No es que yo sea un oráculo, la nueva Nostradamus o que venga del futuro. Solo que hay cosas que se ven venir y ya les había advertido que el nuevo presidente de Estados Unidos sería un peligro para nuestra comunidad LGBTQ.
Premonitorio
No sé si lo han notado, pero siento particular desprecio por Donald Trump. Obviamente no es porque sea el único «político» despreciable. Pero es el único al frente de la nación más influyente del mundo. Y nos guste o no, Estados Unidos es esa nación. Lamentablemente Trump es la persona que lleva las riendas.
Es fácil entender por qué la gente pierde la fe en los políticos de oficio, nadie puede negar eso. Lo que yo no puedo entender es cómo un tipo sin chispa, ni carisma, que además es arrogante y el estereotípico ricachón por el que nunca nadie se inclina, llega a la Casa Blanca.
Este interesante artículo de El País, de pronto nos ayuda a entender un poco mejor porque están pasando las cosas que están pasando en el mundo y que nos tienen en constante estado de shock.
Se veía venir, todo lo que está pasando con Trump. Su reacción ante el desastre que el huracán María dejó a su paso por Puerto Rico, es de lo peor que he visto en toda mi vida. El racismo se le sale por los poros, ni hablar del sexismo. Y yo les había contado que Trump sería un peligro para las personas LGBTQIA.
La noticia
¿Qué ocurre? Además de que la violencia contra las personas LGBTQIA en Estados Unidos ha aumentado considerablemente en 2016 y 2017, particularmente contra las personas trans, las políticas de Trump y su gobierno se esmeran por arrebatarnos todos los avances que hemos conseguido.
Bueno, no para ahí. Si no lo saben les cuento que en 13 países del mundo te dan pena de muerte por amar a alguien de tu mismo sexo.
Por eso la Organización de las Naciones Unidas votaba esta semana por una resolución que condena la criminalización, y particularmente la pena de muerte, de la homosexualidad.
Para ser francos la resolución no sólo incluía pena de muerte por homosexualidad, también por blasfemia religiosa y adulterio. Pero esto no cambia nada. Porque no creer en una fe no debería costarte la vida. Y no voy a defender la infidelidad, pero esto es llevarlo a los extremos.
Por suerte la mayor parte del mundo todavía tiene corazón, porque al final la resolución pasó 27 a 13. Pero tenemos que hablar de que existen 13 Estados que piensan que matar personas es su derecho.
¿Quiénes votaron en contra de esta resolución? Mostrándole al mundo que son terribles: China, Egipto, Burundi, India, Irak, Japón, Qatar, Arabia Saudita y, sí, Estados Unidos.
¿Qué dice la resolución?
Esta resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU pide a los países:
… Que todavía no han abolido la pena de muerte que aseguren la misma no será impuesta como una sanción por conductas específicas como apostasía, blasfemia, adulterio y relaciones consensuales entre personas del mismo sexo.
Vamos a destacar lo de consensuales, no sólo porque es fundamental, sino porque es curioso que los violadores no sufran el mismo destino que dos personas que se quieren.
La resolución es específica en no condenar la pena de muerte en sí. Simplemente requiere que las naciones que aún no la han eliminado (la pena de muerte)
… Se aseguren de que no sea aplicada en base a leyes discriminatorias, o como resultado de una aplicación arbitraria o discriminatoria de la ley.
También urge a las naciones
… que todavía no han abolido la pena de muerte, que la misma no sea aplicada a personas con discapacidades mentales o intelectuales, o a personas menores de 18 años de edad en el momento de cometer «el crimen», al igual que a mujeres embarazadas.
ILGA
La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) está alzando la voz:
Es inaceptable pensar que existen cientos de millones de personas viviendo en Estados (países) donde alguien podría ser ejecutado simplemente por a quien ama. Este es un momento monumental donde la comunidad internacional ha resaltado públicamente que estas horrorosas leyes simplemente deben ser eliminadas.
ILGA también destaca que
Existieron seis intentos por parte de Egipto, Rusia y Arabia Saudita para cambiar la resolución de la ONU y diluir su impacto.
Por suerte fallaron.
Existen, en nuestro planeta, más de 70 (este número varía entre 74 y 77) países en los que la homosexualidad es ilegal. Y como ya les habíamos comentado, en 13 de ellos la condena es la pena de muerte.
Esto da mala espina
Hay que agregar que, hasta ahora, Estados Unidos y el gobierno de Trump no han ofrecido ningún tipo de explicación para el voto en contra. Quizás no debería sorprendernos después de todo lo que hemos visto hacer a esta Administración en menos de un año de funciones.
Pero yo estoy terriblemente preocupada. Como venezolana les digo que esto me produce una enorme sensación de déjà vu. Sólo que esto no es joder a un país y salpicar a algunos de los vecinos del continente.
Esta es, literalmente, la nación más influyente de nuestra galaxia. Y está en manos de un grupo de radicales llenos de rencor y sobrepasados en ignorancia.
Que creen que la muerte de unas 60 personas en 10 minutos no es suficiente para pensar en regular las leyes que permiten comparar armas. O que creen que las víctimas de un huracán no merecen atención porque no tienen poder electoral. O que creen que los Nazis no son tan malos.
La Venezuela de Chávez no tenía ni la mitad del poder que tiene la USA de Trump, y miren todo el daño que se sigue haciendo 20 años después.
Así vemos como la xenofobia empuja el Brexit, como por primera vez en décadas la extrema derecha vuelve al parlamento Alemán. Como un grupo terrorista de pronto tiene influencia política.
Como un debate independentista se transforma en una batalla de radicalizaciones y represiones desmedidas.
Mi única esperanza es que Trump parece tener un efecto Midas, pero revertido. Es decir lo que él apoya la gente automáticamente lo rechaza.
Nota
Actualización: Mientras escribía esto encontré que Estados Unidos intentó (y falló) explicar el voto en contra. No tiene desperdicio:
Estados Unidos está decepcionado de haber votado en contra de la resolución. Lo hicimos por preocupaciones más amplias sobre la resolución condenando la aplicación de la pena de muerte en todas las circunstancias, y llamaba a la abolición de la pena de muerte. Esperábamos una resolución más balanceada e inclusiva, que reflejara mejor las posiciones de los estados que continúan aplicando la pena de muerte legalmente, como lo hace Estados Unidos. Los Estados Unidos inequívocamente condena la aplicación de la pena de muerte por conductas tales como la homosexualidad, blasfemia, adulterio y apostasía. No consideramos que esas conductas sean apropiadas para criminalización, ¿vale? Espero que quede claro.
La embajadora estadounidense para la ONU, Nikki Haley, intentó ayudar en Twitter:
Hecho: No existe ningún voto de Estados Unidos en la ONU que apoye la pena de muerte para personas homosexuales. Siempre hemos luchado por justicia para la comunidad LGBT.
Hecho: La votación que tuvo lugar en Ginebra es la misma votación que ofreció Estados Unidos durante la administración Obama. No fue un voto contra la comunidad LGBT.
Hecho: Todo esto es mentira
Para comenzar ya leímos la resolución de la ONU y vimos con preocupación, de hecho, como no condena la pena de muerte, sino específicamente la pena de muerte para crímenes de blasfemia, homosexualidad, apostasía y adulterio.
Así que el voto no habrá sido para apoyar la pena de muerte a estos casos, sólo para que se permita a estos países seguir aplicándola. O sea, la misma diferencia.
Otro hecho es que la administración Obama no votó «No» en la resolución de la ONU sobre la pena de muerte en 2014. Simplemente se abstuvo de votar. Pero además el lenguaje que incluye a la homosexualidad en la resolución se agregó este año. Es decir es nuevo, o sea no existía cuando la administración Obama se abstuvo en la votación a la que hace referencia Haley.
Pero a quién le sorprende que el gobierno de Trump lance datos falso como caramelos en un desfile.
Miren chicas, sigamos el consejo de Maggie Sawyer y besemos a las chicas que queremos besar, porque esto del futuro tiene mala pinta.