La semana pasada sacamos los Kleenex una vez más porque Callie y Arizona siguieron empecinadas en estar separadas. Y es que si bien zanjaron el tema de los bebés a base de romper (¡¡sufro!!), siguen enamoradísimas la una de la otra, mirándose con ojos de cordero y cayendo en momentos de debilidad cuando se encuentran en los ascensores.
Nuestro capítulo de final de temporada comienza con Callie y Cristina en plena depresión post-relación-fallida. Y es que nuestras doctoras sufren de los clásicos síntomas del dolor de corazón: ojos rojos, moquera, depresión y cuerpo cortado. Pero como siempre son todas unas profesionales y con dos ovarios se levantan y se van a trabajar.
En el hospital, Arizona se encuentra con una niña con un apéndice enojado que requiere operación. La patinadora nos explica que no hay ningún problema, ella puede arreglar el asunto con los ojos cerrados, vamos que hasta la pequeña Grey podría, así que todas nos quedamos tranquilas. Justo en ese momento el mundo gira, las casualidades existen y Callie entra en el cuarto y se hace la despistada para evitar a su ex, vamos, lo que más o menos haríamos todas.
El caso es que Arizona siempre alegre se acerca a saludar a Callie que la trata con total indiferencia y nefastes. La pobre pediatra no entiende como han degenerado de ser la pareja perfecta, a las exes amistosas y ahora las «te miro y no me acuerdo». Si es que esto del amor cambia de un minuto a otro.
Pero ya se sabe que por muy grande que sea al Seattle Grey estas dos siempre terminarán encontrándose, el destino es así de hdp. Cuando no quieres ver a una persona parece que te la encuentras por todas las esquinas. Así que Callie se vuelve a encontrar con Arizona cuando tiene que subir a pediatría para atender a un mini paciente con la pierna rota.
El caso es que ellas no lo saben, pero mientras se miran de reojo cuando la otra no se da cuenta, en los pisos de abajo del hospital un hombre que ha perdido la chaveta. Está disparándole a todo lo que se le pone por enfrente. En ese mismo momento lanzan un aviso de emergencia en el hospital para que se cierren todos los pisos y todo el mundo se quede en el lugar donde está.
¿Hay algo peor en este mundo que quedarte encerrada en un piso durante no se sabe cuantas horas con la ex que todavía amas pero con la que no puedes volver? Pues para Callie no y no le despista ni un poquito, al grado de que Arizona casi que se indigna y pregunta:
Arizona: ¿Perdona? ¿Ahora no puedes ni estar conmigo en una habitación? ¿Es muy difícil para ti?
Callie: Pues francamente sí.
Auch, después de la calma viene la tormenta dice el dicho ¿O era al revés? El caso es que la aparente amistad que podía quedar entre nuestras chicas está siendo claramente reemplazada por el nefasteo. Y si a eso le sumamos que están encerradas con el principal motivo de su pleito (osease no sé cuantas decenas de niños) la cosa no tiene pinta de mejorar.
Callie tiene muy mal humor para con Arizona pero bastante paciencia con los niños, y como hay muchísimos y poco personal se le ocurre la idea de juntarlos a todos en la sala de juegos para tenerlos controlados. La patinadora casi salta de emoción ante la buena idea y le agradece que les facilite la vida. Pero para su desencanto, la buena onda de la doctora Torres solo se extiende a los menores de 12 años.
El caso es que después de soportar con más o menos buen humor los desplantes de Callie, Arizona se cansa y le pide que hablen aprovechando que están condenadas a seguir encerradas y juntas. Entonces la traumatóloga le explica:
He intentando ser tu amiga, estar por encima. Lo intenté, pero ahora lo he superado. Voy a ir por la vía más tradicional de odiarte a muerte.
A Arizona las nuevas noticias le sientan como una patada en el estómago y la cosa empieza a complicarse aún más (sip, era posible). La pediatra le dice a Callie que ella no se merece el númerito (con cierta razón) sobre todo porque ella solo le ha tratado con respeto y con amor. Pero la traumatóloga no piensa lo mismo:
He pasado el último mes tratando de convencerme a mí misma de que no necesito niños para ser feliz. De verdad he intentado aleccionarme a mi misma, diciéndolo en voz alta a ti y a Mark. Para convertirme en lo que querías que me convirtiera. Y entonces me paré un momento y pensé: ¿Alguna vez has imaginado lo que sería hacer ese cambio por mi? Porque no creo que lo hicieras. Lo que has hecho es deshechar mi sueño. Lo que me dice que no te importa una mierda si soy feliz. Nunca entendí quien eres. Ahora lo entiendo y no me gusta.
Señoras…estoy se está poniendo color de hormiga…
Pero Arizona también tiene guardados sus buenos argumentos, así que a Callie también le toca su sarandeada, como no:
¿De verdad? ¿Se supone que debo cambiar por ti? ¿Por qué? ¿Por estar enamoradas? Porque tu te enamoras todo el tiempo. Hombres…mujeres…
Callie: ¿Cuándo vas a perdonarme el no ser suficientemente lesbiana para ti?
Arizona: Cuando me convenzas de que te enamoraste de mi y no de la idea de estar enamorada. Cuando me convenzas de que soy diferente de George O’Malley, Erica Hahn, Mark Sloan…Tienes un gran corazón, es una de las cosas que amo de ti pero no confío en ti. ¿Por qué habría de hacerlo?
Afortunadamente para nosotros y desafortunadamente para ella, en ese momento a la pobre niña le revienta el apéndice interrumpiendo esta pelea que tenía toda la pinta de ir a peores.
Las chicas están en un cuarto intentando aliviar los dolores de la pequeña y hacerla sentir cómoda en lo que vuelven a abrir el hospital, cuando de repente se nos para el corazón a todas y el tirador entra por la puerta pistola en mano. Arizona de inmediato entra en shock y se tira encima de la peque para protegerla diciendo una y otra vez «aquí solo hay niños».
Callie tiene pánico de lo que pueda pasar, se puede ver en sus ojos, y sin pensárselo demasiado se levanta y se pone enfrente de Arizona y la pequeña para hablar con el tirador y protegerles. La morenaza le ofrece unas vendas y le pide que les deje y después de unos minutos que me parecieron horas porque pasaron lentosssssssss, el tirador decide irse y dejarlas con vida.
Entonces Callie se acerca a tranquilizar tanto a la peque como a Arizona que siguen histéricas.
Esta bien. Sé que la quieres (dirigiéndose a la peque). Sé que quieres a tu mami y va a volver pronto, pero ¿Sabes qué? Hasta que ella llegue tienes a la mejor doctora en el mundo entero contigo ahora mismo. Sí, la doctora Robbins es la mejor doctora del hospital. Creo que la mejor doctora del mundo entero. Sí, la gente se siente muchísimo mejor después de que ella los ayuda. A veces, la gente se siente mejor justo después de que ella entre en una habitación. Porque tiene esta sonrisa super mágica…y cuando te sonríe todo mejora. Tú no lo sabes, porque la tienes a tu espalda, pero ella te está dando, guau, ella te está dando su mejor sonrisa super mágica.
Arizona al oír el discurso va recuperando la cordura y la pequeña deja de llorar. Callie le acaricia la mejilla a la pediatra para asegurarse de que está bien y cuando ve que es así, la deja con la peque para avisar al 911 de lo que acaba de suceder.
Un montón de doctores y enfermeras muertas después, consiguen detener al tirador y abrir de nuevo el hospital y nuestras chicas sobreviven a la masacre. Pero pasar por una experiencia así de fuerte tiene sus consecuencias.
Callie: Hubo gente que murió…No quiero tener hijos si eso significa que no puedo estar contigo.
Arizona: No, no, tendremos niños. Tendremos todo tipo de niños. Siempre pensé que no estaba hecha para ser madre. Pero tú serás una gran madre. Serás una madre increíble. Y…te quiero tanto, y yo no puedo vivir sin ti y nuestros diez niños y…
¡Awwwwwwwww! ¡Han sobrevivido señoras! Si nuestras chicas han conseguido pasar este escollo significa que su amor es para siempre porque este era de los grandes. ¡Que se quiten de en medio MerDer porque he aquí la verdadera pareja de ensueño!
En general me encantó lo que han hecho con ellas en los capítulos, mi única queja es que han salido muy pero que muy poquito :(. Por lo demás dos episodios de cierre geniales, las escenas de Bailey son para darle un Emmy directo a mejor actriz de drama. Hubiera sido perfecto si no fuera por la decisión que tomó al final la pequeña Grey. ¡Que alguien le quite la venda de los ojos por las diosas!
¿Qué les pareció el episodio? ¡se requieren análisis concienzudos de todo lo que pasó chicas!
Fue genial que se reconciliaran, en serio amo amo a Arizona y la pareja que hace con Callie. Pero el capítulo en general fue como decía una amiga «un viernes 13» muerto por aquí, por acá y más allá. En fin, genial resumen Rogue, sabemos que haces milagros con el poco material que nos dejan ver donde salgan nuestras chicas consentidas.
Saludos 🙂