Estoy sentada en mi sofá con los calcetines hasta las rodillas, mis pantalones cortos y mi pulserita nueva (lo sé, no es una imagen sexy precisamente) pensando cómo carajo empiezo este resumen de Julia y Mariana; y es que, niñas, la verdad es que la inspiración me ha abandonado, tanto verle el culo al Mamila y a Mariana en plan amo-a-mi-novia-porque-me-complementa tiene sus consecuencias… En fin, no podemos olvidar que se trata de un culebrón y si tuvimos beso la primera semana, no lo vamos a tener la segunda… (Por dios, que no sea como Lucecita que me puede dar un infarto…)

Haré un refresh para recordarles cómo está el panorama: Julia le dijo al Mamila que se iría a vivir con él, pero no salen de su ciclo cama-bronca, en una de esas discusiones ella lo deja sin sexo y él se va a buscar a la periodista tocona por eso de que su cama es de matrimonio y no va a desperdiciar el espacio; mientras tanto, Mariana consigue sobrevivir gloriosamente a una sesión de celos de Dani. El fantasma de Juliana pulula por el ambiente pero nadie quiere verlo…

Esta semana comienza igual que lo dejamos, con Armandito en pleno desahogo con la periodista tocona sin darse cuenta de que ella le saca fotos en posturas comprometidas (por eso de que lo ajeno no se toca). Pero pasemos del idiota y vayamos con nuestras niñas, que están ensayando para un casting que tiene Julia; en la escena escogida nuestra Aparicio tiene que declararse a un tal Ernesto y la niña, por más que intenta e intenta, no está inspirada (y eso que tiene en frente a Mariana de lo más sexy echándole ganas). Su “amiga” comienza a explicarle cómo debería interpretar el texto y Julia, dolida en el orgullo, le reta a que le muestre cómo en vez de hablar tanto; y, yo no sé ustedes, pero a mí me mira esa mujer tan de cerca y con esa boca y pierdo el tino… Céntrate, céntrateeeeeeeee…

Julia y Mariana Las Aparicio

Ayyyy… este... ¿cómo era que me llamo?

Esto mismo debe pensar Julia, porque en el momento clave, huye de la cercanía de esos labios y acusa a Mariana de ser muy directa y de tirarle el calzón (traducción: entrar a saco; están aprendiendo expresiones nuevas y todo, encima se quejarán), que sólo le falto arrimarle el camarón (no encuentro equivalente en femenino, pero sería algo así como arrimar la cebolleta, jajajaja). Y ahí las dejamos, arrimándose el camarón mutuamente (ayyy, no sean mensas, es en broma, si sólo son amigas… que digo amigas… hermanas… mal pensadas que somos las lesbicanarias).

Pero como el buen rollo no puede durar, pasamos de las risas a las broncas… Julia va a casa a recoger (agarrar… no me hagan el chiste) su cartera y se encuentra casualmente con el Mamila que le pone un ultimátum: tiene 24 horas para tomar una decisión en cuanto a si se traslada o no, o él va a empezar a pensar que su chica no quiere vivir con él. A Julia (cómo a cualquiera) eso del ultimátum le sienta como una patada y le responde que deje de presionar, porque no va a conseguir nada de esa manera… y lo vuelve a dejar con la palabra en la boca y sin sexo por el momento…

Cambio de escenario, Julia y Mariana están cocinando con Aurelia cuando la Señora Chavela hace su entrada en escena para informarle a su hija que la comida huele raro (de verdad, cómo me toca la moral cuando estás cocinando y tienes a alguien detrás diciéndote lo que estás haciendo mal… ayyy, ya, déjame hacerlo a mi manera). Cómo buena madre que tiene una opinión sobre todas las cosas que haces, prueba el chimpachole (esto sí que nunca lo probé) y confirma que Julia se equivocó con los ingredientes… nuestra niña tiene tanto o más carácter que la matriarca, así que espanta a su madre y desahoga con ella todos sus males mientras, cómo no, abandona la habitación. (Pero, ¿es que esta mujer no sabe enfrentar una discusión como se debe?)

Mariana se da cuenta de que a su amiga le pasa algo y va tras ella, Julia le explica su problema con el ultimátum de Armando y lo agobiada que se siente… Tras un rato de conversación, Mariana le explica que no es tan complicado vivir con tu pareja, siempre y cuando haya amor de por medio, tal vez Julia debería pensar si es eso lo que falla…

Julia y Mariana Las Aparicio

Miren que lindas que se ven…

Esa misma noche, Armando está volviéndose loco (literalmente, ve mujeres en ropa interior paseándose por su casa… ¿Por qué a mí eso no me pasa?… ah, sí ya sé, porque no soy una salida obsesa). Llama a P.T. (periodista tocona… ya saben) y cuelga en cuanto le contesta el teléfono… Así que, ramo de rosas en mano, se planta en Villa Aparicio para disculparse con Julia y prometerle que le dará todo el tiempo que necesite, pero nuestra niña no se fía de que mientras ella se está decidiendo, él busque otra mujer para calentarle la cama… (Abro paréntesis para comentar el hecho de que al final de la discusión, el muchacho se pone a jugar al fútbol con un ¿coco?… ¿Qué les pasa? Están mal hechos estos dos…).

Al día siguiente, P.T. se planta en casa del Mamila en plan acosadora (vamos, que tira el calzón y arrima camarón todo de una vez), Armandito se deja hacer un poco, pero finalmente la rechaza y la echa a pataditas. Justo en el momento oportuno, porque minutos después Julia aparece con una maleta y la noticia de que ha decidido arriesgarse y confiar en él. Se quedan juntitos, hablando sobre la mudanza y los trastos de Julia en plan estamos-encoñados-se-nos-pone-cara-de-gilipollas-y-a-todo-le-ponemos-diminutivos (de verdad/la neta, que pereza/weva que me dan); en el momento oportuno suena el teléfono (oportuno porque medio minuto más y vomito), es P.T.A. (añado A. lo de por lo de acosadora) que le reclama al Mamila que no la puede tratar como si fuera desechable, Armando disimula y le dice a Julia que es una vendedora de seguros que no deja de llamar (como los de Jazztel, que me llaman TODOS los días, incluidos los sábados).

Por la noche, se reúnen todas las mujeres para celebrar que Julia se muda, (¿Qué hay que celebrar? Más bien hay que darle dos bofetones para que espabile.) con cócteles de color rosa y juegos de mesa. Pero lo de los juegos tiene que esperar, porque cuando Mariana va a buscarlo, sorprende a nuestra reprimidita (Iliana) cambiándose de ropa. Y la muchacha con su castidad agraviada, se encierra en el armario ante la amenaza lésbica que se le acerca (tanta auto represión no es sana) y, por si fuera poco, se planta en mitad de la fiesta para manifestar su asco ante la presencia de nuestra lencha favorita. (Ayy niña… ya bébete un Sex on the Beach de esos y cállate un rato). Julia sale en defensa de Mariana y todas las Aparicio se le unen (que coraje que a estas alturas todavía necesitemos defensa), pero Mariana prefiere marcharse y que la fiesta siga sin ella, antes de continuar arruinando la despedida de su amiga.

MANFLORA, jamás oí una palabra más fea… y es que, por si con el episodio de la representante de la Santa Madre Iglesia y el Foro de la Familia juntos Mariana no tuvo suficiente, tuvo que escuchar la charla homófoba del taxista de camino a casa y llega con la moral por los suelos. Por suerte, Dani está en modalidad yogui-amo-al-mundo-porque-estoy-en-armonía y la anima con mimos y halagos varios y bien distribuidos.

Como nuestros ojitos quieren ver otras cosas, saltemos en el tiempo y aterricemos en la cocina de Mariana, donde Julia está cocinando (cocina, cama, bronca y huida es la dinámica) y gritándole a su amiga para que vaya a ayudarla, pero nuestra niña está enganchadísima al twitter (Lesbicanarias, organicémonos, tenemos que localizarla y followearla todas como locas… al grito de ¡¡¡ya!!!) y ni la escucha. Dani le dice a Julia que aproveche mientras Armando le hace caso, porque luego se aburren y se acaba la atención en exclusiva, y le recomienda un libro: “Los 7 secretos de la pareja iluminada” (pobrecita, ¿Cómo se expone a la burla tan fácilmente?). Julia no espera ni que Dani cierre la puerta para comenzar a reírse y Mariana le propone un pacto de no-criticar-a-los-respectivos. (Déjense de tonterías ya y asuman los celos que se tienen…)

El Mamila regresa a casa para encontrarse todo revuelto y una foto suya entre las piernas de P.T.A. con un post-it amenazador (¿Quién amenaza con un post-it? Eso sólo funciona con las notas que te deja tu madre de “Cómo vuelva a casa y no hayas limpiado la habitación, te vas a enterar”); el muchachito se pone a ordenar todo rápidamente antes de Julia regrese; pero, como el pobre es más torpe que Mr. Bean, se le cae una sartén en la cabeza y se cae redondo al piso. Así que cuando nuestra confundidita llega a casa y se lo encuentra inconsciente al idiota, se preocupa muchísimo y lo lleva al hospital.

En cuanto Armando sale del médico, va a ver a P.T.A. para decirle que se aleje de él y de Julia, tras un rato de amenazas mutuas, la acosadora le dice que le dejará en paz y que ya volverá él arrastrándose cuando se aburra de su novia.

Julia y Mariana Las Aparicio

Ayyyy, que te coooomooooooo… Ñammm… ico ico

Julia por su parte está preocupadísima porque piensa que el sartenazo es un aviso de la maldición mortal de las Aparicio; pero cuenta con los ánimos y bromas de nuestra Mariana para sacarle una sonrisa y hacer que se tranquilice (ayyyy… si necesitan más pruebas es que están ciegas).

Mientras la parejita feliz (véase Mamila y cieguita) están en plena luna de miel pavosa y empalagosa, P.T.A. decide saltarse la promesa de alejarse de ellos y le envía a Julia la foto comprometida de Armandito… ¿En qué acabará todo esto?…

Pues parece que no vamos a tener que esperar mucho para averiguarlo, porque al día siguiente, Julia revisa su página web y se fija en un comentario que le han dejado (ábrelo, ábreloooooo, que es P.T.A.); lástima que el Mamila imbécil está por ahí incordiando porque ese día aún no han tenido sexo y eso para él es imposible, nuestra Aparicio insiste en que deberían encontrar cosas en común que puedan hacer fuera del dormitorio, el imbécil intenta convencerla con frases como esta: “Yo no sé cómo tú no te puedes hacer el amor todos los días cuando te ves al espejo… la neta” (ayyy… perdón, tengo que ir al servicio… o deja de ser tan pavoso o voy a acabar con el estomago destrozadito… la neta).

Julia y Mariana Las Aparicio

Menos mal que tengo estos momentos para descansar un poco los ojos…

Vamos con otro momento más divertido, por favor… Julia, Mariana y Alma están jugando a ver quién finge mejor un orgasmo, pero como esta semana se han propuesto no dejarme disfrutar ni un poquito, la reprimidita entra en acción para cortar el buen rollo y nos quedamos sin ver a nuestras niñas juntas en la cama un ratito más…

Vale, vale, dejo ya mi faceta perseguida-sufridora, porque el momento de la verdad está por llegar y es que, por fin, Julia revisa su página web y abre la foto que será el comienzo de una nueva etapa y el fin de la luna de miel con el Mamila de las narices-que-estoy-hartita-de-verle-la-cara-ya (o, al menos, eso espero yo… juzguen ustedes mismas… vean la cara que se le queda a la muchacha…)

Julia Las Aparicio

Vesssss, estas cosas no te pasarían con Mariana…

Dios mío…. Ya se formó el desmadre (¿por qué me pongo dramática? Si lo estaba deseando), Armando intenta excusarse con el argumento yo-te-amo-pero-no-puedo-evitar-cogerme-a-lo-que-se-ponga-por-delante-luego-me-siento-mal-y-además-esa-mujer-está-loca. Evidentemente, a Julia le da igual lo que le diga, recordemos que decidió confiar en él arriesgarse y se acaba de llevar la hostia que tanto temía; así que se vuelve a Villa Aparicio, con su corazoncito roto, tan rápido como puede.

En el otro punto de nuestra pareja deseada, Mariana tira a la basura un paquete que le entrega Dani, así descubrimos a que nuestra lencha no sólo la torturan los taxistas por su orientación sexual, sino que sus padres tienen contacto mínimo con ella; en fin, tiene a la iluminada a su lado, que le asegura que la familia que ellas formarán será perfecta. (La verdad es que la iluminada es una joyita, a mí me dicen eso y se me pasan todos los males… ayssssssssss).

El domingo se reúne el clan para almorzar (echo de menos a mi familia, snifffff) y tenemos dos invitados que no estaban la semana anterior: Leonardo (el cepillo de dientes de Alma) y Dani (la joya iluminada); entre otros momentos menos destacables, surgen cuestiones como las siguientes: ¿Dónde está Armando?, Julia contesta que está de concentración (recordemos que el imbécil es futbolista) y, un comentario que podría parecer una tontería pero que traerá cola, que las mujeres Aparicio son las más bellas… Mariana celebra este comentario y se lo dedica especialmente a Julia (¿Hola? Tu novia está sentada al otro lado, dirección errónea).

Julia, Mariana y Dani Las Aparicio

Me recordé a la Cuore…

Mariana aprovecha un momento a solas con Julia para preguntarle qué pasó con Armando, pues no se cree que esté de concentración… La encuestada opina que NS/NC (no sabe/no contesta) y le alaba el buen gusto al escoger a Dani, porque es perfecta… Y lo dijo sin retintín, soy testigo.

Esa misma noche, el Mamila tiene a dos mujeres en su casa (yo ya no sé si son de verdad o se las imagina, con este hombre nunca se sabe) y está bebiendo tequila directamente de la botella, ni caballito ni hostias, a morro.

En otro punto de la ciudad, las Aparicio están de sesión de belleza / terapia mientras Julia desahoga su cabreo con Armando… Las tres hermanas coinciden en la opinión de que es un cabrón, pero Alma cree que tal vez es cierto que tiene una adicción con el sexo y no lo puede controlar (ayyy, Alma, cállate, mejor dile que se lie con Mariana).

Julia, Alma, Mercedes Las Aparicio

¿Por qué mi hermano nunca quiso probar mascarilla de pepino? Se ve divertido…

En fin niñas, dejemos el pepino y centrémonos en Mariana y Dani, quienes tienen la discusión inevitable al llegar a casa, después de la cara que puso la iluminada en la comida, por mucho yoga que le eche, no se iba a quedar callada… la discusión transcurre del palo de siempre: Julia-es-como-mi-hermana-ves-cosas-donde-no-las-hay-y-estoy-cansada-de-discutir-siempre-sobre-lo-mismo versus estás-ciega-si-no-ves-que-no-te-comportas-con-ella-como-con-una-hermana… y concluye cuando Dani dice: “A mí se me hace que la única razón por la cual yo sigo aquí es porque Julia es buga, porque si no fuese así, no hubieras dudado ni un segundo en cambiarme por ella” (Cayó la boooooombaaaaaa… ¿habrá daños colaterales?)

Pues sí, parece que hay daños y de los gordos… al día siguiente, Mariana y Dani continúan la conversación ya sin el cabreo nocturno y nuestra niña favorita le confiesa que tiene razón. Que no había querido verlo, pero que se ha dado cuenta de que no es justo mantener a Dani a su lado mientras siente algo por otra persona (no son las palabras exactas, pero yo extraigo el jugo de la conversación para ustedes)… Dani junta todo su valor y su corazón y se marcha…

Mariana y Dani Las Aparicio

Ayy… es que, qué asquito… las quiere a las dos… ¿no creen? No sé qué pensar ya…

Y así acaba nuestra semana… Mariana intentando aclarar cabeza y corazón y ponerle nombre a lo que le está pasando, Dani dejando el espacio libre para lo que tenga que venir, el Mamila en plan auto destructivo y Julia buscando información sobre la adicción sexual (cuánto daño me están causando Google y Wikipedía).

No sé niñas, me quedé con sensación choffff… Empieza a haber un poco de acción interesante, pero algo me hace pensar que no vamos a tener alegrías próximas… puede ser mi lado dramacuin al ataque…. ¿ustedes que creen?