Señoras, les tengo malas noticias, en este episodio Arizona sale apenas 30 segundos, triste pero cierto. Callie por otro lado ha tenido mucho más tiempo y sus partes son graciosas así que no todo está perdido. Pero no será uno de sus episodios favoritos en cuanto a Calzona se trata.

Callie renegando

Empezamos el episodio con Callie rengando por todos los cambios que se están haciendo en el Seattle Grace. Para las que no estén al día, les hago un respaso rápido. El grupo de «accidentados» demandó al hospital por haber utilizado una compañía que no era segura para llevarlos al viaje. El juez falló a su favor y les concedió quince millones de dólares a cada uno, pero el seguro consiguió escaquearse así que el hospital tiene que pagar y está en quiebra, así que contratan a una doctora especializada en estos casos. La mujer está preparando el hospital para ser más eficiente y venderlo.

El caso es que los cambios no les gustan a los doctores porque incluyen tratar a los pacientes como «clientes» y los están vigilando constantemente. Callie es una de las insurrectas y quiere hacer algo para que toda esta nueva política cambie, pero claro si el hospital no es comprado todos se van al paro. A Bailey que no es de las que tienen 15 millonzacos en el bolsillo no le hace gracia que jueguen con su futuro, pero Webber por ejemplo está del lado de Callie.

Callie, Arizona y Richard hablando de Pegasus

El logo es un Pegaso así que yo lo apruebo

Callie y Richard se ponen a investigar a la compañía que se llama Pegasus (y su logo es un pegaso). En fin la compañía tiene chorrocientos hospitales pero todo pinta muy burocrático. En ese momento entra Arizona y su esposa aprovecha para ponerla al día.

La patinadora sin embargo no está nefasta con los nuevos cambios, a ella le gustan los caballos voladores y dado que no hay otro remedio ha decidido ser feliz con el nuevo rumbo y le dice a Callie que se calme. Por su puesto la morena no le hace ni caso y ella y Webber deciden dar un paseito para investigar como funciona un hospital de Pegasus.

Callie y Richard fingiendo

Les presento al señor y a la señora Plantain

El plan es hacerse pasar por una pareja y pedir cita, la cosa es que los dos no planificaron como se iban a llamar (obvio que no pueden dar sus nombres). En fin que Callie sale del paso con la primera cosa que ve enfrente y que es una planta así que decide apellidarse Plantain. La cosa se complica cuando les piden una identificación, pero una vez más la morena sale del paso diciendo que Richard tiene dolor de pecho así que los pasan inmediatamente.

Callie y RIchard

Ya dentro, todo el mundo es muy amable, extremadamente amable, y por más que los dos hacen para encontrarle fallos a la técnica del doctor no la encuentran. Eso sí, les queda muy claro que los doctores tienen los tiempos super limitados y que muchas veces la tablet que utilizan para trabajar da problemas.

Cuando salen, como no han conseguido resultados satisfactorios deciden intentar infiltrarse. El plan es comprar un café y pasearse como conocedores por los pasillos del hospital, porque según la filosofía de los dos: «si traes un café te mimetizas con el ambiente». Ya lo saben chicas, utilicen este conocimiento para futuras hazañas.

Callie y Webber intentando infiltrarse

El café está de nuestra parte

Los chicos se colocan estratégicamente al lado de un grupo de doctores y empiezan a hablar en voz alta. En un principio todos se muestran reticentes a hablar, pero después de una pequeña mentirijilla (les dijeron que iban de parte de Pegasus para saber cuales eran sus quejas) empieza la letanía de problemas. Que si no hay tiempo, que si no los dejan pensar, que si los pacientes acaban recibiendo tratamientos que no necesitaban. Que no se puede opinar y si lo haces te castigan de inmediato. En fin, está claro que los doctores del hospital no están nada contentos con los métodos que utiliza la empresa para tenerlos al hilo.

Richard y Callie escuchando

Nuestro futuro se ve muy negro

Luego se meten en problemas porque un doctor reconoce a Callie. Resulta que el hombre también es de Orto y ha estado leyendo todos los estudios de nuestra morenaza porque como todas nosotras piensa que es una estrella total. Igual consiguen convencerlos de que Callie ha dejado de practicar porque ya había llegado a lo más alto y es preferible retirarse antes de decaer (jua). La cara que pone la morena cuando Webber lo dice es genial.

En fin que el doctor los acompaña hasta la salida y les confiesa que a pesar de ser la imagen del hospital le gustaría encontrar una posición en otro lugar donde pudiera ejercer y sacar las investigaciones que tiene en mente.

Callie y Webber tristes

Ya de vuelta en el hospital los dos están super tristes porque está claro que se avecinan momentos muy negros. Callie, que siempre he sido una luchadora está dispuesta a luchar hasta las últimas consecuencias. Pero claro, Richard piensa que lo mejor será que se jubilé porque ya a esas alturas lo de luchar no le apetece en lo más mínimo.

Callie propiniendo la compra del hospital

Al final del episodio Callie reune a todos los «accidentados» y les dice que tienen una responsabilidad para con el hospital. Que en cierta manera lo que está pasando es por su culpa y propone que compren el hospital. Y aquí se termina nuestro episodio de esta semana. Como ven no estuvo muy movidito, pero bueno algo es algo.