Llevamos ya un tiempo saltando felices como lombrices porque Rosa Díaz salió del armario en Brooklyn Nine Nine. En ese momento solo nos lo había confirmado a nosotros (el público) y a uno de sus compañeros, pero en el episodio de esta semana ha salido del armario como bisexual ante toda la comisaría y su familia. ¡A lo grande que ya sabemos que a ella no le van las medias tintas!
El episodio comienza con Rosa explicando en una junta de trabajo que es bisexual y que tiene más o menos un minuto para responder preguntas respecto a este tema, porque a ella no le gusta hablar de su vida privada. ¿Qué cuando supo que era bisexual? Pues más o menos a los 12 añitos cuando estaba viendo «Salvados por la campana» y se dio cuenta de que Zack era guapo pero Lisa Turtle era la bomba. Se ha decidido a contarlo porque sabía que su compi se iba a ir de lengua por muy buenas intenciones que tuviera. Está saliendo con una chica y sí, conoce a Anne Heche.
Me resultó super gracioso que el mayor problema de sus compañeros con su bisexualidad es que le gustaba «Lisa» en lugar de «Kelly». Yo cual chica geek que soy siempre fui más de Jesse, pero no soy quien para juzgar los shippeos de los demás.
Más adelante la vemos hablando con Jack que le pregunta cómo se lo han tomado sus padres, pero con ellos no ha hablado del tema porque su padre es super tradicional y tiene miedito. Jack la apoya totalmente y le da consejos bonitos sobre como abordarlos, de hecho cualquiera podría hacer un copy paste del discurso si tiene duditas de que decirle a sus padres. Así que ella se anima a dar también ese paso y salir del armario con su familia.
Rosa invita a Jack a una cena para agradecerle el apoyo, o al menos ese era el señuelo, porque a la hora de la verdad es una cena con los padres de ella para salir del armario acompañada. ¡Miedo! Igual a la hora de la hora ella se echa atrás y decide no decirles nada. Me encantó que, Jake le sigue la corriente y cuando tienen un segundo a solas y ella le dice que no está lista, él no la presiona y le dice que la apoya totalmente a hacer lo que sienta que es correcto para ella. ¡Awwww!
A mitad de la cena, Jack recibe una llamada y es de Amy, su prometida y la compañera de los dos, así que intenta esconder el teléfono más veloz que Flash, pero el padre de Rosa se queda con la movida y exige explicaciones. Rosa viendo la encrucijada de su compañero, decide ser honesta y empieza por contarles que Jack y Amy están comprometidos. Pero eso provoca que sus padres piensen que Rosa es «la amante» y de manera sorprendente les parece que «No pueden juzgar en el amor».
Pero todo cae en picado cuando su padre suelta un: «menos mal, por un segundo pensé que ibas a decirme que eras lesbiana». Rosa no se puede creer que sus padres puedan preferir que sea la amante de un tipo a la novia comprometida de una chica. Y de ahí saca el valor necesario para decirles la verdad que es bisexual y que no le importa lo que piensen de ella.
Rosa se marcha, pero al otro día por la mañana cuando llega a la comisaría le cuenta a Jack que todo fue bien porque su madre le mandó un mensaje que decía: «No te preocupes por lo de la cena, te vemos en la noche de juegos». Lo que significa que ya se les ha pasado el mal rollito y está todo bien.
Esa noche, en la «noche de juegos», los padres le dicen a Rosa que no se preocupe porque como aún le gustan los hombres seguro termina con uno porque todo esto es una fase. Ella se queda super trabada porque la toman por sorpresa, pero desde luego no está contenta con la información.
Igual, cuando le toca la palabra «matrimonio» en el Pictionary, se decide a pintar a dos chicas casándose. Obvio que su madre jamás adivinó pero a ella le sirvió para dejarles claro que su bisexualidad no es una fase, y que puede que se case con un hombre o puede que no. Que no quería decirles porque temía que tuvieran esa reacción, que quiere que la acepten por como ella es, pero sus padres se quedan callados así que Rosa y Jack se van.
Al otro día, Jack le lleva un café a Rosa para consolarla. Ella está bien porque sabe que hizo lo correcto, pero sí que le ha afectado mucho lo de sus padres y se le nota, lo que lo hace más duro porque ella nunca muestra sus sentimientos así que duele más.
Pero no todo es malo porque su padre se aparece por la comisaría para pedirle una disculpa por la manera en la que reaccionó. Le dice que lo tomó por sorpresa y que está intentando entenderla. Que no le promete que todo irá miel sobre ojuelas, pero que él la quiere por quién ella es e intentará por todos los medios. Es una escena bonita.
Eso sí, su madre todavía no está ahí y las cosas con ella van a ser más difíciles. Rosa sufre porque piensa que las «noches de juegos» se van a complicar, pero le duele todavía más cuando su padre le dice que quizá lo mejor sería que dejaran de hacer las «noches de juegos» durante un tiempo. Él se marcha y nos la deja con una lagrimita corriendo por su mejilla.
Ese día por la noche, Rosa está sola en casa cuando alguien toca a su puerta y cuando va a abrir, se topa con toda la comisaría en su puerta listos para hacerle su propia noche de juegos. Todos quieren que sepa que no está sola y que ellos siguen siendo su familia y la quieren tal y como son. Así que hay pizza, bebida y juegos de mesa para dar y regalar.
Además hicieron un guiño muy divertido al ship DIANETTI porque cuando Gina entra por la puerta sucede esto:
Gina: ¿Sabes? En otra vida tú y yo habríamos hecho una pareja super hot.
Rosa: Totalmente de acuerdo.
Su capitán, que también es gay, se acerca a decirle que está orgullosa de ella porque está cambiando el mundo siendo sincera. Luego sus compis le informan que necesita más copas porque irán todas las semanas. ¡Awww!
Me gustó mucho como manejaron la salida del armario de Rosa. Como todo en Brooklyn Nine Nine fue divertido pero significativo. ¡Además oír la palabra bisexual tantas veces en un episodio no se escucha todos los días! Un aplauso para los guionistas de la serie que lo siguen bordando.
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