Si nos dicen hace poco más de un año a Lipitus y a mí, que estaríamos escribiendo un post sobre fanfics para Lesbicanarias, seguramente nos hubiéramos echado a reír. Básicamente porque ninguna de las dos había leído ninguno y porque eso del Wattpad nos sonaba a chino mandarín (bueno, a chino a secas también). Pero si estamos aquí contando esto, 15 meses después, es porque le pusimos remedio a nuestra ignorancia, ¡y madre mía de qué manera! (somos unas INTENSAS, en mayúsculas). Y es que una vez abierta la puerta al fascinante universo de los fanfics puede que entre las dos, en este tiempo, nos hayamos leído media Biblioteca Nacional.
Así que toda esta intensidad teníamos que soltarla, y como somos unas inconscientes y unas osadas, le pedimos a Rogue que nos dejara hablar sobre nuestra experiencia leyendo fanfics, porque ¿a quién no le ha pasado eso de «de esta agua no beberé» y acabar bebiendo mucho…¡mucho!?. Y es cierto que tenemos serias dudas del interés que pueda suscitar leer algo tan subjetivo y personal, pero al final pensamos que también podía ser una manera de reconocer y agradecer el trabajo de tantas escritoras geniales que nos hemos encontrado en este viaje de descubrimiento.
Pues bien, vayamos al asunto en cuestión, el «cómo pasamos de 0 a 100 en tiempo récord» tiene su origen en Flozmín, y como somos unas chicas muy ordenadas empezaremos por ahí, y si llegáis al final del post tendréis mucho mérito, porque resumir no sabemos.
Con los fanfics de Flozmín empezó todo
Un mes antes del final de «Las Estrellas», mega fanatizadas con Florencia Estrella y Jazmín del Río, en una conversación con varias amigas sobre la serie, surgió el tema fanfic . Yo no sabía que una de ellas los escribía @ysabelgranger, y entre la sorpresa y muchas preguntas curiosas, al final me recomendaron que leyese alguno de los que más les gustaban de Flozmín. La verdad es que así de primeras me mostré bastante reacia, usando argumentos del tipo «ufff, no sé, es que me parece raro leer una historia sobre ellas cuando estoy viendo a las de verdad todos los días» (muy poco consistente, lo sé).
Unos días más tarde, le di una oportunidad a «Nada nos va a separar» de @emarivington. Total, la historia transcurría 10 años después, así que no iba a interferir en mi cabeza con la novela de verdad, me veía capaz de seguir las dos líneas argumentales a la vez (vaya mérito). Horas después, salía del armario de los fanfics y necesitaba compartirlo, porque cuando compartes, todo se vuelve mucho mejor y más divertido. Y para eso están las amigas…
Y Lipitus también cayó en las redes, no esperaba menos. ¿Y qué pasa cuando te enganchas a algo? Que la espera para nuevo material se hace muy dura. Y claro, entras al Wattpad a visitar a tu triste y solitario fanfic para ver si lo han actualizado, y cuando ves que no, toca seguir esperando porque eso de buscar otros y leer varios a la vez, uy eso sí que no, eso tiene que ser una locura para aclararse con tantas Flores y Jazmines…
En menos de una semana, teníamos más de 15 fanfics en Wattpad (somos unas débiles), pero con el firme convencimiento de que solo íbamos a leer los que fuesen como la serie, y en los que ellas dos tuviesen las mismas personalidades, que habíamos «escuchado por ahí» que había Florencias Estrella que no tenían síndrome de Tourette (¡dónde se habrá visto, por favor!). Así que en esas andábamos las primeras semanas, disfrutando de fanfics como «Será«, que era como estar viendo a las mismas Flor y Jazmín de la novela (pero con más momentos íntimos) y era genial porque ningún cámara nos fastidiaba con planos mal enfocados ni nos tongaban los besos.
Comentar todos los fanfics entre nosotras se volvió algo necesario, leíamos los mismos y a un ritmo parecido, así que nuestro chat se fue llenando de cientos de capturas y muchas notas de voz. Pronto llegó el día de volver a beber de esa agua que nosotras no íbamos a probar nunca, los fanfics AU (universo alternativo) y OOC (out of character) y es que a quién queremos engañar, ya estáis viendo que nuestra palabra no vale mucho. «Tinta Roja» de @fetisholds abrió la veda, y a este le siguieron muchos otros.
Ya en este punto, podemos decir que éramos unas yonkis del Wattpad, íbamos cuesta abajo y sin frenos, pero eso sí, solo leíamos los de Flozmín, porque también los había de las actrices y eso ya nos daba cosa, leer ficción sobre personas reales como que no. Y sabemos lo que estáis pensando, y sí… tenéis razón, ya hemos dicho que íbamos sin frenos.
Por ese entonces la novela ya había terminado, sabíamos que el duelo del final de Flozmin iba a ser muy duro, y como suponíamos, los fanfics fueron nuestro salvavidas. Leíamos de todo, ya sin filtro alguno (Lipitus llegó a decir un día que se había leído todos los Flozmín que había), y a veces nos costaba identificarlos cuando actualizaban porque tenían títulos parecidos, o porque eran nombres imposibles de recordar. Así que los renombrábamos a nuestra manera, como el de @itisclown «The story they will write someday» que para nosotras siempre será «el del reality» (del que todavía queremos que se haga la película).
Cuando estábamos leyendo alguno que nos encantaba, sufríamos si tardaba en actualizar (y aunque siempre seremos de respetar los ritmos de las autoras, en privado pataleábamos como niñas de 3 años). «El del nido» era un ejemplo de ello (otro título que jamás diremos bien «Puedes hacer un gran nido en mi universo (hacer lo que quieras conmigo)” de @letssingaboutit), así que tocaba releer el capítulo anterior para engancharse de nuevo a la historia. En este caso, disfrutábamos doblemente con la relectura, porque «el del nido» era una preciosidad de fanfic (no estamos llorando, ¡snif!).
Así pasamos muchos meses, leyendo historias con Jazmines que lo mismo eran cantante o pintora, que policía, modelo de ropa interior o tenista, y Florencias que iban desde librera, médica, cheerleader…. hasta fotógrafa o espía (la imaginación no tiene límites). También en los fanfics que leíamos Flor y Jaz tenían una prole considerable, eso nos venía fenomenal para identificarlos («el de los mellis y los trillis» «el de Felipe», «el de Silvestre»), y también había muchas cabañas (que con solo leer la palabra era como escuchar los primeros acordes de «Caníbal», ya sabíamos lo que iba a pasar).
Y cuando ya pensábamos que íbamos a estar leyendo Flozmín hasta el infinito, llegó el día en el que nuestras queridas Estrella-Del Río perdieron la exclusividad en Wattpad, y una nueva pareja (muy inesperada) llegó a nuestras lecturas.
Y Flozmin mutó a fanfics de Camren
Así como nuestro timeline de Twitter fue mutando en todo este tiempo de Flozmín a Barcedes, pasó por Albalia y acabó en Luimelia…nuestro Wattpad también sufrió dos mutaciones en este año, y la primera de ellas, no la vimos venir ni de lejos. Más o menos a la vez, mientras cada una iba buscando nuevas lecturas, nos topamos con un asunto bastante delicado… (insertar música de intriga) …¡las adaptaciones! El primer encuentro fue con una «adaptación» de un libro que habíamos leído hacía mucho (y le ponemos las comillas porque como eufemismo es un 10, desde luego), y unos días después, un fanfic que empezamos a leer Flozmín lo encontramos (creemos que original) dentro del fandom Camren.
Con respecto a este tema, permitidnos un pequeño tirón de orejas, porque creemos que si un fanfic se versiona con el permiso de la autora original, está perfecto. Pero después de todo este tiempo, nos consta que muchas de estas «adaptaciones» no lo tienen, porque citar a la autora original (en el mejor de los casos) no es tener su permiso, y eso ya no está tan bien, porque al fin y al cabo te estás aprovechando del trabajo y esfuerzo de otra persona, y para eso sí que se nos ocurren un montón de términos más acertados.
También es cierto que mentiríamos si os dijésemos que no leímos ninguna adaptación, porque no es así, sobre todo al principio, cuando no teníamos tan claro como iba el tema. En cualquier caso, lo que sí sabemos es que una adaptación nos llevó a Camren. Y aunque tuvimos que recurrir a Google y YouTube inicialmente, al final Camila Cabello y Lauren Jáuregui se colaron en nuestras lecturas, y sobre todo, en el corazón de Lipitus.
De esta manera comenzamos la etapa Camren, y como en intensidad no nos gana nadie, en pocos meses añadimos muchísimos fanfics a la larga lista que ya teníamos. Esta época Camren no la vivimos de igual manera que la de Flozmín, ya que yo me resistía a terminar el duelo y hacer la transición, y por otro lado tenía a Lipitus totalmente fuera de control leyendo Camren como si no hubiera un mañana. Así que, confiando en su criterio, forjado a base de compartir lecturas, terminé leyendo aquellos que le habían gustado mucho. Y era una idea absolutamente genial, porque al leer las historias después que ella, no temía que se me escapase algún spoiler, y además podía mendigarle avances cuando la cosa se ponía complicada.
Los fanfics de @Ana5Harmony fueron los que más horas de lectura y disfrute nos dieron. De “Amanecer en Vancouver” guardaremos siempre un gran recuerdo, principalmente porque nos sirvió para establecer «la escala Vancouver» una herramienta de precisión altamente sofisticada para comparar los fanfics que leeríamos después (¿a cuánto está de Vancouver?, ¿sufren más o menos que las de Vancouver?, ¿se quieren tanto como las de Vancouver?), para nosotras una herramienta de medición infalible (casi siempre).
Y es que, después de tantas lecturas compartidas, ya íbamos conociendo bien los gustos de cada una. Quizá en esta época yo me volví un poco más selectiva y tenía ciertos filtros relacionados con la cantidad de drama y sufrimiento de Camren. Pero Lipitus manejaba un filtro único, el «se aman mucho». Bajo este amplísimo paraguas de «se quieren las que más» casi todo la venía bien y no había manera de seguirla el ritmo. Así que ella sufría en soledad las lecturas (eso sí que es drama) y después me hacía sinopsis de las historias para ver cuál me apetecía empezar y así poder comentarla juntas. Los fanfics que no me animaba a leer (perdón, pero es que mi umbral de sufrimiento es mucho menor que el de Lipitus), pasaban a la categoría «radio fanfic», un subgénero de los audio-libros que no descartamos patentar en algún momento.
En lo que sí estamos de acuerdo de la época Camren es en dos cosas, la primera, que todo lo que vivieron nuestras chicas en los fanfics que leímos, nos hizo tenerlas un cariño sobreprotector, a tal punto que Lipitus lo pasó fatal cuando Lauren sacó nuevo video (¡¡¡¡en la vida REAL!!!! porque son reales, y a veces se nos olvidaba) y quería que le fuese bien y tuviese tropecientos millones de reproducciones. O cuando veíamos a Camila en alguna gala de premios y nos daba ternura y ganas de abrazarla porque ¡pobre! había tenido muy mala suerte en su vida de ficción.
Y la segunda, que en algunas de las conversaciones que hemos releído con motivo de este post, a veces nos cuesta reconocernos. Pero es que somos tan apasionadas que cuando nos metemos mucho en una historia sufrimos una especie de enajenación transitoria que nos hace decir cosas que ni siquiera pensamos. Teníamos muchas capturas de este tipo, pero os ponemos un mix de diferentes historias, entre las cuales está «Amor inmarcesible» de @sidwaay, que nos dio larguísimas charlas (hemos tapado un ligero spoiler, por si acaso).
Y así, casi sin darnos cuenta, había pasado un año. Un año leyendo a un ritmo que no nos podíamos creer. Y parecía que la cosa no podía ir a más cuando se nos cruzó en el camino «Cosas del destino». Y vamos que si podía ir a más, esa historia fue la culpable de que nuestro Wattpad abriese las puertas a unas nuevas invitadas.
El efecto Clexa y los fanfics que vinieron
Por muy tentadas que estemos, «Cosas del destino» no entra en la categoría fanfic para este post porque nosotras lo leímos como novela publicada. Por esa razón no nos vamos a extender en ello aunque sí podemos afirmar que para nosotras hubo un antes y un después de esta historia. Tras el vacío que nos quedó cuando acabamos el libro, vino lo lógico en estos casos, tirar del hilo para buscar más información de las escritoras (porque ya ha quedado claro a estas alturas, que cuando algo nos gusta… no paramos) y la mejor noticia fue descubrir que inicialmente había sido escrito como un fanfic sobre Clarke y Lexa. Unas horas después estábamos de nuevo en Wattpad, añadiendo a nuestra biblioteca los fanfics Clexa de sus autoras @MissGinsey y @Newage1119.
Antes de comenzar a leer, lo primero que hicimos fue sincerarnos entre nosotras… Lipitus, ¿tú viste Clexa?… Claro, en su momento vi todos los resúmenes de YouTube. Así de contundente, pero por lo menos en este caso no tuvimos que googlear, estábamos en las mismas condiciones de conocimiento (o desconocimiento, según se mire). De «Los 100» poco sabíamos, pero eso no era impedimento para subirnos al barco. ¡Bienvenidas Lexa Woods y Clarke Griffin!, de nuevo estábamos con el subidón a tope.
Mejor no vamos a echar cuentas de la cantidad de fanfics que llevamos leídos el último año, pero de manera inevitable siempre acabamos comparando unas historias con otras. Hacer listas y rankings es lo peor del mundo, porque es injusto y muy difícil (imaginaros si encima la lista es conjunta). Pero al final, sin poder remediarlo, fuimos situando nuestros favoritos en una top list (en una app específica para este tipo de cosas porque somos frikis nivel master). De esta lista, el único que vamos a confesar es el que ocupa el primer lugar para nosotras, porque aquí no tuvimos nunca dudas y porque casualmente fue el primer fanfic Clexa que leímos, «El plan C» de @Newage1119. Y para nosotras, eso sí que fue entrar por la puerta grande al universo Clexa.
Quizá estéis pensando que las Clexa de “El Plan C” tuvieron que petarlo muy mucho en nuestra infalible «Escala Vancouver» y por supuesto que «se querían mucho» y eran súper adorables y divertidas, pero a pesar de ser nuestra historia favorita, no son la pareja que para nosotras «más se aman del mundo mundial» (no intentéis entender el funcionamiento de nuestra escala, ni nosotras podemos hacerlo). Pero en esto también llegamos a un rápido consenso, las Ralexa de “Las dos caras del amor” de @Buttonupjuno y @MissGinsey y «Nuestro momento» ocupan el lugar más alto del pódium. Perdona… ¿quéeeee? ¿ni siquiera son Clarke y Lexa?, pues no, ninguna Flozmín, Camren o Clexa, nuestra pareja favorita son las Raven y Alexa de esos fanfics, y nos queremos autoproclamar presidentas del fandom Ralexa.
Es cierto que el camino que estamos recorriendo estos últimos meses ha sido muy diferente al de Flozmín, ya que primero nos hemos ido enamorando de los personajes que leíamos en los fanfics, y no al revés. Así que el mérito del cariño (y cierta obsesión) que ahora tenemos a todo lo relacionado con Clexa lo tienen las escritoras que hemos leído estos últimos meses, más que la serie en sí (un poco raro todo, pero no sé, tampoco sabíamos casi quién era Camren y ahora, alguna que no voy a nombrar, deja su YouTube en bucle para sumar reproducciones a Lauren, y solo a Lauren, porque según ella Camila no lo necesita).
Y puede que llegásemos un poco tarde al fandom, pero eso también tiene sus ventajas, y es que al menos en Wattpad pudimos encontrar muchas historias ya terminadas de Clexa, y eso a nosotras nos da la vida, porque además de intensas también somos ansiosas y cuando estamos enganchadas a un fanfic no nos dura nada (¿qué es eso de dormir? dormir está sobrevalorado). La mayoría de las veces intentamos empezarlos a la vez, aunque ajustar el mismo ritmo de lectura no siempre es fácil y más si nos separa una considerable diferencia horaria. Pero en alguna ocasión hemos ido tan a la par leyendo, que ha sido doblemente genial.
Seguramente, una de las mejores cosas que a nivel personal nos llevemos después de todo este tiempo, es lo genial que ha sido compartir esta locura juntas, todo lo que hemos disfrutado y lo que nos hemos reído. Nos conocíamos hace mucho, pero nunca pensamos tener la confianza que se ha ido creando estos meses, hasta tal punto de tener conversaciones impensables hace un año, como esta que tuvimos después de leer un relato de Cris Ginsey, la reina indiscutible de las sensualidades (aún no puedo creer que me haya dejado convencer para poner estas capturas).
Y si todavía hay alguien leyendo, que sepa que se lo agradecemos, porque quizá se nos ha ido un poco de las manos.
Han pasado 15 meses desde que abrimos la puerta al universo fanfic y muchas veces nos preguntamos si hay luz al final del túnel, aunque la verdad es que nos da igual, porque tampoco queremos salir. Probablemente en toda esta experiencia de descubrimiento de personajes, historias, fandoms y escritoras talentosas, nos hayamos dejado muchas horas de sueño y me atrevería a decir que alguna que otra dioptría, pero si de algo estamos seguras es de que no lo cambiaríamos por nada.
No queremos acabar sin dar las gracias a todas las personas que dedican su tiempo a escribr este tipo de ficción, por crear nuevo contenido para el colectivo y ayudar a la visibilización, porque todo suma, y más cuando nos encontramos historias bien escritas que nada tienen que envidiar a muchas novelas lésbicas publicadas. Nosotras caímos rendidas, y sabemos que ya no hay vuelta atrás.
EPÍLOGO POV Lipitus
Acá les dejamos algunas respuestas sin preguntas:
• No nos shipeen, solo somos amigas.
• Sí, tenemos una vida aparte de leer descontroladamente. Tenemos trabajo, señoras esposas, mascotas y amigas.
• Ya sabemos que somos unas frikis, somos sensibles, no nos hagan bullying.
• Gatxina nunca me hizo los stickers de Camren.
• Sí, es verdad… me angustié cuando Lauren lanzó “Expectations”.
• No, todavía nuestras esposas no nos abandonaron.
• Gatxi sigue buscando gatos en los fanfics y se indigna porque en todo este tiempo solo los encontró en tres historias.
• ¡Gracias Telegram! por permitirnos búsquedas en el chat por palabras y fechas.
• Gatxina nunca amó a Camren tanto como yo.
• Los chat son casi textuales, solo borramos guarradas dichas por mí.
• Aparte de fanfics, también leímos muchos libros.
• A mí me gusta más el drama, pero ella lo sufre por las dos y por los personajes.
• En general la que más llora es Gatxi, yo estoy muerta por dentro.
• Que Gatxi no se entere que la quiero más a Lauren que a ella.
• Si, ya sabemos lo que están pensando, que hay miles de fanfics mejores que los que leímos (pues hágannos recomendaciones y estaremos encantadas de comprobarlo).
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