¡Bienvenidas la cárcel de Litchfield señoras! Pónganse sus uniformes y síganme las buenas porque estamos a punto de entrar en la segunda temporada de Orange Is The New Black y les advierto, quien entra en esta cárcel no sale fácilmente. Así que espero buen comportamiento presidiarias, a las ocho pasamos lista y la que no haya comentado se va a la celda de confinamiento. ¿Que qué pasa si se portan bien? Pues que les ponemos de compañerita de celda a Alex Vause. ¡Así que ustedes sabrán!
Nuestro episodio comienza con Piper en la celda de confinamiento, mejor conocida en el mundo del hampa lesbicanario como el SHU. No sabemos cuanto tiempo ha pasado por ahí, pero tiene que haber sido mucho chicas, porque se nos ha tocado un poco del cerebro. Porque yo en arte no es que sea una experta, pero algo me dice que una «reinita amarilla comiendo de un narciso» hecha de comida podrida no se va a poner de moda en los próximos años. ¡Al menos eso espero con todo mi corazón!
En fin, que nuestra chica ya no tiene idea de cuanto tiempo lleva dentro ni lo que le queda, que de hecho es poco, porque un guardia le pone las esposas y se la lleva a un autobús. Piper está un poco loca, pero mensa nunca ha sido, así que le empieza a entrar el trauma de ver que la están transportando a algún lugar extraño y misterioso, porque nadie se digna a decirle a donde demonios la llevan. Y yo aquí ya empiezo a sufrir angustia señoras, porque si algo tiene esta serie es la capacidad de hacerte sentir frustrada e indefensa. Porque les juro que yo tenía la misma ansiedad y miedo que Piper porque en OITNB no se andan con chiquitas, ¡a saber a donde la llevan!
Nos vamos al pasado chicas, donde vemos a una Piper con unos diez años a la que su mejor amiga intenta animar a tomar un riesgo: saltar del autobús escolar en marcha. Todo el mundo está en el ajo, pero nuestra chica tiene miedo porque su padre le ha inculcado que hay que ser niña buena y evitar los riesgos excesivos. Eso por supuesto no es divertido, al menos no frente a sus compañeros de clase que de plano le ponen la etiqueta de aguafiestas. Así era Piper señoras, alguien a la que el riesgo la pone de los nervios. Quien la ha visto y quien la ve.
En fin que volvemos al presente donde vemos a una Piper que muere de ganas de ir al baño. Una de las presas le dice que alguien tendría que haberle explicado que puede usar las compresas como pañal. ¡Las compresas lo son todo en la cárcel señoras! Si alguna vez caen en el trullo, recuerden llevarlas.
Volviendo a lo nuestro, a la rubia la bajan del autobús para subirla en un avión. Seguimos sin saber a dónde demonios la llevan y la vejiga está a punto de estallarle. Pero una vez instalada le permiten ir por fin al baño, eso sí, con la puerta abierta porque esto es la prisión aunque sea aérea. La privacidad no existe.
Las cosas no te van muy bien cuando tu mayor placer en la vida es poder hacer pipi en un vater. Una vez que ha descargado, a Piper le toca sentarse para su viaje, su compañera de viaje a la izquierda se llama Lolly y nos enseña otra interesante lección carcelaria, se puede llevar vaselina en las orejas para luego humectarte los labios. Lo sé, es un poco asqueroso, pero señoras hay que aprender a sobrevivir. Nunca se sabe cuando podrán servirnos estos consejos.
A la derecha de Piper se encuentra «Cinnamon Queen» o lo que es lo mismo «La reina canela» a la que nosotras llamaremos la nueva Hannibal por aquello de que le han puesto una de esas máscaras para que no muerda ni lleve nada en la boca.
Piper sigue traumada por aquello de que no tiene ni idea de qué demonios está pasando, así que intenta averiguarlo hablando con Lolly, pero ella tampoco sabe nada. El viaje parece largo, así que las dos se ponen a platicar y la rubia termina confesándole a Lolly que tiene un lado oscuro, uno que la llevó a darle a Pennsatucky hasta que se le cansaron las manos. Y lo cuenta llorando porque no sabe si la ha matado y sospecha que la están trasladando a una cárcel de más seguridad donde va a pasar el resto de sus días.
Volvemos a pasado donde nos topamos a Piper a mitad de hacer su primera gran travesura: entrar en una película para mayores. Lo sé, es una tontería, pero para ella es todo un paso hacia el lado oscuro. Lo que no se esperaba es encontrarse a su padre por el camino. Y no, me temo que no terminó con ella regañada, más bien algo peor porque su padre anda con otra mujer y ella lo ve todo. Eso me recuerda la triste historia de mi primera escapatoria de la escuela. Estábamos ahí, mis dos mejores amigas y yo. Y después de mucho pensarlo nos escapamos. ¡Eramos libres! No teníamos ni idea de qué íbamos a hacer pero la cosa era escaquearse del colegio. Y ahí íbamos tan felices caminando y ¡me encuentro a mi padre! Sí soy una patosa y desde luego ahí terminó nuestra aventura. Pero volviendo al episodio, obviamente a Piper se le cae del pedestal su padre, porque el hombre que siempre le está aconsejando que sea una niña buena y haga las cosas como debe ser anda por ahí besándose con otras.
De vuelta en el avión resulta que hacen una pequeña escala para subir a más pasajeros, pero esta vez es un titipuchal de caballeros. Ya se imaginarán que la cosa se pone incómoda, sobre todo para Piper porque hay un tío que le está tirando los tejos de la manera más inapropiada y asquerosa posible.
Un número indeterminado de horas después empiezan a bajar y Piper de inmediato reconoce el lugar, parece que están en Chicago. ¡Ya tenemos ciudad señoras! Ahora solo nos falta averiguar qué demonios está haciendo allí. Pero de momento a la rubia le toca pasar de nuevo por el proceso de «reconocimiento» en la nueva cárcel a la que la llevan. Sí, aquello de «desnúdese, agáchese y agárrese los talones» y no pervers, no lo dice un a chica sexy, así que la cosa es más bien horrorosa.
Por fin le asignan celda a Piper y la frase de empezar con mal pie ha tenido más significado, porque apenas entra a la celda la mujer se carga a Yoda de un pisotón. ¿Qué quien era YODA (q.e.p.d.) pues la cucaracha de las otras presas. No, no las engaño, resulta que en esta cárcel el contrabando se mueve a través de cucarachas, las presas las entrenan para llevar cigarros hasta las celdas de confinamiento. Generalmente se pierden por el camino pero Yoda siempre regresaba y ahora está perdido. ¡Un minuto de silencio por Joda que en paz descanse! Ahora la recién llegada tiene hasta el final de la semana para conseguir otra cucaracha. ¡Bienvenida a tu nueva casa Piper!
Pasado ese primer mal trago, nuestra chica se pone a instalarse en la que será su nueva cama mientras Mazall, otra de las presas, le hace preguntas sobre su nacimiento porque le va todo este rollo de los horóscopos. Parecía una persona sana, pero a medida que va preguntando más y más la cosa se pone rara. Piper intenta desviar su atención preguntándoles si hay instrucciones para hacer la cama, pero ellas la ven con cara de bicho raro y no del tipo cucaracha que son valiosos sino en plan mosquito molestoso. Parece que aquí las reglas son diferentes y le va a tocar volver a adaptarse.
Por fin le dan un respiro y le permiten llamar por teléfono, así que nuestra rubia llama a Larry para explicarles que todo se ha ido a freír espárragos y ahora es probable que pase el resto de sus días en la cárcel. Le pide disculpas por volverlo a meter en un enredo suyo, pero le pide por favor que le diga a su padre (que es su abogado) que la tienen en un centro de detención de Chicago y no sabe que va a ser de su vida así que lo necesita.
Pero ahora el foco de Piper está en centrarse en encontrar una cucaracha mientras sobrevive a la vida en una celda donde hay que cagar enfrente de todas las compañeras. Eso ya es malo de por sí, pero cuando la del lado ha perdido la vergüenza y se tira pedos mientras defeca y canta (con una voz nada mala por cierto), la vida toma otro color señoras, las prioridades cambian. Sobre todo cuando la compañera que parecía sana no deja de preguntarte la hora en la que naciste porque quiere descubrir si eres compatible sexualmente con ella. ¡Y pensábamos que Litchfield era mala!
Volvemos al pasado para ver a Piper armándose de valor para contarle a su madre que tiene una cornamenta más grande que la del padre de Bambi. La señora, hace como que no ha oído nada y sigue su rutina normal, eso sí, después de haber castigado a Piper por haber ido a ver una película que tenía prohibida. La pobre no entiende nada.
Y en la actualidad la mujer anda en las mismas, porque un día a la semana les toca salir al patio y para su suerte es el día de su llegada, así que su plan es mirar al piso hasta que le de tortícolis o consiga una cucaracha decente. Pero claro, en esas anda cuando un grupo de presas la invita a hacer un círculo de calor, porque están en Chicago y está helando. La mujer se une más por aquello de no meterse en líos que por ganas, y la cosa más o menos va saliendo hasta que pasa por ahí Lolly a saludarla.
A la jefilla del grupo no le cae bien y la manda a freír espárragos pero Lolly no se achanta en lo más mínimo así que se agarran a golpes. Pero claro, las cosas en la cárcel no son justas, así que todo el grupo de la jefilla se le echa encima a Lolly y le empiezan a dar hasta por debajo de la lengua. La pobre le pide ayuda a Piper, pero la rubia se queda totalmente trabada hasta que llegan los guardias, las separan y dan por terminado el día de patio como castigo. Piper sigue en shock por lo que ha pasado y su siguiente visión no ayuda demasiado a darle claridad a su mente.
¡Es Alex Vause vivita y coleando señoras! ¿Qué está haciendo ahí? ¿Cómo es posible que se vea guapa donde quiera que esté? Esas y más preguntas se hace Piper mientras grita «Alexxxxxxxx». La morena se gira, la ve y de inmediato intenta acercarse a ella, pero los guardias se la llevan a la malagueña a su sección y el encuentro se frustra dejándonos a todas con la misma cara de trauma que Piper. Pero al menos hay una esperanza, una cara conocida, una luz en la oscuridad. Porque Alex es todas esas cosas y más para Piper en ese momento.
En cuanto entran la rubia se pone a investigar como demonios puede hacer para comunicarse con Alex, pero resulta que solo se juntan una vez por semana, con lo que tendría que esperar otros siete días para verla y obviamente ella tiene prisa. Y ¿recuerdan aquello de en situaciones desesperadas remedios desesperados? Pues dado que ciertos presos pueden acceder a varias secciones porque trabajan y uno de ellos es el perver que siempre le tira los tejos, la mujer decide ir a pedirle un favor, que le pase un recadito a Alex. Él le pregunta como es ella y Piper le da esta descripción:
Super alta, cabello largo y negro y gafas de secretaria.
No sé yo si describiría así a Alex, pero aceptamos pulpo como animal de compañía. Él pregunta que va a obtener a cambio porque en este mundo nadie hace nada de gratis. Ella ofrece un beso y él se ríe en su cara, así que haciendo tripas corazón Piper ofrece una paja y mirando para el otro lado, pero él responde que «es un depredador y si ella lo ofrece entonces ya no tiene chiste». Al final consiguen llegar a una solución, ella le dará sus bragas sucias y él le pasará el recado a Alex. ¡Lo que hace una por desesperación señoras! Sufro al pensar en el destino que tendrán esas bragas.
A media noche, Piper se despierta para descubrir a Mazall encima de ella y respirándole en la cara. Créanme señoras, a menos que sea Alex Vause, esa no es la manera en la que quieras que te sorprendan por las noches. La tía sigue empeñada en que Piper le cuente a que hora nació y para más énfasis le chupa toda la cara. Yo también estoy traumada… pero afortunadamente para ella, en cuanto recopila la información se tranquiliza y se pira.
Y es que Mazall tiene cara de niña buena y fuera de sus loqueras con el horóscopo parece comportarse más o menos bien. Claro, eso es hasta que te enteras de que está en la cárcel porque le arranco la lengua de un mordisco a su novia y luego se la tragó. ¡Miedo! Igual a Piper no le da mucho tiempo de pensarlo porque en eso suena la alarma del descanso y casi vuela porque en el recado quedó para verse con Alex.
Y ahí está señoras, Alex Vause en toda su gloria del otro lado de la reja. Piper no la deja ni hablar, le pregunta mil cosas, pero la más importante es sí Pennsatucky está muerta. Afortunadamente para la rubia, ¿los dioses? han protegido a la loca religiosa de su enemiga y está vivita y coleando. Bueno, coleando no, más bien anda en recuperación pero no morirá. Pero eso levanta una nueva pregunta señoras. ¿Entonces qué demonios están haciendo las dos ahí? Pero no se preocupen que Alex tiene todas las respuestas. Resulta que está a punto de celebrarse un juicio al ex jefe de Alex. Piper casi llora de la emoción porque se da cuenta de que entonces no está ahí para siempre y no deja ni que Alex le explique más porque entonces se centra en otra cuestión que es importante para nosotras:
Piper: Tú me odias, con toda esta mierda se me olvidó que me odias. Pero me estás hablando. ¿Esto significa que ya no me odias?
Alex: Significa que no guardo resentimientos en el día de hoy. Estoy feliz de verte.
A Piper no se le caen las bragas en ese momento básicamente porque las intercambió, pero a todas las demás sí porque ahí está Alex siendo toda buena y consolándola como un ángel caído del cielo en el peor de los momentos para salvarla. ¿Se puede ser más linda? ¡Te amamos Alex!
Las chicas van a por un beso pero el guardia no se los permite por aquello de que no se pueden tocar. Piper iba a renegar pero en eso ve una cucaracha gigantesca del lado de Alex y le pide que se la coja. La morena la ve con cara de: «El SHU le ha hecho mucho daño». Pero volviendo al juicio, Alex le advierte a Piper que no pueden decir de ninguna de las maneras que conocen a Kubra (el jefe) porque el tío es malo malote y ellas tienen mucho que perder. La rubia no está muy convencida de que mentir bajo juramento pueda hacerles ningún bien pero la morena lo tiene claro.
Alex: Kubra jamás irá a prisión por esto. No hay justicia en este mundo Piper ¿Aún no lo has aprendido? Así que mentimos para protegernos… o yo lo haré… y espero que tú lo hagas también.
Y de esta frase nos vamos directamente a otra visión del pasado en la que Piper habla con su abuela sobre como dijo la verdad y terminó castigada. Las abuelas siempre están llenas de sabiduría señoras, así que tomemos este consejo para la vida:
Abuela: A veces no es cuestión de que algo esté bien o mal, sino de tomar la decisión que le va a hacer menos daño a los otros. Aprender a guardarte las cosas, a macerar tus sentimientos y emociones y a vivir con tus propios secretos.
Mmm… sigo sin saber qué hacer porque por un lado está Alex Vause haciendo cara de niña buena y tentándome y por el otro pienso que eso de mentir puede significar más cárcel. Pero claro, luego piensas en el sistema y sabes que es una mierda y te entran más dudas porque ¿y si eres la única que canta y terminas muerta por habladora? Más vale la cárcel que la muerte ¿no?
Piper se encuentra con su abogado, que también es su ex suegro y hay un momento interesante aquí, porque con todo lo que tiene encima pensarías que la rubia está más que interesada en saber qué va a ser de ella y cómo tiene que actuar. Pero este hombre es, de momento, su único lazo con la realidad y la vida que tenía antes de caer en la cárcel, así que en un primer momento, todo lo que le interesa saber es qué pasó en la cena de acción de gracias y en disfrutar su café. La cárcel nos cambia a todas chicas.
Pero pasado el momento disfrutar, Piper le pregunta a su abogado sobre el peligro que puede correr si declara que conoce a Kubra. Él le dice que los fiscales han movido mar y tierra para llevarlo a juicio y que harán lo que tengan que hacer para encarcelarlo. Que ella haría bien en declarar la verdad o se puede meter en un problema del tamaño de Godzila si no lo hace. Piper sigue quedándose pensativa porque ¿a quién le hace caso? ¿A la ex novia que la metió en la cárcel o el padre de su ex novio al que nunca le ha caído bien? ¡Sufro por ella!
Igual algo bueno ha salido de todo esto, porque usando su vaso de café consigue agarrar una cucaracha y la pasa metiéndosela en el sujetador (¡que ansias!). Sus compañeras de celda no están contentas, pero ella está en otras cosas porque resulta que justo la llaman para declarar en el juicio y sale pitando.
Alex y Piper se juntan una vez más porque las transportan en el mismo automóvil hasta el juicio. La rubia aprovecha para decirle a su ex que no tiene claro lo de mentir en el juicio, su abogado le ha explicado que Kubra terminará de todos modos en la cárcel. Alex no se lo puede creer.
Alex: ¿Qué no has escuchado nada de lo que te dije?
Piper: ¿Cuando me dijiste que no iba a pasar nada?
Auch, duro y a la cabeza. Alex respira profundo y le dice a Piper que tienen que ser un frente unido si quieren salir bien de esta. Que su historia no sonará verídica si ella dice que no lo conoce y Piper dice que sí. La rubia insiste en que este puede ser el momento adecuado para hablar con sinceridad.
Alex: Este no es el momento para tomar una postura moralista.
Piper: ¿Sabes qué? Parece que solo me veo obligada a enfrentarme a decisiones dudosamente morales cuando estoy contigo.
Alex: Emocionante ¿verdad?
Entonces Alex decide poner todas las cartas sobre la mesa y abrir su corazón señoras.
Alex: Mira, desearía poder hacer todo esto otra vez, pero no puedo ¿vale? Esta es la única manera que tengo para mantenerte a salvo. Tienes que hacer lo que te digo.
Piper: ¿O qué? ¿Vamos a romper?
Alex: No, quiero ser tu «esposa en la cárcel».
¿Quién se resiste a esto señoras? Una es humana… pero al parecer Piper ha desarrollado una alta resistencia al fenómeno Vause, porque ni aún así queda convencida.
Piper: Alex, necesito hacer las cosas bien esta vez para variar. Tengo que hacerlo. Y siendo sinceras, la verdad es que no puedes protegerme de ninguna de las maneras.
Alex la mira con lágrimitas de metal en los ojos y las dos llegan así que es hora de declarar. Piper es la primera, así que está ahí toda nerviosa enfrentándose al fiscal. Las cosas le van más o menos bien hasta que alguien abre una puerta y alcanza a ver a Alex sentada y nerviosa al fondo. Y entonces algo hace clic en la mente de Piper, porque en ese momento Alex está ahí vulnerable del todo y ella puede ser la que las saque a las dos del lío por una vez. ¿Y de qué sirve la verdad si la gente va a terminar herida? Si va a terminar rompiéndole el corazón y la vida una vez más a una de las personas que ha sido más importante en su vida.
Fiscal: En 2003 ¿cómo describiría su relación con Alex Vause?
Piper: Estábamos juntas… Ella fue… el amor de mi vida.
¡Holy Shit señoras! Menuda declaración, ahí enfrente de todo el mundo y después de todo lo que ha pasado, en el fondo, Piper sigue sintiendo que el amor de su vida es Alex. Vale que todo se haya ido al carajo y ahora mismo no anden muy bien que digamos, pero en el gran esquema de las cosas, su amor está por encima de cualquier otro que haya vivido. Esperemos que el padre de Larry (que está ahí como su abogado) se lo chismee en un futuro cercano.
El fiscal sigue preguntándole si Alex le presentó a Kubra, y entonces Piper toma un riesgo en su vida una vez más y dice que no recuerda haberlo conocido. El fiscal se desespera y presiona para hacerla caer en un error, pero ella sigue negando por activa y por pasiva que haya conocido jamás al hombre.
Fiscal: Señorita Chapman, su novia, la señorita Vause, era una de las traficantes más importantes del señor Balik. ¿Usted sabía eso?
Piper: No hablábamos mucho sobre sus negocios.
Fiscal: Pero tiene que haberse dado cuenta de su éxito. Las dos viajaron juntas a Bali, Bruselas, París, Turquía, Grecia. Todo en un año.
Piper: (recordando con una sonrisa) Viajamos muchísimo.
Fiscal: Y en todo ese tiempo ¿nunca le presentó a su jefe Kubra Balik?
Piper: No que yo recuerde.
Fiscal: Señorita Chapman. ¿Entiende las consecuencias de mentir bajo juramento?
Piper: Sí, por supuesto.
Fiscal: ¿Y sigue manteniendo lo mismo?
Piper: Yo estaba ahí por Alex. A ella es a lo que yo le ponía atención, a quien yo le ponía atención. Todo lo demás estaba solo… en segundo plano.
¡Se armo señoras! Piper ha tomado la decisión de meter las manos al fuego por Alex y salvarlas a las dos. ¡Que digo las mano! Se ha metido a la pira funeraria en plan Khaleesi. ¡Vamos a ver si sale con tres dragones o termina chamuscada!
Después de declarar, Piper está en su celda esperando la resolución del juicio cuando llega su abogado. El padre de Larry le dice que ha mentido bajo juramento y que le desea suerte, pero él se va a dedicar a atender a personas menos problemáticas.
Entonces volvemos al pasado una vez más para ver a Piper y Alex viviendo su vida loca en esos tiempos los que todo eran viajes y felicidad entremezclado con negocios oscuros.
Piper se ve a si misma abrazada a Alex en una especie de Jacuzzi o piscina gigantesco. Las dos hablan de un fiestorro al que fueron la noche anterior. Por lo visto Alex estaba cansada y se fue a dormir temprano y cuando hablamos de temprano nos referimos a antes de las tres de la mañana, pero Piper se quedó hasta el final para ver el show de sexo en vivo y los flamingos. Niñas… he descubierto que voy a las fiestas equivocadas…
Alex: Debería cambiar de carrera y convertirme en una ladrona de diamantes.
Piper: Róbame algo bonito.
Ladrona ya eres Alex Vause a unas cuantas de nosotras nos robaste el corazón… En fin en esas andan cuando Piper se va a llamar a su padre porque es su cumpleaños y ahí él le pregunta si todo va bien y se está portando decentemente. Ella entonces le miente con todos sus dientes y le dice que todo es felicidad y niñas buenas y su vida cambia para siempre.
La visión de Alex nos vuelve a la realidad señoras, con Piper detrás de rejas y Alex en ropa normal y claramente fuera de ellas. Piper no entiende absolutamente nada y nosotras tampoco.
Piper: Alex, Alex, he hecho lo que me dijiste.
Alex: Escucha Piper, todo pasó muy rápido.
Piper: ¿Qué está pasando?
Alex: Tuve que decir la verdad. Mi abogado me dijo…
Piper: ¿Estás de broma?
Alex: Piper tú no entiendes.
Piper: ¿Me estás haciendo una jodida broma? ¿A dónde vas? ¿Te van a sacar?
Alex: Lo siento mucho. Lo siento mucho Piper, te escribiré para explicartelo.
Piper: Espera. ¿Qué chingados hiciste Alex? ¡Que chingados hiciste!
Y así termina nuestro episodio lesbicanarias. Con Piper dándose cuenta de que Alex se la ha vuelto a meter y no precisamente como ella esperaba. Bueno, con eso y con la rubia descubriendo que lo de las cucharachas era cierto. Pero vamos a lo que nos importa y es que ¡Alex es una hija de puta! NO me malinterpreten, yo de todos modos la amo, ya sabíamos que si estaba ahí era porque una hermana de la caridad no era, pero ¡se pasó tres rayas! Supongo que en algún motivo conoceremos su motivación, pero de aquí entonces se la vamos a estar mentando. Por mucho que nos ponga carita triste y ojitos… bueno vale se la mentaremos y nos la querremos agenciar al mismo tiempo porque así somos las mujeres ¡una contradicción andante!
Supongo que ahora ella y Piper ¿están a mano? Estás dos se aman con locura pero se dan cada puñalada trapera que si algún día salen de prisión y se quedan juntas temo que terminen desangradas. ¡Pero que genial es verlas de nuevo! Y tengo que decir que el estreno de la serie no me ha decepcionada para nada.j ¿Cómo lo han visto ustedes chicas? ¿Siguen amando a Alex o la han puesto en su lista de chicas a las que hay que evitar como futuras novias? ¿Qué creen que pasará con Piper ahora?