Buen fin de semana señoras ¿Cómo lo están pasando? La señorita Genix y yo estamos dándole duro al trabajo porque estamos renovando nuestra cocina. Las dos estamos muertas pero está quedando muy linda. Pero estamos aquí para hablar de Callie y Arizona. Esta semana nuestro episodio comienza con Callie encontrándose a Karev intentando arreglar a golpes un ordenador. Ya saben, lo que todos hacemos cuando algo no nos funciona jaja.

Como te encuentres casualmente con Arizona te mato

Alex pregunta por Arizona y Callie se frikea totalmente. Resulta que la patinadora está en el hospital porque van a empezar a probarle prótesis y la morenaza le ha prometido que nadie se enteraría porque fue la única manera de que su esposa accediera a ir, pero claro ahora sin querer ya se lo ha dicho a Alex.

Y esto hace que sean dos las promesas que no he roto. Si contamos la vez que dije: «Te prometo que no vas a perder la pierna» y sí que la perdió.

Alex le pide que por favor le diga de su parte a Arizona que espera que le vaya bien y Callie se nefastea porque le recuerda que no se lo puede decir o la rubia se entera de que se ha ido de boca. La escena es sencillita pero a la vez un poco triste si la analizas, porque Callie está totalmente a la defensiva todo el tiempo. Es decir, cada vez que se menciona a su esposa o siente que algo más puede añadir más drama a la situación actual se pone de los nervios. Se ve que la situación la tiene totalmente superada.

Mientras tanto, nuestra rubia está con David, su protesista que empieza haciendo bromas para tratar de romper el hielo pero me temo que ella no está para esas cosas. Él le pide permiso para revisar su pierna y le dice que es una muy buena noticia que no haya cicatriz y que esté curando perfectamente, pero durante toda la revisión la patinadora mira hacia otro lado. Se nota que aún le pesa verse a sí misma, lo que nos habla de su nivel de aceptación de lo que le está pasando.

En la consulta hay una mesa llena de prótesis y la rubia pregunta cual es la suya, se ve que tiene muchas ganas de ponerse en pie a pesar de todas las cosas que ha dicho. David le explica que ninguna de esas es la suya, que apenas van a trabajar en crear su cuenca postoperatoria para luego hacerle una a medida.

Por la noche, Callie llega a la consulta por su esposa, pero cuando entra, Arizona aún está trabajando con David y está parada. En la imagen podemos ver que Callie se impacta un poco de ver a su esposa así. Una vez más, notamos que ella tampoco está acostumbrada a ver a Arizona sin su pierna. La morena se disculpa por haber entrado y dice que pensaba que habían terminado, entonces la rubia salta:

Arizona: Eso es porque no revisaste tus mensajes de voz. Solo miraste quien te llamó. Si hubieras revisado tu maldito buzón de voz entonces sabrías que iba a retrasarme un poco ¡Porque habrías recibido el jodido mensaje!
Callie: Volveré

En cuanto Callie se va, todas podemos notar en la cara de Arizona que le pesa haberle gritado así a su esposa. Es como si tuviera que mantener el control y de alguna manera la válvula de escape por la que suelta todo lo que le está pesando en este momento es Callie.

David intenta aligerar la situación diciéndole que su hermano tampoco revisa los mensajes jamás y eso lo molesta mucho, pero la patinadora solo se queda mirando hacia la puerta con culpabilidad. Para mi, también fue interesante ver a Callie en esta escena porque es como si la hubieran desinflado. Cuando la morena quiere dejar de sentir algo pone esa cara de «nada me traspasa» y tira para adelante. ¿Se acuerdan cuando Arizona volvió de África? Callie tenía esta cara constantemente.

En nuestra siguiente escena vemos a Callie llegar al bar y pedirse una copa de vino blanco ojo al dato porque al final de este resumen les voy a dar una pista super friki que tiene que ver con esto. Owen ya está en el bar y los dos se ponen a platicar y al final Callie termina confesándose:

Callie: ¿Sabes eso que dicen sobre que las peores peleas de parejas suelen ser por dinero? Pues se ve que las peleas por dinero no pueden competir con las peleas por amputaciones.
Owen: Me lo imagino.
Callie: Y no puedo enfadarme o gritar, porque entonces sería la mujer que está gritando a su mujer de una sola pierna. He estado durmiendo en casa de Mark, pero no creo que pueda pasar otra noche en la cama de mi mejor amigo muerto. Me recuerda que se ha ido y acabo teniendo las peores pesadillas. La cosa se está poniendo tan mal que incluso he considerado preguntarle a Shepard si puedo quedarme en su caravana del bosque.

¡Ay señoras esto es una desgracia total! Me sorprendió saber que Callie está durmiendo en casa de Mark, porque eso solo nos indica lo difícil que está siendo todo, mucho más cuando Callie dice que ha pensado en irse a la caravana. Me sienta mal porque sé que eso no es lo que necesitaría Arizona, lo vimos en su cara cuando la morena se fue después de que ella le gritara, pero por otro lado también sé que es horrible estar viviendo constantemente con alguien que parece que te odia.

Eso de volver a casa a sabiendas de que te vas a encontrar con la tercera guerra mundial es muy estresante. Sobre todo porque uno considera su casa como un refugio y cuando eso no existe es como si te quedaras sin base. Y considerando que Callie no ha perdido solo eso, sino también a su mejor amigo y a su mujer, la cosa simplemente está color de hormiga. Porque Arizona no ha muerto, pero Callie definitivamente la ha perdido.

De vuelta en el hospital, David le está probando a la rubia la cuenca que ha creado. Arizona de inmediato dice que está bien, pero él le dice que se lo tome con calma y la examine bien porque si no le dice exactamente lo que está mal o le molesta va a sufrir muchísimo. David la quiere ayudar a levantarse pero Arizona se frikea y no se lo permite. Así que él intenta con toda la paciencia del mundo explicarle que necesita ayuda, al menos de momento. Y que de hecho si permite que le echen un cable va a poder ser más independiente. Le dice que tendría que sentirse afortunada porque hay mucha gente que se preocupa por ella.

Arizona reacciona irónicamente diciéndole que seguro él es «una bendición de Dios». Pero David le responde que no se refería a él, que para él esto no es más que trabajo y que de hecho tiene miles de cosas mejores que hacer con su tiempo. Ella de le responde que se marche a hacerlas y para su sorpresa David hace justamente eso y la deja sola.

A diferencia de Callie, David no tiene porque soportar esa actitud. Sabe que en ese momento específico tiene que hacerle ver a Arizona que necesita ayuda y tiene que aceptarlo para salir adelante.

En otra parte del hospital, Karev le pregunta a Callie que ha dicho sobre la prótesis David y Callie se frikea otra vez. Karev está preocupado porque fue él quien hizo el corte y teme que no cicatrice bien y Arizona lo odie aún más. Entonces Callie le responde que es ella quien ha tomado la responsabilidad de todo lo malo que le está pasando a su esposa.

No te culpa Karev. Ni si quiera sabe que fuiste tú quien hizo el corte. Yo tomé la decisión ¿Vale? Se supone que tenía que protegerla. Yo soy la mala doctora, la mala persona. Tu nombre nunca sale a colación.

Callie lo dice totalmente enfadada y de hecho creo que Karev termina pagando algo de la frustración que Callie siente con toda la situación. Pero de hecho con sus palabras Callie nos habla también de la culpabilidad que siente, porque «es ella quien tenía que protegerla» así que supongo que de alguna manera se siente mal por no haber podido salvar la pierna de Arizona y haber tenido que tomar esa decisión. Eso no quita que se moleste cuando Arizona le grita porque sabe que tomó la decisión correcta, pero igual se siente culpable.

Después de estar mil siglos a solas, Arizona decide intentar pararse en la prótesis. Con ansiedad y miedo se ayuda de las barras metálicas y se apoya por primera vez en ella. La verdad Jessica Capshaw es una crack porque no solo muestra con su cara los sentimientos de Arizona sino que con todo su cuerpo nos enseña que la pediatra está batallando para equilibrarse y que se siente insegura.

Cuando más o menos lo tiene controlado Alex entra en el cuarto y Arizona pierde el equilibrio al intentar voltearse para ver quien entró. Afortunadamente Karev reacciona rápido y la detiene antes de que caiga. Luego le revisa la pierna para ver que tal está cicatrizando.

Los dos hablan sobre el departamento de pediatría y parece que por un momento hay un hilito de normalidad en Arizona buscando salir a la luz. Alex le dice que el nuevo está cargándose el departamento y que la necesitan de vuelta. La rubia le responde que lo está intentando con una voz que nos hace saber que de hecho está poniendo lo mejor de su parte, aunque a veces su actitud no nos permita verlo. Karev entonces la mira a los ojos y antes de marcharse le asegura que Callie también está haciendo lo que puede.

David vuelve más adelante para encontrarse a Arizona mirándose a sí misma parada sobre la prótesis en un espejo. Es una escena muy dura pero a la vez bonita porque en su cara podemos ver lo difícil que está siendo todo esto para ella. El aceptar que nunca más volverá a ser la persona que era antes, que hay un vacío en donde antes estaba su pierna, que todos los días de su vida tendrá que usar una prótesis que hará que le duela lo que queda de su pierna…que probablemente jamás pueda andar en patines.

Sin embargo, esta vez, aún con las lágrimas a punto de salírsele vemos a Arizona con la actitud de intentar aceptar lo que se le viene encima. La rubia le comenta a David con la voz quebrada que la cuenca le queda algo floja y que le aprieta y hace que le duela en dos sitios diferentes. Él nota el cambio de actitud y la apoya dándole un ligero apretoncito en el hombro.

Me gusta este personaje porque como es lógico, sabe exactamente que necesita la patinadora en cada momento y no tiene miedo a dárselo. Y como es su trabajo puede hacerlo sin sentimientos detrás. Puede dejarla a su aire si le contesta mal o apoyarla cuando ve que lo necesita y eso es algo que Arizona necesita en este momento.

Por la noche, vemos que Callie le deja una copa con vino tinto a Arizona preparada para luego decirle que Sofía ya está dormida y que va a estar en casa de Mark por si la necesita. La rubia entonces le responde que está a punto de empezar la versión americana de «Bake-off». Y aunque no dice absolutamente nada más, invita a Callie a ver la serie con ella estirando su mano para hacer a un lado su manta, como para hacerle espacio a la morena.

Callie como que duda por un segundo, para mi que en ese instante está pensando: «¿Será seguro quedarme?, ¿Se le pasará la buena onda en cuanto me siente y se me tirará al cuello? Pero igual la morena se sienta con todo el cuidado del mundo en el otro lado del sillón, asegurándose de dejar un buen espacio entre ellas.

Me gusta está escena porque las dos están en una posición en la que no quieren estar. Arizona está luchando por aceptarse y obviamente en muchas ocasiones pierde el control. Sabe que hace cosas que hieren a Callie, y aunque no lo hayamos visto antes, en este episodio nos queda muy claro lo mucho que le pesa actuar así y que sabe que sus acciones pueden tener consecuencias.

Por otro lado Callie querría casi que salir corriendo porque parece que a cada segundo está esperando que Arizona le salte y está incómoda. Pero aún así se queda y se sienta en el sillón más tiesa que un palo. Lo que nos demuestra lo buena actriz que es Sara Ramirez, que con los gestos corporales de Callie nos hace ver lo incómoda que está en esa situación. Y el hecho de que justo cuando la cámara se aleja para mostrarlas a las dos juntas sentadas mirando hacia el frente la música que suena de fondo sea «and he don’t recognize me anymore» (y el -en este caso ella- ya no me reconoce) es totalmente acorde.

Aunque no hayan palabras es romántico, porque esto también es el amor. Me temo que los cuentos de hadas no existen y quizá sea en estas circunstancias, cuando lo menos que quieres es estar sentada al lado de esa persona pero de todos modos te sientas, que se demuestra lo que realmente sientes.

Parece que hay un hilito de esperanza señoras, la luz se ve muy al fondo, pero por lo menos empieza a verse. Ahora no nos engañemos, el abismo entre ellas es grandísimo y está claro que esto no es más que un pequeño pasito hacia adelante. ¡Igual un paso es un paso!

Para no dejarlas así medias tristonas llegó el momento friki del día. Arriba les destaqué en negritas lo del vino blanco y el vino tinto ¿lo recuerdan? Bueno les cuento, en la televisión muchas veces las imágenes nos sirven para contar cosas más allá de los actores o las palabras. Muchas veces la producción decide destacar ciertos aspectos y los lleva al primer plano para que la gente los tome en cuenta y los note.

En este episodio, si se fijaron bien en las escenas, destacaron mucho que Callie se iba a tomar «una gran copa de vino blanco» y en la final a Callie dejándole una «copa de vino tinto» a Arizona en la mesa. Y ustedes se preguntarán ¿Y eso qué tiene de importante?

La cosa es señoras, que si han sido observadoras, a lo largo de la serie se nos ha especificado mil veces que a Callie le gusta el vino tinto y siempre lo bebe. Arizona por su parte, en absolutamente todas las escenas está bebiendo vino blanco. ¿Por qué han cambiado esta vez? ¿Significa que están mostrando que están cambiando? ¿Qué se adaptan la una a los gustos de la otra?

Mmm…no lo sé pero igual era algo friki que comentar XD. Así que esta semana tienen tarea chicas. ¡A ver quien se acuerda de en que otras escenas las chicas han estado tomando vino! Les dejo pistas de dos, en una Callie estaba celosa, en otra Arizona nos recordó que Mark no era su sueño. ¡Hay muchas más! A ver si las encuentran todas.