La semana pasada en Carmilla nos quedamos con los ojos hechos chiribitas porque Laura y Carmilla se besaron y luego «vieron las estrellas». Sí, así es como se le llama ahora. Y obviamente la felicidad inundó nuestras venas, pero al final del episodio apareció la hija perdida de la decana y a todas nos entró un trauma porque ¡he aquí la nueva villana! ¿Listas para conocerla?
Nuestro episodio comienza con Matska amenazando de muerte a Laura por haber matado a su madre. Todo esto con un porte que tira para atrás y no precisamente de miedo. Eso sí, en cuanto está a punto de poner manos a la obra aparece Carmilla. ¡Menos mal! ¡Acaba con ella! ¿Ein? ¿Por qué la está abrazando? ¿Acaso es un truco para agarrarla desprevenida?
¡No! Resulta que Carmilla se lleva bien con su obviamente hermana mayor. Y no lo digo porque sea canon, sino porque Matska la trata como pequeño saltamontes. Se ve que las dos hermanas están super contentas de haberse reencontrado, para sorpresa de Laura que ha pasado de temer por su vida a ver a su novia abrazar a la posible asesina.
La cosa se complica cuando Matska le dice a Carmilla que viene a escabecharse a Laura. Nuestra vampira se pone delante y le dice que no se lo va a permitir. Matska se muere de la risa, porque está claro que es mil veces más poderosa que su hermana menor, pero aún así Carmilla dice que se pondrá enfrente, así que a la mujer no le queda más que reírse más fuerte, porque su hermana está enamorada… otra vez…
Matska: ¡Oh Dios! Te has enamorado de uno de tus objetivos otra vez ¿verdad?
Laura: ¿Amor?
Carmilla: Nadie dijo nada sobre amor.
Matska: Pequeña sentimental. Pero claro, siempre estuviste en medio de un gran romance u otro ¿verdad? «Oh no te lo comas, es un poeta. Y ella… tiene una voz tan hermosa. O aquella, es demasiado bonita para estropearla». O ese corsé rubio por allá de 1870 del que estabas enamoradísima. Eras tan dulce que casi me provocas caries. Vale, si te gusta tanto puedo esperar hasta que te canses de ella.
Una vez resuelto el asunto de la posible muerte de Laura, Carmilla le pregunta a su hermana mayor si sabía lo que estaba haciendo su madre. Mattie (que así le decimos de cariño), estaba perfectamente enterada. Y le parecía lo mejor, 5 personas cada 20 años no son muchas, de hecho ella mata más en un solo año y mantenían al «Nemo» en paz (casi muero de risa con lo del nemo). Carmilla le dice que al final el pecesillo está indefenso, pero Matska la corrige, tan solo está atorado, a la que se liberé verá que no era tan bueno como pensaban.
Igual la mujer no quiere pensar en esas cosas porque ¡el reencuentro familiar requiere fiesta! Así que Matska invita a Carmilla a pintar de rojo la ciudad. Vamos, a comerse a unos cuantos interfectos y vivir la vida loca al estilo vampiro. Algo que obviamente hace que Laura levante la ceja, pero Carmilla está muy ocupada sonriendo y recordando las aventuras que pasó con su hermanita mayor en Saigon. Pero de todos modos la fiesta se pospone porque al otro día hay reunión de la junta directiva de Silas y hay que aparentar.
Y dado que es hora de empezar a trabajar, Matska empieza por Laura diciéndole que, dado que no va a morir, es necesario que cambie el estilo de su noticiario. No se puede tener a gente aterrorizando a los estudiantes de Silas. Laura se queda a cuadros porque está claro que ella no está mintiendo, pero Matska insiste en que volverá para ayudarla a decir «las cosas correctas». Y por mucho que Laura quiere intervenir Mattie pasa de ella.
Todo esto mientras Carmilla no hace nada porque, yo supongo que conoce a su hermana mayor y sabe por dónde darle. Eso sí, Matska no se va sin soltarnos otra bomba. ¡Carmilla ha mentido! Otra vez… Resulta que la casa en la que están viviendo era de la decana.
Pobre Carmilla, su hermana la ha dejado en bragas totalmente. Y se nota que Laura no está nada contenta, porque claro, entre tanta mentira ahora no sabe que es verdad. ¡El castillo del amor Hollstein tiembla lesbicanarias! Yo tengo que admitir que me ha encantado Matska. Y me gusta que Carmilla tenga alguien a su lado aparte de Laura. Era ilógico pensar que en toda su vida como vampira no había tenido ninguna conexión importante con otros de su especie, ¿no creen?
Eso sí, a Laura le va a costar mucho aceptar varias cosas. Lo primero es que Carmilla no le contó toda la verdad sobre su pasado. O al menos Matska lo hizo ver así, porque desde su perspectiva Carm se enamora a cada paso que da, lo que convierte a Laura en «una más». Obviamente a nadie le gusta oír eso. También ha tenido que enfrentarse a la realidad de que Carmilla es una vampira, ha matado gente y se lo ha pasado bien haciéndolo. Es su naturaleza después de todo. Y por último la mentira de la casa, que para mí no es tan importante, pero si lo juntas todo…
¿Cómo lo han visto lesbicanarias? ¿Se avecinan tormentas? He visto por los mundillos de Carmilla a mil gentes traumatizadas por lo del poeta. ¿En serio?