

Soy un punto y seguido o un punto y final o quizás unos de esos puntos suspensivos que tanto los odio en la vida real y tanto me gusta escribir en la irrealidad..

Un punto cargado de ilusión, de deseo, de querer combinarlo con mil palabras y no dejar de hablar jamás!

Me intento meter en tu cabeza, en tu posición, entender porque me has contestado, quieres que te hable, quieres que no…

Soy un triste punto y nada más.

¿O soy algo más?

Y me temo que ese misterio nunca lo lograré descifrar… hasta que un día yo sea capaz de escribir el punto y final