¿Qué tal, lectoras? Esta tarde os traemos un nuevo resumen de nuestras brujas favoritas y nos preguntamos si Raelle y Scylla tendrán su esperado reencuentro hoy. ¿Tendremos suerte?

El cuarto capítulo de esta segunda temporada de Motherland Fort Salem empieza de una manera inesperada: un vídeo propagandístico que te anima a someterte a un test para saber si eres bruja o no, encontrar tu voz y alistarte al ejército, claro.

Después de ese vídeo tan curioso y la intro, Gregorio y Adil entran en escena sentados tranquilamente mientras repasan un poco de Mothertongue, pero esto no dura mucho ya que Abigail, medio afónica, espanta a Gregorio y charla un poco con Adil. La tensión es más que evidente, parece que la pareja está atravesando uno de sus peores momentos y así nos lo confirma el Tarim, que ha decidido acompañar a su hermana a India para encontrar un lugar donde asentarse.

Por otro lado, tenemos a Petra y Anacostia, las cuales al parecer han estado trabajando juntas y a espaldas de Alder, sobre el asunto de Scylla, The Spree y la Camarilla. Recordando lo que vimos en el capítulo anterior, las dos han decidido confesarle a Alder sus operaciones secretas, cosa que no le hace ninguna gracia a la general, porque claro, una cosa es perseguir a Scylla por medio estado para ver qué hace y otra cosa es descubrir gracias a ella que la Camarilla tiene una tecnología capaz de identificar a las brujas para luego poder asesinarlas, información que quizá y solo quizá Sarah Alder debería conocer.

Y aunque sabemos que aquí nuestra bruja jefa debe agradecer esa información, manda a Petra fuera de sus despacho para quedarse a solas (las Biddies no cuentan) con Anacostia y recriminarle un par de cosas, entre ellas haberle ocultado sus últimos movimientos y no haberle pedido permiso para liberar, por ejemplo, a Scylla.

Y hablando de Scylla… Nuestra espía favorita le lleva la misma información a Willa y aprovecha para robar de la puerta del frigorífico de su suegra una foto de una Raelle más joven y risueña. Willa finge no darse cuenta de ese pequeño detalle mientras escucha que Orsatti le está llevando los resultados de la prueba del test a un superior y, por supuesto, el nuevo objetivo de Scylla será perseguir al señor para ver quién es ese superior. Cuando Scylla se está yendo, la líder de una de las células de la Spree le dice que puede quedarse la foto. Ay, Willa, ¿te damos ya el premio a la mayor shipper?

Scylla mirando la foto de Raelle

Una Scylla enamorada a punto de cometer un robo en la casa de su suegra.

Alder concede una entrevista a la prensa en uno de los centros de verificación de brujas para explicar que van a abrir más centros y que los métodos que usan son totalmente inofensivos. Cuando se dirige fuera para dar una rueda de prensa más general, se encuentra con un multitud de personas protestando en contra al grito de “no a nuestras hijas”. La cara de la general es digna de enmarcar.

Pero no nos centremos en la cara de pocos amigos de la bruja y vamos a fijarnos en esa persona que baja de un bus con una caja entre las manos y que pasa tranquilamente el control policial, y no me refiero a la chica, me refiero a la caja. Una caja que se abre y unas cuantas personas se reparten el contenido. Un momento… ¿son bombas? Podrían ser bombas perfectamente, y… ¿las están colocando estratégicamente por todo el recinto? Ay, dios mío, que la Camarilla se ha compinchado con la policía y de aquí no puede salir nada bueno.

Volvemos a Fort Salem donde asistimos a una comida un tanto incómoda entre la unidad Bellweather y Petra. La mamá Bellweather insiste en que Abigail tiene que empezar a echarle el ojo a Gregorio para traer bebés al mundo porque esa es otra manera de combatir al enemigo, pero es que encima, después de darle la chapa a su hija con el monotema, elogia a Raelle por sus nuevas habilidades y claro, eso a Abigail no es que le siente demasiado bien.

Tally aprovecha para preguntar sobre el conflicto de Liberia, sí, ese con el que sueña, aunque omite esa parte. Resulta que Petra estuvo allí, en el Frente Eterno, pero no en la época que nos interesa, eso sí, nos cuenta un par de cosillas jugosas: una bruja llamada Esterbrook junto a otras brujas se negaron a alistarse al ejército cuando les tocó y decidieron sacrificarse para darle un mensaje al mundo. Cuando Tally pregunta por qué no se habla de Alder en toda esta historia, Petra se extraña y le responde que ella nunca estuvo allí, pero nosotras sabemos que eso no es así.

Después de que las chicas conversen en su habitación y Raelle mire unas cartas que la Matriarca le ha dado con los caretos y las habilidades de candidatos a esposo, así modo cartas de Pokemon pero con chicos, M les da instrucciones al aquelarre al completo para que vayan a proteger a Alder en la protesta mientras la señora intenta dar discursos motivacionales para todas las niñas y mujeres de América.

Raelle va a ser la guardaespaldas personal de la general y Tally, por otro lado, va a acompañar a Penélope en una limusina junto al vicepresidente. Que hablando de estos dos… no llevan muy bien que Penélope tenga sangre mágica corriendo por sus venas. Tally hace todo lo que puede por empatizar con ambos y explicarles a los dos la posición en la que se encuentran para que puedan entenderse mejor. Al parecer, el vicepresidente ha accedido a que Penélope cante un cántico delante toda la multitud para que vean que no hay nada malo en ser bruja. Y la gente se queda asombrada, hasta que Alder entra en escena para dar ese discurso que nadie quiere escuchar y que vuelve a levantar los gritos entre los manifestantes.

Penélope en una presentación del ejército

Penélope respaldada por el aquelarre Sekhmet mientras intenta engatusar a los manifestantes.

Por cierto, hay dos manifestantes que no deberían estar ahí. Anacostia y Scylla también acuden al lugar pero vestidas de civiles y persiguiendo a Orsatti. Mención especial al momentazo en el que Scylla está como una tonta enamorada mirando la foto de Raelle y Anacostia le llama la atención, pero Scylla no pierde oportunidad y le pregunta sobre ella. Anacostia no suelta ni prenda porque “céntrate en la misión.”

Las dos salen del coche cuando ven que su objetivo entra de lleno en la protesta, y vaya, qué casualidad, Bonnie y Shane también están allí. Si alguna sospechaba que estas protestas estaban organizadas por los simpatizantes de la Camarilla… ¡bingo! Y las dos se ven obligadas a quedarse en mitad de toda esa gente que van en contra de las brujas y hasta a abuchear a Alder. Hay que comentar que a la pobre Scylla casi se le para el corazón cuando ve que Raelle está ahí mismo, a unos metros de distancia y hasta quiere salir corriendo, pero Anacostia le para los pies. Tienen una misión con nombre y apellido que parece esperar a que algo pase, pero ¿el qué? No sabemos si lo que está esperando es que los miembros de la Camarilla que hay infiltrados empiecen a alentar a la multitud a ser un poquito más violentos y hasta se atreven a tirarle un cóctel molotov a la general que Raelle ve a tiempo y gracias a eso se salva. Aay, chicos, ¿no sabéis que está mal jugar con fuego?

Alder enojadísima

La verdad es que a nosotras no se nos ocurriría contrariar a esta bruja de aquí.

Después del ataque, la agenda del día sigue su curso y las primeras voluntarias son sometidas al test de reconocimiento. Anacostia aprovecha y le manda un mensaje a Alder telepáticamente con sus descubrimientos: la Camarilla tiene agentes infiltrados entre los manifestantes y la policía les está ayudando. Petra y la general deciden no revelar la verdad y atribuir cualquier ataque a The Spree para que no cunda el pánico entre la comunidad de brujas.

Así que nuestras niñas esperan fuera instrucciones de la general, pero las comunicaciones fallan, culpa de la Camarilla, y además Tally no puede usar su visión. Para colmo de males, todas las brujas, Gregorio y M escuchan la voz de Charvel. ¿Cómo es esto posible? Abigail se dirige sin pensarlo dos veces hacia la voz, que la conduce a un garaje donde la Camarilla le tiende una trampa. Podríamos respirar si estos agentes del mal no llevaran consigo una tecnología capaz de hacer que los poderes de Abigail se esfumen en cuanto ella abre la boca.

Tally y Raelle, que no se han dado cuenta de que Abigail ha desaparecido, encuentran junto a M y Gregorio las bombas e intentan echar a los manifestantes del lugar para ponerles a salvo. Pero éstos están empecinados en hacerle saber a la rubia lo muy descontentos que están con las pruebas a las que el ejército quiere que sus hijas se sometan. Raelle les dice que con ellas estarán a salvo y, que, además, una persona hace tiempo le dijo que dejara que el ejército la hiciera fuerte, que eso era bueno y que tenía razón, ¿os suena de algo? Es lo que Scylla le dijo en el primer capítulo de la primera temporada. Scylla, de hecho, está ahí mismo, detrás de un hombre, escuchando todo mientras intenta esconderse y que su ex novia no la vea.

Desgraciadamente no consiguen echar a los civiles del lugar y una de las bombas explota. No es una bomba normal; es una bomba de sonido. Una explosión de sonido sacude a la gente y tumba a todo el mundo. Hay heridos, claro, y la gente empieza a correr despavorida. Raelle se da cuenta de que Abigail ha desaparecido y Tally y M salen corriendo en su busca. La encuentran a punto de ser degollada por un miembro de la Camarilla, que de alguna manera usa la voz de su prima. No desesperéis porque nuestres brujes consiguen salvar a la Bellweather.

Y… redoble de tambores. El ansiado reencuentro parece llegar. Entre la estampida de personas que sucede alrededor de Scylla y Raelle, las dos consiguen verse, desde la distancia. Sin embargo solo dura unos segundos porque un señor decide que es buen momento para chocarse con Raelle y Scylla aprovecha ese instante para hacer bomba de humo y desaparecer. Raelle la busca, sin éxito, pero encuentra su foto medio arrugada en el suelo.

Raelle buscando a Scylla

Mirad la carita que se le queda a nuestra niña cuando Scylla ya ha desaparecido.

Al final, el ejército atribuye el ataque a The Spree y Sarah le pide a Petra que se asegure de que el aquelarre Sekhmet no vaya difundiendo la verdad.

Ya al final del capítulo, nos encontramos en la enfermería donde Tally y Raelle descansan mientras Abigail duerme recuperándose de sus heridas. Raelle le cuenta a la pelirroja que ha visto a Scylla en la manifestación y que está segura de ello porque “reconocería esos ojos en cualquier parte.” Same, mi niña, same, a nosotras tampoco se nos olvidan esos ojazos.

Abigail se despierta y se siente una completa inútil por no haber podido hacerle frente a la Camarilla, por haberse dejado engañar por ellos con la tecnología que usan y, además, se siente responsable por la muerte de Charvel. Sus amigas intentan consolarla. Las tres están enfadadas con Alder porque en lugar de decir la verdad, de iniciar una guerra contra el verdadero enemigo, una vez más le ha echado las culpas a otros.

Tally, cansada de la situación, decide coger las riendas del carro y se presenta ante de la general, saltándose todos los protocolos. No quiere más mentiras, y directamente, con todo el valor del mundo le pregunta: ¿quién es Nicte Batan?

Y aquí, señoras, se acaba un capítulo más de esta serie llena de magia y que sin duda nos encanta. ¿Sarah le contará la verdad a Tally? ¿Qué siente Raelle por Scylla realmente? ¿Cómo van a hacerle frente a la Camarilla? ¡Os esperamos la semana que viene!