La semana pasada en Anatomía de Grey las cosas se pusieron crudas porque Arizona y Eliza están en bandos opuestos en la guerra que se ha armado en el hospital. De momento todos los médicos le están haciendo un bloqueo masivo a Eliza que se las está viendo más crudas de lo que esperaba. Pero ella es una mujer dura que no se va a rendir tan fácilmente y justo así empezamos este nuevo episodio de la serie.
Eliza está haciendo su magia en el tablero de operaciones cuando Meredith llega a ver que le toca hacer ese día. La morena le dice que la ha escogido personalmente para poder enseñarle a los residentes en su próxima operación y Meredith está como: Nop, nanay de la china. Eliza, que a estas alturas ya está un poco cansineada de la situación le pregunta que cuál es su excusa y Meredith con esa típica bordería que ya le conocemos le responde que no tiene ninguna excusa, simplemente es no, porque no le sale de los ovarios. ¡Auch!
Mientras tanto, Arizona está con Avery y Maggie intentando averiguar a cuanta gente tienen de su lado y quienes están entre azul y buenas noches. Todos están esperando a ver cuál va ser la reacción a su boicot pero luego se entretienen porque se acuerdan del rollo de Alex que al final no está en la cárcel porque DeLuca es más bueno que el pan y decidió retirar los cargos.
También nos enteramos de que Arizona hizo migas con la madre de Maggie que está de visita en el hospital, pero eso no nos sorprende porque ¿quién no caería rendida ante Arizona?
Más tarde las cosas se complican, porque Bailey decide mover ficha para parar la insubordinación y no se le ocurre mejor manera que suspender a Meredith por haberle dicho que no a Eliza. ¡Auch! ¿En serio Bailey? ¿A Meredith? Sufro porque amo a Bailey más que a Meredith pero esta jugada le puede costar cara. En fin, que de todos modos Arizona, Avery y Richard deciden seguir con el plan, eso sí, ahora ven que se enfrentan a enemigos de las grandes ligas.
Lo siguiente que vemos es a Arizona en el tablero renegando porque Eliza le ha cambiado su operación de quirófano. La nueva jefaza la mira como «Cry, cry baby« y sigue a lo suyo, así que la patinadora decide entrar en acción.
Arizona: ¿Haces esto siempre?
Eliza: ¿Hacer qué?
Arizona: Convertir a todos en tus enemigos.
Eliza: A la gente no le gusta el cambio.
Arizona: Lo sé, a la gente le gusta la gente.
Arizona: Primero intentas sacar de la jugada a Richard Webber y luego consigues que suspendan a Meredith Grey.
Eliza: ¿Suspendida?
Arizona: ¡Exacto! En serio que no quieres hacer amigos por aquí ¿verdad?
Eliza: No he venido a hacer amigos.
Arizona: Pues entonces estás haciendo un gran trabajo.
Auch, pobre Eliza, le está lloviendo sobre mojado. En esta escena tengo que decir que me cayó un poco mejor. Porque las respuestas que da son las típicas de autodefensa en plan «no estoy aquí para hacer amigos» que muchas veces las mujeres tenemos que dar cuando nos toca ser jefas y todo el mundo esperaba que fuéramos hermanas de la caridad en lugar de arreglar los problemas. Aún así, insisto en que, como Arizona intenta hacerle ver, ha abordado este tema desde una perspectiva que ha hecho que se lo compliquen más las cosas.
Pero tengo que decir que me encanta Arizon en plan Suiza porque, a pesar de tirar para Richard, no puede evitar echarle un cable a Eliza en plan ¡señora ojo al dato! Porque eso es lo que está haciendo en esta escena. Y si realmente no al quisiera allí, le valdría cacahuate que se hundiera, pero no es así.
Más adelante vemos a Eliza pedirle a Bailey que deje de suspender gente porque eso no hace más que complicarle más la existencia y ya está sufriendo demasiado para poder encajar. Bailey le dice que lo siente mucho pero que tiene que reaccionar de alguna manera a lo que está pasando y Eliza le responde que necesita espacio para trabajar y solucionar este entuerto porque está claro que los especialistas no están nada contentos con ella.
El episodio se cierra con Eliza y Arizona encontrándose en el aparcamiento del hospital. Y aquí tengo que admitir que yo me puse nerviosa, porque este lugar tiene fama de comerse a las lesbianas (recordemos a Erika q.e.p.d.), pero no, al menos de momento sirve como marco para que Eliza le diga unas cuantas verdades a la patinadora.
Primero le recuerda que toda su jugada puede tener consecuencias y la primera de ellas es que resulte despedida porque en su opinión Bailey ya se está replanteando su posición. Arizona le responde que bien, que eso significa que la jefa es inteligente y Eliza ataca con todo.
Arizona: No lloraría.
Eliza: No, estarías aterrorizada, porque entonces tendrías que enfrentarte a ello.
Arizona: ¿Enfrentarme a qué?
Eliza: Sí Bailey me despide tú y yo seríamos una opción. Podríamos salir, podríamos besarnos, podríamos…(miradita a los labios prometiendo noches de sexo sin límite), ser algo. Así que ¡jódete!
LOL, me reí mucho con esta escena tengo que decirlo. Y tampoco vamos a negar que la química rebosaba la pantalla mientras hablaban. Esto promete, aunque primero tendrán que arreglar todo este entuerto del hospital y de momento no veo como, porque Bailey incluso le ha dado el puesto de Meredith a Kepner. ¡Auch!
¿Cómo lo vieron ustedes chicas? ¿Le ven futuro a Eliza y Arizona?