Algunas de vosotras seréis muy jóvenes o no habréis tenido la oportunidad de ver aquella película en la que un hechicero emprendía el viaje de su vida, junto a un caballero desertor; para salvar a una bebe que sería la esperanza de todo un reino mágico. En su viaje, batallarían contra la Reina Bavmorda y su hija Sorsha; solo para que fuera su hija la que ayudara a nuestros héroes a acabar con los malos. Fantasía, aventuras con princesas que marcó la infancia de mucha gente y que ahora, vuelve en forma de serie.
Una serie que os recomiendo al cien por cien no perdérsela porque Disney junto con LucasFilm, voy a decirlo alto y claro; están dando una de las mejores series para la época actual. Batallas, magia, princesas y mucho humor. Willow la serie realmente te recuerda a esas películas antiguas de fantasía, pero trayéndola a la actualidad.
Así que, ¿voy a ver una serie en la que nos presentan a la primera princesa que odia los vestidos, le gustan las espadas y es un espíritu libre? Puedes estar seguro que sí. Porque es que las cualidades que puedes amar de Kit Tanthalos, son infinitas.
Y es que después de un pequeño intro trayéndonos los recuerdos de la película a través de nuestra Reina ahora, Sorsha; Willow salta directamente a la batalla. Porque el primer capítulo de la temporada viene pisando fuerte con una de las escenas de acción más perfectas que hayáis visto. Dos enmascarados, en medio de montañas de un verde inmenso; en una de las batallas de espadas más trepidante que podáis ver. Una lucha que sigue hasta que una vence a la otra y es cuando por fin conocemos a nuestras primeras protagonistas: Kit Tanthalos, princesa de Tir Asleen, hija de los Reyes Sorsha y Madmartigan, interpretada por Ruby Cruz; y Jade Claymore, una aspirante a caballero e interpretada por Erin Kellyman.
Ambas parecen ser cercanas al máximo y, de la manera en la que se miran en esta escena, ya os digo que algo más.
El caso es que Kit es una pequeña aventurera, solo quiere ver el mundo y vivir aventuras junto con Jade; quien está igual. Quiere irse con ella y la mirada que le echa, lo dice. Sin embargo, hay algo que vemos que quiere contarle a Kit, pero como buen momento, es interrumpido cuando uno de los caballeros del reino, viene en búsqueda de la princesa; hay que volver al castillo porque la comitiva de Galladoorn, uno de los reinos cercanos y con los cuales, tendrán una cena aquella noche. Hay que volver a casa.
Aunque no solo es la princesa, si no también el príncipe. Kit no es hija única y junto con su mellizo, conforman la descendencia de Sorsha y Madmartigan; Airk Tanthalos. Digno hijo de su padre, igual de encantador y carismático que él; lo encontramos enlazado en un momento de pasión con una de las criadas del castillo. Los dos tienen ese momento de “yo te amo más” y “tienes un efecto en mí que no puedo controlar”; hasta que es interrumpido por el guardián del príncipe.
Por lo que, con los gemelos herederos de Tir Asleen de vuelta, volvemos con Jade y Kit; que obliga a esta última a acudir a la cena que hay prevista en la noche. Jade es como yo y no queriendo llevar trajes, Kit, como un perrito rogando por su regalo, convence a esta para que asista a la cena. Honestamente, solo puedo definir con una frase la relación de estas dos “¡Madre mía, que monas que son¡” Porque no lo digo por decir, Jade y Kit ya se encargan de enseñártelo.
Así que, con la promesa de asistir al banquete, ambas se despiden con la promesa también de hablar del secreto que quería contarle Jade en el entrenamiento. Sea lo que sea, parece que Jade le pega largas a la princesa… Los secretos nunca son buenos.
Sin embargo, Kit tiene otras cosas en las que preocuparse. ¿La principal? Burlarse de su hermano mellizo cuando lo pilla con la criada del castillo. Realmente, esta serie toma la esencia principal del Madmartigan de la película y sabe calcarlo estupendamente en los mellizos del reino. Uno mujeriego, la otra burlona y aventurera. Realmente toman muy bien el personaje de Val Kilmer en la película.
Sin embargo, como en la vida real, siempre está el padre bueno y el padre malo y nuestra Reina Sorsha, le toca ello cuando pilla a los dos y, de paso, mantiene una pelea con su hija cuando le reprocha el entrenamiento con Jade. Hay que casarse por el bien del reino, pero Kit lo odia y, por mi parte, solo decir que amamos esta nueva era en la que las princesas solo quieren vivir aventuras junto con su novia y no casarse con príncipes como Graydon Hastur.
Pero en este caso, es por el bien del reino y quedándonos con Kit odiando el tener que llevar el vestido a su cena de compromiso, descubrimos que quizás las intenciones de Sorsha no sean solo unir el reino, si no aventurarse a parar algo más. Parar las voces que parecen llamarla… Después de todo, no es que acabaran con Bavmorda la última vez, solo la desterraron por un tiempo, como ella quería hacer con Elora Danan.
El mal nunca duerme.
Aunque por ahora, hay que centrarse en la cena. Con comitiva real incluso y saludo por parte de los invitados hacia los reyes, nos vamos con Jade que luchando con el vestido que lleva, “por Kit y solo por Kit”, se aguanta en este vestido. Jade es material para novia y aquí se demuestra. Aunque la pobre no es que se pueda salvar de alguna que otra broma de su mentor: Ballentine, que se le acerca en la cena y le saca el tema en cuestión que quería hablar con Kit en la mañana: Jade se marcha para formarse finalmente como un caballero.
Una increíble noticia, si no fuera porque nuestra Jade, es que no puede abandonar a su princesa y con el dilema, esta termina prometiéndole hablar de ello a Kit en la cena donde conocemos por fin también al siguiente de los protagonistas Graydon Hastur quien podríamos decir que solo es un pobre pelele a manos de un padre controlador. Llegado a heredero cuando su hermano mayor… se cayó de un árbol… vaya manera de morir, supongo.
El caso es que ahora, siendo Kit y él los herederos, prometen unir el Reino contra el mal que acecha y contra el que Sorsha quiere protegerlos. Porque el mal no descansa y con noticias de posibles tumultos allá fuera de la Barrera que protege el reino; Sorsha no descansa con su pelea contra el mal. ¿La razón? Parecer, nadie sabe aún de Elora Danan. Aquella niña pequeña que los niños de Willow encontraron en el arroyo, parece haber desaparecido. Porque por las palabras de Sorsha, aún siguen esperando su llegada.
La pobre reina no consigue un momento de respiro. Madmartigan se marchó hace tiempo y la pobre, solo hace lo que hace para proteger a la gente que quiere; como se lo cuenta a un posible conocido como Thraxus Boorman. A este acude cuando en la fiesta, escuchas esas voces llamarla. Nuestra reina no tiene a nadie y, al parecer, confía en Boorman, en quien mantendremos el ojo ya que estamos.
De vuelta en la fiesta, todos siguen bebiendo y bailando. Entre ellas, Jade y Kit. Sinceramente, la cantidad de escenas románticas que un producto que maneja Disney nos da con Jade y Kit es impresionante y me encanta que este sirviendo como precedente para la generación que viene. Porque sí, bailando juntas-juntas; Kit comienza a tranquilizarse sobre el tema, incluso viéndole el lado bueno a casarse; que no le quitaría el poder pasar tiempo juntas, entrenando…
Todo muy bonito, si no fuera porque Jade se marcha. Al parecer, ha sido aceptada para entrenar con la Legión Brillante para ser un Caballero de Galladoorn. La primera mujer que aceptan gracias a la recomendación de Ballantine. A nuestra pobre Kit la deja con el corazón roto, primero su padre, ahora la chica a la que le gusta… No es justo.
Herida, Kit y Jade pelean, cuando tras chocarse con Graydon, Kit literalmente hace la versión extrema de Merida mientras que intenta dejar claro a Jade que no la necesita. Aunque, la verdad, viendo cómo está la pobre, ¿quién no se pondría de esa manera? Incluso monta en un cero coma cinco segundos una justa por su mano, que podría haber acabado muy mal, si no fuera poque Sorsha acude al rescate.
Herida, Sorsha y sus hijos tienen una pelea en la que vemos que lo que Kit necesita es un poco de aceptación y comprensión. Al parecer, como vamos descubriendo, Madmartigan se habría ido, abandonando a sus hijos. Ahora, Kit se tenía que casar en contra de sus principios y encima, su mejor amiga barra crush, también se marchaba. ¿Quién dijo que en una historia de magia y fantasía no podía haber drama? Nuestra pobre Kit se lo lleva todo.
Así que, cansada de que todo el mundo se marche… Kit es ahora la que se marcha.
Después de la fiesta, vemos a alguien caminando hacia los establos, donde una Jade yace dormida. Es entonces que la figura encapuchada salta sobre ella y vemos que es Kit, que se marcha. Jade intenta hablar con ella, pero Kit está decidida. Se marcha, más allá de la Barrera. Nuestra princesa va a cumplir su sueño de vivir aventuras y así se lo deja claro a Jade. Viene a despedirse de esta… con un beso.
Porque sí, si eres de las que siempre teme que te van a meter un queerbaiting en una serie, Willow no está aquí para alimentar ese miedo y si querías una afirmación de que Jade y Kit son las que van a vivir su historia de amor, aquel beso lo confirma. Un beso que nos deja como Jade después de este. Sin palabras y oficialmente, prendadas de esta pareja.
Y mientras que estas dos no pierden el tiempo, se vé que es cosa de familia que Airk, su mellizo, tampoco pierde con la chica criada, con la que se estaba besando nada más empezar el capítulo. Los dos son unos tortolitos y, aunque Airk tiene esa fama de mujeriego, como ve la cocinera en la cena; aquella noche le deja claro que Airk, a quien quiere, es a ella. Los dos comparten una dulce escena romántica también… Aunque por poco.
Los malos atacan. Desde lo lejos, vemos los monstruos de esta temporada que podríamos resumir como el jinete de la muerte, una especie de esfinge, nada más y nada menos que un troll y un mago. ¿Sabéis de ese juego de Dragones y Mazmorras? Bueno, esta serie casi podría ser un acercamiento a este juego.
La niebla se cierne sobre el castillo, aunque esto no para a Kit de querer marcharse en plena noche. Sin embargo, ni siquiera sale nuestra princesa de los establos, cuando es pillada por Jade que intenta pararla y, aunque cree Kit que lo que quiere es ir con ella, lo único que ganamos es un momento de tensión, antes de ser interrumpido por la niebla.
El ataque empieza.
Kit y Jade luchan como pueden ante el ogro, pero acudiendo Ballantine a rescatarla, Kit le toca correr cuando el jinete ataca, ¿vienen a por Kit? No si está Sorsha para pararles. Porque trayéndonos de vuelta esos perros que lanzaba su madre, Sorsha sabe que es hora de actuar y sacando su icónica espada de vuelta, la Reina ha vuelto. Junto con Kit, la serie nos trae de vuelta la razón por la que Sorsha era la jefa. Aunque eso no quiere decir que esta gane porque pueden con ella: Sorsha a sido herida.
Y es que el enemigo es poderoso. Jade es lanzada contra la pared y casi asfixiada si no fuera por Boorman que, siendo liberado por Sorsha, salva a esta en el momento. Y menos mal, porque Ballantine es herido por el mago que acompaña a los monstruos.
Sea lo que sea, están allí por algo y se lo van a llevar: al príncipe Airk. Porque sí, vienen a por él y, como Graydon, que se pierde toda la fiesta. Es a quien se han llevado, dejando a todos los presentes afectados, incluso a la cocinera, que estaba con él en el momento.
Tienen que ir a por él, buscarlo y, como no, su hermana es la primera en ofrecerse para ir a buscarlo. Kit se siente culpable y se lanza, incluso Sorsha acepta la petición de su hija. Sorsha está recapacitando y sabe que el mal que haya, se acerca y así se lo hace decir a su hija, contándole la historia de Willow, su lucha contra Bavmorda y la clave de todo: Elora Danan quien sabemos que literalmente escondió, prohibiendo la magia, para que pudiera vivir como una pequeña normal y corriente. Sin embargo, el mal ha vuelto y así se lo deja saber a su hija para que se prepare para la lucha.
Sin embargo, esta no será la única en ir: Graydon es obligado, este chico no toma un respiro. Aunque para cuidarlo, está también Boorma, quien Sorsha le ofrece el viaje como su manera de redimirse. Y, finalmente, claro está, Jade la acompaña puesto a que “donde vaya la princesa, yo voy”. Jade es la protectora de Kit e incluso la mismísima Reina Sorsha lo ve como ello cuando “confía en ella igual que lo haría con cualquier caballero”. Jade está en su viaje a convertirse a caballero, incluso con regalo de su mentor incluido y nos encanta.
Realmente Disney y LucasFilm a decidido gritar “Derechos Homosexuales” con esta serie y estamos aquí para ello.
Así que, junto a uno de los comandantes del reino, estos emprenden la aventura de su vida. Aunque no solos ya que alguien más les sigue: la cocinera. La pobre muchacha enamorada del príncipe quiere rescatarlo así que, allá que la pillan y, aunque Kit no la puede ni tragar, hay que aguantarla.
Una de mis escenas favoritas de este capítulo, se podría decir que viene cuando conocemos más sobre ese mundo que se creó, veinte años después de la guerra. La creación de la Barrera para proteger a la pequeña Elora Danan, incluso llegamos a saber algo más de Jade, quien resulta que es una huérfana de aquellos que buscaban protección en el reino. Nuestra pequeña guerrera se queda pequeña en ese momento, pero Kit ya está allí para consolarla y apoyarla porque aunque la cocinera esté poniéndola de los nervios, Kit solo tiene en el pensamiento a dos personas: su hermano y Jade.
Porque estas dos están más coladas que yo de esta serie. La manera en la que despiertan la mañana siguiente, con sus manos casi rozándose… Somos Boorman en el momento. La cara que pone, os juro que somos nosotras viéndolas.
Sin embargo, lo importante allí es que la cocinera parece haberse marchado. A Kit no le importa, por lo que siguen el camino hasta llegar por fin a lo que es la barrera que protege del reino y cuyo puesto… está desierto. Allí a pasado algo grave, un ataque como Graydon deja saber leyendo la escritura antigua que hay en una de las paredes. (¿Amamos que el príncipe de la historia sea un hombre culto en vez de un hombre peleón? Yo por lo menos, lo amo)
El caso es que hay que continuar hacia ahora el peligro, como les indica Boorman. Sin embargo, a donde continúan es a encontrarse a la cocinera porque sí, la chica no había vuelto al castillo; había decidido literalmente lanzarse ella sola a la aventura. Sin miedo ni nada, como debe de ser. Sin embargo y, aunque Kit empieza a ponerle la chica de los nervios, tiempo no hay para pelear: Saqueadores de Huesos atacan. Aquella misma tribu que una vez lidero Kael, ha vuelto y hay que pirárselas de allí.
Así que, corriendo, lo que nos llama la atención es que… ¿conocen a Boorman? Interesante.
Sin embargo, interesante, divertido e intrépido es la manera en la que se salva el grupo. Todos salen corriendo, la cocinera incluso, quien se lleva Kit… hasta que caen literalmente de un precipicio al agua… Sí, uno de esos momentos de “pa’ haberse matao”, pero las caras del grupo cuando Boorman empieza a gritar algo que no saben, las caras antes del salto, el descubrir que lo que estaba gritando era “ALTO” en otra lengua…
Esto es caos puro y estamos allí para ello.
Por suerte, y casi dos días después de la partida, por fin nuestros héroes tienen algo de tranquilidad. Incluso Kit se calma y comienza a disculparse con Graydon, quien ofrece incluso alternativas en cuestión a su matrimonio. “Dos futuros gobernantes que podrían gobernar tranquilamente, pues no son sus padres”.
De verdad, diez de diez el mensaje.
Y por fin, después de tanto caos, aventuras y desventuras, el grupo llega finalmente a la aldea Nelwyn en la que parece… no haber nadie. Todo está destruido y cuando creen que se equivocaron, uno de los locales aparece, intentando deshacerse de ellos cuando finalmente, Willow hace su aparición. Ha regresado y como el primer día.
Willow ya sabe todo, desde quien lo raptó: seguidores de la bruja marchita; hasta donde está su hermano: la Ciudad Inmemorial. Hay que darse prisa… pero antes, algo llama la atención del hechicero y esa es la cocinera.
¿Por qué?
Porque Elora Danan… es ella. La pequeña niña que un día llegó a manos de Willow, ha crecido y no se fugó para ser ocultada por Madmardigan, si no que fue escondida… a simple vista…
Realmente, Willow ha sabido traer todo el encanto que la primera película trajo, pero modernizándola y adatándola a los tiempos. A mí me encanta y que podamos decir que, básicamente, tenemos a la primera princesa Disney confirmada como lesbiana/queer/miembro del colectivo LGTBQ+, es algo de amar.
Así que, yo no sé ustedes, pero ya le voy a estar dando al play al siguiente capítulo porque esto no me lo pierdo ni queriendo.