Videojuegos con historias de amor hay muchos. Los hay con historias de amor de todos los gustos y colores, y además de manera literal ahora que se ve más la personalización de principio a fin de nuestros personajes, gracias a empresas como Electronic Arts con títulos como Dragon Age. Pero que haya muchas historias de amor en los videojuegos no significa que éstas consigan satisfacer las expectativas de todos los jugadores, en especial las del colectivo LGBT. No toda la esperanza está perdida, y sí hemos podido ver alguna que otra historia que nos ha hecho incluso aplaudir, como el DLC de The Last of Us en el que vivimos una tierna historia de amor de la mano de Ellie y Riley, pero la mayoría del contenido lésbico que tanto ansiamos ver es prácticamente inexistente o demasiado implícito.
Pues bien, hoy os presento Life is Strange, una aventura gráfica desarrollada por el estudio francés DontNod que consta de 5 episodios pero que sólo tiene disponible los dos primeros en estos momentos, (aunque verá su tercer episodio a finales de este mismo mes de mayo) y que destaca por su historia de amor lésbica que se está cociendo a fuego lento, sin prisa pero sin pausa. Pero antes de meternos en harina, vamos a hablar un poco del punto fuerte del juego, su trama.
Haciéndole rima a la famosa película, tres personas y un lugar es todo lo que necesitamos saber de entrada sobre Life is Strange; Maxine Caulfield, Chloe Price y Rachel Amber, todas ellas residentes en la ficticia Arcadia Bay, situada en Oregón. Max y Chloe eran amigas íntimas desde bien pequeñitas, hasta que hace cinco años la familia de Max hizo las maletas y cambió la pequeña Arcadia Bay por Seattle, haciendo que las jóvenes se separasen y perdieran el contacto.
Tras sufrir la pérdida de su mejor amiga, Chloe rehizo su vida y encontró a Rachel, con la que comenzó a compartir chanzas a ritmo de drogas y punk’n’roll, hasta que un día Rachel desapareció sin dejar ninguna pista. Pocos meses después la tímida Max regresó a Arcadia Bay para estudiar un prestigioso programa de fotografía en la Academia Blackwell, y tras unas semanas de dudosa integración en el lugar, Max se reencuentra con Chloe de la manera más ilógica posible, teniendo que salvar su vida con el don que se le acaba de conceder de manera inexplicable: volver atrás en el tiempo para cambiar el curso de los acontecimientos. Un comienzo de locura para una historia que atrapa mucho, y todavía más cuando la magia gay empieza a hacer aparición en los primeros compases del juego. Es decir, desde que Chloe entra en escena.
Huelga decir que Max casi se cae de culo cuando se da cuenta de que su mejor amiga se ha tuneado el estilo tintándose el pelo de color azul (¿qué les pasa a los franceses con el color azul?), tatuándose un brazo entero y cambiando su ropa por prendas de corte más punkarrilla, por no hablar del lenguaje callejero que utiliza, y que nos traerá de cabeza si no dominamos el inglés ya que el juego no está traducido de manera oficial por el momento.
Yo sí soy muy amante de los spoilers, pero comprendo que la mayoría de la gente los esquiva como si de las bolas en llamas que le lanzaban a Katniss Everdeen en Los Juegos del Hambre se tratasen, así que no voy a contar con detalles la historia que cuenta Life is Strange. Lo dejo en vuestras manos para que lo juguéis y nos deis vuestra opinión. Pero sí que os puedo decir que las miradas con ojos de cordero degollado entre las protagonistas se suceden desde el comienzo del primer episodio. Fue lo único que necesitó el fandom para suspirar por Chloe y Max, y aunque es cierto que DontNod nos ofrece darle una oportunidad a Warren, un simpático muchacho que prácticamente babea por Max, la tensión entre las féminas crece con cada escena en la que aparecen juntas.
¿Qué podéis esperar de Life is Strange? Una aventura gráfica desde el punto de vista de una adolescente en la que hay un misterioso secreto por desvelar en su ciudad natal, Arcadia Gay Bay. La tensión entre Chloe y Max va en aumento, y al tratarse de un juego episódico en el que la compañía tiene tiempo suficiente para retocar detalles en base a lo que el fandom exige, podemos estar seguras de que algo pasará entre ellas.
Juegos como Life is Strange en los que el rollo bollo implícito y/o explícito hace saltar nuestro gaydar a máxima potencia son absolutamente necesarios, y es que está muy bien eso de elegir género y rasgos de nuestro personaje, pero se ven pocas historias cerradas en las que haya una historia de amor lésbica contada sin ningún tapujo.
Aquí una servidora ha echado un vistazo largo a lo que está por llegar en futuros episodios, y os puedo adelantar (¡no spoilers!) que si buscáis una historia de amor lésbica, Life is Strange es vuestro juego, independientemente de que la compañía decida apostar por consumar la relación entre Chloe y Max o no. En caso negativo, siempre nos quedarán los fanfics, que en el caso de este fandom son bastante numerosos.
Lo tenéis disponible para Xbox One, 360, PS3, PS4 y PC al módico precio de 4,99 euros cada episodio, o 19,99 euros el pase de temporada, así que con un precio tan asequible no me queda más que recomendaros encarecidamente que lo probéis. No os vais a arrepentir.
Ya lo estoy jugando. Me encantan las aventuras gráficas y mucho más la que encierran misterios, como es el caso de Life is strange. Recomendadisimo!!!!! Me ha gustado tanto que incluso he mirado y leído varias de las teorías del juego (qué le paso a Rachel? por qué Max adquirió poderes? cómo es probable que termine?). Lo admito, me he obsesionado.