Hola, soy yo, otra vez con la representación. Y las que faltan. Soy de esas personas que quedaron marcadas para siempre por historias como El Principito o La historia sin fin, con una determinación tenaz de mantener viva a mi niña interna. A mí nunca me dejaron de gustar las caricaturas, y aún hoy las veo.
Y les puedo decir que no crecí viendo personajes queer en mis animaciones preferidas. No importa lo mucho que algunos quieran pintar a la Pantera Rosa de gay por su pelaje. También les digo que crecer viendo caricaturas forzosamente heteronormativas no me «convirtió» en straight. Así que no es ese el peligro de la representación.
La representación no es una postura política
Porque al final no se trata de una batalla política, se trata de reflejo y se trata de justicia. Sí, es cierto que en el plano real la lucha es política, legal e incluso religiosa. Porque la lucha por la igualdad ha sido llevada a ese terreno y porque hay religiones y partidos que se creen la ley, o peor, por encima de la ley.
Pero no debería ser así. Las minorías existen. Es un hecho que deben aceptar. Ver una pareja lésbica en una caricatura no va a convertir a las niñas en lesbianas. Pero va a servir para que las niñas que se identifican con la comunidad LGBT+ se sientan aceptadas.
La juventud LGBT+ está en unos niveles alarmantes de suicidio y de vivir en las calles. No es justo que por el miedo o la ignorancia de algunos estos chicos se vean negados de representación en los medios masivos.
No, ver algo en la TV no te convierte en ese algo, pero sí ayuda a descubrirse uno mismo, a aceptarse y a que los demás entiendan mejor y acepten.
Dando los pasos necesarios
Ser progresivo no te salva de la censura. Como le pasó a Steven Universe en Reino Unidos
Steven Universe no es el único programa de Cartoon Network que ha mostrado representación LGBT+: Jeff es uno de los dos mejores amigos de Clarence, otra caricatura genial, él es el chico algo neurótico, organizado, responsable y buen estudiante que tiene dos mamás.
Pero como dice Sugar, Blanca Nieves y el Príncipe no son los papás de alguien, son lo que tú aspiras ser. Esto es un ejemplo, claro. Quiere decir que la audiencia joven no se ve reflejada en los personajes adultos.
Más poder, menos aliado
Disney es la más grande de las compañías productoras de entretenimiento, pero tristemente es también la menos diversa. Se han dado algunos pequeños pasitos, quizás. Se prepara una anticipada cinta con personajes no blancos: Moana, que se ve fabulosa, pero ella se suma al pequeño grupo de «princesas» de razas de color, junto a Mulán, Esmeralda, Tiana, Jazmín y Pocahontas.
De todas las Moana también se unirá a otro grupo aún más chico, el de las princesas sin romance, dónde sólo están Mérida (de Brave) y Elsa (de Frozen). Pero si quieren ver representación queer en algo Disney, van a tener que ver aquel episodio de Buena Suerte Charlie donde aparece una pareja lesbiana, que son las madres de una amiguita de la pequeña, o un par de segundos de Finding Dory, y eso es menos claro, porque ahí son sólo dos mujeres que parecen estar visitando el Instituto de la Vida Marina juntas. Y ya que estamos con esta cinta, también hay que destacar que Disney explora por primera vez desde una perspectiva tan profunda las enfermedades mentales.
Progresivo en la tele
Cartoon Network tiene mejor record, aunque aún le falte trayecto. El punto es normalizar la representación. Como con la supuesta pareja de lesbianas en Finding Dory, la relación entre Marceline y Princess Bubblegum en Hora de Aventura, es bastante ambigua. Fácil de inclinar hacia una tendencia homosexual, pero igual de fácil de justificar como «no-homo». La diferencia fundamental entre las dos opciones está en la respuesta de sus creadores.
Mientras Disney/Pixar se ha manifestado en un lenguaje seguro, diciendo que esa pareja que apenas tenemos tiempo de ver «es lo que ustedes quieren que sea», la gente de Adventure Time claramente estableció que de hecho sí, Bubbline es real… O al menos lo fue.
Excusas
Pixar cae en la retórica de complacer a todo el mundo, pero Pixar debía saber que eso es imposible y que en 2016 ya es tiempo de ser más abiertos y estar más dispuestos a dar la representación que hace falta. Si tenemos esta reacción tan escurridiza con un par de personajes que apenas aparecen en pantalla, ¿cómo podemos esperar tener representación diversa?
Pixar y Disney se esconden en el «somos aliados, les apoyamos» pero sin mojarse las manos. Seguro podemos, y de hecho vamos, a hacer una lista con personajes de la compañía de animación más importante del mundo que podemos adoptar como queer. No son pocos, pero casi ya les adelanto que casi todos son villanos.
El problema con ese mensaje ambiguo y complaciente es que alimenta una tendencia hipócrita y dañina. Desde que surgió la polémica sobre la ley que restringe los derechos de los transgénero a usar el baño, más mujeres con el cabello corto han reportado ataques homófobos. Pero cuando se trata de representación entonces es «ofensivo» asumir que una mujer de cabello corto es gay. O que dos mujeres muy unidas no son más que «gal pals«, que porqué dos mujeres no pueden ser BFFs sin ser catalogadas en el espectro queer.
El daño
Este reconocimiento selectivo es cansón y dañino. Como la interpretación a conveniencia de la Biblia, o el Corán, o las leyes.
Disney fue una de las compañías que pronto tomó acción contra las leyes anti LGBT+ en Carolina del Norte y otros lugares que Estados Unidos, y eso está muy bien. Pero si tienes tanto poder (Vamos a recordar que Disney es dueño de otras compañías como ESPN, LucasFilm, Marvel, ABC y Touchstone, entre otras) parece la salida cobarde esconderse detrás de repuestas evasivas.
Oigan, no soy una «anti-Disney», todo lo contrario, soy muy fan, pero da dolor ver la falta de iniciativa para arropar a una comunidad que es tan cercana a esta compañía. Disney tiene problemas más allá de la falta de representación queer, el racismo y el feminismo no lo habían llevado tan bien. Hace poco es que han comenzado a dar algunos tímidos pasos en esas direcciones.
Hay mucho por mejorar
Tampoco es que Cartoon Network sea la perfección en representación, pero tiene menos complejos a la hora de arropar a las minorías. Digamos que es más irreverente ante las quejas de los puritanos. Pero en TV posiblemente sea Nickelodeon el campeón de la diversidad. Próximamente la caricatura Loud House presentará a una pareja gay, la primera después de la colosal Korrasami. Pero es la cadena que, consistentemente, ha tenido mayor inclusión en sus personajes.
- Para que lo recuerden: Korra y Asami son canon en el final de La Leyenda de Korra
De 2000 a 2010 en CN veíamos 138 personajes principales, 39 de ellos eran femeninos (27%) y 24 de color (17%). Mientras que Nick tenía 238 personajes principales con 91 femeninos (38%) y 77 de color (32%). Finalmente de 2010 a 2014 CN presentó 102 personajes principales, 21 femeninos y 11 de color (21% y 11%). Nick mostró 208, 65 femeninos y 43 de color (31% y 21%).
En la gran pantalla
La mayor competencia en filmes de animación para Disney es Dreamworks, que hace un mejor trabajo en representación y diversidad. Como entrenar a tu dragón 2 es más honesto con sus personajes queer, además en la maravillosa ParaNorman el personaje más tradicionalmente macho, el chico deportista y popular de la escuela secundaria, no sólo tiene una personalidad que contrasta con el estereotipo, sino que al final revela abiertamente su homosexualidad. Fue sorprendente porque no es un personaje estereotípicamente gay.