Por allá del 2016, Brenda y Maria José cambiaron el panorama de la legislación española. La pareja lésbica recurrió a la Dirección General de Registros y Notarios después de que el registro de Denia les negara la opción de inscribir a su hijo Lennon como hijo de ambas.
En 2017 consiguieron no solo revertir su situación personal sino que su caso sentó precedencia y la Dirección de los Registros y del Notariado decidió cambiar la doctrina que se seguía respecto a estos casos. En resumen, que ninguno de los Registros Civiles españoles podría pedir a las parejas de mujeres el papel que emiten las clínicas de reproducción asistida.
Por esta razón yo, como supongo muchas otras personas, pensábamos que en España inscribir un niño con dos mamás a partir de 2017 era un procedimiento rápido y preciso, como el que puede tener cualquier familia homoparental pero nos equivocábamos todos.
El caso de Esther y Cristina
Esther y Cristina, como cualquier otra pareja que está a punto de tener un bebé decidieron ir hasta el registro civil de Murcia para averiguar qué papeles necesitaban entregar para inscribir a su futuro hijo. Ambas conocían el caso de Brenda y Maria José, así que al igual que yo, pensaban que sería cuestión de seguir el procedimiento habitual. Sin embargo cuando llegaron al registro la situación fue muy diferente.
En el registro, además del habitual libro de familia y certificado de nacimiento, el funcionario les advirtió que les sería necesario adjuntar el documento del centro de fertilidad y que de no ser así no podrían inscribirse ambas como madres del bebé y la madre no gestante tendría que iniciar un proceso de adopción. Además, las dos tendrían que acordar el orden de los apellidos y comparecer en persona ambas tras el nacimiento.
«Nosotras hemos acudido a una clínica» nos comenta Esther, «Pero, ¿qué pasa con las chicas que no lo han hecho? Queremos denunciar esta situación y por eso creamos el hilo en Twitter. Lo que no esperábamos era la tremenda repercusión que ha tenido. El lunes volveremos al registro, esta vez con nuestro abogado y con el aval de la repercusión mediática que hemos tenido.»
Esther habla con conocimiento de causa. Una pareja de amigas suyas que habían tenido su bebé antes de que pasara el cambio, tuvieron problemas para registrar a su hijo porque no tenían el documento de la clínica de fertilidad y se vieron obligadas a iniciar el proceso de adopción. El proceso es largo y conlleva varios prejuicios para la pareja en general y la madre no gestante en particular, como el hecho de que esta última no pueda disfrutar del permiso de un mes ni ayudar con los trámites de su propio bebé porque al no llevar sus apellidos le era imposible acreditar su maternidad.
Cuando leí la historia de Esther en Twitter de inmediato me comuniqué con ella porque me interesaba mucho saber si su experiencia era un caso único o algo estaba pasando en la administración. Fue en ese momento en el que se me ocurrió preguntar en mi Twitter si había alguien más que hubiera pasado por una experiencia parecida y las respuestas no se hicieron esperar.
Sara y Lidia y la odisea de inscribir a Daniela
Cuando hablamos de discriminación, muchas veces nos quedamos enredadas en la teoría y podría parecer que solo estamos hablando de un trámite molesto al que las parejas lésbicas tendrían que enfrentarse. Después de todo, llevar un papel de una clínica podría no parecer demasiado pero ¿qué pasa cuando tú has decidido no hacer uso de una clínica de fertilización para embarazarte?
Esa es la situación en la que se vieron inmersas Sara y Lidia (hemos cambiado sus nombres para proteger su privacidad) cuando empezaron a investigar sobre los trámites que necesitarían llevar a cabo para inscribir a su futuro bebé en Sevilla. Las dos habían buscado un donante privado y firmaron un acuerdo en el mismo ámbito que aseguraba los derechos de ellas como madres y lo cubría legalmente a él de cualquier responsabilidad sobre el niño en el futuro. Todo parecía perfectamente cubierto hasta que se acercaron al registro civil del centro de Sevilla.
Nos atendió un señor mayor con una mentalidad casposa que tiraba para atrás y nos miró de arriba abajo mientras nos respondía lo siguiente: “Necesitáis el certificado de la clínica donde se asegura el anonimato del donante, o en su defecto una vez nacido el bebé inscribirlo en el libro de familia de la madre soltera y que la otra inicie proceso de adopción. Hasta que se conceda, la madre adoptante no será madre al 50%, sino algo así como tutora legal.” Cuando le comentamos que había sido con un donante contrato privado nos dijo que eso era ilegal y que no se podía hacer. Que en todo caso decir en el médico que yo había salido una noche de fiesta y sin que supiera ella nada había tenido relaciones y no conocíamos al padre, y que ella estaba de acuerdo en adoptar a la criatura.
Sara y Lidia decidieron que una de sus mejores opciones para proteger a su futuro hijo sería casarse por lo civil y así consiguieron el libro de familia. En el hospital (como es habitual) les preguntaron si querían que ellos inscribieran a su peque o lo hacían ellas mismas. Las dos decidieron hacerlo ellas por comodidad sin saber que se sacarían la lotería con ese paso.
Cuando llegamos esperábamos tensas y preparadas para pelear que la funcionaria que nos atendió nos pidiera lo de la clínica o nos indicara los trámites de inicio de proceso de adopción para Sara. Tensísimas hasta que tras darle el certificado de nacimiento y el libro de familia, nos dio la enhorabuena y nos deseó que disfrutáramos mucho de la peque.. y hasta luego. Nosotras sentimos un compendio de emociones que no puedo ni explicar. Emocionadísimas y contentas. Hasta que Daniela no cumplió un año estábamos con miedo de que se dieran cuenta de algún posible error que cometiera este amor de funcionaria, pero pasado ese tiempo nos relajamos. Ya nadie nos iba a quitar nuestro libro de familia ni echar por tierra nuestro proceso de maternidad ni nuestras ilusiones. Tenemos la terrible sensación, eso sí, de que depende del funcionario/a que te toque, y si tienes mala suerte…
La homofobia en el caso de Ana y Brenda
En muchas ocasiones, las parejas lésbicas se encuentran con un muro de homofobia en el camino que a veces comienza mucho antes, como en el caso de Ana y Brenda de Seassonally que tuvieron el problema en el mismo hospital de Cádiz donde tuvieron a la pequeña Sofía. En teoría puedes hacer una prescripción en el hospital para que el papeleo en el Registro Civil sea más rápido y ameno. Pero cuando Ana intentó hacer la prescripción la empleada del hospital la atendió normalmente hasta que ella le comentó que eran dos madres.
“Ay, no hija, esas cosas aquí no las hacemos, para eso tienes que ir directamente al registro civil, esto está para cosas NORMALES, parejas heterosexuales, madres solteras… Ya vuestros casos más complicados, mejor desde el registro”. Y sinceramente, en parte la podría haber entendido, el gobierno da luz verde a ciertos derechos al colectivo LGTB pero no prepara formularios ni a sus funcionarios para este tipo de tramites, pero dijo “cosas NORMALES” y para que lo sepáis, la palabra NORMAL, duele. Baje por las escaleras una vez más con la vergüenza de tener que decir en la habitación en la que se encontraba mi familia que no eramos lo suficientemente Normales como para hacer los tramites en el hospital.
En su caso, al acudir directamente al Registro Civil después de que el hospital solo les pusiera problemas, la funcionaria que las atendió ahí les pidió la papelería habitual y tramitó su registro sin dilación.
En el Registro Civil de Cádiz unas funcionarias muy amables al conocer lo ocurrido me comentaron que era falso, que claro que se puede hacer el tramite en el registro del hospital independientemente el tipo de familia que tengas, solo tienes que dar con alguien con GANAS de trabajar.
El azar que es inscribir a tu hijo si eres una madre lesbiana
Sara no iba nada desencaminada con su comentario si nos guiamos por las experiencias que hemos conseguido recopilar en estos días. El que puedas o no inscribir a tu bebé como hijo de las dos depende totalmente del Registro Civil y el funcionario que te toque. Y la papeleria que te piden pueden ser la misma que a las parejas heterosexuales, añadírsele el consentimiento de filiación o en el peor de los casos, la exigencia del documento del centro de fertilidad.
A Unco y Popnoart, como se conoce en línea a las creadoras del portal LesbianLips, les pidieron el documento en el hospital para registrarlo, pero Popnoart tenía claro que ya no se necesitaba y así se lo hizo saber al personal. Al final tuvieron que acudir al registro de Madrid y allí le pidieron a Unco (la madre no gestante) que firmara un papel aceptando la filiación de su pequeño y consiguieron registrarlo como hijo de ambas.
Nuria y Adelaida de Murcia nos contaron lo siguiente:
Si estás casada y tienes el papel de la clínica , lo entregas y van las dos en persona no hay problema. Pero ese es el problema. Que yo me vi allí con una cesárea y dos bebés de días toda una mañana en un registro dando explicaciones absurdas
Y como ellas, un montón de parejas lésbicas más se han visto discriminadas en los registros de toda España, ya sea Barcelona, Madrid, Sevilla, Oviedo, los casos se están dando por todas partes.
¿Qué podemos hacer para que no se siga discriminando a las parejas lésbicas en España?
Por lo pronto Esther y Cristina acudirán el lunes al Regitro Civil de Murcia acompañadas de su abogado. Además, ambas forman parte de la Asociación de Familias de Gays y Lesbianas de la Región de Murcia que ha iniciado una petición en línea para apoyarlas y ejercer presión. Es importante que todas apoyemos su caso porque como he podido explicar en este artículo, en este momento son la cara visible de un problema que muchas parejas lésbicas tienen en España.
Esperamos tener mejores noticias para ustedes el próximo lunes, pero sobre todo deseamos de todo corazón que los Registros Civiles españoles respeten la legislación y dejen de discriminar a las parejas de madres lesbianas.
¿Tienes Telegram instalado? Recibe nuestros artículos al momento en tu teléfono suscribiéndote a nuestro canal.