Callie y Arizona: resumen de episodio 10×22 Anatomía de Grey

La semana pasada en Anatomía de Grey nuestra pareja lésbica favorita, mejor conocida en el mundo del hampa lesbicanario como Callie y Arizona, decidió que querían embarazarse en mayo para tener al bebé en febrero y poder pedirse las dos el tiempo de maternidad separadas y que siempre hubiera alguien con el bebé. Vamos, que los planes para tener un pequeño patinador siguen a todo lo que dan. ¿Siguen pensando en el nombre? Porque precisamente en este episodio sabremos los que están barajando nuestras chicas. ¡Vamos a ello!

Nuestro episodio comienza con una reunión de la junta directiva de la que Callie y Arizona forman parte. Resulta que en el capítulo pasado, Richard descubrió que Cristina no ganó el Harper Avery solo por formar parte del hospital. Resulta que la madre de Avery ha decidido que al tener esa conexión, ningún doctor que forme parte del hospital podrá ganar el premio jamás. ¡Qué demonios! ¡Que alguien la mate!

En fin, que hay una sangría de doctores porque obviamente al ser investigadores, todos quieren ese premio y no quieren estar en un hospital que bloqueé sus posibilidades. Así que la junta está decidiendo que hacer, obviamente sin Avery por lo que se llama «un conflicto de intereses». Al final deciden que lo mejor sería que Cristina impugnara el resultado del concurso, pero nuestra reina de corazones no tiene muy claro que quiera hacer algo así.

Esta semana, a Callie le toca participar en una de las operaciones más hardcore que se van a realizar en el hospital. Se trata de unas gemelas siamesas unidas por el cráneo que van a separar. La operación será grandísima y hay muchos doctores involucrados. Por ejemplo a Derek y su a hermana Amelia les toca separar el cerebro y asegurarse de que ambas puedan ser independientes en ese sentido, a Callie reconstruir los cráneos porque al separarlas quedará un hueco y a Avery hacer la cirugía reconstructiva.

Mientras tanto Arizona está encargándose de explicarle a Jo que los pequeños humanos no esperan. Dos de sus pacientes necesitan que vaya a atenderlos, uno necesita un cambio de drenaje y la otra, que según Arizona es un pequeña niña demoniáca, necesita una sonda gástrica.

La pobre de Jo tiene setecientas mil cosas por hacer, pero nuestra patinadora le mete una sonrisa de «sé que lo harás porque te lo pido bien y tienes pavor de lo que pasará si te lo pido mal» y créanme ¡asusta! ¡Nadie hace esperar a sus pequeños humanos!

Lo siguiente que vemos es a Kepner decirle a Arizona que una pequeña paciente llamada «Rainbow» (Arcoiris) necesita que le eche un vistazo. La patinadora está encantada, no tanto con la enfermedad de la peque sino con lo del nombre porque lo va a apuntar en su «lista de nombres para su bebé».

Tanto Kepner como yo la miramos horrorizada. ¡Rainbow no! Sabemos que eres la alegría de la huerta y te queremos tal cual Arizona, ¡pero no le pongas Rainbow al niño por el amor de Dios! La cosa empeora cuando descubrimos que en su lista tiene otros nombres como Bubba, Tulio y Agamemnon. ¡Sufro mucho por este bebé!

Kepner: ¡Agamemnon! es… es… bonito… Arizona: No, no lo es, es maltrato infantil, pero Callie sigue descartando todos los nombres lindos que le sugiero, así que mi nueva estrategia es esconder los bonitos en un mar de horrorosos como Zamboni, Hashtag y Digger.

Kepner se emociona porque, como todas ustedes saben, ella está embaraza y las cosas con Avery no van bien. Y por otro lado ve la felicidad a tope con la que están viviendo la posibilidad de embarazarse Callie y Arizona y se siente mal, pero de todos modos aún no se decide a contarle a nuestra amada patinadora que ella también está embarazada.

Callie y Derek por su parte, están hablando sobre la operación. Callie le hace ver a Derek que no puede tratar a Amelia como «su hermana menor» en el hospital porque la hace parecer idiota XD. Pero eso no es lo realmente interesante de la conversación, mientras hablan de eso, Derek se distrae viendo una pierna robótica totalmente funcional y se queda a cuadros, porque como él anda muy ocupado con otras cosas pensaba que la investigación se había parado completamente.

Callie le explica que efectivamente, la investigación con los sensores se paró, pero como ella es una mente inquieta decidió intentar llevar su investigación por otros rumbos y consiguió redireccionar las señales de los nervios periféricos para enviar ordenes directamente a la pierna protésica. ¡Vamos que la mujer es una geniecilla azul! ¡Que le den un Harper Avery a la de ya! ¿Y lo mejor de todo? Pues que ya no tiene que esperar por Derek, ahora el hombre puede ocuparse con sus cosas del presidente que nuestra morenaza va por su cuenta. Bueno, si seguimos el episodio todo parece indicar que su pareja de investigación será Amelia, la hermana de Derek que heredará el trabajo.

La que no anda nada contenta con Jo es Arizona, resulta que a la residente absolutamente todo el mundo le encarga cosas que hacer y no puede con todo, pero no lo dice, así que Arizona está indignada porque sus pequeños humanos siguen esperando y así se lo hace saber.

Pero la noche termina bien para nuestras chicas. En ese elevador que ha significado tantas cosas en su vida, Callie le dice a Arizona que ha estado pensando en los nombres que le dio y la sonrisa malévola de la patinadora crece a pasos agigantados.

¡Hasta que Callie le dice que le gustó mucho Agamemnon y casi sufre un colapso nervioso! Fue divertidísima esa escena. Y me encanta que el elevador siga formando parte de su historia. Eso sí, por un lado sospecho que Callie tiene clara la estrategia de Arizona y le está devolviendo la jugada, al menos esta era mi primera opinión. Pero claro, luego cual friki que soy me fui a buscar Agamemnon en la wikipedia para ver quien era y descubrí que tiene una hija llamada Ifigenia ¿y cuál es el segundo nombre de Callie? Así que ahora temo que lo de poner nombres raros venga de familia y el niño termine llamándose Timothy Agamemnon Torres Robbins. ¿Ustedes por qué se decantan? ¿Fue bluff o el niño sufrirá en la escuela? La cara de Arizona me hizo reír mucho en esa escena.

En fin, que nuestras chicas siguen saliendo muy poquito en los últimos episodios, pero es normal, porque la historia de Cristina es la central en estos momentos y ¡es una pasada! De momento no estoy decepcionada con su despedida. Confieso que cuando vi a Burke dudé porque lo odio con odio jarocho, pero al final lo han resuelto de manera estupenda. ¡Ya quiero ver el final de temporada!