¡Buen viernes señoras! ¿Cómo pinta ese fin de semana? El final de temporada de Anatomía de Grey se acerca de manera peligrosa y en estos últimos capítulos nuestras Callie y Arizona parecen tener más peso específico. Algo que nos agrada a todas, pero nos están metiendo algunos sustos muy importantes…ya lo verán ya…pero empiezo con el resumen.

El episodio comienza con toda la cúpula de doctores reunidos con Owen para hablar sobre que residentes han decidido quedarse y cuales se van a otros hospitales. La cosa no pinta bien para el Seattle Grace, al parecer hay un montonazo con ganas de emigrar. La única que está más feliz que una lombriz es Arizona, porque Karev le ha asegurado que se queda.

Callie, Teddy y Cristina están en el cuarto de Nick (el amigo de Arizona) contándole cual es el procedimiento que van a seguir para tratar de mantenerlo con vida. Básicamente lo abrirán para ver que pueden salvar de su corazón y de ahí tirar adelante con quimioterapia para ver si pueden detener el progreso del cáncer.

Nick se da cuenta de inmediato que esta opción, a parte de no asegurarle que se curará, lo mantendrá en el hospital durante los que pueden ser los últimos meses de su vida. Encima de Arizona ni sus luces porque la patinadora sigue indignada con él, así que el hombre decide que no tiene caso operarse y que se marchara a alguna playa con mucho sol a pasar los pocos meses que le quedan de vida.

Callie se lanza hasta pediatría para ponerle los puntos sobre las íes a su querida esposa. Básicamente le dice que sabe que todo esto es muy difícil para ella, pero que tiene que ponerle ovarios a la cosa porque su amigo se está muriendo y la necesita. La morena le recuerda que siempre ha sido una valiente en las situaciones de adversidad, sobre todo cuando ella y Sofía pasaron el mal trago del accidente.

También le dice que esta es la última oportunidad de Nick así si va a reaccionar este es su momento. Creo que Arizona necesitaba urgentemente que Callie la espabilara, se le notó en la cara que realmente le cayó el veinte de todo lo que le estaba diciendo su esposa.

Arizona sale corriendo hasta donde se encuentra Nick que ya está empaquetando sus cosas. La mujer le pide que se opere pero ahora es él quien está enojado.

Nick: ¿Ahora tiene una opinión doctora? ¿Después de estar desaparecida tres días?
Arizona: He estado un poco ocupada Nick…
Nick: Mira entiendo que esto te asuste. De verdad lo hago. Pero esto también apesta para mi. Me están diciendo que tengo cáncer por todo el cuerpo y estoy completamente solo.
Arizona: ¿Dónde está tu hermana? ¿Llamaste a tu hermana?
Nick: ¡Tú eres la que se suponía que estaría aquí! ¡Eres la persona que se suponía que me apoyaría y no estás en ningún sitio! ¡Te has ido!
Arizona: ¡Yo te apoyo!
Nick: ¡Entonces apoyame!

Después de la tormenta viene la calma eso sí y Nick accede a operarse.

Yang y Teddy se avientan a operar a Nick mientras Arizona mira desde arriba con Callie apoyándola a tope. Las dos se ven muy tiernas ahí de la mano pasando por el mal trago. Lo malo es que las noticias no son agradables. El cáncer está muy avanzado y ya no se puede hacer nada así que al final simplemente lo cierran para trauma de Arizona.

El peor momento para nuestra patinadora viene a la hora de decirle a su amigo la verdad, que va a morirse sin remedio y le queda poco tiempo de vida. La verdad fue muy descorazonador verlos llorar juntos con Callie respetando su intimidad pero observándolos desde afuera siempre pendiente del estado de ánimo de su esposa.

Sobre todo cuando Nick se culpa a si mismo y se dice estúpido por no haber acudido al hospital antes. Y la verdad es que todos sabemos que lo fue pero da mucha penita verlo enfrentar las consecuencias de sus actos.

Arizona sale para respirar aire puro y aguantar la situación y hasta allá la sigue Callie para informarla de que ha pasado por el cuarto de Nick y está estable y dormido. Entonces la rubita se rompe mientras le pide a su chica que por favor nunca la deje:

Arizona: No te vayas nunca.
Callie: ¿Qué?
Arizona: No te vayas nunca. Prométemelo ahora mismo.
Callie: No me voy a ningún sitio. Te lo prometo.
Arizona: Después de mi hermano pensé: «no puedo volver a hacer esto. No haré esto de nuevo.» Y ahora aquí estoy…
Callie: Vale, lo que no puedas hacer lo haré yo. Estoy aquí. Esto funciona así.

Que momento tan agridulce y tan bonito entre estas dos. Y que grande Callie al apoyar de esa manera a su esposa.

Para rematar el mal día que está teniendo, Callie se entera por Owen de que Karev está pensando marcharse porque le han ofrecido un puesto en el mejor hospital que hay. Vamos, el sueño dorado de todo doctor.

Arizona pierde los nervios por completo y le dice a Karev hasta de lo que se va a morir porque no puede creer que no tuviera los pantalones de decírselo él mismo. El hombre intenta defenderse pero la patinadora no lo deja ni hablar y en el último minuto decide quitarle una operación muy importante en la que iba a participar.

Resulta que la mitad del Seattle Grace se iba ir en avión a otro hospital para ayudar en la operación de separación de dos pequeños siameses. Y lo dicho, Arizona decide que Alex se queda en tierra y ella misma irá a la operación porque está enfadadísima con él. Así que junto a Mark, Lexie, Meredith, Derek y Cristina se embarca en el viaje.

El episodio termina mostrándonos una imagen del avión estrellado…La cosa tiene muy mala pinta señoras, sobre todo cuando le echamos un vistazo al tráiler del próximo episodio:

Tenemos claro que un personaje morirá en el próximo episodio, pero no sabemos quien será. Yo a estas alturas ni si quiera sé si será alguien del avión que Shonda es muy retorcida… De todos modos mal empezamos porque los gritos de Arizona todavía retumban en mis oídos. Yo solo sé que si la patinadora muere odiaré a Alex por el resto de mi vida.

¿Cómo han visto el episodio chicas? Yo por si las dudas ya he comprado Kleenex extras para la próxima semana porque se avecinan momentos oscuros. ¡Yo no quiero que muera nadieeeeeeeeeeeeee!