Avatrice teniendo sus primeros momentos, la orden tomada por los malos, Lilith volviendo de entre los muertos. De verdad que La Monja Guerrera no deja a nadie indiferente, ni que tomemos un respiro para recuperarnos de todo lo que ocurre en un solo capítulo. Sin embargo, como buenos fans, aquí estamos de nevo.
Una vez más, bienvenidos a Warrior Nun. La única serie en la que si no eres creyente ni te interesa de por si la religión, esta hace que sí te interese.
Con nuestras monjas preferidas solo teniendo el libro de Shannon para seguir buscando pistas, descubrimos gracias a Beatrice y su entendimiento del Latín, más sobre Areala. Como esta reunió a mujeres para luchar y morir por Dios gracias a la ayuda de Adriel, el ángel que le dio su Halo y, que por ello, murió como mortal. Lo que llevó a que sus huesos fueran enterrados en una Necrópolis, donde ahora se alzaba el Vaticano.
Huesos que, al parecer, eran poderosos; por lo que se había convertido en lugar de peregrinaje para los creyentes. Aunque también, peregrinaje para los demonios, como Shannon descubrió ya que, al parecer, les atraía y que los traía al mundo. Los anclaba a este y la Iglesia se aprovechaba de ellos. La Iglesia se volvía fuerte y más fuerte…
Con permiso, la mejor crítica hacia la Iglesia que he visto nunca.
Así que, básicamente Duretti, convirtiéndose en Papa, podría mandar a la Monja Guerrera a recuperar los huesos del ángel para controlar los demonios. La Iglesia tendría más poder y Duretti lo controlaría todo. Los utilizaría como una arma…
Hay que recuperarlos y todos coinciden en ello, excepto Beatrice que hace el comentario clave: si quitan los huesos, ¿no se desmoronaría la fe católica en su plenitud? Buena pregunta, pero como Mary dice, ¿qué es mejor ayudar a las hermanas o dejar que la Iglesia siga con su opresión?
Ava lo pone entonces como una forma de reunir la orden, ya que el mismo Duretti había hecho que la orden de las hermanas muriera mandado lejos y trayendo a las monjas que fueran leales a su cusa. Sin embargo, Bea le hace ver que se olvida de una cosa: como encontrar y sacar algo en un laberinto de catacumbas y de muros que dicen ser de metros y metros de largura. Ava se ofende y teniendo la pelea de típica pareja casada durante veinte años, Ava tiene una idea: ir en búsqueda de la única persona que podría ayudarle: la doctora Salvius y Kristian Schaefer.
Ava les daría los huesos, ya que dicen ser poderosos, mientras que estos le daban un lugar donde entrenar y bloques de hormigón que le ayude a saber como conseguir pasar por metros y metros para llegar a los huesos y no morir en el intento como pasó ya en el convento cuando Ava se quedó media pillada en la pared; e información sobre el Vaticano por parte de Kristian.
Trato hecho entonces, ¿verdad? Todo sea por salvar a su hijo Michael. Un hijo que tiene más secretos de lo que sabe.
Así que, todos tienen sus actividades:
Camila seguiría buscando información el libro que Shannon escribió sobre el Vaticano y la traición de Duretti. Mientras que Mary y el padre Vicente se ocupan de conseguir planos para saber donde buscar realmente los huesos. Después de todo, la Necrópolis es inmensa, se perderían allí abajo. Así que, necesitan un mapa que Vicente sabe como encontrar… en el mercado negro. ¿Un cura y el mercado negro? Madre mía, eso si que es algo que saber.
Finalmente, Ava y Beatrice se quedan entrenando en el laboratorio, consiguiendo pasar los muros. De verdad, vais a amar estos momentos. Ava se lo toma de buenas, incluso en su primer intento, atraviesa unos cuatro metros sin problemas, dándonos uno de esos momentos en los que se demuestra que Ava es una niña pequeña viviendo su mundo. Sin embargo, en su segundo intento, empiezan los problemas. Ava necesita trabajar si quiere luchar como lo tiene pensado. Así que, empezando a preocuparse por el momento, esta empieza a notar como no puede atravesar el cemento como quería. Como hay algo que la desorienta. Así que, ¿qué mejor orientadora que Beatrice? La doctora Salvius le da la solución.
Con un pinganillo que ayude a estar conectada Ava con Beatrice, esta lo vuelve a intentar y, viviendo un momento en el que se ve a una Beatrice “estoy trabajando con una idiota”, pero de buena manera; Beatrice consigue lo imposible: que Ava sobrepase más metros de hormigón ante una Ava que se desespera. Aunque lo consigue y, de paso, nosotros conseguimos algo más: momento Avatrice. La mirada de Ava, el Gay Panic de Beatrice… cuando os digo que todas las escenas de Avatrice son oro puro, es que lo son. Pero volviendo a lo importante, el momento es decisivo: necesitan más energía, como Salvius le recuerda y Ava también le advierte de como casi la deja muerta, nunca mejor dicho, de nuevo.
Sin embargo, mucho no pueden atender al momento cuando de repente, Lilith, sin fuerzas y desorientada, entra por la puerta del lugar de entrenamiento solo pronunciando un nombre: Ava. Y es que Lilith, después de visitar el convento buscando respuestas, viendo su propio funeral, la habitación de Shannon, ha conseguido llegar de nuevo hacia las hermanas que están más perdidas que ella. ¿Cómo volvió, qué recuerda, qué pasó? Lilith a penas tiene recuerdos del momento y menos aún, de que el Tarasca la mató cuando Camila se lo recuerda.
Y siendo la cosa rara de por sí, lo mejor viene ahora cuando Lilith, aquejada de un dolor en el vientre, descubre la herida del ataque dejada por la criatura. ¿Qué demonios, nunca mejor dicho, le está pasando a esta? ¿Obra de Dios que volviera o qué?
Necesitamos un respiro y por ello, nos vamos mientras con Vicente y Mary que van en búsqueda a un anticuario o, como lo llama Mary “el lugar donde los padres de Beatrice compran Picassos”. Sin embargo, en vez de entrar normales, vemos que el padre Vicente, también tiene un pasado y sacando de la nada los tatuajes de este. La verdad, coincidiendo con Mary, molan en el padre. Vemos que las hermanas no son las únicas que saben ser malas. Vicente tiene su pasado también y jugando al tipo chungo, estos consiguen encontrar pistas sobre donde estaría el mapa que podrían utilizar para encontrar la tumba de Adriel. Este padre tiene tácticas increíbles…
La manera en la que intimida a los tipos, la forma en la que saben que el hecho de que estén presente significa malas noticias. Porque en su tiempo, era malas noticias allí donde fuera. De niño, se había unido a los cárteles de la droga y, como todos en ese mundo: dinero fácil corrompe hasta al mejor de los hombres. Vicente tenía un demonio en su interior y, en su momento, la Iglesia le dio luz a la oscuridad que tenía.
El padre Vicente también tenía secretos, por lo que se ve.…
Aunque ahora, el que os interesaría más es el de la hermana Beatrice.
Volviendo con Ava y esta, Beatrice pilla a Ava yendo a preguntar y no a la vez. Después de todo, Lilith a querido matarla más veces de las que podemos contar. Sin embargo, Ava luego se anima y teniendo una especie de tregua en la que Lilith parece aceptar que no será la portadora del Halo, la cosa parece salvarse.
El caso es que, Beatrice le anima en su momento, pero pronto, Ava es salvada cuando Camila encuentra algo de información en el libro de Shannon que podría servirles: la historia de la hermana Melanie. La cual, Beatrice traduce del francés (de verdad, ¿hay algo que esta chica no pueda hacer?) y a Ava le encanta esa faceta. No te culpamos, chica.
Melanie. Una Monja Guerrera que se convirtió en 1942 tras escapar del campo de concentración nazi. ¿Una monja… y encima judía? No podemos culpar a Ava por la pregunta. Sin embargo, nos olvidamos que en los campos de concentración no solo los judíos fueron el blanco de los nazis, las personas del colectivo LGTBQ+ también. Melanie era lesbiana. Así que, siendo Warrior Nun, esta cuenta como su poder venía del odio, pero que para ellas, no debía de ser así. Hasta el momento en el que tienen un encuentro con un teniente nazi en un pub de la Francia ocupada. Este la invita a bailar, pero ella se niega y como malnacido, la agarra del brazo para obligarla cuando ve el número en su brazo. Ella no se avergüenza, deja que lo vea y reconozca que se fijó en lo que más odian del planeta.
“Juden” cuenta que le dijo. Pero Melanie, en un momento de real Orgullo, confiesa: “Nein, Lesbich”. Dejadme que diga que aun en alemán, la pronunciación de lesbiana, la historia, el momento… Simon Barry, quien creó este show, ayuda a montar una escena de confesión más bella que hayas podido ver. Incluso poniéndole su momento de alegría con la reacción de Ava.
Sin embargo, esto es serio y Ava, poco a poco va conociendo que hay algo más en ese momento que está viviendo con Beatrice.
Melanie describe la lucha contra los nazis como su demostración del odio y el dolor que ella sentía. El momento en el que sintió terror cuando le dijo que volvería del sitio donde había salido, la forma en la que veía el odio en sus ojos. Es entonces que el Halo reacciona y acabando con estos de fuera adentro. Un poder inimaginable, que dejó a Melanie feliz y, lo más importante, liberada y siendo ella misma…
Esta escena realmente te mete de lleno en el dolor y el miedo más profundo que muchos de la comunidad han podido llegar a sentir. En este caso, lo notamos con Beatrice, con la manera en la que su voz se rompe… No os miento si os digo que esta escena es una de las que más te llegan al corazón y de las que terminas queriendo abrazar a la hermana Beatrice que se ve afectada con todo aquello.
Ava lo nota y, cuando pregunta por el momento, la tensión del momento hace meya en Beatrice y responde enfadada a la preocupación de Ava. Ella indica lo que ayudó a Melanie a utilizar el poder del Halo, mientras que Ava solo se preocupó. Pobre.
Por suerte, Beatrice lo nota y da paso a la confesión de lo que le pasa.
Beatrice cuenta la manera en la que todo el mundo la intentó siempre cambiar para que fuera “normal” y “aceptable”. Es por ello que Beatrice sabe hacer de todo, para compensar sus “debilidades”, o lo que le decían que era. La historia de Beatrice es de aceptación en un mundo que no aceptaba a ella primero.
“Pero si te castigan por ser diferente, empiezas a odiar lo que eres. Lo que amas, lo que debería hacerte feliz, solo te acarrea dolor” Creo que estas dos frases resumen perfectamente el dolor de Beatrice, que le hizo ser monja guerrera, y la razón, por la que te llega a calar su historia tan profundamente. Nadie debería de odiar lo que es y, como dice Ava “No odies lo que eres, lo que eres es bello”.
Esta escena comienza con la búsqueda de algo que empodere el Halo y termina con una de las escenas de conexión entre personajes y salida del armario más bellas que he visto nunca y que creo que amareis.
El caso es que, volviendo a intentarlo, Beatrice realiza una terapia de choque con Ava. Dentro de los bloques de hormigón que se asemejan a las muros de la tumba de Adriel, Ava empieza a bloquearse. ¿pero por qué? Beatrice consigue la respuesta: Ava tiene miedo de volver a estar sola, si no lo consigue. De nuevo en la cama de algún sitio… sin nadie. Aunque eso se cree ella, porque en un momento de corazón a corazón, Beatrice le promete nunca dejarla, estar siempre con ella. Tener a esta como familia, lo que hace que Ava lo consiga finalmente, cayendo a los brazos de Beatrice. Y no miento con el momento.
La forma en la que Bea la sujeta, la forma en la que Ava la mira, ¡madre mía! Avatrice me va a matar y pienso agradecérselo.
Sin embargo, aunque nos hubiera gustado terminar con un toque Avatrice, el capítulo termina por todo lo alto: una pequeña charla entre las Monjas Guerrera: Ava y Shannon en un sueño de Ava en el que le deja claro la lógica de toda esta lucha: tantas batallas luchadas, tantas muertes, ¿Cuánto tiempo deberán seguir con toda esta lucha? ¿Cuántas hermanas y guerreras deben de morir más?
Con Vicente, Mary y Beatrice, Ava cambia la narrativa: hay que destruir los huesos, no exponerlos como pensaban en un momento inicial. ¿Cuántas vidas se han llevado ya como para que sigan luchando una guerra que es infinita? La de Mary, ¿la de Beatrice? Ava lo tiene claro: se destruirán los huesos porque con el Halo, puede. El ciclo de muertes termina.
Ava encuentra su propósito por fin y haciendo muestra de su poder, solo nos queda otro propósito a nosotras: ver el siguiente capítulo ¡Ya! ¿Qué pasará entonces con los huesos? ¿Expondrán a Duretti de paso o lo dejaran pasar ahora que no tendrán poder? ¿Conseguirá Ava hacerlo? ¿Qué pasará con Lilith y su herida? ¿Cómo ha vuelto? ¿Seguirán, ya de paso, Ava y Beatrice siendo así de monas?
Las preguntas se amontonan igual que nuestras ganas de ver el próximo capítulo de Warrior Nun (La Monja Guerrera).
Nos leemos en el siguiente capítulo