Hace dos semanas que no les hacía nuestro resumen de Anatomía de Grey, pero que conste en actas que no fue porque hubiese abandonado la serie, sino porque desafortunadamente Callie y Arizona prácticamente no aparecieron. En el 6×06 nunca estuvieron juntas y en el 6×07 la escena fue anecdótica y no tuvo relevancia para el episodio o para la pareja.
Así que no fue hasta el episodio 6×08 llamado Invest in Love que ahora me toca resumir que pudimos ver más sobre nuestras chicas, pero para nuestra alegría este capítulo está centrado casi por completo en Callie y Arizona así que tenemos más de las chicas.
Nuestro episodio comienza con Callie y Arizona en la cama. Pero no preocupen sus inocentes mentes con cochambrosos pensamientos, porque le están dando un uso tradicional. Vamos que están durmiendo. Pero su sueño es interrumpido por el biper de una de ellas que comienza a sonar. La patinadora se levanta y le ruega a las diosas que no sea el de ella porque tiene mucho sueño. Las de arriba le contestan y el biper es de Callie así que Arizona tira a su morenaza de la cama de un solo movimiento (lol) y vuelve a la cama.
Pero queridas lesbicanarias. ¿No han oído eso de que no hagas lo que no quieres que te hagan? Pues el destino le juega una mala pasada a la rubia, y es que en uno de esos asquerosos movimientos karmáticos, su biper comienza a sonar también y al final las dos tienen que irse de urgencia al hospital a las cuatro de la mañana.
A la patinadora le toca atender a una joven que sufrió un accidente y está embarazada. El bebé está sufriendo una hemorragia así que hay que sacarlo e intentar mantenerlo vivo aunque sea tan peque. A Callie por otro lado le toca meterle mano a una niña que se ha caído del tejado y se ha roto más de 50 huesos por andar dándole a los hongos.
Las dos agarran sus camillas y salen corriendo al único quirófano disponible. Por unos minutos el hospital se convierte en una pista de la formula una con nuestras CalZona en equipos contrarios. Callie rebasa por el exterior y alega que su chica requiere más el lugar. Arizona no se achica y aprovecha la recta para acelerar y ponerse a la altura de la otra diciendo que su bebé se desangra. Al final un obstáculo en la pista (en la forma de una enfermera que abre una puerta) deja a la patinadora con la victoria y a Callie gritando que preparen otro quirófano.
Pero eso sí, después de sus respectivas operaciones se van a tomar un cafecito juntas que una cosa es la rivalidad del trabajo y otra la de su relación.
Más adelante a los residentes les toca hacer ronda con Arizona en pediatría y la mujer les da un discurso antes de entrar porque ya los conoce. Les dice que en su zona del hospital existe la magia, que los peques se deben tratar diferente y que más les vale comportarse y creer en milagros. Cristina casi vomita (lol) pero yo me enamoré más de la patinadora porque es una tierna.
Así conocemos a Wallace, un pequeño paciente disfrazado de doctor que ha estado entrando y saliendo del hospital durante los últimos 6 meses porque su cuerpo no puede absorber de manera correcta los nutrientes. Tanto él como Arizona cumplen años el mismo día así que se ponen de acuerdo para celebrarlo juntos. Pero la pediatra se le ponen los pelos de punta cuando los padres de Wallace piden hablar directamente con la junta del hospital y que ella esté presente. Pero se lleva la sorpresa de su vida cuando los padres del peque deciden regalarle 25 millones de dólares al hospital por el cumpleaños de Arizona y por la manera tan cariñosa y correcta en la que ella ha tratado a su hijo.
A la hora del desayuno, la pequeña grey, Sloan, el novio de Cristina y Arizona se pasan al departamento a desayunar (me dio risa que Cristina comiera todo super grasoso y el novio todo light lol). Y todos debaten sobre la suerte y lo mucho que ayudará ese dinero al programa de Arizona. La pequeña Grey dice que es el mejor regalo de cumple y Callie se asombra porque no sabía que su rubia cumplía años. La pediatra alega que ella no celebra sus cumples, la besa y se marcha al trabajo. Pero Callie siendo mujer levanta una ceja y se pregunta si acaso es el clásico movimiento que hacemos las chicas en el que decimos que algo no nos importa pero sí nos importa. Así que después de un semi consenso decide hacerle una fiesta sorpresa.
Al volver al trabajo Arizona se encuentra con que Wallace está un poco raro, como sin energías así que decide hacerle algunos tests y cuando los resultados llegan se da cuenta de que repentinamente su condición ha empeorado mucho y que después de las múltiples operaciones que le han hecho el peque no soportaría una más.
La pediatra se llena de valor y con lágrimas en los ojos les explica a los padres que le queda muy poco tiempo de vida. El padre insiste en que se le opere y Arizona le intenta hacer entender que lo más probable es que el niño se quede en quirófano y que aún si la cirugía fuera bien tan solo le conseguirían cuando mucho dos meses de vida más.
Pero cuando eres padre y tu bebé se te está muriendo todo razonamiento es poco para ti. Así que el hombre le dice a Arizona que no va a invertir 25 millones de dólares para que encuentren la cura para otro peque que no sea el suyo. Pero la rubia sabe ver más allá del dolor y aún así se niega a operar al niño y se marcha con lágrimas en los ojos porque para ella los pacientes no son solo eso. Siempre se involucra por mucho que le haya dicho a Bailey que no es así.
El jefe va detrás de ella y la codicia puede más que la razón, le dice que los padres encontraran quien opere al niño y que ella es la mejor, así que debe intentarlo. Arizona le dice que hay un 99.9 por ciento de posibilidades de que se muera pero él le dice que no es imposible y al final la pediatra acepta.
Arizona se siente horrible porque no está segura de que operar sea bueno, de hecho sigue pensando que está totalmente mal, y encima en su cumpleaños. Así que recurre a su guapa novia para que le diga que es genial y le de los ánimos que le están faltando para hacer su trabajo.
Callie la toma de los brazos, la mira a los ojos, le sonríe y le infunde la confianza de que todo va a salirle bien, así que la rubia se adentra en el hospital más confiada. Antes de entrar a quirófano Arizona habla con Wallace que le dice que tiene miedo porque alguien le dijo que morirse era como dormir, pero que él a veces cuando se dormía tenía pesadillas. Ella le dice que no se preocupe porque va a despertar.
Por la tarde Callie llega al departamento y se encuentra a una Arizona cabreadísima porque no le contestó los mensajes de teléfono.
La morena intenta explicarle que su cirugía se complico y por eso se retraso pero Arizona está pagando con Callie su frustración sobre la operación y no le deja hablar. Le dice que ella ha estado siempre ahí para apoyarla en todas sus crisis y ahora la necesitaba y no estuvo ahí.
Para colmo en ese momento Owen y Cristina (recordemos que el departamento es de Cristina y Callie) están peleando. Y de alguna manera también le toca a la pobre de Callie a la que le llegan por todos lados por más que intenta mantener la calma y hablar decentemente.
Al final Arizona se marcha enfadada porque le mandan un aviso del hospital de que la necesitan urgentemente y deja a Callie con cara de «¿Qué demonios acaba de pasar aquí?» y Cristina diciendo «Bitches» LOL.
La pediatra llega al hospital para encontrarse con el peque en muy mal estado por el post operatorio. De inmediato lo intentan volver a operar pero el niño no sobrevive y Arizona se niega a decirle a sus padres que está muerto porque siente que es su responsabilidad haberle operado cuando sabía que esto iba a pasar.
La rubia llega totalmente deprimida al departamento y se encuentra con esto:
La intención era buena pero Arizona no está para fiestas y termina llorando y marchándose dejando a todos con cara de WTF. Callie sale corriendo tras de ella y se disculpa por haberle organizado una fiesta sorpresa.
La rubia le explica que no es por que fue fiesta sorpresa sino porque se murió Wallace y que está muy deprimida por eso y no puede quedarse. Callie le dice que no se preocupe que ella se lo explicará a todo el mundo y que no pasará nada porque todos son cirujanos y la entenderán perfectamente.
Arizona vuelve al hospital y se encuentra a los padres de Wallace recogiendo las cosas de peque y al jefe y al director de la junta besándoles el trasero para que les sigan dando el dinero. La pediatra por poco vomita y se acerca a la madre para decirle que si quiere puede ver al peque.
Los cinco (el jefe y el director también se apuntan) van a ver a Wallace y su madre empieza a hacerle un pequeño ritual que tenían cuando él se iba a dormir. Ella movía sus manos en su cabeza y decía «Sueños buenos, sueños buenos, quédense, sueños malos, sueños malos, váyanse» y había que decirlo tres veces para que funcionara. La mujer solo puede hacerlo una vez y termina llorando a mares. Entonces Arizona con lágrimas en los ojos lo hace por ella.
El padre del pequeño mira entonces al director de la junta y le dice que es gracias a la pediatra que seguirán dándole el dinero al hospital. Que no es por su besamiento de trasero sino por la manera en que ella les ha tratado.
Cuando Arizona llega finalmente al departamento, se encuentra a Callie que se ha quedado dormida en el sillón esperando por ella. Y en su cara podemos ver lo mucho que le importa ese detalle.
La morena se despierta y en menos de lo que se dice «quirófano» se levanta se pone un gorrito y dice:
¡Estoy despierta! ¡Estoy totalmente despierta! ¿Ves? Y tenemos sombreros y regalos y donuts y (voz sexy) lencería.
Arizona responde con tres palabras que llenan toda la habitación
I love you
Awwww y Callie no puede más que responder que ella también le ama. ¡Que bonitooooooo! me encantó este episodio, lo guardare en la videoteca lesbicanaria entre los que vale la pena repetir. ¿Te gustan las fiestas sorpresas en tu cumple o prefieres no celebrar?