Después del horror del final de la octava temporada de Los Hombres de Paco la serie está de vuelta y con ella los resúmenes que han pasado de ser de Pepa y Silvia para pasar a ser solo de Pepa :(. Pero nuestra viuda favorita no puede quedarse sola señoras, tenemos que ser fuertes y acompañarla en su triste destino, así que ¡agárrense que vienen curvas!

Empezamos nuestra historia con Pepa ahí en pleno rollo con un tipo que es

feo a secas digamos difícil de ver. Luego dicen que los mafiosos tienen glamour ais…pero el caso es que mientras lo camela con besos y caricias le echa algo en la copa que 5 horrorosos minutos de besos después descubrimos que es un laxante porque el hombre sale corriendo al baño y nuestra Pepa aprovecha para crackearle el portátil y transferirse todos los datos de su ordenador al teléfono al más puro estilo de las espías de la nueva era.

Señoras, pueden aprender una valiosa lección de esta escena, nop, no es que las espías son sexys, nop tampoco es que Pepa se ve muy bien desnuda, ¡cuidado con las contraseñas guapas! que si no la espía de turno les saca toda la información en menos de lo que se va a al baño.

Sí es que en el fondo soy una geek

Una vez con los datos en la mano (y nunca mejor dicho) Pepa procede a llamar a Aitor para pedirle un favorcito de nada:

A ver Aitor, necesito que vayas a comisaría y me saques sin albarán un fusil automático, dos berettas y 20 cargadores. Necesito también 300 gramos de C4 y un cebador runi (o algo así que yo de armas sé lo mismo que de teoría cuántica).

Luego le agrega que se tiene que hacer de un coche de alquiler y manejar hasta la mismísima Italia non lesbica para llevarle el cargamento. Por supuesto a Aitor todo este asunto le hace la misma gracia que una patada en el estómago y en un principio se niega en rotundo. Sobre todo porque Pepa lleva sin dar señales de vida y nadie hasta hora sabía donde estaba, así que le dice que mejor llame a su hermano. Pero Pepa le responde:

Porque esto solo te lo puedo pedir a ti. Es un favor de puto loco a puta loca, tengo muchas ganas de verte, chao.

Y sin más le cuenta, ais extrañaba lo mala palabrera que esta mujer. Y odio la tristeza de sus ojitos cuando pasa sola en el coche esa navidad que tendría que haber pasado con Silvia.

¡¡¡¡PELIRROJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! Siento dejarlas sordas chicas, pero me ha salido del alma, si es que por más que lo intento, yo como Pepa, todavía no lo supero.

Al otro día por la mañana está ahí nuestra Pepa fumándose un cigarro mañanero con pose de espía todavía y los lentes que le pidió prestados a Olivia Spencer cuando de repente Aitor aparece en escena.

Olivia me prestó los lentes a cambio de tips para dar besos hardcore

Ambos se alegran mutuamente de verse y después de hablar de poemas infantiles deciden ir al grano. Pepa sabe donde está el hijo de la gran vaqueira que mató a Silvia Gordo. Ha pasado todo este tiempo recopilando información de manera ilegal hasta llegar porque quiere detenerlo para llevarlo a España. Sabe que si lo juzgan en Italia no pasará mucho tiempo en la cárcel y le ruega a Aitor que la ayude.

Pepa a descubierto un pichini (o como se escriba) una mensajera de la mafia que la ha llevado sin querer hasta la mismísima cueva de El Gordo. Así que hasta ahí mismo se van con el arsenal preparado para asaltar su escondrijo y sacar a la rata.

Cuando llegan por fin a la casa se lo encuentran encerrado en una habitación del pánico bien encerradito, pero viuda preparada vale por dos y para eso se pidió Pepa el C4. Así que sin mucho pensárselo vuelan la puerta y se encuentran con El Gordo empolvado.

Sucio como una rata

Pepa le dice que aquello de «alto policía» pero en italiano que después de las non lesbicas todas le hacemos un poquito al idioma. El Gordo como una piedra, Aitor le dice que lo envuelvan cual paquete y se lo lleven a España, pero Pepa no hace más que mirarlo fijamente mientras le apunta con la pistola.

Y a medida que pasan los segundos no puede evitar recordar a Silvia desangrándosele en las manos y en su cara podemos ver toda la fustración, odio, coraje, tristeza, que lo que ha pasado le causa y con esa sensación en el cuerpo le dispara en la cabeza y lo mata.

Un regalito en forma de bala de parte de todas las lesbicanarias

Parafraseando a Ares en el mítico episodio «The bitter suite»: Ding dong, the bitch is dead. Yo me he quedado de piedra, porque por un lado mi corazón se siente vengado y el causante de todo el dolor lesbicanario ha muerto, pero por otro Pepa se ha convertido en una asesina y tendrá que lidiar con las consecuencias de lo que ha hecho en algún momento y nuestra pelirroja no está de vuelta.

Quisiera ahondar en ello pero no me da tiempo porque Aitor está que se lo lleva la que se lo trajo. Y es que Pepa lo acaba de convertir en cómplice de asesinato y eso no le hace la más mínima ilusión. Los dos se ponen a pelear ahí en plenas afueras de la finca. Pepa le da un puñetazo, Aitor se lo devuelve y los dos tirados en el piso dándose hasta por debajo de los ojos.

Pero al final terminan con Pepa llorando desconsolada y Aitor mirándola con lágrimas en los ojos. Entonces Pepa le pide disculpas por haberlo involucrado y le dice:

La mató, ¿lo entiendes?, ¡La mató delante de mí!…Yo sé…yo sé que no soluciono nada…pero no podía vivir…

Aitor la abraza fuerte para consolarla y ambos lloran para después irse pitando en el coche cuando ven que alguien se acerca. Y colorín colorado, nuestro primer episodio de la nueva temporada de Los Hombres de Paco se ha terminado. ¿Qué les ha parecido? ¿Cómo se han sentido viendo la serie sin la pelirroja de nuestros amores?, ¿si hubieran estado en el lugar de Pepa habrían echo lo mismo? Yo creo que yo sí. ¡Contarme sus impresiones deberían!