Ustedes van a pensar que soy la aguafiestas del grupo, que viene a traerles malas noticias todo el rato. Yo sé que esta página sirve como refugio y en ocasiones como un escape a la realidad. Pero como comunidad no podemos ignorar este tipo de cosas.
Sabemos que hemos logrado impresionantes avances en contra de la discriminación a personas de la comunidad LGBT+, particularmente en los últimos años. Y eso es importante reconocerlo y celebrarlo. Pero no sin olvidar que todavía nos queda camino por recorrer.
Datos preocupantes
Particularmente en esos países en los que todavía se castiga todo lo que no es heterosexual. 72 países consideran que ser homosexual es un delito. 72 de 194, o sea el 37,1% del mundo. De esos 72 países 8 castigan la homosexualidad con la pena de muerte.
Ahora Indonesia quiere unirse al exclusivo grupo y subir la cifra a 9 países que penalicen con la muerte las relaciones entre personas del mismo sexo.
Y es que Indonesia ha vivido en los últimos meses una creciente ola de pánico moral y político sobre la sexualidad. Esto ha provocado que se comiencen a proponer leyes que penalicen el sexo fuera del matrimonio y la conducta sexual con personas del mismo género.
Todo esto ridiculiza el mensaje que el país presenta ante la comunidad internacional de Unidad en la diversidad. Lo que es peor, a penas en 2016 las personas queer podían vivir en paz y armonía con sus vecinos pluralistas en Indonesia, que hasta ahora no penaliza de ninguna forma la homosexualidad.
Las raíces del problema
En 2016 los oficiales públicos de Indonesia atacaron a la comunidad LGBT+ por meses. 2017 la policía arrestó a más de 300 personas de LGBT en espacios provados. 2018 las autoridades quieren criminalizar las relaciones consensuales adultas entre personas del mismo sexo como una «protección» ante vigilantes.
Resumiendo: esta situación es responsabilidad de la inefectividad de gobiernos sucesivos de actuar ante el acoso, amenazas y violencia de grupos extremistas islamistas contra minorías religiosas, étnicas y sexuales.
Así, muchos cínicos se refugian detrás de esta excusa para pretender que estas leyes opresivas son para proteger a estas minorías. Increíble que tengan todavía en el siglo 21 la cara de decir que oprimir es una forma de protección. ¿Por qué mejor no reprimen a los agresores?
La situación es tan grave que los parlamentarios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asíatico publicaron el pasado 7 de febrero un comunicado conjunto donde expresaban su preocupación por este desarrollo de homofobia.
El legislador filipino Teddy Baguilat se refirió a las leyes propuestas como:
Una violación a los derechos de todos los indonesios a la privacidad y sus libertades fundamentales.
Causa y efecto
Más malas noticias desde Indonesia: Ciudad inodonesia lanza fuerza anti-LGBT
Les comentaba arriba que Indonesia, hasta ahora, no criminaliza la homosexualidad, pero tampoco protege los derechos de la comunidad LGBT+. Esto pudiera parecer que no es gran cosa, pero sí. Porque da pie a que pasen cosas como estas sin muchos obstáculos.
Todo este impulso homofóbico parece haber comenzado en enero de 2016, cuando el Ministro de Educación expresó en un tuit que quería prohibir todos los grupos LGBT estudiantiles de los campus en las universidades.
En tan sólo dos meses se vieron reacciones homofóbicas de docenas de oficiales públicos: Un alcalde advirtió a madres jóvenes, durante un seminario de salud, advirtió sobre los fideos instantáneos, sugiriendo que sólo la comida nutricional prevendría que los niños salieran homosexuales.
El ministro de defensa calificó a los activistas por los derechos LGBT+ como una fuerza de guerra contra la nación dirigida por extranjeros y le clasificó de más peligrosa que una guerra nuclear. La Comisión Indonesia para la Protección Infantil lanzó un decreto contra la propaganda gay. La Asociación Psiquiátrica Indonesia proclamó las identidades homosexuales y transgénero como enfermedades mentales.
Y el Nahdlatul Ulama, la mayor organización musulmana de Indonesia, pidió la criminalización del activismo LGBT+ y la rehabilitación de personas homosexuales.
Por supuesto no ayuda que los países líderes del mundo parecen estar cayendo en una tendencia populista que no solo se está olvidan de proteger a la comunidad LGBT, sino que está cediendo ante fuerzas conservadoras que pretenden revertir los avances conseguidos.
Cómo ayudar
Todavía estas leyes no se han aprobado, así que estamos a tiempo de evitarlo. La presión internacional no es la respuesta, pero ciertamente ayuda. Sigue o contacta a tus organizaciones activistas pro LGBT+ locales y averigua cómo puedes aportar.
Los políticos son quienes tomen las decisiones, pero son los ciudadanos quienes los eligen a ellos. No dejes de recordárselos, y no lo olvides. Ponte en contacto con tus representantes oficiales, pídeles acción.
Aun si vives en un lugar donde tus derechos estén protegidos, los grandes líderes deben pronunciarse ante esta nueva amenaza. Y si hay suficiente indignación no tendrán más remedio que hacerlo.
Las minorías tenemos que cuidarnos unas a otras, y nuestra comunidad necesita que estemos más unidos que nunca. Porque los agentes del odio se sienten arropados por una ola de políticos indolentes y peligrosos.
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