Lady Sam y Mon no controlan el mundo porque no quieren y, para prueba, el capítulo dos de la serie. Porque no llevamos ni dos capítulos de GAP en su plenitud, que vemos que la relación de Lady Sam y Mon va a ser épica. Y yo por lo menos, voy a estar aquí para el viaje que nos van a dar estas dos chicas.

Dejándonos el capítulo pasado en ese momento de “super heroína” de Lady Sam salvando Mon antes de ser atropellada, esta sigue en su modo jefa y la pobre Mon se lleva una pequeña reprimenda por parte de la misma. Aunque bueno, mirándolo por el lado bueno, Lady Sam escuchó a Mon defenderla. La cara de Mon lo dice todo, sobre todo, cuando la cosa se torna dulce y Lady Sam le pregunta por su nombre y Mon en modo “gay panic” total. Segundo capítulo y ya teniendo estos momentos, es que es para amarlo.

Incluso le meten el pequeño detalle de Mon sabiendo que a Lady Sam le van los perros y no los gatos (como ya se menciona en la novela Yuri porque sí, para las que no lo sepáis, la series está basada en un libro). El caso es que esto hace que Lady Sam, como que le empiece a sonar ya por fin de algo a Mon. Aunque por poco tiempo, la mujer está que no se entera, la pobre.

Entre cosa y cosa, se hace tarde y, en un momento de galantería total por parte de Lady Sam, esta se ocupa de que Mon llegue a casa. Porque sí, si buscamos la definición de galantería, viene la foto de Lady Sam: le presta una chaqueta para el frío, con momento “Uy, que cerca que estamos” por parte de Mon; Lady Sam llamando a un taxi de los “premium” para que vinieran a recogerla sí o sí.

Lady Sam pidiéndole el teléfono a Mon en Gap

Lady Sam le pide el teléfono a Mon para que le avise cuando llegue a casa

Incluso la espera junto con Sam hasta que viene a por ella. Al ver esto solo tengo que decir que, si vuestra chica no hace esto por vosotras, definitivamente, no es para ustedes. ¡Es que incluso le pide el teléfono en cierta forma, para que le avise cuando llegue a la casa! De verdad, así se comprende que Mon está como está de colada por Lady Sam.

Mon llega a su casa, ella toda feliz cuando, sorpresa, Nop, el chico que quiere ser su novio, la está esperando. De verdad, ¿este chico no tiene casa? ¿Padres? La cosa es que los dos se ponen a hablar y, tras un momento de demostrando que es un buen chico, los padres de Mon corren a salvar a su hija. Y menos mal, porque la hija sigue en su nube rosa y, aunque intenta mandar el mensaje de “llegué”, finalmente, Mon se raja cuando piensa que Lady Sam no lo dijo de verdad. Después de todo… si seguía sin recordarla, ¿para qué preocuparse?

Ya se preocupa Lady Sam por las dos. Porque incluso con una llamada de emergencia a sus amigas, ésta está que solo espera el mensaje de Mon.

Jim y Tee, las amigas de Lady Sam

Jim y Tee, las amigas de Lady Sam

Porque sí, mientras que Mon está en casita con sus papás, vemos que Lady Sam está de cena (normal que cene, si es que no comió nada en la fiesta) con las amigas que, si os digo la verdad, yo quiero amigas como las de ella. Jim siendo la madre del grupo, preocupada porque se nota que a Lady Sam le pasa algo. Tee, la que llama a la estupidez de Lady Sam para que sea honesta. (La que aclara de paso que, si Lady Sam dice una cosa, es totalmente lo contrario. Para que vayamos cogiéndole el truco a la mujer). Y Kade, la amiga fashionista que está dispuesta a “matar a la perra que se meta con su amiga”. Porque es que, básicamente, es la reacción de los presentes cuando Lady Sam le cuenta lo de su abuela y el encuentro que mantuvieron.

¿Las soluciones dadas? Mandar al carajo a la abuela. Honestamente, la manera en la que le animan a salir de la toxicidad de la abuela es la definición de amigos reales. Yo quiero veinte como ellos.

Sin embargo, Lady Sam no es que lo tenga muy fácil que digamos porque, como descubrimos, perdió a sus dos hermanas por revelarse estas contra la abuela. La mayor, por querer vivir de la pintura y la otra, por amar a una mujer. La abuela nos salió clasista, elitista, mandona y encima, homófoba. (La paciencia que vamos a tener que tener con esta señora va a ser grande).

Lady Sam esperando el mensaje de Mon

Lady Sam esperando el mensaje de Mon

Aunque no todo van a ser malas noticias. ¿La buena? Jim está embarazada. ¿La mala? Lady Sam aún espera que Mon le responda, mientras que esta sigue en su momento de ¡Por qué no me recuerda! La verdad, en contraste de estas dos es algo que me encanta. Sobre todo, cuando Lady Sam, cansada de esperar, le empieza a mandar Sticker a diestro y siniestro a la pobre chica. Al menos, la cosa surge efecto y Mon le responde, aunque claro, con Lady Sam terminando siendo Lady Sam… con una sonrisilla en sus labios.

Que monas.

De vuelta al trabajo, los compañeros de trabajo están a lo suyo, recordando la comida del día anterior, cuando llega la llamada: Lady Sam quiere ver el trabajo de Mon. Así que, allá va la pobre y… tiene que hacerlo de nuevo y, como dice el dicho, a la tercera va la vencida. Bueno, casi, porque Lady Sam quiere más. ¿Más de qué? Se lo pregunta hasta Mon, que le llega a decir si lo que le ocurre quizás es que está simplemente enfadada por el momento móvil de la noche anterior. Sin embargo, lejos de eso. Nuestra Lady Sam lo que tiene es una presión en ella misma por culpa de su abuela que nadie se imagina. Así, desde luego, no se puede.

Fuera, Mon es animada por los compañeros de trabajo, a su manera, porque la madre, para compañeros así, ¿quiere enemigos? Aunque son majos, la verdad.

El caso es que Mon se queda hasta tarde en la oficina, está dispuesta a sacar el trabajo sí o sí. En esta vida, me encantaría tener la fuerza de esta chica, la verdad. Hasta tarde y con determinación en la oficina. Aunque no es la única porque a punto de irse, Mon nota que Lady Sam sigue en la oficina. Así que, mirando a ver, Mon descubre a una Lady Sam que no se encuentra bien, aunque ya está ella allí para ayudarla.

Esto se viene.

Hay que avisar a alguien: Kirk, el prometido de Lady Sam, el que debe de cuidarla, ¿verdad? Bueno, más o menos, porque Kirk se encuentra reunido con la competencia. Para ayudar a la compañía dice. Mirándolo por el lado bueno, al menos la jefa preferiría primero hablar con lady Sam. Aunque viendo la sonrisilla que nos trae, esta chica a mí no me gusta nada. Mantendremos un ojo en ella.

Con Mon llamando a este, Kirk se sorprende al escucharla al otro lado de la línea, aunque pronto le dice de una farmacia para que le vaya a por sus pastillas. Mon va literalmente corriendo a por ellas, se cae en la mitad de la calle y todo (aunque normal, porque con esos tacones, yo me mato corriendo). En fin, que en esta vida, en el amor, búscate tu propia Mon.

Mon cuidando de Lady Sam

Mon cuidando de Lady Sam

De vuelta a la compañía ya con las pastillas, Lady Sam se la traga y no sabemos si por las pastillas, por lo que sea que le pasa, no sabemos. Solo sabemos que cuando se da cuenta, Mon termina con Lady Sam durmiendo en su regazo y esta con una sonrisa de oreja a oreja. La comprendo perfectamente, para qué vamos a mentir. Yo estaría igual si la persona en la que tengo el crush me monta un momento como el que Lady Sam le monta a la chica.

No todo iba a ser color de rosa y Kirk vuelve a llamar para si tiene que llevar a Lady Sam a casa, si no puede conducir, pero con Lady Sam no queriéndolo ver ni en pintura, está dispuesta a tomarse un taxi. Aunque no sola porque ya está aquí Mon para acompañarla y que no vuelva sola a casa. Lady Sam mirándola de manera “¿realmente está pasando todo esto?”, pero sí, está pasando y allá que van las dos, de camino a casa de Lady Sam porque Mon quería ser de utilidad.

Mon y Sam de camino a casa

Mon y Sam en el taxi de camino a casa

Y nosotras queríamos ver ese momento del taxi en el que Lady Sam termina durmiéndose sobre el hombro de Mon. Si es que, de verdad, esta serie se titula “La Teoría del Rosa” y con estas cosas lo comprendemos. Yo también estaría en un mundo de color de rosa viviendo los momentos que estas dos nos están regalando, y eso que solo vamos por el capítulo número dos.

Llegando a su casa, Mon se queda mirando el sitio como extrañada, ya que se creía que Lady Sam vivía en un palacio. (Nota: si seguís el libro en el que se basa la serie, Lady Sam es descendiente de la realeza, nada más y nada menos). Lady Sam la mira ya cansada de las tonterías y la envía a casa, pero hey, avisándola cuando llegue. Amamos la sororidad, aunque más el hecho de que estando mala Lady Sam, es ella la que se preocupa porque llegue bien a casa.

Por suerte, Mon lo hace directamente y a tiempo, porque Lady Sam tenía listo el móvil para su mensaje. Mensaje que quiere que sea llamada de teléfono, llamada que le molesta. ¡Madre mía! Cualquiera comprende a esta mujer. Encima, Mon intenta ser la buena y solo se hace recordar que Lady Sam sigue sin saber que fue la chiquilla a quien le dejó el perro de pequeña.

Mon llorando expresa sus sentimientos

Mon llorando expresa sus sentimientos

Mon se derrumba entonces, le suelta incluso un “¿qué quieres de mí?”, Lady Sam se lo toma como ofensa, pero Mon ha tenido suficiente y la que termina recibiendo una dosis de realismo es Lady Sam cuando le llama en su tontería. Incluso la llama en su modo de no preocuparse por nada.

Con estas dos es una montaña rusa de sentimientos en todos los momentos y estamos aquí para el viaje, honestamente.

Lady Sam recibe una dosis de realismo

Lady Sam recibe una dosis de realismo

Así que, con Sam en shock y con una Mon que cada vez empieza más y más a notar que en la nube en la que montó a Lady Sam, la ha tenido que bajar; volvemos al trabajo con la jefa ni cruzando miradas con Mon que está desanimada a más no poder. El resto de la empresa ya empieza a pensar que lo que le ocurre es que la van a echar de la empresa por no cumplir los estándares de la jefa.

Si solo supieran los pobres.

Estando el modo de esta manera, de repente aparece Kirk y con las manos llenas de comida. ¿Queriéndose hacerse el buen jefe? Casi, porque, al parecer, ha sido Lady Sam la artífice de esta comida de gratis por “el trabajo duro” o, como me gusta a mí llamarlo, el efecto de cierta personita.

A veces, en la vida solo tienes que llamar a alguien en sus tonterías para que despierten de ese pedestal en el que se subieron.

Lady Sam ofreciendo un sandwich de la paz

Lady Sam ofreciendo una comida de la paz

Sin embargo, Mon no está sorprendida por el gesto. Incluso cuando Lady Sam se lo da en mano la ofrenda de paz, esta se lo niega. La cara de la empresa entera viéndola rechazar la comida es todo un poema. Sin embargo, Mon es una chica independiente que necesita más que un bollo como un perdón y Lady Sam termina comiéndose su “perdón” en la oficina. Vamos, la definición de comerse su orgullo, en pocas palabras.

Por suerte, sorpresa, Kirk la sigue y tras un pequeño momento de incordio, este realiza la pregunta clave “¿qué le has hecho?”. Sam no se baja de su ego, pero si que tiene un momento de sinceridad en el que casi como que confiesa que eso de la comida lo hizo por Mon y, además, que eso de ser tan dura con ella es porque ve el potencial de esta.

Kirk anima a Lady Sam a arreglar las cosa con Mon

Kirk anima a Lady Sam a arreglar las cosa con Mon

Lo fácil que sería decirle eso a la cara y… en fin, ¡que viva el drama! ¿Verdad?

Así que, de esta forma, nos encontramos en el final de la jornada de trabajo, cuando Mon se encuentra con Lady Sam y Kirk. ¿La mejor forma de definir este encuentro? ¿Sabéis cuando erais jóvenes y no teníais ni idea de cómo pedir salir a alguien? Esta es la definición gráfica: Lady Sam la que quiere pedir salir a Mon y no sabe cómo, Kirk el amigo que le acompaña para salvar la situación y Mon la que no tiene ni idea de lo que está pasando.

Kirk empujando a Lady Sam para que esta le invite a comer a Mon y esta que no se baja del burro, como dicen donde vivo. Kirk salva la situación y, aunque a su manera, tenemos a Mon acompañándolos a la invitación para comer. Con Kirk como tercera rueda del patín, pero por algo se empieza. Aunque pobre chico, de carabina, siendo intermediador entre Lady Sam y Mon, que ninguna se pone de acuerdo en el que elegir. Bueno, más bien la jefa, que no deja de decir que no a los lugares que elige Mon, hasta que por fin acepta ésta un sitio habitual para la empleada.

Conduciendo Kirk, Mon se coloca detrás de Lady Sam en los asientos y creemos que sabemos por qué: para que Lady Sam le eche un ojo de vez en cuando por el espejo retrovisor. ¿Para mirarla simplemente? No. Ni sentada la deja en paz, porque es que Mon está toda tímida al ser la primera vez que entra en un cochazo como el de su jefa. “Piensa que es un taxi” le dice Lady Sam incluso. ¿Honestamente? Los combos de jefa y empleada son de lo más divertido a veces.

Por suerte, es hora de comer y, habiendo aprendido la lección y de costumbres sobre quien come primero, Mon espera a que Lady Sam empiece, quien se toma el honor después de la mirada de duelos con Kirk.

Mon y Sam comiendo con Kirk

Mon y Sam comiendo con Kirk

La cantidad que la jefa echa en su plato de picante deja tanto a Kirk como a Mon sorprendidos. Ninguno se lo espera, pero lo que parece ser nuestra Lady, no es tan Lady como pinta y así lo hace entender cuando le aconseja a Mon de como comer el plato que se ha pedido. Una señora, sí, pero con calle, como dirían en mi barrio.

Con barrio, pero cuando Mon saca a relucir que el sitio en el que están comiendo tiene leyendas de fantasmas, la señora se aterra. Encima Mon que sigue con más leyendas y fantasmas que rondan la zona y con Kirk burlándose; finalmente se saca a relucir que a Lady Sam, no es que le gusten mucho los fantasmas. A Mon le encanta esta faceta, no hace falta nada más que verle la cara para ver lo que está disfrutando todo aquello.

Y, como se dice, todo lo bueno tiene su fin, hay que volver a casa. Primero, dejando a Mon en la suya y donde se encuentra Nop esperándole. Este chico no la deja en paz.

Lady Sam despidiéndose con pose de "no me importa nada"

Lady Sam despidiéndose con pose de «no me importa nada»

Despidiéndose de Kirk y Lady Sam que se despide con un “no me importa nada, pero me marco una pose por si acaso” mientras que se preocupa por ella a su manera. Porque sí, aunque con tremenda actitud, Lady Sam no pierde su momento celos cuando Kirk nota a Nop esperando a Mon.

Lady Sam, que tienes competencia y no te enteras.

Aunque bueno, competencia poca porque seguida vemos que con quien se queda a dormir es con su mejor amiga, quien ofrece de ir a comer con Nop como en los viejos tiempos y Mon en plan “otro día mejor”. Aquí Mon solo tiene ojos para una persona y esa persona es Lady Sam. Vamos, que hasta su mejor amiga lo dice abiertamente. Sin embargo, Mon parece desanimada conforme va el tiempo ya que está viendo que esa Sam que conoció, ya hace tiempo que partió.

Así que, con la mejor amiga que solo se queja del novio y Mon de aquella forma, que viva la soltería, ¿verdad? Mentira, su amiga recibe un mensaje y enseguida la deja sola. Aunque no es la única que recibe mensaje, Lady Sam le envía un Sticker. Mon otro Sticker y… regañada por responder tan tarde. Esta chica no toma un respiro.

Tarde, pero el combo que viene se agradece porque, después de enviarla a dormir, la obliga a quedarse charlando con ella… Alguien le tiene miedo a que se le aparezca un fantasma. Aunque el momento estrella viene cuando fantasmas no es su preocupación:

Lady Sam: ¿Con quién te acuestas? ¿Estás sola?
Mon [a punto de decirle que sí]: No, estoy sola.

Es que la tontería que me llevan estas dos, así no se puede… queremos más.

Lady Sam intenta asustar entonces a Mon, pero esta no lo va a conseguir. Es más, casi creo que es al revés.

Mon mete miedo a Sam con historias de fantasmas

Mon mete miedo a Sam con historias de fantasmas

O no…

Lo único que sabemos es que al día siguiente, Mon es pillada a mitad de camino en el trabajo por su jefa y con un momento cerquita-cerquita de las dos… tendremos que esperar al próximo capítulo para tener más sobre estas dos y yo voy a estar ahí para seguir viendo porque los momentos que nos están regalando son pura fantasía y la química que tiene las dos protagonistas se hace visible.

Lady Sam pilla a Mon

Lady Sam pilla a Mon

¿Y a vosotras? ¿Qué os pareció? Porque yo, honestamente, voy en el barco de esta pareja y de aquí como en el barco de Chanquete, no me moverán. ¿Y vosotras? ¿Estáis a bordo o no para el viaje de vuestras vidas? Porque con el adelanto que nos han dejado, con Lady Sam y Mon, el tiempo no se va a perder.