Iris Mittenaere Miss Universo

Aprovechando que el domingo se celebró el Miss Universo 2017, en el que Pia Wurtzbach tuvo que ceder su corona a la francesa Iris Mittenaere. Nosotros todavía nos quedamos con el certamen del año pasado.

Errores del pasado

La principal razón es porque Steve Harvey, que es amigo de Trump y en general un desastre de persona, y que a lo mejor por eso repitió como presentador de la gala de belleza, coronó a la reina equivocada.

Luego tuvo que rectificar, sacarle la corona a la pobre colombiana y ponerla en la cabeza de la filipina, que no tuvo la culpa de nada, recordemos.

Detrás de la reina

Pero también porque Pia Wurtzbach, que vivió el incómodo momento de pasar de primera finalista a reina por un hombre no sabe hacer bien su trabajo que, literalmente, es leer una tarjeta, tiene una lucha que nos toca.

“Soy filipina, y como la mayoría de las personas en mi país soy una orgullosa católica. Tengo una fe inquebrantable, y mi religión es una parte fundamental de mi persona.”

Pia, además de ser reina de belleza, es actriz, presentadora de TV y (claro) modelo. Pero también es activista, y una de sus mayores luchas es en pro de los derechos de la comunidad LGBT+ en su país.

“Las instituciones religiosas, incluyendo la Iglesia Católica, enseñan que la propia es la única fe verdadera. Pero los valores que he aprendido como cristiana me han motivado a respetar todas las demás creencias y opiniones.”

Tal vez no lo sepan, pero Filipinas es una nación muy religiosa, Católica, y una de las más intolerantes ante lo que perciben como anormal respecto a valores románticos y/o familiares.

“Yo le debo mucho a la comunidad LGBTQ, muchos de mis amigos son parte de la misma. Sin sus actitudes de aceptación hacia mis propios defectos y luchas, no estaría donde me encuentro hoy.”

Tal vez por eso las visiones liberales, como ella misma cataloga, de la miss son tan controvertidas en su tierra.

“Y aunque estamos comenzando a ver pequeñas semillas de cambio en la Iglesia Católica, la comunidad LGBTQ en Filipinas no disfruta de los mismos derechos (que el resto).”

Wurtzbach vive su crianza religiosa, pero reconoce la falta de trabajo en pro de aceptar a la comunidad homosexual, que no disfruta de los mismos derechos que el resto de la población.

“Quizás mi familia no convencional me permitió aceptar las diferencias de otros sin prejuicios y me ha llevado a ser una orgullosa vocera por los derechos de la comunidad LGBTQ como cristiana. De hecho encuentro la fuerza para hacer precisamente eso a través de mi fe.”
“Claro que habrá momentos en los que mi fe y mis opiniones personales choquen, pero en esas situaciones encuentro confort en un viejo dicho: Vive y deja vivir.”

Este es el tipo de acciones que realmente deben resaltarse de los eventos de belleza. Seguro, las críticas banales sobre vestidos, cuerpos, peinados, etc., son entretenidas (supongo).

Pero tal vez podríamos dar mejor cobertura a las iniciativas de estas mujeres que tienen una historia detrás del desfile en traje de baño.

Y tal vez podamos comenzar a dejar de usar las religiones como excusa para comportamientos intolerantes, violentos y cargados de odio.