Estamos aquí reunidas lesbicanarias para despedirnos de Leslie Shay, para cerrar una vez más el círculo y llorar nuestra pérdida entre amigas. Porque por más que la vida de las lesbianas de televisión siempre sea corta y devastadora, nosotras seguimos esperando ese milagro que consiga que alguna lesbiana llegue con vida al final de la serie. Y es que nuestra lista de lesbianas muertas crece a pasos agigantados. Pero no quiero centrarme en eso, más que nada porque todo lo que pueda decir ustedes ya lo saben y estamos cansadas de repetirlo. No, hoy quiero centrarme en despedirme de Leslie Shay.

Voy a ser muy sincera, cuando conocí a Shay me dejé llevar por el físico y porque era bollera. Quisiera mentir y decir que no soy vana y superficial a veces, pero con Shay ese no fue el caso. Entre que la mujer era guapísima, tenía un carácter muy divertido y bateaba para nuestro bando, decidí que quería conocerla mejor. Fue así como terminé enganchada a Chicago Fire.

Desde al primera vez que entré en la estación 51, Leslie me cameló con esa forma hardcore de soltarle a Mills que era lesbiana y con su forma Out & Proud de ir feliz por la vida. Y a partir de ahí todo fue coser y cantar porque la mujer se hacia querer. Quien tenga dudas que se lo pregunte a Dawson o a Severide, ellos estarán de acuerdo conmigo en que no había mejor amiga en el mundo que Leslie Shay.

Chicago Fire

Dicen que afortunada en el juego desafortunada en el amor, por eso todos los amigos de Shay jugábamos a la lotería con sus números. Y es que a Leslie siempre le gustaron las chicas malas, malas del tipo te dejo sin blanca, nunca tuvo suerte en ese departamento en el que la vida le quedó a deber.

En estos tres años que tuvimos el privilegio de formar parte de su vida su ex maldita volvió embarazada, se la cameló otra vez y la dejó. Sufrió un accidente mortal, se recuperó. Sacó de la droga a su mejor amigo. Un tío se voló los sesos en toda su cara, para luego dejarle todo su dinero. Shay se traumó y cayó en una espiral depresiva del mal en la que conoció a una tía que era más mala que la ley de Gallardón. Incluso hubo un triste momento en el que le entro la neura de tener un bebé a toda costa. Pero ahí seguía, dándole duro.

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Miro al cielo y pregunto ¿por qué guionistas? Y lo peor es que me responden pero ni así se me pasa la pena. Supongo que ustedes se sentirán como yo. Pero Leslie no hubiera querido vernos tristes, más bien estaría por ahí haciendo un chiste para sacarnos una sonrisa.

Por eso cuando cierre los ojos, quiero recordar a Leslie como esa chica que se enfrenta a una compañera homófoba con humor y termina ganándosela. La que se viste de diablo en Halloween y no tiene miedo de subirse a la barra de un bar al más puro estilo de Coyote Ugly.

Chicago Fire

Hasta siempre Leslie Shay. Sé que ahora estás en el cielo y no solo porque hayas muerto y hayas ido directamente arriba y con pase de honor, sino porque el número de lesbianas muertas de televisión es alto, así que tendrás muy buen compañía y con suerte encuentres por fin el amor.

Lauren German