La semana pasada, Laura le pidió a Carmilla que se enfrentara contra Mattie, su hermana, y nuestra vampiro favorita por primera vez en su vida le dio un no rotundo a su novia. Ahí nos hemos quedado señoras, al borde de una posible hecatombe. ¿Listas para descubrir que ha pasado? ¡Vamos allá!
Las cosas no empiezan bien para el team Hollstein, porque Laura no entiende que Carmilla haya dicho no y por más que nuestra vampira intenta explicarle que su pasado es parte de ella y Mattie forma para de su familia, Laura no acaba de entenderlo. Para ella, la persona de la que se enamoró fue la mujer heroína que arriesgó su vida para salvarla a ella y a todo Silas del mal que pretendía consumirlos. No la vampira loca que disfruta bebiendo sangre al por mayor y viviendo la vida loca.
Si somos justas con Laura, realmente el único lado de Carmilla que conocía hasta el momento era ese, porque a excepción de sus momentos womenizer liándose con todo quisqui, jamás la ha visto en plan malo malote. Pero Carmilla tiene que ser justa consigo misma y si Laura no puede entender que ambas cosas son parte de su personalidad es que jamás ha estado realmente enamorada de ella, sino de la imagen que se formó en su mente de una especie de heroína. Así que decide terminar con ella. ¡Noooooooooooooo! Mi pobre corazón…
Carmilla se va y Laura se queda obviamente llorando, porque que crea que el bien común está por encima de todo no significa que no tenga sentimientos y sufra como todas nosotras. Danny, que estaba sentada en las escaleras y se ha tragado sin querer todo el pleito, se acerca a ella y le dice que si se necesita una heroína ella se apunta. Laura se lo agradece, pero ahora mismo, por más que intenta concentrarse en todo el trabajo que le queda por delante para salvar Silas, lo único que puede atender es a su pobre y roto corazón, así que sufre a tope.
Danny entonces la abraza y le dice asegura que todo va a estar bien. ¿Les he dicho que amo a Danny? ¿Sí? ¡Vale! ¡Tampoco es para que me llamen cansina!
Luego vemos a Laura intentar entender lo que está pasando. Y es que para ella, cuando amas a alguien consigues que esa persona sea mejor. Es decir, si como en las historias Carmilla la ama de verdad, tendría que querer ser buena en lugar de estar sufriendo porque en algún momento fue mala. Es una visión un tanto cuadrada, ¿para qué vamos a mentir? Pero Laura es a veces demasiado inocente y me da a mí que ha leído muchas novelas lésbicas románticas…
Laura hace lo que cualquier de nosotras en medio de un rompimiento. Llorar, comer cantidades insanas de helado y abrazarse a la chamarra que ha dejado Carmilla por ahí tirada como si no hubiera mañana. Luego se vuelve a repetir todo un par de veces más.
Luego, como a pesar de todo es una chica fuerte, medio que se sobrepone y decide centrarse de nuevo en la lucha por Silas, que en este momento importa más que su vida romántica. O al menos eso es lo que quiere creer en este momento de bajona. Y hablar del plan para salvar Silas equivale a hablar de Danny.
Danny: Es lo peor que me ha pasado en la vida. Y Kirsh ha estado flirteando conmigo como desde hace un mes.¿Crees que los detalles del presupuesto pueden hacer que te salga sangre del cerebro?
Laura: Si sucede en alguna parte seguramente sería en Silas.
En fin, que lo importante es que aún no tienen claro cual es el plan de Mattie, y lo más importante, ahora mismo aunque lo supieran, si votaran les ganaría porque tienen más votos que ellas.
Laura deja de lado un poco todo ese problema y le agradece a Danny que se metiera en ese marrón, pero sobre todo que sea tan buena amiga y no le haya echado sal a la herida con un «te lo dije» hablando de su relación con Carmilla. Danny le dice que siente muchísimo que las cosas no les hayan salido bien y hay ahí un momento de conexión interrumpido por Carmilla que entra en ese mismo momento y a la que no le hace ninguna gracia el medio metro de separación que hay entre su ex y Danny.
Danny sale pitando ante la inminente declaración de la tercera guerra mundial y Laura de inmediato agradece que Carmilla haya regresado, porque claro, no tenía ni idea de si volvería después del pleitazo que tuvieron. Carm no se lo toma demasiado bien, porque todavía está viendo rojo de los celos que le ha producido ver a Laura y Danny tan juntas. Así que le responde que si necesita espacio para pulular con Xena se puede ir a freír espárragos. Ahí Laura pierde también la compostura y las dos comienzan a pelearse para ver quien se queda con el cuarto, pero obviamente no llegan a ninguna solución, así que las dos se montan en su macho y deciden que van a compartirla. ¡La que se va a liar!
Cuando hay amor de por medio una pasa muchas cosas por encima. Pero cuando pasas a ser ex parece que vuelves a verlas. En el caso de Laura, los lentes mágicos con los que veía a Carmilla se le han caído y ahora recuerda lo desordenada que es, vasos tirados por todas partes, pelo por dodquier y una tendencia extrema a la desnudez, algo que en otro momento hubiera sido genial pero ahora es más bien tortura china.
Encima Carmilla ha vuelto a sus tiempos de juerga, que incluyen noches de tango y copas de sangre con Mattie. Algo que Laura considera un insulto personal, así que decide contra atacar mediante un montón de tape de ese que usan los policías para asegurar el lugar del crimen.
Carmilla llega hasta las cejas de sangre… no literalmente… osea no está llena de sangre, sino que ha bebido sangre en plan hardcore y trae un subidón loco. Vamos que está el equivalente a borracha en términos humanos y se burla un poco de Laura y de su intento de separación, aparte de coquetearle para molestarla, porque sabe muy bien que no es fácil resistirse a sus encantos.
Igual a Laura no le da tiempo de caer porque el bigote de sangre que trae Carmilla la ayuda a resistir el tiempo necesario para que llegue Danny a informarle de que por fin Mattie va a mover ficha. Y el movimiento no le va a gustar a ningún estudiante de Silas porque tiene pensado vender parte de sus cuerpos. WTF! Y así señoras terminas la semana pasada, con Laura y Carmilla más separadas que nunca. Por cierto, amo a Carmilla pero ¡que pesada es cuando está en mal plan! Es parte de su atractivo pero a mí me volvería loca jaja.