Ayyyy, se acabaron mis vacaciones… Vida triste Soah (frase registrada por tita Pi)… En fin, de vuelta a la triste realidad y al culebrón diario de Julia y Mariana que tantas alegrías nos debe. La semana pasada dejamos a las niñas peleadas: Mariana enfadada con Julia sin decirle el motivo y la Aparicio sin atreverse a preguntarlo mientras intenta que Armando le perdone su infidelidad… retomamos donde lo dejamos.

Les recuerdo que Julia había ido a Villa Aparicio a buscar refugio, pues tanto Mariana como Armando (ya van dos veces que lo menciono por su nombre… ¿será que me está cayendo bien? ¿Qué me pasa?) le cerraron la puerta en las narices. Pero la Señora Chavela le hace saber que no puede usar el lugar como escondite, que debe enfrentar el problema… Menos mal que alguien empuja un poco a esta niña, porque si no se pasaría la vida quejándose, excusándose y escondida.

Así que Julia junta valor y va a hablar con el muchacho, quien la somete a la ley del silencio y la indiferencia… Ella utiliza todos los recursos de los que dispone (he de decir que son muy limitados) para convencerle de que sea comprensivo y la perdone, pero el Mamila no está dispuesto a ceder y le pide que recoja sus cosas y se vaya de su casa (auchhh, eso debe doler). Por mucho que Julia insiste en el hecho de que ella le perdono no una, sino varias infidelidades, el futbolista no cede… ya saben: él no lo puede evitar, tiene una enfermedad…

Tanta tontería junta no es buena… Hagamos cuentas, la echaron de casa y a Villa Aparicio no puede volver, así que… ¿Dónde creen que va? Exacto: a casa de Mariana, regalito en mano y con cara de perdóname-¿sí?-que-soy-buena (¿Se dieron cuenta de que se maquilló y se ve muchísimo más guapa en esta escena?… Ojo al dato). Nuestra lencha no puede resistirse a la imagen, más después de saber que el Mamila y ella terminaron, y la invita a hacer galletitas juntas al más puro y casto estilo otálico (menos galletas y más acción… volviendo a citar a Pi… ¡Cuánto daño ha hecho Otalia al mundo lésbico!).

Julia y Mariana Las Aparicio

Ayyy… le voy a enviar esta foto a Julia, a ver si percibe la información que no procesa…

Pero no crean que nos libramos del Mamila tan fácilmente, pues no ha pasado ni un día y el muchacho ya está llamando a Julia; no obstante, nuestra niña es fiel a sus costumbres y prefiere evitar la confrontación, así que no le contesta el teléfono y prefiere desahogar sus penas y quejas (qué pesada, todo el día igual) con Mariana y centrarse en las clases de teatro. Y ahí es donde tiene lugar nuestra siguiente escena, las niñas tienen que hacer un ejercicio con máscara neutra (Caperucita y el lobo feroz) y el subtexto más evidente no puede ser, juzguen ustedes mismas:

Mariana: Ay Caperucita, ¿Por qué no me amas?
Julia: Porque quisiera amarte lobito, aunque seas tan diferente a mí, pero debo encontrar el camino yo sola.
Mariana: ¿Sola?… ¿Sola? ¿Sabes quién es Julia? Julia es el espejo donde Mariana se ve pero no se encuentra.

Esteee… ¿qué?… necesito un diccionario sentimientosreprimidos-castellano / castellano-sentimientosreprimidos… Lo cierto es que las dos se quedan igual de descolocadas por lo que acaba de pasar… y los compañeros ni digamos…

Mariana y Julia Las Aparicio

Cara de ¿qué-carajo-fue-eso?

Lo normal sería esperar al final de la clase para hablar sobre lo sucedido, reflexionar un poco y aclarar lo que quiera que está pasando. Pero, ya saben cómo funcionan nuestras niñas, deciden irse juntitas a comer… ¿Puede que decidan hablar claramente entre chelas y pambazos? (ummm… que antojo) Nos quedaremos con la duda, pues en el momento preciso aparece el Mamila para comunicarle a Julia que le han fichado para un equipo en Madrid, se ha dado cuenta de que no puede vivir sin ella y quiere que vaya con él. (Boooooombaaaaa).

A nuestra niña no le hacen ninguna gracia los cambios radicales de opinión de su… ¿ex novio?, ¿novio?, ¿animal de compañía?… Le pide tiempo para pensárselo bien, ya que no confía nada en que puedan resolver los problemas trasladándose al otro lado del Atlántico; lo cierto es que los argumentos del Mamila son muy tristes (te amo, es en serio… no puedo vivir sin ti, la neta…). Mientras tanto, Mariana espera a Julia… tanto que se pasa la hora de comer y se queda sin pambazo… ayssssssssss…

Mariana y Julia Las Aparicio

¡¡Ahora!! Mira ahora Juliaaaaaaaaaaaa… Nada, ni modo…

Esa misma tarde nuestra niñalindaMariana está tranquilamente tomándose una chela (cerveza, birra, etc.) mientras cuida sus plantas (o eso intenta al menos, porque jamás vi jardinera igual), cuando Armandito aparece en su casa porque quiere hablar con ella… ¿¿Einggg?? ¿Qué pasa aquí?… Como es muy educada y, seamos sinceras, la curiosidad le puede tanto como a nosotras, le invita a una cerveza… y, ya saben, una cerveza lleva a otra, esa a otra, esa a otra, esa a otra, esa a otra… y tras 4 cervezas se te suelta la lengua y te pones en plan filosófico a contar tu vida y miserias…

Julia y Mariana Las Aparicio

Cuenten las botellas para hacerse una idea de la cantidad de alcohol que llevan encima… especial atención a la cara de no-puedo-oír-más-chorradas que tiene Mariana.

Armando le explica que al saber que tenía que irse a Madrid comprendió que no podía vivir sin Julia y quiere saber si Mariana podría vivir sin ella… nuestra niña casi se cae de la silla con la pregunta y rápidamente adopta la pose estás-diciendo-tonterías-ves-cosas-donde-no-las-hay; pero el Mamila está muy seguro de que Julia más que decidir entre viajar o quedarse, está decidiendo entre ellos dos… Nuestra niña pasa directamente al tequila para procesar el bombazo y la conversación extraña se deriva hacia el tema de ¿siempre-supiste-que-eras-…-eso?, pasando por el asquerosamente clásico eso-es-porque-no-has-encontrado-un-hombre-que-te-enseñe-a-disfrutar (yo leo entre líneas un yo-puedo-hacerte-cambiar-de-opinión) y acaba con el horrible debe-ser-duro-ser-un-bicho-raro-y-que-te-miren-como-a-una-apestada (agüita con la frase que suelta el muchacho “la gente prefiere matar niños antes que dártelos en adopción”… lo peor es que es cierto). Mariana opta por hacerle caso mínimo y le aconseja probar con un hombre si tanta curiosidad tiene por su situación.

Julia y Mariana Las Aparicio

El daño que está causando Julia Aparicio al ser humano… ayyssss…

A la mañana siguiente Julia va a buscar a Mariana para ir a clase y se encuentra con el triste panorama; le exige al Mamila que respete el espacio y el tiempo que le ha pedido y que deje fuera de todo esto a su mejor amiga, él le explica que lo único que quiere saber es a quién de los dos va a elegir… Julia le mira con la misma cara que le miró Mariana y evita el tema.

Ayyssss… nuestra niña favorita empieza el día con mala pata y en clase no le sale ningún ejercicio a derechas, para colmo de males, tiene un profesor de los que creen que presionando es como se superan los bloqueos y lo único que consigue es que Mariana salga huyendo en mitad de la escena (que levante la mano el que estuvo en una clase de estas y no acabó llorando o corriendo… naaa, no te creo, baja la mano).

Mariana y Julia Las Aparicio

Awwww… se ven tan monas… juntitas… ayssssss… yo quiero…

Julia va a buscarla y se la encuentra en pleno bajón: uno de esos momentos en que piensas ¿por-qué-carajo-me-complico-la-vida?-con-lo-fácil-que-sería-todo-si-fuese-heterosexual-y-no-tuviese-que-escuchar-estupideces-o-defenderme-del-rechazo-del-primer-idiota-que-se-cruce-en-mi-camino… y es que Mariana lleva mucha lucha encima y aunque aguanta como una campeona lo que le echen, todos tenemos un límite. Julia la consuela y tiene uno de esos instantes que hacen que la adore:

Julia: Entonces no ves lo que yo veo, cuando yo te veo, yo digo, eso es lo que quiero para mí. (Momento perfecto para beso… peeeeero) Y ya sé que no me crees, pero yo sí te entiendo, de verdad.
Mariana: No, Julia, me puedes querer y me puedes apoyar, pero nunca vas a entender.
Mariana y Julia Las Aparicio

Repito...Awwwwww… cuchicuchicuuuu… que ganas de estrujarle los cachetes…

Marianaaaaa… ya está bien, siempre diciéndole que si no es lencha, que no puede entender… Déjala que se exprese, joder… Es que para un momento de sinceridad y complicidad que tienen, va y se aleja… De verdad, es que son tal para cual… ¿Llegará el día en que se dejen de tanta tontería y hableeeeeeeen?… Ya pasó, ya pasó… es que me toca la moral y me estreso.

Julia y Mariana Las Aparicio

Miren con que carita se queda Julia…

Por la noche, Armando se presenta en Villa Aparicio a cantarle serenatas a Julia (que dolor de oídos) por eso de que tiene paciencia limitadita y necesita una respuesta ya; la muchacha lo echa a patadas y a mí me dan ganas de estamparle la radio en la cabeza.

El profesor de interpretación de estas niñas tiene un ojo clínico, ¿no creen? Porque, de nuevo, les pone un ejercicio que puede desembocar en desastre: Julia tiene que decidir entre dos personas que la aman, Mariana y un individuo X; nuestra Aparicio se agobia y sale corriendo… una interpretación muy realista, ¿qué quieren que les diga?

Julia y Mariana Las Aparicio

Con máscara y todo se palpa la tensión en el ambiente… chan channnnn

Su amiga sale a buscarla después de clase, pero se encuentra con Armando en su lugar y el muchacho acaba por hundirla diciéndole que no tiene más dudas porque Julia está muy segura de él… te odio Mamila-cabezón-imbécil-vete-pa’-donde-quieras-pero-desaparece-del-mapa. Mientras tanto Julia se está volviendo loca en Villa Aparicio y es que eso de tener que decidirse ya, le agobia mucho; Mariana por su parte no sabe cómo interpretar las señales de Julia y también está sumida en la confusión… yo creo que con un buen beso y lo que sigue se dejarían de dudas y miedos.

Julia y Mariana Las Aparicio

¿Eyes Wide Shut? No se asusten, es una imagen metafórica…

Al día siguiente, Julia está ordenando libros alfabéticamente para despistarse cuando llega Mariana y comienzan a hablar sobre las dudas que tiene la Aparicio con el tema de irse a Madrid (la conversación poniendo acento no tiene desperdicio… yo no hablo así, que conste) y le confiesa que lo que más le hace dudar es que va a extrañar muchas cosas, sobre todo a su mejor amiga…

Julia y Mariana Las Aparicio

Quiero cosquillas…

Y entre bromas y cosquillas, Mariana le dice que no se vaya… pero la conversación se ve interrumpida porque Isadora llega con la noticia de que Armando está en la radio hablando de Julia, es más, el muchacho anuncia que se va a Madrid con ella. Imagínense el cabreo monumental de la muchacha, que se va directa a echarle la bronca… Y ahí están… que si no-confío-en-ti, que si tú-no-confías-en-mí, que si esto-no-va-a-funcionar, que si pero-si-nos-queremos, que si sin-ti-no-me-voy, que si te-amo-tanto-la-neta (ayyysss… que asco), que si ya-se-están-besando y que-weva-me-dan. Ea, ya volvieron… cansinos que son. Les resumo rapidito: lo de la abstinencia parece que se lo saltaron, han decidido madurar juntos y estupideces varias a las que no les veo futuro ningunito. Mientras tanto, Mariana sufriendo en silencio… ¡¡¡¡Habla de una veeeeeeeezzzzzzzz!!!!

Esto es to, esto es to, esto es todo amigas… Parece que la semana viene movidita… Esperen que consulto la bola mágica… Uyyyyy… veo montaña rusa en el futuro… Por cierto, siempre lo pienso y se me olvida… les recomiendo encarecidamente que vean la novela completa, es muy interesante y abordan temas muy comprometidos.