Hermanas, bienvenidas una vez más a la Monja Guerrera. Aquella serie que nos enseña que el luchar contra el Infierno, nunca fue una tarea tan interesante como la que lleva la orden de nuestras Monjas Guerreras.
Y es que, si en el último capítulo dejábamos a Mary marchándose de nuevo con las hermanas después de la lucha que tuvieron contra el Tarasca, la cual nos arrebató a la hermana Lilith (descanse en paz), mientras que Ava se quedaba en su momento de “¿y ahora qué?”; en este episodio vemos que este no es el único problema al que se deban de enfrentar las hermanas y Ava.
En el convento, la sede de La Orden de la Espada Cruciforme está siendo, como se dice en donde vivo; “puesta patas arriba”.
Con las hermanas celebrando una pequeña misa por la pérdida de la hermana Lilith, la hermana Camila nos representa pensando en que quizás, Lilith, al ser asesinada por un Tarasca, podría estar vagando, en el Infierno. Sin embargo, hay más cosas importantes en el momento de las que se deban preocupar y, como dice la hermana Beatrice, es de que Ava vuelva. Porque mientras que Beatrice duda de que vuelva, Mary tiene aun las esperanzas puestas en ella.
Aunque, como se dice, los problemas nunca vienen solo y, sumándose a la pérdida de Lilith, Ava que no aparece; Duretti mete un duro golpe contra la Orden y, en medio de la misa, se presenta con un nuevo séquito de monjas. O, como las llamo “Las Rechazadas” porque incluso la Madre Superiora las aborrece. Así que, en ese momento, en palabras de Beatrice “esperemos que Ava regrese más pronto que tarde”. Por lo que, la siguiente pregunta sería: ¿Dónde está Ava?
Ava acude a la última fuente que le queda: la doctora Jullian Salvius y creedme cuando os digo que el poder con el que regresa Ava a las instalaciones de aquel laboratorio que entró por el capítulo 2, es de amar. Ava ya sabe que es especial y haciendo uso del Halo, chica, Ava si que sabe demostrar el poder que tiene. Así que, tras una pequeña exhibición de poder, es hora de que la doctora y la portadora del Halo tengan una pequeña charla: Ava ayuda a la doctora y Salvius le dice qué exactamente ocurre con el Halo. Literalmente, Ava aun está decidiendo qué hacer en la vida. No podemos culparla, ¿quién iba a saber qué hacer cuando literalmente no llevas ni una semana de volver a la vida?
Con Ava trabajando por el momento con Salvius, en el convento las cosas siguen su curso. Ahora, con la demostración de las Rechazadas con las hermanas del convento. Aunque siendo más precisas, de la demostración de la hermana Crimson de fuerza bruta con la hermana Beatrice. Literalmente, Crimson da muestra de su fuerza bruta con la hermana Beatrice que perdiendo la batalla, solo puede retirarse de la demostración con la cabeza bien alta hacia la Madre Superiora. Que también tiene sus problemas con Duretti.
La charla que tienen estos dos, es del todo menos tranquilizadora. Sabemos que Duretti se trae algo entre manos. Exactamente, por ahora no se sabe. Sin embargo, la forma en la que alienta la Madre Superiora a ver a estas como un apoyo, desde que la Monja Guerrera está por ahora perdida… Este tío es el malo de la película. Sobre todo, cuando entrega un papel a la madre y le indica que es su “solución a los problemas” a los que se enfrentan.
Madre mía, esto se pone interesante.
Aunque interesante es finalmente saber qué es ese papel: se deshace la orden de las hermanas. Porque sí, Duretti manda lejos a Beatrice y al padre Vicente por insubordinación. (Como que nos creemos eso). Sin embargo, si hay una cosa que amamos de las hermanas es su rebeldía y en este momento, Beatrice la demuestra demostrando y diciendo las verdades que son: los echan porque Duretti quiere. Ella quiere quedarse y la devoción y amor que demuestra hacia la orden… Por Dios, que alguien abrace a Beatrice. Te queremos, cariño.
Sin embargo, la decisión está tomada y aunque Vicente y Beatrice se revelan hacia la injusticia hacia la Madre Superiora, el daño está hecho. Se tienen que marchar del convento y Beatrice se despide. ¿La escena entre ella y la hermana Camila? Bellisima. Demuestra que en este show, la Orden de las hermanas no solo es una hermandad, si no también una familia y para Camila, Beatrice es literalmente su hermana mayor. Ambas se despiden, tienen que seguir con las ordenes…
Las hermanas se rompen, pero ¿con Mary por ejemplo? Dios, esta chica está más enfadada que nunca y su momento con la Madre Superiora lo demuestra. Mary es otra que le echa en cara las ordenes de mandar a donde Dios perdió la sandalia a todos aquellos que no aceptan las órdenes de Duretti. Y en una escena que toca el corazón, Mary y la Madre Superiora hablan de aquello que las hace iguales y diferentes a la vez. Aunque no sin antes haciendo que Mary le descubra la careta a la madre: tiene miedo a hacer lo correcto, lo que realmente es correcto. Sin embargo, como descubrimos después, el deber y lo correcto, son dos cosas diferentes y la Madre lo sabe cuándo acude a ver al Papa, pero acude el mismísimo Duretti al encuentro ya que, sorpresa, el Papa, ha muerto. La Madre Superiora sabe que aquí pasa algo y ahora, algo peor viendo que Duretti se puede convertir en Papa.
Así que, marchándose Mary con dignidad, esta también nos regala “la ostia” que todas le daríamos a la hermana Crimson tras haber visto como la pobre hermana Beatrice caía ante ella.
En esta casa amamos un show en el que todos sus personajes evolucionan y este show, lo demuestra. Como en la escena de la lucha que Mary tiene con el padre Vicente y Beatrice.
Mary no se va a quedar de brazos cruzados: hay una habitación secreta en la habitación de Shannon y necesita entrar en ella. Es su plan, pero necesita ayuda a Vicente y Beatrice, que es un alma de paz y no quiere meterse en más problemas. “Se metió en la Iglesia para salvar su alma eterna” dice Beatrice. A lo que Mary le responde ¿”Eso es lo que te dices”?. Uy…. Eso me intriga.
Motivo que sea, Beatrice no está por la labor y menos, cuando Mary insinúa que Duretti podría matar a Ava incluso cuando volviera al convento. De todas formas, se ve que este es el malo de la película. Así que, Mary, que es literalmente la definición de alguien que no pierde la fe, insiste e insiste, pero Beatrice a decidido: se marcha dejándole como pista un pasadizo que hay en el convento y que se utilizaba para llevar cadáveres, para que ayude al menos en su plan suicida.
Mary la pierde… ¿Casi? Beatrice tiene conciencia y, aunque sabe que debe de hacer lo correcto… ¿se marcha realmente o no?
Mary, sin Beatrice por ahora, acude a quien le queda: el padre Vicente.
Este, al contrario que Beatrice, empieza a sospechar que Duretti puede ser incluso quien asesinó a Shannon. ¿La razón? Shannon descubrió que el Vaticano tenía un secreto entre manos y, cuando fue a ver al Padre Vicente, este la mandó con Duretti. Si el Cardenal y esta se vieron… en fin, Shannon pudo haber sido asesinada por Duretti.
Si es que esto está peor que una telenovela.
Volviendo con Ava mientras el caos alimenta el Convento, esta empieza a encontrar nueva información sobre el Halo. Salvius empieza a tener ideas de lo que es el Halo mientras que Ava, por fin confirma que lo que tiene en la espalda, es en efecto, fuera de este mundo. Una batería que alimenta a la persona. Una batería que Ava quiere transmitir, pero todos sabemos que no es tan fácil. Asique, hay que mirar, hacer pruebas. Cosa que Salvius aprovecha para su beneficio: abrir la puerta del reactor que construyó. Aquel reactor que los mandaría a un mundo donde el dolor no existiría.
Así que, sin que Ava lo sepa, esta la enchufa “como una pila” al reactor, haciendo que Ava tenga uno de los momentos más dolorosos y de los que hace que se marche cuando descubre los planes reales de la doctora. Así que, ¿qué mejor manera de evitar eso? Que Salvius cuente que realmente ocurre y por qué hace todo: su hijo.
El chico del laboratorio, el que Ava vio, es el milagro de la doctora. Esta, tras intentarlo, modificó genéticamente el ADN consiguiendo quedarse embarazada, pero ¿qué pasa cuando se juega a ser Dios? Que la cosa sale mal y el chico, Michael, desarrolla una enfermedad de la sangre que solo es curada con Divinium. Aunque esto no es suficiente y necesitan ese mundo, el mundo en el que el dolor no exista. Por eso Salvius quería tanto todo lo relacionado con el tema. Saber si el Halo era lo que finalmente, la llevaría a poder curar a su hijo para siempre.
Una madre guerrera en toda regla.
Es entonces que Ava se da cuenta de que a tanto, no puede llegar y que es hora de marcharse. Así que, teniendo una última charla con Kristian Schaefer, un socio de la doctora, un renegado de la Iglesia que la abandonó cuando vio que la Iglesia no es todopoderosa. La definición de aquellos que ven mas allá del poder de creer en la Iglesia, el poder de creen en uno mismo y el de creer en lo que sientas, no en lo que te ordenen.
¿Quién dijo que las series no podían hacerte pensar y recapacitar? La Monja Guerrera lo tiene todo.
Así que, con las Renegadas armándose, Beatrice y Vicente fuera y solo Mary luchando, Ava finalmente vuelve. Desde luego, no en el mejor de los momentos y esta lo nota. Monjas que no conoce, armas a más no poder, ¿qué está pasando allí? ¿La van a matar? ¿La vieron?
Por suerte, Mary la para antes de que las monjas nuevas la lleguen a ver. Ava pregunta qué pasa y tentando un poco a Mary con la fe puesta en ella, Ava tiene una de las escenas más chistosas y dulces con Mary. Ava está determinada a luchar, pero se nota que tiene mucho que entrenar. Por el momento, primero sabiendo si hay habitación secreta en la habitación de Shannon o no. Así que, pasando por el convento con ayuda del túnel secreto que Beatrice dijo, Ava y Mary llegan a la habitación donde descubren que, en efecto, hay una habitación secreta con el libro de Las Monjas Guerreras. Desde Areala, a Shannon y donde esta, escribe algo que merece su atención.
Aunque por ahora, la atención debía de ponerse fuera de la habitación porque Mary, esperando a Ava, es descubierta por la hermana Crimson que de empatía tiene poca, termina peleando con Mary y casi tumbándola.
Ava, por suerte, sale a tiempo de pararla. Aunque claro… de suerte nada porque sin saber pelear, un golpe de nunchakus y Ava cae. Crimson va a por ella cuando, bam, Sister Beatrice al recate. Así que, haciendo muestra de su conocimiento y técnica, finalmente Beatrice enseña lo badass que es. Ava es que se queda maravillada con ella. Así que, Beatrice, le enseña la lección a Crimson… que no va a aceptar la derrota. Toma la pistola, apunta a Beatrice y a punto estamos de perderla cuando Ava salta literalmente y con un “¡NOOO!” de película, la explosión del Halo salva a Beatrice, aunque Ava termina por el suelo también.
Beatrice, que también es arrasada como todas en esa habitación, pronto corre a Ava que está agotada por el Halo. Descubrimos que el Halo no es solo energía, si no lo que la mantiene curada a Ava, que empieza a temer haberse quedado paralítica. Aunque, que no tema que tiene Beatrice a su lado asique, tranquilizándola, Ava es tomada por Beatrice y Mary, que tienen su siguiente punto en el plan: salir de allí. Aunque eso no va a ser fácil. ¿Cuándo han sido las cosas fáciles en esta serie?
Agarradas a los hombros de Mary y Beatrice, las nuevas monjas están esperándolas con armas incluidas. ¿Y ahora qué? Ava se lanza y tomando la pistola, dejando claro que ella es la nueva Monja Guerrera…. Bueno, digamos que el discurso de superhéroe, aquí no funciona y la flecha que la atraviesa en el hombro, Mary dispuesta a luchar y una Camila disolviendo la disputa a base de ametralladora…
Definición de caos caótico, pero del bueno. De verdad, fácilmente una de mis escenas favoritas en todo el capítulo.
Así que, saliendo a duras penas del convento, con una Ava malherida, Vicente llega también y llevando a una Ava malherida con las hermanas, por fin están puestas a salvo. Sin embargo, lo primero es lo primero y, aunque el Halo cura a Ava, hay que parar la hemorragia primero del disparo de flecha que recibe de las monjas. En medio de la carretera, Beatrice se ocupa de ello, aunque en ese momento, lo que amaréis más es la cara con la que mira Ava a Beatrice. Si hasta en ese momento no creíais que el amor verdadero existía en esta serie, es que no veis la mirada que le hecha Ava a Bea en ese instante. De verdad, mi corazoncito se derrite al verla.
Pero con Beatrice y Ava, nuestras Avatrice, o no… hay más cosas que la actividad lésbica de estas dos: el mensaje de Shannon.
Al parecer, el secreto del Vaticano reside en sus entrañas, en algo enterrado en lo más profundo de este que consigue atraer a los demonios a la tierra. Y “él”, quiere utilizarlo para su beneficio.
Duretti está para liberar el Infierno en la Tierra y honestamente, ya quiero saber qué va a pasar en esta locura. ¿Cómo van a pararlo ahora que nuestras monjas guerreras han sido excomulgadas, literalmente de la orden? ¿Cuál será su acto de rebeldía? ¿Qué pasará con las hermanas que trajo Duretti, ¿seguirán entonces a Ava para acabar con ella?
Este show es de los que nos da cada vez más preguntas a la vez que nos la va respondiendo. Por ahora, solo cabe esperar a como las hermanas lucharan contra Duretti después de haber perdido a Lilith…
O no…
Porque si creéis que este show es de lo que matan así porque si… estáis muy equivocadas. Literalmente, como salida de una película de superhéroes, el capítulo nos muestra en su escena final a Lilith. Esta aparece de la misma forma que la Tarasca, en medio de una malformación en el ambiente… Lilith aparece de la nada…
Eso sí que no se vio venir…
Desde luego, que el siguiente capítulo va a estar más que interesante de ver.