Una de las noticias que nos alegró la vida el año pasado fue descubrir que Disney introduciría a la primera pareja lésbica de su historia en un futuro episodio de Buena Suerte Charlie». Pues bien chicas, el día D ha llegado y esta semana se emitió el episodio y al menos yo he quedado encantada con el resultado.
Este momento ha sido muy importante a nivel de la visibilidad LGBT por varias razones. La primera es que Susan y Cheryl no son solo la primera pareja lésbica que aparece en Disney, también son la primera pareja LGBT que aparece en cualquier canal americano enfocado a los niños. Por eso era muy importante la manera en la que fuera tratada la historia y Buena Suerte Charlie lo ha hecho de manera orgánica. Las madres son presentadas con toda naturalidad, ni Charlie ni sus padres tienen ningún problema con ello y no se hacen bromas en la serie respecto a su sexualidad. Simplemente son dos personas más.
La historia comienza con Amy y Bob hablando. Una amiguita de Charlie va a venir a casa a jugar y ella ha invitado a sus papás a la casa a pasar un rato también porque conoció a Susan su madre y le cayó genial. Bob se muestra confundido porque él también conoció a la madre de la niña y estaba seguro de que se llamaba Cheryl. La confusión termina para los dos cuando llega la familia y los dos descubren que Taylor, la amiguita de Charlie tiene dos mamás. Los Dunkan invitan a las chicas a pasar empiezan los enredos, porque si alguna vez han visto la serie ya saben que esa casa es propensa a la locura general.
En un principio Bob se trauma porque él siempre se pone a ver el partido con «el papá», pero lo soluciona rápidamente preguntándole a las dos si alguna quiere mirarlo y asegurándoles que no hay problema si pasan. Susan decide que ella se va con Bob a ver el partido, pero para su desgracia descubre que ver la tele con Bob significa escuchar todas sus historias de bichos (el hombre es un exterminador), así que está histérica.
Mientras tanto Amy está a punto de volverse loca porque Cheryl termina todas sus frases y no le permite preguntar lo que realmente quiere. Su paciencia está a punto de acabarse, así que invita a Cheryl a ir a ver como están sus respectivas parejas.
Amy se disculpa un segundo para hablar con Bob y le pide que hagan un intercambio de mamás porque la suya termina todas sus frases y es muy molesto. Bob no quiere porque se siente muy cómodo con Susan, entonces Amy dice que va a usar su «carta de la jaqueca».
Mientras tanto vemos a Susan y Cheryl hablar sobre cambiar de pareja también, Susan está encantada con Amy, pero Cheryl se va a suicidar con galletas de animalitos si escucha otra historia de Bob. Al final Cheryl dice que le duele la cabeza y se tienen que ir a casa y Amy pesca de inmediato lo que ha pasado, pero Bob insiste en que se llevaban super bien y era un dolor real. Y esa es básicamente la historia chicas. Super normal y bonito todo ¿no?
Pues eso no es precisamente lo que han pensado el grupo de One Million Moms, sí, las mismas que querían despedir a Ellen DeGeneres por ser lesbiana de la campaña de JCPenney y que intentaron sabotear The Fosters.
One Million Moms ha organizado una campaña en 2013 para pedirle a Disney que abandonara sus planes de corromper el canal infantil con contenido LGBT. Pero no han respondido a los miles de emails protestando por sus planes. Disney ha decidido ser políticamente correcto en lugar de proveer una programación adecuada para la familia. Disney debería seguir concentrado en entretener no en intentar vendernos una idea.
Las familias conservadoras necesitan pedirle a Disney que evite los temas controvertidos que los niños son muy pequeños para entender. Este es el último lugar en el que un padre esperaría que su hijo se topara con temas que son muy difíciles para ellos de entender. Problemáticas maduras de esta naturaleza están siendo mostradas muy rápido a nuestros hijos y es extremadamente innecesario.
Y por gente que como esta es que al menos yo, le estoy extremadamente agradecida a Disney por mostrar a una pareja lésbica como lo hubiese hecho con cualquiera heterosexual. Ojalá otras cadenas infantiles apuesten también por la diversidad familiar.
Vía: The Huffington Post
Hay un capitulo en los simpson, en el que hacen la gracia de pensar que quién puede dedicarse a ver cada uno de los progtamas que echan en la tele y dedicarse a criticarlo por su «falta de moral» y en la siguiente escena se ve a Ned Flanders viendo cada programa que echan en la TV esa semana y mandando cartas quejándose a cada cadena. Pues esa crítica, es una exageración y da risa, el problema es cuando te das cuenta que realmente hay personas tan aburridas y sin propósito alguno en la vida que no sea fastidiar al vecino, que no tienen otra cosa que hacer. Y yo me las imagino ahí cual Flanderillas, apuntando que se sale de sus estúpidas y cuadriculadas normas. Y realmente un crio jamás se fijará en eso, el niño está entusiasmado con su serie y. no abarca más detalles.
Es de esas veces en las que la realidad supera a la ficción… da miedito y todo.