Para las que no sepan, la WNBA es lo mismo que la NBA, pero de mujeres. Como la WTA en el tenis. Y como la WTA, la WNBA no posee la misma atención y fanaticada que sus contrapartes masculinas. A pesar de lo que diga Candice Wiggins, esto no tiene nada que ver con que, en el caso de la WNBA, (según ella) «el 98% de las jugadoras son lesbianas»*. Sino porque vivimos en una sociedad machista. No importa lo bien que lo hagan las chicas, los chicos siempre recibirán mejor atención.
Sino miren el caso de la selección femenina de fútbol de los Estados Unidos, que han sido campeonas del mundo en tres ocasiones y las Olimpiadas cuatro veces. Son las número uno del mundo y lo más bajo que han llegado en el ranking FIFA es la segunda posición.
Y aun así, los hombres, que no han hecho nada bueno en la historia del fútbol, ganan más, tienen más apoyo económico y moral.
Elena y Amanda
Pero lo importante aquí es Elena Donne, que es una de las jugadoras estrellas del baloncesto femenino estadounidense y mundial. Tiene 28 años, mide 1,96 metros y actualmente juega con las Washington Mystics, además de la selección nacional.
MVP del 2015, novata del año en 2013 y campeona olímpica en 2016.
Amanda es actualmente, además de la esposa de Elena, la directora de la Academia De11e Donne (desde 2014). Antes trabajó para una compañía de seguros. Además solía jugar baloncesto en la universidad. Así se conocieron, entrenando juntas en Delaware.
Y lo hacen todo juntas, porque además ambas crean mesas que luego venden en Etsy.
Historia de amor con «felices para siempre»
O al menos eso esperamos. Delle Donne y Clifton se comprometieron en 2016 y estaban tan felices que lo compartieron con el mundo en Instagram.
La pareja se casó, finalmente, este noviembre (2017) en una ceremonia preciosa que contó con un pastel enorme.
Fue todo lindo, bailaron con sus padres:
No dejaron a su perrito por fuera, pues llevaron imágenes del can para que la ente saliera en las fotos con él:
Los anillos:
Como les decía, el mega pastel:
¿Se imaginan comer donas en una boda heterosexual? Nunca. Por eso hay que dejar que las lesbianas se casen:
¡Qué vivan las novias!
*Cabe destacar que los comentarios de Wiggins salen a la luz, casualmente, cuando está por lanzar un libro sobre su carrera en la WNBA.
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