De veranos y fotos perdidas que nunca llegarán…
Hablar de ella en pasado es lo mejor que me puede haber pasado. Es pasado, fue pasado y será pasado y como tal morirá entre millones de letras absurdas escritas para alejarla y dos mil promesas incumplidas que nunca se cumplirán. La de ir juntas a la playa es la que me duele más.
Esa promesa incumplida que nunca se cumplirá. Esa oportunidad que nunca se volverá a presentar. Ese deseo perdido y no vivido que nunca tuve el placer de disfrutar.
Un año era demasiado pronto y elegiste otra compañía y menos mal porque en aquellos tiempos nuestra atracción era tan intensa que se podía cortar.
La hubiéramos liado mogollón, la tentación era tan tan tan tan grande que hubiéramos estado todo el día persiguiéndonos con la mirada y disfrutándonos en silencio cada madrugada…
Otro tan solo me enviabas una foto y mi nombre escrito junto a la orilla del mar. Para que al recibir el mensaje se me quedará una cara de idiota de flipar.
En aquellos tiempos te importaba, te gustaba tontear conmigo, besarte, acostarte, provocarme por whats… éramos un juego muy peligroso al que te encantaba jugar.
Luego te perdiste en el inmenso mar de palabras desafortunadas ahogándote sin parar, mataste a esa ilusión, a esas ganas de sentirte viva, querida, deseada, amada que me apuesto que todavía quedan algunas cenizas en tu interior.
Fue tal el fuego, el calor, la excitación, el deseo que se podía leer a través de tu mirada que unas chispitas perdidas quedaran.
A pesar de haberlo tachado de malo, de inmoral, de que fue un por probar, una fase… a pesar de todas las excusas que te has puesto, creído y hasta inventado para ti misma.
Tu mirada siempre te traicionaba siendo la única que no te obedecía, a la única que no podías mandar y como tal está prohibida… así eres tú, lo que no puedes controlar, manipular, coaccionar, lo eliminas sin vuelta atrás.
Otros te ibas con tus novios pero siempre me llamabas, me buscabas y yo te contestaba lo mismo, ojalá ser yo ellos y estar allí contigo. Pero te lo decía tan tan tan bajito que se confundía con momentos incómodos de silencios mentirosos…
Y así han pasado uno a uno 4 veranos, con tu cumple en medio y mi vida bailando a tu compás, a ese esperar a tener noticias tuyas que el año pasado me llevo a desesperar.
Ir a la playa con vosotras ese anhelo que nunca podré alcanzar, ese sueño perdido cargado de realidad, que tengo que dejarlo morir y tirarlo a la orilla de ese mar Mediterráneo que yo seguiré visitando pero nunca jamás contigo ni tus peques a mi lado…
Esa escena no la viviré, ni seré la prota que no puedan parar de dibujarle corazoncitos en la cabeza extasiada de felicidad… no compartiré risas, confidencias y tontería absurdas en la toalla… ni te miraré por encima de las gafas, ni sentiré como tú piel se eriza mientras te pongo crema “inocentemente” en la espalda.
Ni escuchare tus quejas infinitas, porque así eres tú, una quejica inaguantable a la que yo quiero aguantar…
Este año o se te achicharran las neuronas o mi foto favorita del verano nunca llegará…