Buen viernes señoras, algunas de ustedes se preguntaban por qué no hubo resumen de lo que sucedio entre Callie y Arizona en el episodio 9×17 de la serie. Bueno, no hubo resumen porque no pasó nada…en serio… estaba a punto de perder las esperanzas en Anatomía de Grey cuando he visto este episodio y casi me he desmayado de la emoción. ¿Listas para la acción? ¡Vamos a ello!

Empezamos el episodio con Callie esperando pacientemente en la sala a que Arizona salga para mostrarle su nueva prótesis. Resulta que a la rubia le ha llegado su «nueva pierna», una con la que puede lucir tacones altos. Y ya sabemos que la patinadora quería sentirse sexy así que esta es su oportunidad.

En cuanto sale por la puerta la cara de Callie nos lo dice todo. ¡Arizona luce super sexy! No es que no lo podamos ver por nuestros propios ojos, pero vamos que si no pudiéramos lo entenderíamos perfectamente por la voz grave que se le pone a la morena que empieza a coquetearle a su esposa al segundo.

Eso sí, Arizona aún no está preparada para eso y suavemente se escapa de la red de araña que le estaba intentando tender Callie argumentando que tiene que practicar caminar con la prótesis si quiere llevarla al trabajo. La morena se queda un poco desanimada, pero igual está feliz por su chica.

No sé ustedes pero yo coincido con Callie

Ya en el hospital, Callie pide la atención de todos los presentes para hacerles notar que su esposa lleva unos tacones que hacen que su trasero, en sus propias palabras, haga «boom». Todos están de acuerdo y proceden a hacerle ver a la patinadora que se ve totalmente sexy. Es una escena muy divertida, pero a mi me resultó totalmente genial por lo que lleva a la morenaza a actuar así.

Callie sabe que Arizona aún no se siente cómoda consigo misma, entiende que su esposa no se siente hermosa, por mucho que ella le intente hacer ver que ante sus ojos sigue siendo la misma. Y a pesar de la cobra que le hizo Arizona en la mañana, en cuanto entra al hospital pone todo su esfuerzo para hacerle ver, mediante los ojos de sus compañeros, lo que todos tenemos claro. ¡Sigue siendo una mujer guapísima!

Me encanta ver a la morena apoyando a su esposa de esa manera sútil. Y la escena grupal fue genial ¿no creen? Me reí mucho con Webber y con Cristina, y la cara de Arizona de penilla fue super linda.

En el hospital hay una nueva maquina super cool que todo el mundo quiere usar, pero no hay pacientes que la necesiten, así que hay frustración flotando en el ambiente. Callie le dice a Arizona que está nefasta porque encima solo ha atendido a alguien con un meñique roto, caca de la vaca para la diosa de la cirugía ortopédica.

Arizona está muy ocupada con otros pensamientos como para seguirle la corriente a su esposa. Resulta que a la mujer le gustaría salir temprano, dormir rapidito a Sofía y proceder a…. mmm…. ustedes me entienden. Callie la mira como pensando «creo que estoy alucinando», pero la rubia le hace ver que no, que las dos hablan de sexo puro y duro para esa noche.

Obviamente la morena, como cualquiera de nosotras en su lugar, casi se muere de la emoción y la conversación iba a seguir pero justo en eso entra Bailey que quiere convencerlas de que le aprueben un estudio de genoma que quiere hacer (recordemos que ahora las chicas forman parte de la junta directiva del hospital).

Callie intenta deshacerse de ella por las buenas, pero cuando la mujer decide ponerse de terca, la ortopedista procede a explicarle con pelos y señales de qué estaban hablando. Lo que lógicamente hace que Bailey salga por patas mientras nuestras chicas se quedan riendo de lo lindo y disfrutando del momento que están viviendo.

Más adelante vemos a la patinadora sufriendo por los tacones. Callie entra en el cuarto haciéndole otro cumplido sobre su culo por si acaso se le estuviera olvidando lo guapa que se ve. Pero Arizona en ese momento no piensa sino en que fue un gran error llevar tacones al trabajo en su primer día.

Como mujer que ha experimentado el dolor de llevar unos tacones la comprendo. No me malinterprente, me encantan, y tienen un no sé yo, que yo sé que, que hace que cuando te los pones te sientas simplemente más guapa. Pero ¡como duelen los pies al final del día!

Callie le pide a su esposa que le deje echarle un cable, pero Arizona sigue asentada en su posición de que Callie es su pareja y no su doctora. Y no la culpo porque todas sabemos de donde sale esa decisión, aunque igual me siento mal porque sé que Callie quiere ayudar y encima ¿Quién mejor que ella?

La morena pierde los nervios, está frustrada y le dice a su esposa que ya sabe que no tendrán sexo esa noche. Arizona se defiende diciendo que no ha dicho eso, pero la morena le dice ya han vivido la situación, que sabe que al llegar la noche le dirá que le duele y la cosa volverá a quedar en nada.

Arizona: ¿Qué tipo de zorra manipuladora crees que soy?
Callie: No eres manipuladora y no eres una zorra. ¿Vale? Yo soy la zorra. Estás incómoda y llevas así mucho tiempo. Y si fuera una buena persona seguiría siendo paciente, pero aparentemente no lo soy.

Callie se marcha y Arizona se queda super triste. Y yo tengo que decir que ¡me ha encantado esta discusión! No, no estoy loca señoras, tampoco soy masoquista lo juro, dejen que me explique. Me gustó esta discusión porque me ha parecido muy realista y es que nos muestra como dos partes pueden discutir, teniendo las dos las razón.

Por un lado podemos cabrearnos con Callie por perder la paciencia y por su mala actitud, pero la mujer está frustrada y yo la entiendo. Está dejando de lado mucho de sí misma para apoyar a Arizona. No lo hace porque la patinadora se lo haya pedido, lo hace porque la ama y quiere verla bien. Y si para eso necesita olvidarse un poco de sí misma está más que dispuesta a hacerlo. Pero una cosa son las buenas intenciones, el amor y las ganas y otra el no fallar nunca, sobre todo en algo tan importante como esto.

Y es que si nos pasa con las cosas tontas, con las que pesan es mucho más lógico. A mi por ejemplo me saca de mis casillas que la gente aplaste la pasta por la mitad. Es una pijada de lo más tonta, lo reconozco. Y el 95% de las veces suspiraré al horizonte o me reiré mientras la aplasto desde atrás para acomodarla y pensaré que es una tontería en la que puedo ceder para la felicidad comunal. Pero hay días en que quiero matar… y estamos hablando de pasta señoras.

Así que yo entiendo a Callie y me pongo en su lugar, sobre todo porque ella misma sabe que está mal. Y más que cabrearse con Arizona se molesta consigo misma porque está frustrada y no lo quiere estar. Cuando le dice a Arizona que aparentemente no es una buena persona, no lo hace con malicia, de verdad lo piensa, pero no lo puede evitar. Ella ha decidido que las necesidades de Arizona están por encima de las de ella porque siente que es lo correcto, pero al mismo tiempo se está dejando atrás y todas somos humanas.

Y Arizona tampoco está mal, porque le duele y no está por la labor. Creo que está más que claro que todas nosotras la entendemos. Cuando te sientes mal, lo último que quieres es actividad en la cama. Y ella no tiene control sobre su dolor, ni sobre sus sensaciones. Y en este caso poner a Callie por encima de ella no funcionaría porque todas sabemos que la cosa no funciona en esas circunstancias.

La discusión también nos da entender que no es la primera vez que esto pasa. Así que la patinadora encima se siente culpable por volverle a dar esperanzas a Callie para después decirle que no. Pero una vez más, tampoco es que sea su culpa.

Y así nos encontramos con dos personas que están viviendo una situación que no es idílica, que se quieren y se respetan pero aún así discuten y pierden los papeles. Y eso señoras, es para mí el amor real. Esas discusiones nos ocurren a todas y forman parte de nuestras vidas y de nuestras relaciones y me ha gustado ver a dos personajes profundamente humanos y que no son perfectos. Porque así es en la vida real, no existen las princesas azules perfectas, ni los cuentos de hadas.

Cambiamos de escena y vemos a Callie darle a Bailey la buena noticia de que van a financiar su proyecto. Obviamente la mujer está super contenta y todo es celebración.

Callie se encuentra a Arizona en la sala de rayos X y empieza a contarle lo de Bailey para romper el hielo. Arizona intenta contestar como si nada pero se nota a leguas que lo está pasando fatal con lo de la pierna, así que su esposa de inmediato le acerca una silla y cierra con seguro la puerta para tener privacidad.

Arizona le dice que no quiere dejarla siempre en la estacada, que odia decirle que sí y luego salirle con que no y quiere intentarlo. Callie le dice que ella es la estúpida por haberla presionado y le ruega que la deje ayudarla de una manera en la que es imposible decirle que no.

Intentando ser profesional, Callie le pide como lo haría a cualquier paciente que se quite los pantalones a su esposa. Pero en lugar de solo intentar acomodarle la prótesis se la quita para trauma de Arizona que en un primer momento se pone super nerviosa y no quiere ni mirarla a los ojos.

Callie le pide que la mire a los ojos y la rubia en un primer momento no puede, pero con la insistencia de su esposa se decide y se encuentra con la morena mirándola con todo el amor del mundo y avisándole que le va a tocar la pierna.

Arizona no quiere, pero Callie la presiona con la mejor de las armas, con todo el amor que le tiene y al final no le queda otra que aceptar y su chica la toca. En cuanto le pone la mano en el muñon Arizona hace un sonido y casi se suelta a llorar, no solo porque es un momento difícil para ella, sino también porque se nota que le duele mucho. Callie le explica que el problema no está en la prótesis, sino en su muñón, que está adolorido y hasta que se acostumbre va a ser así.

Igual la morena le empieza a hacer un masaje que empieza a aliviarla y Arizona aprovecha para decirle que igual ella podría también darle un masaje en la noche. Están intentando llegar a un punto en común y es un momento tan lindo y tán intimo que para mí es casi mejor que el sexo. Callie difumina cualquier tipo de tensión que quedara en el aire bromeándola con que ella no puede dar masajes porque tiene manos de nena y las dos se ríen un poco.

Entonces Arizona mira a Callie con otros ojos, porque la ve no solo por ese momento sino como una construcción de todo lo que han pasado juntas. Y le da las gracias, no solo por el masaje, sino por ser ella, por estar siempre ahí, por ser suya aunque no sea perfecta. Y esa mirada a mi me ha derretido completamente, sobre todo porque Callie la contesta con una propia y es un momento perfecto en este micro universo que nos tiene enganchadas. Para mí es una de las mejores escenas que han habido entre estas dos en toda la serie.

Por la noche, Callie se va a acostar a Sofia y cuando vuelve al cuarto se encuentra a Arizona en la cama vestida para matar. La morena no puede evitar que casi se le salgan los ojos con la sorpresa, pero igual procede con cautela por si acaso.

Vasitos para la baba…

Arizona entonces le pide a su mujer que le haga el favor de hacerle otro masaje en la pierna. Callie acepta con gusto porque ¿Quién no quiere tocar a una Arizona vestida así? Y cuando empieza la rubia le indica que ha equivocado el lugar, el masaje ha de ir más arriba. Callie juguetea y sube un poco su mano, pero no, Arizona la quiere aún más arriba.

La escena termina con las chicas besándose como preludio para lo que está claro que será algo más. Y es verdad que me hubiera gustado ver un poco más de acción, es lo que tiene mal acostumbrarse a las super escenas que nos regala Lost Girl. Pero me ha gustado tanto todo lo anterior que me quedo super contenta señoras. De verdad.

¿Ustedes como lo han visto? ¿Qué es lo que más les ha gustado? ¡Necesito procesar gente! Comentar conmigo deberían. Ah para las que tuvieran la duda como yo, la canción sonando de fondo en la escena del masaje es «Hollow Drumb» de Laura Welsh.