La semana pasada en Rookie Blue no pasó nada entre Gail y Holly. En serio, nuestras chicas ni si quiera se vieron las caras a lo largo de todo el episodio. Eso sí, salieron por separado y alguna novedad les conocimos. Pero románticamente hablando cero patatero. ¿Pero saben qué chicas? Hoy eso va a cambiar porque en el tercer episodio de esta quinta temporada Gail y Holly vivieron muchas cosas. ¿Buenas o malas? Eso ya me lo dirán ustedes al final, yo solo les digo que se preparen, porque esto va para largo.

¿Quién eres tú y qué has hecho con Gail?

El capitulo comienza con Gail y Dov en la patrulla listos para la acción. Resulta que les toca ir a confiscar ciertos objetos que un mafioso ha comprado con las ganancias de su negocio, así que a la policía le toca requisarlos. Parece un trabajo sencillo, así que los chicos no van demasiado preocupados. De hecho Gail va muerta de la risa. Lo sé, es impactante, pero lo digo en serio. Gail va hablando por teléfono haciendo esa vocecilla tonta que todas hacemos cuando hablamos con la chica de nuestros sueños y no podemos evitar cambiar el tono.

No sé ustedes chicas, pero yo me he quedado totalmente impactada y hasta ligeramente perturbada. ¡Gail riéndose a lo bobo por una llamada de Holly! ¡Jamás pensé llegar a ver esto en mi vida! Porque vale, sabíamos que la rubia cachetea las banquetas por la forense pero ¿a este grado? Dov tampoco sale de su asombro porque esto es como una aurora boreal señoras, de esas cosas que ves una vez en la vida. Encima Gail ha dicho que tiene algo que hacer esa noche y todo el mundo va a ir a la «Fight Night» así que no entiende nada de nada.

Dov: No puedo creer que no vayas a ir a la noche de lucha. ¿Cómo se va a sentir Duncan cuando mire hacia la gente nueva y no vea tu pálida cara apoyándolo.
Gail: ¿Quién es Duncan?
Dov: El novato.
Gail: Oh… le he estado llamando Gerald.

LOL es bueno saber que debajo de esa risilla de enamorada aún está la Gail que todas conocemos Porque no es por nada chicas, pero de esa rubia mordaz y con mala leche es de la que nos enamoramos ¿verdad?

Igual Gail no se pierde la noche de peleas por un motivo normal, resulta que va a conocer a las amigas de Holly por primera vez en The Black Penny. ¡Un gran paso si contamos lo poco que llevan saliendo! En fin, Dov la felicita por haber elegido The Penny porque ahí estará en su ambiente, así que es un punto a su favor y eso ayudará a sus nervios. Gail voltea a verlo con cara de «yo no me pongo nerviosa jamás» y él simplemente empieza a enumerarle los puntos por los que tendría que estarlo que básicamente se resumen en:

  1. A nuestra rubia no se le da bien causar una buena primera impresión. Sí, nosotras la amamos, pero porque nunca hemos estado sujetas a su mirada de «eres estúpida y te lo voy a demostrar».
  2. No es lesbiana. Aparentemente Dov está informado de los mitos contra la bisexualidad que rulan por ahí, porque le dice de inmediato que seguramente las amigas de Holly pensarán que anda jugando con ella.

Hazle un favor al mundo y no pienses

Dov: Es solo lo que he pensado.
Holly: No, si claramente has estado pensando mucho en esto.
Dov: Pienso en ustedes dos todo el tiempo… Eso ha salido mal.
Holly: Tú has salido mal.

No diré que Dov no tiene buenos puntos pero ¡silencio señor! No necesitamos que la rubia vaya nerviosa a esta cita que ¡todo tiene que salir bien! Pero dejemos un minuto el romance para centrarnos el trabajo porque aunque no lo crean estos policías hacen cosas de vez en cuando.

Que sepas que te culpo por mi desgracia

Resulta que cuando Dov y Gail llegan a la casa se encuentran a otra unidad de policía ahí con las mismas órdenes que ellos. La cosa se podría haber solucionado rápidamente, pero resulta que uno de los polis es el ex marido de la novia de Dov con lo que la cosa está tensa. Total que al final como ellos llegaron en segundo lugar, a los otros les toca llevar la voz cantante y los mandan a recoger las cosas del sótano, que es obviamente el peor lugar porque hay que subirlo todo. Obviamente a Gail no le agrada nada el asunto.

Ya en el sótano Gail está cómodamente sentada en una de las lavadoras mientras Dov está intentando sacar la secadora porque ella no piensa cargar nada. Eso sí, como no es un «monstruo» decide ayudarlo a desenchufarla, pero al hacerlo se topa con una bonita caja fuerte. Parece que sin querer han dado con el premio gordo. Así que de inmediato llaman a un equipo para que se las venga a abrir mientras hacen apuestas de lo que tiene dentro.

Elemental mi querido Watson

Dov: Apuesto a que son armas o drogas. Siempre son drogas con estos tíos.
Gail: Yo apuesto porque es una cabeza cortada.
Dov: ¿Por qué meterían una cabeza cortada en una caja de seguridad Gail?
Gail: ¿Dónde más la pondrías?

XD Ais… esta mujer es mucho, confieso que a veces me da un poco de miedo y todo. Igual si algún día me da por cortar alguna cabeza, ya tengo idea de donde puedo guardarla. LOL.

It’s on!

En fin, cuando abren la caja descubren que está llenita de billetes verdes y tarjetas de crédito y ya se relamen los bigotes cuando baja la otra pareja de policías a decirles que se lo llevan todo porque están a cargo. Gail saca su lado más pendenciero y está dispuesta a ir a la guerra, pero Dov les dice que hagan un trato, él y Holly se quedan las tarjetas y ellos se llevan el dinero. Los polis aceptan pensando que se llevan un chollo y Gail se queda nefasta.

Dov le dice que está seguro de que las tarjetas los pueden llevar a rastrear no solo al hombre que ya tienen en la cárcel sino a todo el grupo que organizaba la estafa. Gail no quiere meterse en problemas, solo cumplir con su trabajo que es llevar las cosas, pero al final le sigue la corriente a Dov y se lanzan a investigar.

Los chicos se lanzan hasta la estación y ahí descubren como funciona la estafa, la organización burla la seguridad de los cajeros para hacer copias de las tarjetas que se introducen y luego la usan para sacar dinero y la desechan. Están a punto de trazar el plan de acción cuando llega el jefazo y tienen que disimular porque están trabajando fuera de las ordenes oficiales.

Oliver: ¿Qué pasa? ¿Por qué no están en la casa de los Dowland?
Gail: Cólicos… ya sabes…

Nada como hablar de la menstruación para distraer la atención de un jefe. En fin, cuando se va Gail propone meterlo en la movida porque como el jefe nuevo es Oliver y es de la casa cree que estará de su lado. Dov piensa que hay que decirle pero cuando ya tengan algo en la mano, así que al final deciden esperar y seguir una nueva pista. Porque resulta que la caja de seguridad que encontraron estaba registrada a otro edificio que actualmente está abandonado. Mmm… sospechoso…

Ya en el edificio, Dov vuelve a llamar la atención de Gail sobre lo de que las amigas de Holly podrían pensar que está jugando con ella, así que nuestra rubia decide poner las cartas sobre la mesa de una vez por todas.

Gail: Mi relación con Holly va en serio y creo que la única persona que necesita saberlo es Holly.

Aw… me enamoré. Lo sé, no es una gran declaración tampoco, pero las cosas de quien vienen señoras, y aquí estamos hablando de «gail-soy-más-cerrada-que-la-biblioteca-del-vaticano».

Dov: ¿En serio te gusta?
Gail: Sí.
Dov: Porque nunca hablas de ella.
Gail: Vale, ella es genial. Es la persona más inteligente que he conocido, en plan «bibliotecaria sexy» que ¿Quién hubiera pensado que sería lo que me gustaba? Pero no tenemos mucho en común, aunque en realidad nos da muchas más cosas de las que hablar. Y nunca peleamos lo que es… algo nuevo para mi. Es simplemente diferente. Yo soy diferente. Quizás soy mejor…

¡Dios me he convertido en una de ellos!

Que risa la cara que pone Gail cuando se da cuenta que lleva cinco minutos hablando de Holly. Es como que se da cuenta de que está enamorada de ella y realmente quiere que esto funcione y se nefastea consigo misma como se molestaría con cualquiera de sus compañeros que babeara por su novia enfrente de ella.

En fin los chicos siguen investigando y descubren a toda la organización pero ¿les agradecen el esfuerzo? ¡No señoras! Los regañan por meterse en rollos que no son los suyos. ¡Y por eso es más interesante el romance que todo el tema policial que solo nos trae corajes! ¡He dicho!

Pero la noche por fin llega señoras y es hora de que Gail y Holly se reúnan con las amigas de la segunda, así que nos vamos hasta el Black Penny donde Gail está haciendo su mejor esfuerzo por hablar de cosas normales y agradarle a las amigas de Holly.

La conversación empieza por lo sano, hablando de sus trabajos y lo que suelen hacer. Las dos amigas de Holly son doctoras, una está especializada en cirugía plástica y la otra en fibrosis quística. Desde ahora se los digo chicas, la de la cirugía plástica me cae mal, así casi sin hablar. Lo sé la juzgo sin conocerla pero es que me recuerda mucho a Gillian de Exes & Ohs y por más que investigué no pude encontrar si es la misma o no. Pero bueno, el caso es que si vieron esa serie lesbicanaria saben porque me cae mal.

Pero volviendo al tema resulta que Gillian digo Lisa, piensa que Holly ha desperdiciado su talento, porque después de ser la primera de la clase y haberse podido convertir en la futura McDreamy del Seattle Grace decidió ser forense.

Lisa: Encuentro interesante que Holly fuese la primera de nuestra clase y eligiera pasar su carrera hurgando gente muerta.
Holly: En lugar de salvar al mundo de teta en teta.
Lisa: Soy una mujer a la que le encantan par de tetas perfectas. ¡Demándenme!

¿Pero qué demonios dice esta?

Me encanta que Gail tiene cara de no entender nada de nada. Y la cosa se pone peor cuando el foco de atención se centra en la rubia porque las chicas quieren que les cuente algo sobre su trabajo, pero eso sí, antes se van a por una ronda de bebidas y Gail y Holly aprovechan para hacerse arrumacos.

Holly, que sabe lo que pueden ser las presiones amistosas, se preocupa de como lo pueda estar llevando Gail así que se lo pregunta directamente. La rubia le responde que bien pero con cara de «sufro pero sigo aquí porque te amo y nuestro amor conquistará al mundo». Como es la novia más guay de paraguay, Holly recompensa el esfuerzo con un pequeño beso que nos deja a todas con una sonrisa de esas épicas en la boca.

Gail: Ahora me estoy divirtiendo más.
Holly: Dios, realmente quiero que te caigan bien. Son prácticamente familia. Hemos sido inseparables desde la universidad.
Gail: (entornando los ojos y besándola de nuevo) Vale sí.

¡Lo que no te mata te hace más fuerte pequeña!

Me encanta que la técnica de Gail para parar un discurso de Holly sea besarla. Y después de ese beso cualquiera no le echa más ganas, así que Gail se pone las pilas e intenta contar una historia interesante sobre su trabajo… sip… la cosa salió exactamente como ustedes están pensando chicas.

Gail: Un día un indigente apuñaló a mi compañero y casi se muere desangrado en mis manos… pero sigue vivo… así que… yo también estoy en el negocio de salvar vidas.

Seamos sinceras chicas, Holly hizo el esfuerzo de reirse porque la ama, porque mucha gracia no hacia la historia. Pero así es Gail, no la amaríamos tanto sin su lado mórbido. Ahora las amigas de Holly tienen cara de «esta está loca ¡corran!»

Me acaban de romper el corazón por estúpida otra vez

La siguiente vez que la vemos, Gail está volviendo de lo que parece ser el baño y se topa de frente con Holly hablando con Lisa sobre ella. ¡Mal asunto chicas! Como ellas dos están volteadas hacia la barra no la ven, pero Gail seguramente tiene oído de super heroína porque ella las escucha perfectamente y nosotras con ella.

La cosa va mal porque Lisa no encuentra a la rubia «digna» de su amiga. Para Lisa, Gail es poco educada y una policía de poca monta, vamos que Holly juega en otra liga diferente. ¿Les había dicho que esta mujer me cae mal? ¿Sí? Vaya… Pues entonces sigo adelante.

Lisa: Mira lo entiendo. Quieres algo que no sea complicado y simple.
Holly: Me estoy divirtiendo, no te preocupes.
Lisa: Vale, diviértete pero córtala antes de que puedas herirla.
Holly: Ninguna va a resultar herida.

Ais mi querida Holly… no sé porque me temo que sí hay alguien que va a resultar herida y casi que de muerte con todo esto.

Holly se levanta para llevarle la bebida a Gail y se la topa de frente con cara de «soy una imbécil porque tropecé de nuevo y con la misma piedra«. Tanto Holly como Lisa saben que la mujer ha escuchado toda su conversación y la segunda opta por poner pies en polvorosa antes de que estalle el infierno. Pero Gail no tiene intención de discutir, más bien coge su chaqueta y empieza a caminar hacia la puerta con Holly detrás de ella intentando pararla.

Holly: ¡Espera! ¿A dónde vas?
Gail: ¿Es eso lo que piensas de mi? ¿Qué no tengo educación? ¿Crees que soy de la plebe? ¿Estás fuera de mi liga?
Holly: ¡No! Yo nunca dije eso.
Gail: ¿Quieres saber lo que pienso? Creo que ese fallido intento de doctora de tetas a la que llamas mejor amiga es una idiota. Y prefiero mil veces darme con un taser en el ojo ante que pasar otro minuto con cualquiera de las dos.
Holly: ¿Qué quieres decir?
Gail: No lo sé. Tú eres la doctora, interprétalo. ¡Hey! No te pongas triste, solo estábamos divirtiéndonos ¿no?

Que alguien recoja los cachitos de estos corazones por favor

¡Holy Shit señoras! Acaba de explotar la tercera guerra mundial y no sé en que bando ponerme. Pero voy a comenzar por decir que Holly metió la pata hasta el fondo. Nunca creí que diría algo así, pero es verdad. Y no por lo que cree Gail, que ya llegaremos a eso, sino por no defender a su chica. Ahora yo la entiendo, porque una conoce a sus amigas e igual Holly estaba en plan: «me da flojera explicarte mi vida» y decidió no ponerse a dar explicaciones sino simplemente decirle algo que la despreocupara para que la dejara en paz, pero claro nunca pensó que Gail lo escucharía todo.

Es que en realidad, si analizamos bien lo que dijo Holly, nunca ha dicho que está jugando con Gail, al menos yo lo vi como un clásico «tranquila que lo tengo todo controlado» más que un «la tengo babeando por mi pero yo paso». Con lo que de momento no estoy desencantada con ella. Metió la pata pero no es una hija de la gran vaqueira.

El problema radica en que eso Gail no lo sabe y lo que ella interpretó de sus palabras es radicalmente diferente y en su mirada y sus expresiones pudimos ver como iba formando otra vez la tremenda coraza de mithril alrededor de sus sentimientos y su corazón. Así que todos los pasos que habíamos dado para adelante los hemos revertido y lo que es peor, ahora la rubia estará tres veces más cerrada que antes. ¡La cosa se nos ha puesto jodida lesbicanarias! Holly va a tener que convertirse en una heroína nacional si quiere volver a conquistar ese corazón. ¿Tendrá el amor y el ánimo necesarios para conseguirlo? Ni idea, pero prepárense para volver a ver a Gail de mala leche señoras.

De hecho Gail se va directa del bar a la noche de pelea porque no quiere pensar en que acaba de romper con la que pensaba era la chica de su vida y en su opinión resultó ser un timo más a los que ya está acostumbrada. Ahí se encuentra a Oliver que le ofrece un vaso de vino, así que nuestra chica lo prueba y luego escupe la bebida porque por lo visto le supo a rayos. Vamos que está amarga como su corazón.

Entonces se topa con la policía que le hizo la vida de cuadros al principio del episodio y sucede esto:

¡Que bien sienta la venganza! Sobre todo cuando tienes el corazón roto y necesitas desquitarte con alguien. Y así chicas terminamos el episodio, con Gail y Holly en estado de ruptura total. Yo tengo el miedo metido en el cuerpo, no por las intenciones de Holly sino porque presiento que Gail se lo va a poner difícil. ¿Ustedes qué piensan lesbicanarias? ¿Han interpretado lo de Holly como yo o creen que ha estado jugando con Gail todo este tiempo?

Igual que sepan que no están solas en su sufrimiento chicas. Aliyah O’Brien las acompaña.

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