Bienvenidas a un resumen más de Sueños de Libertad, esa serie en la que comer Mafins es lo sano y todas evitamos el pescado en la mayor medida de lo posible. Pero a veces nos lo tenemos que tragar con patatas. ¿Listas para platicar sobre todo lo que ha pasado entre Fina y Marta esta semana? ¡Pues vamos allá!
La semana pasada nos habíamos quedado a punto de tocar el cielo, porque Marta había comprado un pisito del amor en Madrid y nuestras chicas se iban a ir a estrenarlo. ¡Pero entonces el capitán pescanova llego por sorpresa! Y claro, los planes se nos han arruinado. El episodio 51 de la serie lo comenzamos con todo el mundo reaccionando a la vuelta de Jaime. Los primeros son María y Andrés, que están encantadísimos de tenerlo de vuelta. Casi igualito que Marta que va por la vida con esta cara.
Jaime se disculpa por no haber podido asistir a su boda por estar embarcado y María le responde que los dos entienden que era imposible, pero que a ella le pesó por Marta. La de la reina se gira como ¿ein? ¿Y yo que vela tengo en este entierro? Y María explica que fue la única persona sola y que seguro le costó disimular su tristeza. Y Marta en sus adentros está como: «sí, sí, disimulé muy bien en el hotelito de Madrid», pero a su marido le dice que claro que lo extrañó.
Luego bajan Jesús y Begoña y lo abrazan y esta última le pregunta lo que todas queríamos saber ¿Cuánto se va a quedar? Porque no es por nada pero se nos quema el Mufin. Jaime explica que hasta que no se arregle su barco no se va, ¡espero que los mecánicos sean buenos! Luego ya todos se van a la mesa a comer. Jaime intenta pedirle a Marta que se escaqueen de la cena para poder pasar tiempo a solas, pero la rubia es la reina del escaqueo y le dice que sería de malísima educación y que ya tendrán tiempo de esas cosas.
Lo siguiente, para trauma de Marta es pasar por la tienda. Y claro, ahí llega del brazo del su marido y la cara de Fina es una oda a la sorpresa y las ganas de matar. Él está ahí intentando hacerle platica amable a Fina y la morena con cara de «Como le toques un pelo más a mi mujer te encajo el boli» pero intentando contestar amablemente.
Jaime: Espero que mi mujer se esté portando.
Fina: Su mujer es una mujer excelente.
Jaime: Si no lo hace dímelo, que seguro que algo puedo hacer. Algo de influencia todavía me queda.
Fina: ¿Se va a quedar mucho tiempo por aquí don Jaime?
Marta: Lo que tarden en reparar su barco.
Jaime: Que espero que sea lo más tarde posible.
Hago un pequeño inciso en el drama para comentar que me hace mucha gracia que todas las mujeres en esta novela le pregunten que cuando se va. ¡Señor sea intuitivo y pírese al barco! En fin, regresando a la historia. Marta está como ¿pero cari si el mar es tu vida? Y Jaime le dice que extraña ver a sus seres queridos 3 veces al año. Y Fina con cara de que le están hundiendo el universo. Así que Marta intenta quitarle el mal trago ofreciéndose a cerrar para que ella pueda irse a vestir para la boda de Carmen. Y Fina aprovecha la excusa para marcharse. Eso sí, cuando pasa a su lado, Marta le hace una ligera caricia en la espalda y es un detalle genial. Porque con un gesto nos explican perfectamente como se está sintiendo Marta en ese momento.
Por la noche, Marta está hablando con Jaime, contándole con emoción todo lo de su nuevo proyecto y se le nota hasta contenta. Pero entonces Jaime utiliza el nombre de «Anhelos de Mujer» para coquetear con ella y todo su lenguaje corporal cambia inmediatamente a incomodidad.
Ella intenta desviar el tema, pero él insiste en que la soledad empieza a pesarle, que no deja de recordar los tiempos en los que viajaban juntos y Marta de plano se tira al vaso de Whisky porque no le gusta nada por donde va tirando la conversación, pero cuando él le pregunta: ¿lo pasábamos bien no?, ella responde que sí. Los dos intercambian batallitas y buenos recuerdos y Marta por fin sonríe, al menos hasta que él le dice que eso era cuando estaban recién casados y no paraban de repetirse que se querían pero ahora…
Él se queja porque ella no le ha escrito y Marta le responde que él también podría escribirle a ella. Pero en lugar de seguir discutiendo, él le dice que se lo comenta porque le duele y porque no quiere estar así, que quiere volver a esos momentos. Jaime quiere que Marta vuelva a viajar con él y por ahí sí que no pasa. De inmediato Marta sube la muralla china y le dice que no puede pedirle eso. Él se da cuenta de la reacción y le pide perdón por haberlo intentado.
Al final, dan la conversación por terminada y él la invita a irse a la cama, pero ella pone de excusa que tiene que hacer unas cosas importantísimas de su trabajo y le pide que se vaya él solo y que no la espere despierto.
Da mucha tristeza ver a Marta así, porque es claro en todos sus gestos que no está pasando fatal, pero que sabe que es un trago que tiene que pasar, así que tampoco le queda de otra.
Marta y Fina episodio 52 de Sueños de Libertad
Al otro día por la mañana, Jaime insiste en pasar tiempo libre con Marta, pero ella le responde que no puede porque tiene mucho trabajo. Vamos, que le hace la cobra lo más que puede. Así que Marta se dedica más que nunca a trabajar y su padre lo nota. Damián le dice que para él la empresa es muy importante, pero lo primero siempre fue la familia. Le dice que está desatendiendo a su marido. Marta le responde que Jaime entiende que ella está muy ocupada pero su padre insiste en que eso es una excusa.
Marta le dice que se siente desapegada de él, que ha sido mucho tiempo sin verse. Damián alega que con más motivo tendrían que estar en el dormitorio todo el día y ella por ahí no pasa. Le dice que no va a hablar con él del tema.
Marta: ¿Qué quiere que le diga? ¿Qué no me nace abrazarlo sin motivo ni robarle un beso? Ni si quiera cogerle la mano. Es más, me incomoda cuando él lo hace.
Damián: ¿Pero por qué?
Marta: Las cosas han cambiado mucho.
Damián: Te has enamorado.
Marta: ¿Qué?
Damián: De ese fotógrafo.
No va por mal camino Damián, su hija se ha enamorado, afortunadamente para todas nosotras, ha equivocado la bala y se piensa que es el fotógrafo y que Marta ha rentado el piso para verse con él. Marta le dice que la ofende y que con todo respeto no se meta en su vida. Que nadie piensa en lo que ella quiere, que ha buscado su comprensión y él no se la da y por eso es tan fría.
Damián se enfada y le dice que no la culpe de ser como un témpano. También añade que, es tan fría que su marido se está congelando. Que da pena porque ellos siempre estaban bromando y riéndose, que eran muy buenos amigos. Marta de inmediato apunta a que siempre fue solo eso, pero Damián no quiere escuchar, le dice que es su marido y lo será para siempre, así que en su mano está vivir una relación agradable o vivir un calvario.
Y hablando de calvarios, Fina vuelve a intentar hablar con su padre, pero es que parece la misma conversación con diferentes palabras. Fina diciéndole que él la educó para ser una mujer libre y con criterio y eso es lo que está haciendo. Él insistiendo en que podría cambiar si ella quisiera.
Isidro: Debes enderezar un camino equivocado. Solo te falta voluntad.
Fina: ¿Voluntad? Padre, se trata de ser honesto con uno mismo.
Isidro: ¿Aunque sea perjudicial para ti?
Fina: Más dañina es una vida de mentiras. Yo no lo estoy haciendo daño a nadie.
Isidro: A tu padre sí.
Fina intenta recordarle que sigue siendo la misma persona que dejó de ir a París para quedarse con él, que nada ha cambiado. Pero él le dice que todo ha cambiado. La morena entonces le dice que se está cansando de ser ella quien siempre intenta salvar la relación y él básicamente le contenta que ya la ha dado por perdida. Que no hace falta perder más el tiempo. Así que Fina le dice un adiós para siempre y se marcha.
Más adelante, vemos a Marta llegar contenta a la tienda porque por fin tiene un segundo para ver a Fina, pero la morena, entre la conversación a su padre y que los celos se la están comiendo por el tema Jaime, no la recibe de buena gana. Marta intenta hablar con ella y le pregunta por su padre, mal tema porque Fina está frita con eso y le dice que su padre no la acepta. La de la Reina le dice que van a poder encausarlo.
Fina le dice que hubiera necesitado que la abrazara fuerte en esos momentos, pero Marta le responde que en esos momentos no puede, porque su marido anda por ahí pululando y está llena de gente la fábrica. Pero la segunda parte Fina ya ni la escucha porque la parte de «mi marido» le está resonando en todos los oídos. Marta le pide paciencia, pero Fina se siente ridícula y la paga con el bolígrafo antes de irse al almacén a pelearse con las cajas.
Marta la sigue hasta allí y le suelta un «¿Ridícula por qué amor?» que ¡es que es imposible enfadarse con esta señora! Vamos, te suelta eso con ese cariño y se te olvida hasta el nombre. Bueno casi todo, a Fina el tema marido no se le olvida tan fácil, va a necesitar más amores de estos.
La morena le dice que odia tener que disimular que no le importa que haya vuelto, que la esté besando y tomando de la mano, que busque intimidad con ella. Marta le jura que eso no ha pasado, pero Fina entiende que en algún momento va a pasar. Marta insiste que tiene excusas para dar y regalar pero Fina se siente muy vulnerable, le dice que es su marido y que sus excusas se van a acabar.
Marta: Pase lo que pase es a ti a quien quiero.
Fina: Pero es con él con quien vas a pasar la noche.
La situación es horrible, porque por una lado es obvio que Fina va a odiar tener que estar viendo a Marta con su marido, sobre todo porque parece que a él le encanta ir a visitar la tienda. Pero por otro, nosotras como espectadoras, hemos podido ver perfectamente lo incómoda que está Marta. Así que sabemos que la situación para ella es igual o mucho peor. Así que en ese sentido me da mucha pena por ella. Porque tampoco es que tenga muchas más opciones.
Marta: ¿Crees que para mi es sencillo? ¿Qué me gusta o que no me importa? Soy yo la que va a estar con él aguantando algo que desharía que no pasase.
Fina: ¡Pues haz algo entonces Marta!
Marta reacciona a las palabras de Fina sintiéndose claramente herida y eso hace la conversación aún más profunda. Porque en ese segundo vez que la de la Reina está a punto de llorar y sabes que el control que tiene de sus emociones ha estado a punto de quebrarse. Un detalle pequeñito pero que te hace entender lo mucho que le importa Fina y lo que piensa la morena de ella.
Fina, a diferencia de su marido, sí sabe leerla. De inmediato se da cuenta de que ha herido a Marta con sus palabras y al instante le pide una disculpa. Le dice que sabe que está siendo un poco idiota, que no tiene derecho a pedirle que haga algo. Marta le dice que ella no es tan valiente, que un escándalo así en su familia sería terrible. Y Fina lo entiende perfectamente, pero eso no significa que no le duela, así que vuelve a cruzar los brazos y cerrarse en banda.
Así que Marta, que también entiende su reacción, le pide que la mire y le suelta un diálogo que creo que se nos ha quedado grabado a fuego a nosotras en el corazón, así que ¡imagínense a Fina!
Marta: Eres el amor de mi vida. Y no hay nada que desee más en este mundo que estar contigo. Solo te pido que aguantes un poco más.
Fina: Pero es que yo te necesito ahora Marta.
Marta: Lo sé. Y yo necesito que seas fuerte. Pronto podremos estar juntas tú y yo, sin nadie más.
Y como ya es el sino de todas las lesbianas televisivas, gente entra por la puerta y no pueden seguir hablando más. Pero tengo que decir que adoro el juego de ping pong que estas dos están jugando con mis sentimientos. Porque claro, es que yo las entiendo a las dos. Entonces no hay una mala de la situación o alguien que esté haciendo las cosas mal. Las dos lo están haciendo lo mejor que pueden con una situación horrible. Y eso hace que a veces discutan y no estén de acuerdo. Pero la base de todo es el amor que se tienen.
A veces me dan ganas de matar a Fina porque sé que, aunque es horrible su situación, no puede presionar a Marta a que haga algo que puede terminar con las dos en la cárcel. Por mucho que las dos quieran. Ella misma se lo dijo en el hotel cuando estaba tranquila y pensando de manera objetiva. Pero claro, una cosa es la teoría y otra la práctica cuando el marido de la persona de la que estás enamorada la está besando en toda tu cara.
Por otro lado, Marta tiene la presión de cientos de años de su familia encima. Porque sí, ella tiene dinero y ciertas oportunidades que Fina no ha podido ni vislumbrar. Pero por otro lado, es una jaula de oro de la que no puede escaparse. Y lo dicho, el personaje nos ha hecho ver por activa y por pasiva lo mal que lo está pasando con esta situación. No es que se esté aprovechando de Fina. Es que de verdad no le queda otro remedio que seguir fingiendo.
Marta y Fina episodio 53 de Sueños de Libertad
El episodio 53 de Sueños de Libertad lo comenzamos con Jaime contándole a Marte que acaba de asaltar la biblioteca de su padre y trae dos libros bajo el brazo, así que le pide que le recomiendo cuál leer. Uno es «Madame Bovary» y otro es «La invención de Morel». Marta no se lo piensa mucho y de inmediato le dice que el segundo y él se queda extrañado. La de la Reina, le explica que el primero es más bien romántico y se va a quedar triste. Igual tiene más que ver con que sea la historia de una mujer que le pone los cuernos a su marido (el final mejor no se los cuento).
Él le agradece la recomendación y le dice que se nota que lo conoce. Ella le dice que tampoco ha pasado tanto tiempo y que llevan muchas vivencias juntos. Él le dice que ella ha cambiado mucho, por ejemplo, cada día está más guapa. Ella le responde un poco haciendo la cobra otra vez diciéndole que es él que la ve con buenos ojos. Jaime le dice que sí, que de hecho no es el único que está enamorado de ella y a Marta se le salta un latido del corazón hasta que él clarifica que su padre la adora. ¡Esos sustitos no por Safo!
Jaime sigue echándole piropos porque al parecer el padre de Marta lo ha puesto al día con todos sus éxitos. Él le recuerda sus sueños de montar una pastelería y le dice que ya no se la imagina entre croissants esperando a que llegara su barco como Penélope. Ella le dice que entiende que espera más de ella, pero él le responde que tenía muy claro quien era cuando se casaron.
En eso llega Damián y les dice que deberían aprovechar para ir a Madrid a hacer algo solos y juntos. Marta los mira con cara de «¿Ahora como me escapo de esta? Damián propone que vayan al teatro y Jaime agrega una cena en un restaurante que le gusta a Marta. Ella les dice que tendrían que volver muy tarde y su padre le espeta que no, porque se pueden quedar en el apartamento de Madrid. ¡Nooooooooooooo! ¡Quieren mancillar el departamentito del amor!
Ella se escaquea diciendo que ya luego lo hablan porque tiene asuntos que resolver. Pero está claro que Damián está empeñado en que el matrimonio de Marta y Jaime vaya viento en popa y va a mover fichas para que así sea.
Fina por su parte sigue lidiando con el tema de su padre, porque el hombre ahora ha decidido que no quiere ir al médico. Así que Digna se pasa por la perfumería para decirle a Fina que se tienen que reconciliar. La morena le dice que ya es tarde porque han roto su relación por completo.
Digna se enoja porque no entiende qué está pasando porque ninguno de los dos le ha explicado. Así que le pide a Fina que lo solucione y deje de lado su orgullo.
Fina: ¡No es orgullo! Es impotencia. Mi padre no quiere saber nada de mi. ¿Qué hago yo? ¿Cómo puedo evitarlo?
Digna le promete que ella va a cuidar a su padre, pero le dice que es complicado si él no se deja cuidar.
De vuelta en la mansión de La Reina, Jaime está haciendo que Marta pruebe las botellas de Coñac que ha traído como regalo del viaje. Una para ella y otra para su padre, pero a ella la deja escoger así que primero hay que probarlas. Además ha puesto musiquita romántica de fondo, así que el mensaje está bastante claro para cualquier que quiera verlo.
Los dos se ponen a beber y a recordar batallitas de cuando viajaban juntos en el barco y Marta se bebía también las botellas. Convengamos que, la de La Reina sabe beber. Los dos están pasando un buen momento recordando viejos tiempos. Y se nota que Marta lo quiere mucho, que tienen una conexión, no romántica pero si de haber convivido mucho tiempo y conocerse mutuamente. Él le dice que extraña esas noches de coñac y calor humano y ella intenta esquivar la bala preguntándole si de verdad le va a regalar una botella de coñac abierto a su padre.
Es increíble como cambia todo el lenguaje corporal de Marta cambia en cuanto él pasa a un momento romántico. Mientras están hablando de sus experiencias y viajes ella está hasta sonriendo y pasándolo bien. Pero en cuanto él comienza a decirle que la extraña toda ella se tensa.
Jaime le dice que ella lo recibió muy fría y desde ese momento ha soñado con pasar un momento íntimo y divertido con ella. Marta se disculpa y le dice que fue porque la sorprendió y jamás le han gustado las sorpresas. El presiona más preguntándolo si ni si quiera le gusta la sorpresa de verlo después de tanto tiempo y ella le pide disculpas por hacerlo sentir así y le dice que lo último que quiere es herirlo. Jaime le responde que lo sabe, que se lo ha demostrado con su complicidad esa noche y es horrible. Porque claro, la está haciendo sentir culpable y encima le está marcando muy claro cuál es el camino a seguir para hacerle feliz. Pero por si no lo tuviera claro, le dice que va a estar muy pocos días ahí y quiere compartir con ella algo más que el coñac.
Marta lo besa, pero una vez más, cualquiera con ojos puede ver que no está nada cómoda. Y es muy triste que, en teoría alguien que la quiere tanto y realmente quiere apostar por su matrimonio no sepa leer la actitud. O incluso algo peor, que decida que no quiere verla porque no le viene bien para sus planes. Sea como sea, Jaime decide que es hora de ir al cuarto y a Marta no le queda de otra que seguirlo con el esbozo de sonrisa que todas le conocemos cuando quiere fingir. Porque ya la hemos visto sonreír de verdad y sabemos que esto no es el mismo gesto.
Marta y Fina episodio 54 de Sueños de Libertad
El episodio 54 de Sueños de Libertad lo comenzamos con Fina con una cara de tristeza intensa y Marta mirándola sin que se de cuenta. La de la Reina se acerca a preguntarle qué tal está y Fina le dice que lo está pasando mal y que encima Carmen le ha contado que hay muchos robos por la zona así que está de los nervios. Marta intenta bromear, pero tiene el mismo tino que yo para los chistes así que le sale un: «¿Y qué pasa? ¿Qué crees que Jaime te ha robado toda mi atención?». Un chiste que a Fina le sienta igual de bien que una patada de mula.
Fina le dice que no es solo el tema de que no puedan verse en ningún lugar a solas. Es el hecho de que su mente le está jugando muy malas pasadas haciendo que se imagine que está con él. Y lo peor es que Fina necesita apoyo ahora mismo y se siente sola. Marta le explica que su padre ya ha notado que está apática con Jaime, así que tiene que disimular sí o sí porque esa es la mejor manera de proteger su amor. La cosa es pasar el mal momento para que todo salga rodado y pescanova vuelva cuanto antes a su barco y volvamos a la felicidad Mafin. Pero Fina no se puede quitar de la cabeza los celos. Así que le pregunta si estuvo con él la noche pasada.
Marta: Me sentí mal, mal y terriblemente incómoda. Además sentía que te estaba traicionando. Para ser sincera, también sentía que lo estaba traicionando a él. Porque es un hombre bueno y no se merece que yo no pueda sacarte de mi cabeza ni de mi corazón.
Por cierto a Jaime deberíamos empezar a llamarlo Beetlejuice, porque lo nombras un par de veces y aparece. Así que hace presencia en la tienda y a Fina le salen dagas por los ojos. Jaime está ahí para intentar convencer a Marta de que abandone el trabajo y se vaya con él. La jefaza le dice que imposible porque tiene muchísimo trabajo, así que Jaime se gira a Fina y le pide que por favor deje ir a su mujer. Y Fina como ¿Hola?. Jaime se ríe y le dice que es broma y la pobre de Fina entre las bromas de Marta y su marido está perdiendo años de vida.
Pero las cosas van a peor porque es que encima, Jaime le dice a Marta que su padre le acaba de dar las llaves del piso en Madrid para que pasen ahí la noche y Fina voltea a mirar a Marta con una cara que lo dice todo y que hace que la de La Reina ponga una cara de desesperación que no es normal. Jaime insiste en que tienen que ir y no le queda de otra que decir que sí, así que Jaime la besa y Fina de plano prefiere salirse para no seguir viendo.
En cuanto puede, Marta busca a Fina, pero la morena está bastante cortante. Normal si pensamos que la acaba de ver besar a su marido. Pero me da penita por Marta porque tampoco puede hacer otra cosa. Marta le vuelve a decir que tiene las mismas ganas de irse a cenar con su marido a Madrid que de comerse una babosa. Y Fina le responde que lo sabe, pero eso no quita que la situación le duela y la fustre.
Marta la entiende, pero por otro lado, ya es una tortura tener que estar lidiando con su marido como para encima luego tener que comerse el enfado de Fina.
Fina: ¿Te puedo pedir un favor por lo menos?
Marta: Claro.
Fina: Que me seas leal en todo momento.
Marta: ¿Leal? Si es más duro para mi que para ti. Soy yo la que le va a tener que poner buena cara a mi marido mientras… Mientras estoy pensando en ti.
Fina: Bueno pues cena con él en donde quieras pero por favor te pido que no vayáis al apartamento.
El tema departamento es otra cosa que tiene mal a Fina, porque no entiende por qué Marta se lo ha contado a su marido. Marta le explica que no ha sido ella sino su padre y que no tuvo otro remedio que comentárselo a él porque lo ha comprado con dinero de la empresa. Tenía que justificarlo de alguna manera.
Fina: Marta, ese piso para nosotras es un símbolo, es nuestro espacio, nuestro refugio. Es el único lugar donde podemos ser libres.
Marta: Lo sé, está claro.
Fina: Y si tu vas ahí con tu marido dejará de ser lo mismo.
Marta: ¿Y qué quieres que haga?
Fina: Pues no sé, pero si lo haces no me lo digas porque no lo quiero saber.
Que conste en actas que entiendo muchísimo a Fina y estoy indignada con el tema de que el marido quiera mancillar el departamentito del amor. Pero por otro lado, ¡es que tampoco se puede hacer mucho más! Fina está poniendo a Marta contra la espada y la pared y tampoco se pueden sacar departamentos de debajo de las piedras. Pero para Marta, la felicidad de Fina está antes que cualquier peligro, así que cuando ve que la situación la está afectando tanto decide que no va a ir a Madrid con Jaime.
Marta: Me duele tenerlo engañado pero tenemos que pensar en nosotras ¿no? Pues ahora mismo nos vamos tú y yo a Madrid. Vamos a estrenar nuestra casa, juntas las dos.
¿Notan la sonrisa Colgate que le ha salido a Fina? Está clarísimo que le ha encantado que Marta la ponga en primer lugar. Que era algo que ella necesitaba para sentirse segura en la situación. Las dos están en esas cuando entra nuestra gran capitana Carmen a comentarles que hay una señora que quiere que Fina la atienda. Marta le dice que no puede ser porque ha salido algo urgentísimo y ella y Fina se tienen que ir a Madrid. Es bastante graciosa la cara de Carmen en plan, «cosas urgentes le llaman ahora». Marta le dice que le va a dejar una nota a su marido y le agradece el disimulo.
Cuando Marta se va, Carmen le pregunta a Fina qué se traen entre manos, porque tiene clarísimo que el viaje no es de trabajo y le preocupa mucho que las dos se estén encontrando enfrente de la ensalada del marido. Me encanta Carmen porque es la voz de la razón hasta para el fandom. Porque claro, nosotras felices de que se vayan juntas pero que, en realidad, hay sirenas rojas gritando alerta por todos lados.
Carmen: Fina, tened mucho cuidado. Una cosa es que os veáis estando el marido lejos y otra que lo hagáis estando él por aquí..
Fina: Pero lo ha decidido ella. Y yo como no puedo pensar en otra cosa que no sea estar con Marta..
Carmen: Madre mía, sí que te ha dado fuerte..
Fina: Como nunca en mi vida Carmen. .
Carmen: Pues anda, ve y cámbiate, pero por favor, mantened las formas..
Las chicas se marchan a Madrid juntas y lo siguiente que vemos es que Jaime aparece por la tienda buscando a Marta. Carmen le explica que se tuvo que ir a Madrid de manera urgente por trabajo pero que le dejó una notita y él por supuesto se queda mosqueado y empieza a interrogarla porque piensa que se ha ido con el fotógrafo. Carmen hace lo que puede para taparlas pero Jaime se queda con la mosca detrás de la oreja. Carmen le entrega la carpeta de Marta porque se le olvidó para que se la entregue y Jaime decide que la va a espiar y ahí encuentra la dirección del departamento de Madrid. ¡AGH!
Lo siguiente que vemos es a Marta y Fina felices caminando y coqueteando por Madrid, que al ser capital hay menos gente interesada en dos mujeres que van agarradas del brazo. No como en Toledo. Marta está preocupada porque el departamento es chico y no sabe si le va a gustar a Fina, pero la morena pide poco.
Fina: Con que tenga cuatro paredes y una puerta que cierre a cal y canto ya…
Marta: Y una cama.
Fina: ¡Pero bueno doña Marta que atrevida usted!
Fina decide devolverle la bromita y amenaza con besarla en plena calle. Marta se asusta pero en el fondo le gusta. En fin, que las dos van riéndose y pasándolo bomba.
Fina: En serio Marta, lo que has hecho hoy por mi no lo voy a olvidar en la vida.
Marta: ¿El qué?
Fina: Darle plantón a Don Jaime para que podamos estar juntas.
Fina sigue bromeando a Marta con que no puede esperar y hay que ir entrando en calor, porque la señora de La Reina compró muchas botellitas de vino, se ve que la quiere emborrachar. Marta le dice que es porque la cena que le va a hacer merece un buen vino, así que necesita saber si quiere un tino o un blanco, pero Fina de lo único que quiere emborracharse es de Marta.
Fina: Marta hoy es un día muy especial para mi. En este departamento van a empezar una lista de recuerdos que recordaremos cuando seamos viejitas.
Marta: Espero que para entonces ya haya encontrado un departamento más grande.
Fina: Pues a mi me parece increíble. Yo con estar contigo Marta, podría vivir hasta debajo de un puente.
Marta: Yo no.
Me ha hecho mucha gracia la verdad. Marta siempre burguesa. Fina la quiere coger en brazos para entrar en casa (y no dudo de que pueda) pero Marta no quiere porque los porteros son muy cotillas, así que cariñitos de puertas para adentro.
Fina: Marta, te quiero con todas mis fuerzas.
En esas están cuando Beetlejuice aparece porque así de gafes somos las lesbianas.
Marta y Fina episodio 55 de Sueños de Libertad
El episodio 55 de Sueños de Libertad lo empezamos con el bajoneo de tener a Jaime interrumpiendo a nuestras chicas otra vez. ¡Es peor que un miércoles este señor! Marta le dice que se llevó a Fina con ella porque necesitaba ideas para los escaparates y le pregunta qué está haciendo ahí. Él el dice que Carmen le dio su nota y decidió ir a buscarla.
Marta le pregunta a Jaime cómo supo la dirección y él confiesa que leyó lo que había en su portafolio y le pregunta que si es un secreto. Así que tanto Fina como ella se ponen en modalidad defensivo y las dos «que vaaaaaaa si es el departamento de la empresa». Él le dice que lo van a aprovechar muy bien pasando tiempo a solas y Fina no lo estrangula ahí mismo porque sabe que la meten en la cárcel y ahí será más difícil ver a Marta, pero por sus ojos seguro que lo pensó. Además ¿por qué este señor siempre le está diciendo a Marta que se quiere acostar con ella enfrente de otra gente? ¡Cansino!
Fina viendo la que se avecina decide huir porque ya ha escuchado suficiente como para tener pesadillas los próximos tres años. Marta intenta darle dinero para el autobús pero Fina le dice que tiene dinero y se va. Jaime quiere subir, pero Marta le dice que no se va a quedar tranquila si no le da el dinero para volver y le pide que la espere ahí. Luego sale corriendo a alcanzar a Fina con la excusa del dinero.
Marta le pide perdón mil veces a Fina y la morena se da cuenta lo mal que está su chica, así que en ese segundo que tienen para hablar le dice que no se preocupe, que sabe que no es su culpa, pero su cara lo dice todo. Luego se ve a Marta subiendo con Jaime y diciéndole que le encantó su sorpresa. Nosotras sabemos que no porque además de haberle arruinado el plan ¡¡Marta acababa de decirle que no le gustaban las sorpresas!!
Más adelante vemos a Jaime comentarle a Marta que parece que no quiere pasar tiempo con ella, que está como ausente y se nota que le pasa algo. Marta le dice que tiene problemas en el trabajo, le comenta lo de los almacenes. Pero él tiene claro que hay algo más, que a ella le molesta hasta que la toque. Le dice que antes sus reencuentros eran más íntimos, le dice que entiende que en su casa fuera más complicado y que incluso le hubiera costado media botella de coñac encontrar ese momento con ella. Pero que ahí estaban solos y era como si no estuviera ahí. Marta se disculpa otra vez y le dice que tiene mucha presión. Él se da cuenta que no es la verdad pero ella insiste y deciden dejarlo, así que ella le pide paciencia y lo invita a caminar para despejarse.
Y yo odio que otra vez Jaime se de cuenta de que Marta no quiere estar con él, pero decida proseguir con su misión. Porque tío, si la persona con la que estás tiene la cabeza en otro lado tú no sigues, te aseguras de que quiera estar contigo o la experiencia no vale la pena. Pero parece que a él le molesta pero no lo suficiente como para parar.
Ya en el coche, de regreso a Madrid, los dos van con mala cara y Marta está preocupada porque claro, la idea era que la cosa fluyera y él se fuera rapidito, pero a ella le cuesta cada vez más disimular. Jaime confiesa que a veces puede llamarla y no la hace porque siente que es un estorbo para ella, no sabe si tiene sentido seguir con esto porque los dos se han acostumbrado a vivir solos. Marta le dice que ella jamás fue pasional y que ha sido cuestión de supervivencia, pero él siente que es apatía.
Jaime de plano le pregunta si tiene «amigos» y le dice que no se lo reprocharía porque él mismo se ha sentido solo muchas veces. Entonces Marta vislumbra la luz, pone cara de «Doña Marta» y le pregunta si le tiene que contar algo. Jaime le confiesa que le puso los cuernos una vez porque estaba borracho y se dejó llevar, pero que para él no significó nada y que se sintió muy mal y la echaba aún más de menos porque él no es esa clase de hombre.
Fina por su parte está en el bar de Gaspar intentando quitarse rumiando sus desgracias cuando llega Dina a hablar con ella sobre su padre otra vez. El señor ha decidido dejar de tomarse las pastillas y Digna ya no sabe que hacer. Fina le comenta que es que ella no puede hacer nada para convencerlo. Digna le dice que ella siempre vio con envidia como ella quiere a su padre y confiesa que muchas veces lamentó no tener una hija como ella. Tan amorosa y respetuosa. Digna le dice que la molesta otra vez porque Isidro se está dejando morir. Y así, con Fina sufriendo por todos los bandos terminamos esta semana de Sueños de Libertad.
¡Hemos tenido 5 minutos de felicidad y gloria y eso es lo que cuenta! Al menos a eso me aferro yo, porque vaya semanita. Nos vemos en nada para comentar los siguiente cinco episodios.
El tweet Mafin de la semana
Vídeos de las escenas de Marta y Fina en los episodios 51 – 55 de sueños de libertad
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