Bienvenidas al resumen de esta semana de Sueños de Libertad, esa novelita en la que una semana estás con el hype en las nubes acostándote con tu novia por primera vez y la siguiente tienes encima a tu padre y no te queda otra que salir del armario. ¿Preparada para ponerte al día de lo que se coció entre Fina y Marta esta semana? Tú vete sacado el chocolate que se avecina drama, el tequila lo dejamos para las próximas semanas que sospecho que lo vamos a necesitar.
Empezamos la semana con Fina que se pasa a visitar a su padre y de paso se pone a comer chocolate. No sabía yo que era necesario para mi vida ver esto, pero desde ya les digo que sí, «nueva necesidad desbloqueada». Lo malo es que no somos las únicas que vemos Fina más guapa y contenta que nunca. No, su padre la tiene caladísima y la ve exultante, así que de plano le pregunta de quién se ha enamorado.
Fina hace como que la virgen le habla e insiste en que es por que le va genial en el trabajo, tiene grandes amigas y definitivamente no tiene nada que ver con conocer a nadie ni con cierto hotelito del amor. Así que su padre decide soltar el hueso de manera momentánea, pero ya lo conocemos, no va a dejar el tema fácilmente. ¡Ay!
Y sí, los padres tienen antenas, cuando yo empecé a salir con la señorita Genix mi mamá de inmediato me comentó que se me notaba contenta y enamorada y yo ¿Qué dice señora? Lo único que le faltó descubrir es quién era la persona en cuestión porque ni se imaginaba que algo así podría existir. ¿Les ha pasado?
En fin, que Fina aprovecha para preguntarle por Gaspar, pero el hombre está bien. Un poco tocado porque está enamoradillo de ella pero bien. Fina le dice que, lo bueno es que ella perdió un novio y él ganó un amigo. Pero él se acaba de pelear con Gaspar porque él quiere jugar al dominó con él y el señor solo jugaba con su esposa entonces le da no sé que. Pero Fina lo anima a jugar y a pedirle disculpas a Gaspar, porque no está mal querer ser feliz.
Lo siguiente que vemos es a Fina en la perfumería hablando con una Carmen que no está de buenas. Porque resulta que Casio le pidió matrimonio y ella le respondió que no. Fina no entiende nada, porque eso es lo que Carmen siempre había querido. Pero su amiga le cuenta que no tienen dinero como para tener una casa, Casio no tiene trabajo y ella igual dentro de nada tampoco. Porque la plática con Doña Marta fue bastante mal.
Carmen le cuenta que Doña Marta se lo tomó fatal y que encima ella no ayudó porque no supo expresarse, así que la jefaza la ha amenazado con echarla.
Fina: Marta no haría eso.
Carmen: ¡No lo haría contigo! Que por lo que sea te tiene en palmita pero a mi me tiene manía Fina.
Fina: ¡Pero como te va a tener manía Carmen! Eres la mejor dependiente de la tienda.
Carmen: Ya, pues si tiene que llevar a alguien de viaje te lleva a ti, si hay que hacer algo engorroso en el almacén ya lo hago yo. Que hablas tú, es toda oídos, ¿Qué hablo yo? Como si escuchara a nadie. Fina que lo noto.
Fina: Pero no es porque no le gustes.
Carmen: Voy a estar de patitas en la calle. No, desde luego tú le gustas más eso está claro.
Fina: Pues sí, yo le gusto más.
Carmen: ¡Lo ves! Si hasta tú misma lo dices.
Fina: Carmen no me has entendido.
Carmen: ¡Ay Fina de verdad qué es lo que tengo que entender!
Fina: ¡QUE NOS HEMOS ENAMORADO!
Tengo que admitir que, esta escena me ha hecho mucha gracia. Sobre todo porque la pobre Carmen tiene razón. A ver que a Marta se le nota mucho la preferencia por Fina y es normal que ella se quede como ¿qué demonios? Además, Marta lo arregla todo con la máscara de poder. En plan ¿no te gusta pues te despido? Y es normal que Carmen esté muy confusa y enfadada con la situación.
También siento que es normal que Fina se lo haya contado, porque la estaba viendo sufrir y se veía de patitas en la calle. Además confía en ella, pero no sé yo si esto va a ser muy bueno que digamos a largo plazo.
De primeras Carmen se queda con cara de error 404 «not found» que nos ha dado para memes toda la semana. Porque Claro, por su mente no pasaba que a Marta pudieran gustarle las mujeres. ¡Que es una mujer casada! Fina de inmediato le pide discreción y que se lleve el secreto a la tumba porque si su padre se entera se muere.
Pasado el momento sorpresa Carmen se enfada muchísimo, pero no porque Marta haya sido injusta con ella o porque Fina esté saliendo con una mujer. Sino porque es la mejor amiga de la morena y ella no está enamorada de Marta, así que es capaz de saber que esto tiene muy pero que muy mala pinta. Y que si las cosas salen mal, la que va a salir perdiendo es Fina y así se lo hace saber.
Carmen: Fina de verdad que te creía más lista.
Fina: ¡No me hables así eh que soy tu amiga!
Carmen: ¡Pero vamos a ver! ¿Desde cuando una relación amorosa con un jefe ha salido bien?
Fina: ¿Qué es que conoces muchas o qué?
Carmen: ¡Ni falta que me hace!
Fina: ¡Fina que tu amante se llama Marta de la Reina! La dueña de la tienda. ¡Es una mujer casada! ¿Cuánto tiempo te va a durar esta relación?
Fina: ¡Mira de verdad que no tenía que haber contado eh!
Carmen: ¡No! Lo que no tenías es que haberte metido en este lío.
Fina: ¡Que no lo hemos decidido! ¿Qué no lo ves? Que nos hemos enamorado. Yo pensé que como tú eras mi amiga lo ibas a entender.
Carmen: Pues no Fina no, no lo puedo entender. Y ahora soy yo la que te advierte a ti, te estás metiendo en la boca del lobo.
¡Ay que me ponen a huevo hacer chistes fáciles con lo de la boca de la loba! Pero voy a ser señora decente y contarles que me encantó la reacción de Carmen aunque vaya en contra de nuestros ship. ¡No me maten! Es que me parece muy coherente y además realista. Porque si en este mismísimo año mi mejor amiga me contara que está saliendo con su jefe casado (ya obviemos el tema de que es mujer) yo también le diría que la está cagando muy mucho. Es que en general esas cosas nunca salen bien y todos lo sabemos. Así que es normal que Carmen le advierta e intente convencerla de que se le puede liar muy parda.
Recordemos que Carmen no conoce a Marta en la intimidad y por lo tanto no sabe como es ella ni la seriedad de su relación con Fina, así que lo dicho, normal que no entienda nada.
Marta mientras tanto está lidiando con problemas empresariales, porque la ex secretaria de su hermano mayor (aka el malote) se ha ido a trabajar a la competencia. La rubia se teme que suelte sopa, básicamente porque su hermano era su amante y terminaron de muy malas maneras. En la junta, su hermano pequeño, Andrés, se da cuenta de que Marta sabe algo y sale corriendo a intentar sacarle la información, pero ella no quiere traicionar a su otro hermano, así que le pide que ate cabos. Y sí, Andrés entiende rapidito lo que ha pasado.
Marta y Fina episodio 42 de Sueños de Libertad
El siguiente episodio lo comenzamos con Fina entrando coqueta en el despacho de Marta, que de inmediato le pide que pase y cierre la puerta porque ¡gracias a las diosas no son las Otalia y entienden lo que es un cerrojo!
Marta empieza disculpándose porque la noche pasada no hubo hotelito del amor porque tuvo que cenar con su familia. También le cuenta que, su cuñada se la pasó hablando de su luna de miel y ella no ha podido estar pensando en ellas dos paseando por Venecia. Fina le pregunta si van a ir algún día y Marta le promete que sí, además le dice que esa noche sí que toca hotel así que todas felices.
Bueno, al menos durante un minuto porque en esta vida las felicidades son cortas y Fina le tiene que contar a Marta que habló con Carmen y le contó lo suyo. Yo solo les digo que esta es la cara que se le queda a la de La Reina cuando se entera del percal.
A Marta, lógicamente se le cae el mundo encima. Porque una cosa es soñar con comprarse un departamentito y gritárselo al mundo y otra cuando de verdad te toca afrontar las posibilidades. La rubia no puede entender que Fina haya roto su pacto de silencio, sobre todo porque ha elegido a una de sus empleadas para la confesión y eso pone a Marta en una posición terriblemente incómoda y que la abre a muchas posibilidades horribles.
Nosotras sabemos que Carmen es incapaz de hacer algo horrible porque sabemos que es más buena que el pan, pero Marta, que está acostumbrada a guardar las apariencias constantemente, la posibilidad de que le puedan hacer chantaje por ejemplo la pone de los nervios.
Fina le pide que confíe en ella. Le asegura por activa y por pasiva que Carmen es su mejor amiga, más que eso, una hermana para ella. Y que jamás les haría daño. Pero Marta no se queda del todo convencida. Igual tampoco puede hacer mucho más así que de momento aguanta vara.
Más adelante, Carmen llega toda contenta porque por fin le dijo a Casio que sí y se van a casar. Así que Fina la felicita y todo es felicidad, pero luego se la lleva al almacén para contarle que al final le ha contado a Doña Marta que ella ya sabe.
Carmen: ¡Fina pero como haces eso! ¿Sabes el apuro que me va a dar ahora cuando la vea?
Fina: ¡Ay Carmen es que no lo he podido evitar! Me sentía como si la estuviera traicionando. ¿Cómo iba a ocultarle que tú lo sabías?
Carmen: ¡Uy sí que estás tu enamorada eh!
Me encanta que Carmen ha pasado de estar preocupadísima por Fina a ponerse en modalidad: «ay mi pequeña está enamorada». Eso sí, Fina le hace prometer que se portará exactamente igual que siempre, nada de silencios raros, miraditas misteriosas o incomodidades varias. Que Marta no note nada diferente para que supere rapidito la situación.
En nada tienen oportunidad de probar la teoría, porque Marta llega en plan Doña Jefaza regañándolas porque no está la tienda surtida para volver a sentir que lleva las riendas de la situación. Fina se ofrece a surtirlas y Carmen casi sufre un síncope porque eso significa que ella y Marta se quedan solas.
A Carmen solo se le ocurre empezar a hablar del tiempo y las borrascas mientras acomoda perfumes que ya están más que acomodados. Marta tampoco ayuda con su conversación cortante y haciendo como que está ocupada para no levantar la mirada ni un segundo.
Al final la pobre de Carmen se rompe y le jura a Doña Marta que no se tiene que preocupar por ella, que como buena amiga de Fina será una tumba. Pero eso a Marta no hace sino ponerla todavía más nerviosa y esquiva con un «no tengo ni idea de qué me hablas» y se va muy enfadada.
La verdad esta escena me hizo reír muchísimo y era bastante necesario echarse unas risas que si no el drama nos carcome.
Marta y Fina episodio 43 de Sueños de Libertad
Al otro día, Fina está revisando cosas en la tienda cuando Marta entra y ni le dirige la mirada. La morena le pregunta si todavía sigue enfadada y como respuesta oye el eco de los tacones de su novia que ya está casi en la oficina. Fina sale corriendo detrás de ella y Marta le dice que no es que esté enfadada, es que no se puede creer todavía que Fina haya soltado su secreto así, que la ha dejado desnuda delante de Carmen básicamente.
Fina le responde que ella quería quitarle un problema de encima.
Marta: ¡Pues me has creado otro! No puedo ni mirarla a la cara, me siento incómoda, indefensa.
Fina: Por favor, no te lo tomes tan en serio. Carmen se lo tomó con mucha naturalidad, de verdad, no pasa nada.
Marta: ¡Estas loca! Es tu amiga no la mía. Es mi empleada, si hasta se ha atrevido a decirme que me guardará el secreto.
Marta le explica que además es su jefa, que no la puede exponer así. Fina le dice que por desgracia no puede volver atrás en el tiempo. Y es verdad, pero Marta sí que puede echarse atrás y eso es justo lo que le dice. Que tienen que terminar en ese mismísimo momento con la locura de relación que tienen.
Fina sale corriendo detrás de ella y le dice que no se puede echar atrás ahora que por fin ha encontrado la felicidad, pero Marta tiene mucho miedo y no se siente capaz de continuar con la relación.
Marta: Le vas a decir a Carmen que te lo has inventado. Que tú y yo no hemos estado ni estaremos jamás juntas.
Fina: Yo le digo lo que haga falta, de verdad, si tú quieres lo hago, pero por favor te pido que nos veamos una vez más a solas.
Marta: No, no.
Fina:Solo una vez Marta, solo una por favor, te lo pido. Intentemos arreglar esto juntas.
Una clienta llega en el peor de los momentos y Marta aprovecha para irse, pero antes Fina le pide una vez más que se vean en el hotelito del amor y le dice que ahí la va a esperar al terminar el turno.
Esta escena estuvo increíble porque es que una vez más entiendes perfectamente a las dos. Como alguien a la que le tocó «salir del armario» en México hace 20 años, entiendo perfectamente a Marta y el pánico que te da verte expuesta. Pero es que además, el miedo te hace cometer muchos errores. Y no es fácil lidiar con toda esa presión.
Pero además, es coherente con el personaje, porque Marta siempre quiere tener todo bajo su control. Y hasta ahora era ella quien llevaba las riendas de todo lo que estaba pasando. Esta es la primera vez que Fina toma una decisión que las afecta a las dos, pero que sobre todo, le hace sentir indefensa y esa sensación no le gusta en lo más mínimo.
A todo esto, tenemos que sumarle la situación laboral. Porque si Fina se lo hubiera contado a su mejor amiga que no tiene nada que ver con la tienda, igual no sería tan enervante para Marta. Pero es que Carmen trabaja ahí y es su empleada. Parece que su espacio seguro ha implosionado y ella no sabe como lidiar con la situación.
Fina por su parte, se siente mal por haber afectado a Marta así, pero no por tomar la decisión. Porque ella sí que está preparada para lidiar con la situación. Porque este es un espacio en el que Fina ha vivido durante mucho tiempo. Pero además porque ella conoce y confía en Carmen. Igual se sentiría igual de incómoda si supiera que Marta se lo contó a uno de sus hermanos por ejemplo. Lo hizo con buena intención, pero está claro que ha metido la pata hasta el fondo y ahora las dos tienen que lidiar con las consecuencias.
Lo siguiente que vemos es a Fina visitando a su padre en el bar y él de inmediato se da cuenta de que algo el ha pasado, porque de estar «radiante» ha pasado a tener cara de funeral. Fina miente con todos sus dientes y le dice que es por trabajo, que ha tenido un día pesadísimo, pero que no pasa nada.
El padre de Fina va a jugar la final de Dominó en la noche y Fina le promete que ira a verlo ganar para apoyarlo, porque él sigue sufriendo porque solía jugar siempre con su madre. Los dos siguen platicando y Fina le dice que ella también extraña mucho a su madre y hay días en los que daría lo que fuera porque le diera la mano y un consejo. Que hay días que son muy duros para ella y la necesita.
Marta por su parte sigue de los nervios, porque para colmo su cuñada quiere trabajar en la perfumería y obviamente lo que ella menos necesita son otros ojos conocidos mirando todos sus pasos. Así que de plano le dice que no, que en la perfumería no. Y se lo dice de malas maneras porque pierde la paciencia.
Por la noche, Fina espera desesperada en el hotel porque se pasan los minutos como si fueran horas y Marta no aparece. La pobre está sufriendo de lo lindo porque si hay algo con lo que todas podemos empatizar es con la incertidumbre y lo feo que es tener que esperar. Ya lo dice bien el dicho: el que espera desespera. Encima se acuerda que tenía que ir a lo del juego de su padre y viendo que Marta no aparece decide marcharse.
Pero justo cuando está recogiendo sus cosas Marta entra por la puerta. La rubia de inmediato le advierte que no iba a venir, pero que ha decidido de último momento que quiere hacer las cosas bien y terminar de manera sana. Alba pide permiso para hablar y de inmediato se disculpa con ella. Le dice que se siente muy mal por ella.
Marta: Pensé que te parecía normal exponerme delante de Carmen.
Fina: No, no, se lo dije solo porque quería evitarte…
Marta: Evitarme un problema. Ya lo sé, déjalo.
Fina: Si te lo confesé Marta es porque no quiero que haya ningún secreto entre nosotras Marta, ni uno. Porque quería que esta relación fuera honesta, de confianza.
Marta: Y yo también, pero entre tú y yo. Nadie más.
Fina: Ya lo sé. Tienes razón.
Marta le dice que a ella también le gustaría que la gente tomase su relación como algo normal, pero sabe que la realidad es otra. Fina se siente fatal porque se da cuenta que, sin querer, le ha complicado la vida a Marta. La está haciendo sufrir y eso es lo que menos quiere.
La Rubia le confiesa que tiene miedo de que todos la juzguen y la desprecien. Ha empezado a tener pesadillas en las que toda su familia le hace el feo. Fina lo está pasando fatal también, pero porque ve lo que su relación le está haciendo a Marta y no le gusta nada que algo que se suponía que tenía que hacerlas felices, la esté haciendo pasarlo tan mal.
La señora de la Reina se siente cobarde porque siente que no puede seguir con esta relación, Fina le dice que no lo es y que todavía tienen al alcance tener ese pedacito de cielo en la tierra.
Fina: Yo entenderé perfectamente si tú decides cerrar la puerta y acabar con esto. Hasta yo lo prefiero con tal de no verte sufrir. Marta yo te quiero demasiado, te quiero muchísimo y me siento muy egoísta. Perdóname.
Esa manera de exponerse de Fina, hace que Marta cambie totalmente de actitud y deje de estar tan a la defensiva. Porque ve que la intención de Fina es siempre cuidarla, buscar lo mejor para ella, incluso en contra de su propia felicidad. Además, en el fondo, Marta sabe que no es verdad que Fina le haya traído solo preocupaciones. También le enseñó lo que es ser feliz.
Marta: Estoy donde estoy por decisión propia. Si hay algo que he aprendido es que nadie más me va a volver a obligar a hacer algo. Ni mi familia, ni mi padre, nadie. Mi vida antes de fijarme en ti y tú en mi era normal, y estaba muy vacía. ¡Ay que desastre! Supongo que el miedo, la esperanza y la incertidumbre son emociones de la vida y especialmente del amor. ¿Quién querría pasar por esta vida sin amar y ser amado?
Fina se emociona por sus palabras y le pregunta si eso significa que va a seguir apostando por su relación y Marta le dice que sí. Que van a haber muchas mentiras de cara a los demás, pero que nunca se va a volver a mentir a sí misma.
Esta clase de conversaciones es por lo que me encanta esta novela. Básicamente porque es difícil encontrar diálogos que se parezcan a lo que realmente has vivido como lesbiana o bisexual. Y esta conversación la hemos tenido muchas de nosotras. Porque aún ahora, con todas las facilidades que tenemos por ejemplo en España, una relación homosexual conlleva otras preocupaciones y dramas que no tienes cuando estás en una relación heterosexual. Y una necesita ir con los ojos abiertos a esa realidad.
Marta y Fina episodio 44 de Sueños de Libertad
El episodio 44 de sueños de libertad lo comenzamos con el padre de Fina llevándole una carne en salsa y aprovechando para reclamarle que no hubiera ido a su noche de Dominó. La pobre se disculpa con él y le dice que Doña Marta le pidió que la acompañara a Madrid para supervisar los escaparates y que por eso no pudo asistir. Así que él se queda más tranquilo viendo que fue tema de trabajo.
Los dos hablan de como él poco a poco está aprendiendo a vivir sin su madre. Ella está feliz porque pensaba que él nunca lo superaría y su padre le responde que nunca lo va a superar pero sí que está aprendiendo a rellenar el vacío con recuerdos felices.
Isidro: Hija, cuando te enamores de alguien guarda como un tesoro los momentos vividos. Porque es con lo que alimentarás tu alma cuando te vengan mal dadas.
Yo ya me guardé esta frase porque algo me dice que vamos a tener que recurrir mucho a los «momentos vividos» para sobrevivir el drama que se nos avecina. Pero de momento cierro mis ojitos y pienso solo en cosas bonitas. En fin, que el papá de Fina le promete volver más tarde para llevarle un trozo de pastel y en eso quedan.
Más adelante vemos a Fina hablando con Carmen. Su amiga le pregunta por el tema Marta y la morena le responde que pasaron un pequeño bache, pero que ya está solucionado.
Carmen Es que no es fácil asimilar todo eso. Primero que yo nunca imaginé que la patrona fuera… y lo segundo que contigo Fina. Yo ¿Qué quieres que te diga? A mi me preocupa.
Fina: Ay Carmen no te entiendo.
Carmen Pues que sois de dos mundos muy distintos y ella es de una clase social muy diferente a la tuya. Si algo sale mal la que sale perdiendo eres tú.
Fina: Ya. Y es cierto que jamás podrá gritar en la cantina que me quiere y que se quiere casar conmigo pero es que lo nuestro siempre va a tener que ser clandestino. Soy tan feliz Carmen. De verdad soy tan feliz.
Carmen ¿Y no vas a echar de menos mostraros como una pareja normal? Es que van a tener que verse siempre a escondidas.
Fina: Pero me conformo con eso.
Carmen Pero ¿hasta cuando? Porque un matrimonio es para toda la vida y yo no creo que lo vaya a romper por ti.
¿Adivinan quién entra a media conversación en la tienda? Pues sí, el padre de Fina, que encima escucha en sonido sorround que su hija está saliendo con «alguien casado» y le da un patatús. Así que las chicas salen corriendo, él se disculpa les dice que no ha sido nada, le deja el pastel y se va corriendo claramente afectado.
Eso sí, en cuanto puede le cuenta a Digna que piensa que Fina está saliendo con un hombre casado. Él piensa en que es su culpa porque le ha estado insistiendo tanto en que se busque a alguien para que no se quede sola que ahora ha escogido al primero que le salió. Digna le dice que Fina es muy honesta y que si está con esa persona será porque está enamorada. Pero él le dice que es hombre tiene que ser mala persona por que es infiel y que jamás podrá darle un buen futuro a su hija.
Marta y Fina episodio 45 de Sueños de Libertad
Por la tarde, Fina está tomándose un cafecito bien cargado en el bar, porque las horas extra curriculares que le ha impuesto Doña Marta en el hotelito del amor la tienen cansada. En eso llega su padre y de inmediato le tira puntas, así que ella está confundida porque claro, no entiende nada.
Isidro le dice que está preocupado por ella porque da muchos bandazos, un día está contentísima y al otro se le acaba el mundo. Ella le responde que es solo porque estaba triste por haber faltado a su partida. Él le insiste que puede confiar en su persona, que le puede contar cualquier cosa. Ella le responde que a veces se pone de un intenso que asusta y que, no tiene que preocuparse por ella porque está genial y se va del bar.
Lo pero es que Isidro también le cuenta a Gaspar que cree que Fina está saliendo con un hombre casado. ¡Madre mía! Si es que como para contarle algo. Isidro insiste en que ese hombre no podrá hacerla feliz. Gaspar le dice que, él intentará hablar con ella. Y dicho y hecho, Gaspar intenta interrogar a Fina, pero se le da fatal el tema del espionaje, así que ella se da cuenta inmediatamente y él termina contándole que su padre la escuchó hablar con Carmen.
Fina le dice a Gaspar que escuchó mal, porque ella no tienen ninguna relación clandestina, pero él también se da cuenta de que le está mintiendo así que mal vamos. Él le dice que, salir con alguien que no le conviene le puede hacer mucho daño y le pide que lo aclare con su padre, pero le respeta la mentira y hace como que no se entera del tema.
Él comienza a decirle que está muy preocupado por ella y Fina agarra el toro por los cuernos y le pregunta si por eso mandó a Gaspar a espiarla. Fina está muy enfadada por que su padre esté hablando a sus espaldas de ella y sobre todo porque escuchó una conversación privada.
Isidro le dice que tiene que acabar ya con su relación porque solo le va a traer cosas malas. Fina le dice que lamenta que se haya enterado así, pero que ella está enamorada y no puede tener una relación normal como el resto de las chicas. Él insiste en que es una relación clandestina y horrible y ella con que de horrible nada, que solo hay amor. Pero claro, están hablando de dos cosas diferentes. Él piensa que ella sale con un hombre casado y ella que él sabe lo suyo con Marta.
Las cosas se complican aún más cuando Fina se da cuenta de que su padre está hablando de un hombre y intenta dar pasos atrás para salvar el momento, pero claro, Isidro está como perro con un hueso y no para. Ella le insiste en que lo hablan en otro momento en su casa pero él se niega a salir hasta que le explique quién es el hombre con el que está saliendo.
Isidro: ¿Por qué me ocultas siempre esa parte de tu vida. Un día me iré de este mundo y lo haré sin saber quién es mi hija realmente. ¿Me vas a decir quién es ese hombre?
Fina: Padre déjelo ya ¿vale? Lo hablamos otro día tranquilamente en casa.
Isidro: ¡No lo dejo! Ahora ya no. Y no voy a parar hasta que me lo digas.
Fina: ¿Qué padre? ¿Qué le diga qué? Si no hay ningún hombre.
Isidro: ¡Negando lo evidente! Muy bien, no me dices quién es ese fulano.
Fina: ¡Que le estoy diciendo que no hay ningún hombre! ¿Qué es lo que no entiende?
Isidro: ¿Entonces que? ¡No entiendo!
Fina: ¡QUE ES UNA MUJER! Estoy enamorada de una mujer padre.
Isidro: No, no. Tú no hija, tú no eres una de esas. Por favor, dime que no es verdad, dime que lo dices solo para hacerme daño.
Fina: Yo a usted nunca le haría daño. Pero soy como soy y eso no lo puedo evitar.
Isidro: Por una vez en la vida has hecho que me alegre de que tu madre esté muerta.
Y con esas palabras, Isidro se marcha del lugar enfadadísimo. No les voy a mentir, ver esta escena ha sido un poquito como recibir una bofetada en toda la cara. Cuando terminé de verla tenía lágrimas en los ojos y el corazón acelerado. Porque mi salida del armario fue más o menos así. Con mis padres rogándome que les dijera que era mentira y entre decepcionados, enojados y tristes. La diferencia es que mientras que yo me hice chica, Fina se defendió en la medida de lo posible.
Esta semana he visto en Twitter a un montón de chicas que pasaron por lo mismo que yo y me dio tristeza. Somos de una generación a la que todavía le costó mucho ser feliz. Y son cosas que nunca se te olvidan. Creo que eso es lo peor. Cuando escuché a Isidro decirle a a Fina lo de su madre se me encogió el corazón. Porque sé lo que se siente cuando te sueltan un comentario horrible como esos. Mi mamá me dijo algo igual de hiriente. Han pasado un montón de años, nuestra relación es mejor que nunca, todo es agua pasada, pero no se me olvida. Mi mente me hace esas malas pasadas de no acordarse de mi contraseña de Twitter pero no olvidarse de algo que me dijo mi madre enfadada cuando salí del armario.
Ver la escena me hizo recordar un post que escribí hace quince años sobre consejos de cosas que no había que hacer al salir del armario. Me acordé de ese post por dos cosas. La primera es que ahí les conté un poco la historia que les he comentado en este post, pero además porque uno de los consejos era «No salir del armario como respuesta a un evento o discusión», que es lo que le ha pasado a la pobre de Fina.
En fin, que esta escena me abrió heridas abiertas porque es muy buena y porque, desgraciadamente, para muchas personas es una realidad. Así que una vez más, mis respetos a los guionistas. Y sí, quiero matar a Isidro con mis propias manos, pero en ese post y en la vida real les comenté algo que sigo pensando que es cierto:
Cuando se trata de salir del armario ante tu familia, lo más probable es que durante un tiempo ellos se sientan bastante confundidos. Puede ser que todo salga bien, sean muy abiertos y no pase absolutamente nada. Pero para la mayoría de los padres es difícil conciliar la imagen que han tenido de ti durante tanto tiempo con la que eres en realidad. Les hace sentirse inseguros y heridos el pensar que si no sabían eso de ti podrían haberse perdido muchas cosas más, te ven un poco como a una extraña y eso les asusta. Por eso es muy importante que cuando hables con ellos estés segura de ti misma y de quien eres.
Y con todas esas reflexiones me ha dejado Sueños de Libertad esta semana. Así que ahí les van los tweets de la semana para aligerar un poco la situación porque nos viene una semana negra.
El tweet Mafin de la semana
Las escenas en vídeo de Marta y Fina en esta semana de Sueños de Libertad
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