Bienvenidas al hospital del amor señoras. Nunca pensé que sería así, pero lo cierto es que ver paredes blancas, batas que no se cierran por detrás y hermosas doctoras armadas de escalpelos y patines, es una de mis tareas favoritas de los viernes. Y sí, ya sé que es sábado, pero es que esta es una tarea de amor que dura más de 24 horas. No se puede microanalizar, subtitular y resumir un capitulo en menos tiempo.

Pero vamos a lo importante que es contarles lo que pasó entre Callie y Arizona en este episodio. Habíamos dejado el episodio pasado en que Callie por fin había decidido pintar de colorines las paredes de su gótico departamento para que Arizona pudiera sentir emanar felicidad de las paredes. No es que la decisión le gustara demasiado, pero ver a Arizona feliz compensa cualquier trauma de color.

Y este capítulo lo comenzamos con nuestra patinadora a punto de mudarse. Ya están preparadas las maletas, su casero le ha dado fecha límite y tiene la disposición. ¿Qué problema queda entonces? Pues que Cristina y Owen siguen viviendo con Callie y después del trauma existencial que pasaron no se les ven muchas ganas de mudarse.

Suiza está por invadir mi depa, saca a esos petardos ya.

Para la ortopedista no es tanto problema aguantar un poco más, pero Arizona simplemente no puede soportar vivir en un sitio tan lleno de gente. Mmm nuestra Arizona ha resultado ser un poco más tiquisimiquis de lo que me hubiera imaginado. No que no la entienda, vamos a ver, pero que podría ser más paciente ¿no creen?

¿Ustedes que harían en este caso? Mmm que difícil, porque luego si te mudas y no se han ido es más fácil que se queden para siempre ¿Verdad? ¿Alguna lesbicanaria con una experiencia similar en la sala que nos aconseje?

En fin que las chicas hubieran seguido concentradas en este grandísimo problema existencial que las amarga pero no pueden porque a mitad de su platica se dan cuenta de que Teddy está llorando. Y es que la doctora se había propuesto liarse con el psico para olvidarse de Owen en plan «hombre-de-trancisión» y le ha salido mal la jugada porque se ha terminado encariñando con él y ahora se le marcha al timbuctú.

Teddy: Andrew se marcha.
Callie: Oh no, no lo has hecho. Se ha encariñado con él.
Arizona: ¡Oh no!, no, no, no. Se suponia que ibas a estar con él en plan lista, y tranquila y g.I. Jane.
Teddy: Lo sé, lo sé. Pero en lugar de eso me encariñé con el tipo que cura los traumas y se va un mes después. Soy una idiota, no soy g. I. Jane, soy una barbie.

Apapachos, los apapachos lo curan todo y si son de Arizona mejor.

Ais que risa me ha dado lo de g. I. Jane vs Barbie. Creo que guardaré esos adjetivos para futuros usos en este blog y en cuestiones de la vida diaria. ¡Nunca te vas a la cama sin aprender algo nuevo! En fin que Arizona procede a hacer lo necesario en estos casos que es abrazar a la person necesitada de ayuda espiritual. Mmm seguro que nuestro duo dinámico ya está pensando en como animar a Teddy.

De todos modos, si no encuentran una rápida solución, que sepan que yo me ofrezco con toda la inocencia del mundo a salir con ella de marcha, llevarla a lugares divertidos y encontrar maneras de devolverle la sonrisa a la cara. ¿Hay alguien más en la fila?

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas

Callie no ha conseguido solucionar aún el pequeño problema de la pareja viviendo en casa y sabemos que nuestra chica ama la sonrisa de la pediatra de sus amores, así que moverá cielo, tierra y mar para conseguir hacerla feliz. Y si puede hacerlo sin cargarse su amistad con Cristina (que no es por nada pero juntas han vivido momentos muy felices y muy duros) mejor. Así que la mujer opta por pedirle ayuda a la mejor amiga de Cristina.

Pero la mayor de las mujeres Grey no está para esta clase de cosas, sabe que Cristina lo está pasando muy mal en este momento y así se lo hace saber a Callie que no puede dejar de sentirse culpable. Y cuando Arizona llega a preguntarle si le pidió a Meredith que hablar con ella solo le responde: «somos monstruos» jeje dejando a la patinadora con cara de what?

Alguien con mi alegría, sonrisa y patines jamás podría ser un monstruo

Ya por la noche nuestras chicas se reunen con Teddy y Bailey en el salón de descanzo del hospital para echar un trago y compartir penas.

Levantemos nuestras copas por tener a cuatro mujerones en el mismo espacio y tiempo. ¡Salud!

Arizona por supuesto se queja de que su casa será para siempre una fraternidad donde entran y salen montones de personas y no hay privacidad ninguna. Calliope se decide a ver el vaso medio lleno y dice que no, que esa es la casa de Meredith, su depa es más bien el sitio cool al que van los drogatas a comprar maria lol. Bailey intenta superar el sustazo que le ha dado una araña y Teddy sigue con lo de encariñarse con el psico. ¡Brindemos señoras porque esto tiene difícil solución!

Lo siguiente que vemos es a Cristina deprimida en el sillón y a Owen llegando a casa para hacerle compañía y tratar de animarla un poco. De repente la puerta se abre de un solo golpe y la visión que inunda nuestras pantallas es esta:

Nuestras chicas van a lo suyo y me ha soprendido la habilidad para soltar bolsos, cerrar la puerta, caminar al cuarto y quitarse las camisetas mutuamente en prácticamente cinco segundos. ¡La practica hace a las maestras chicas! Propongo que nos pongamos todas a la labor hasta conseguir esta efectividad.

Y después de ver semejantes muestras de ardoroso amor, Owen y Cristina deciden que lo mejor será que busquen un nidito de amor propio.

¿Qué les ha parecido el episodio? Fuera de nuestras chicas les juro que reí como posesa con lo de la araña de Bailey, estuvo super bien. Por otro lado me muero de desesperación con la poca sincronización que tienen McSteamy y la pequeña Grey. ¡Están hechos el uno para el otro! Que ganas de encerrarlos en un cuarto y no dejarlos salir hasta que se arreglen.

Posdata, que guapa está la hermana de Derek ¡cuñadoooooooooooo! (¿no salía ella en una serie en la que tenía visiones sobre las cosas y ayudaba a unos polis?) ¡Hasta la próxima chicas! Espero sus comentarios.