Ya sabemos que las cosas a fuego lento se cocinan mucho mejor, y aquí el fuego está al mínimo pero dejándonos momentos y escenas muy tiernas entre Celia y Petra, y como a mí me convencen con una mirada, con una sonrisa o una caricia pues no dudo en contarles lo que se cuece entre Celia y Petra porque asumamos la vida, casi todas nos hemos enamorado de nuestra amiga hetero. Así que por ella y por todas las que han sufrido este mal, vamos de lleno al resumen.

Nuestra querida Silva vuelve a sonreír y no precisamente porque Petra se haya dado cuenta de su amor por ella, sino porque su amiga escritora Carmen de Burgos ha leído sus relatos y quiere publicarlos en una revista. Y aquí aparece el primer problema y es que no puede firmar con su nombre porque todo el mundo sabría que escribe de las hermanas, así que Petra sin querer le da la solución: Cambiar el nombre de la autora en los relatos. Si es que cualquier excusa es buena para un buen abrazo…

Así que reúne a las hermanas y le cuenta las nuevas noticias. A ninguna le hace gracia que publique el texto, más que nada para que nadie descubra sus secretos pero rápidamente las convence al decir que utilizará un seudónimo y los relatos estarán a nombre de un tal Román Caballero, ante esto las hermanas le dan todo su apoyo. Así que al primer que sitio que va es el de su amiga a contarle todo, más feliz que una perdiz.

Petra: Ya tengo ganas de ver esa revista. Me alegro tanto de que hayas cumplido uno de tus sueños.
Celia: Aún me queda algún sueño por cumplir…
Petra:Y los vas a cumplir todos.
Celia:Ojalá.

A Celia ya se le pone carita de enamorada porque ya sabemos todas cuál es su mayor sueño: estar con Petra. Nuestras chicas terminan brindando con vino ante la noticia la publicación de los relatos. Pero como esto es un no parar, en el horizonte aparece otro problema y es que ha tenido tanto éxito el escrito que quieren entrevistar a Román Caballero. Al final le piden que se haga pasar por el a Bernardo, un abogado que es de confianza en la familia y aunque al principio ni loco quiere hacerlo, al final con el poder de convicción de la Silva termina aceptando. Así que tras una preparación previa y un cambio de look, ya está preparado para la entrevista, la cual va más o menos bien, lo peor es que le roban una foto a Bernardo para publicarla junto con el artículo.

Por suerte todo salió bien y la gente no para de mandar cartas al periódico pidiendo más de Román Caballero y Celia está preocupada porque no sabe si puede volver a escribir a ese nivel, vamos que ni siquiera sabe de qué hacerlo. Petra le dice que a ella personalmente lo que le encantaría es leer de la vida pero de la escritora y no de sus hermanas pero la Silva no está muy por la labor porque asumamos que sería un texto de temática lésbica mínimo.

Petra: Eres una mujer que trabaja, que estudia, que enseña a los demás y todo eso que pasó con Joaquín. La idea de meterte a monja y ahora te haces pasar por un hombre, como la maestra esa de La Coruña, que se disfrazó de hombre para poderse casar con una mujer.
Celia: Sí, pero yo lo hago para escribir. No es tan interesante.
Petra: Bueno, tú ya lo harás interesante. Además, hay muchas cosas de ti que aún no sé.
Celia: ¿Y si no te gustara lo que descubres?
Petra: Pero que dices, si eres un ángel. Prométeme que la próxima historia va a hablar de ti.
Celia: Bueno, te prometo pensarlo.

Y ya se me pone nerviosa y tiene prisa por marcharse. Asumamos la vida, si la Silva escribiera algo, iría a lesbicanarias directamente para que lo publicáramos nosotras. Así que Celia cambia de tema y le dice a su amiga de irse ya. Van a ir al cementerio porque es el aniversario de la muerte de la madre de Petra y la va a acompañar. A la vuelta empiezan a hablar de sus respectivas madres difuntas.

Más tarde Petra aprovecha que está a solas con su padre para preguntarle por su madre, pero el padre se pone a la defensiva y le dice que está muerta y que a él le cuesta hablar del tema. Al final terminan peleados porque la chica insiste en que tiene derecho a saber algo de su progenitora ya que no sabe absolutamente nada pero el padre no está por la labor. A mí me parece que hay gato encerrado con este tema. Y a ella también y así se lo hace saber a su amiga más tarde en la fábrica. Le dice que hay algo raro en todo, además que no concuerda las cosas que le dice de una a otra vez, son historias parecidas pero no iguales y no cree que sea por falta de memoria, porque su madre de morir en el parto a morir meses después… la Silva le quita importancia al asunto pero la otra se queda con la mosca detrás de la oreja.

Más tarde Petra medio discute con su novio porque en la fábrica los hombres se ocupan de la maquinaria y las mujeres de planchar y doblar las telas. Pues a falta de un hombre, la Fuentes se ofrece para ella utilizar la máquina y enseguida tiene al novio diciéndole que eso no es trabajo para ella, cosa que la enfada mucho.

A la Silva le cuenta lo triste que es depender siempre de los hombres y del hecho que no puedas avanzar en una sociedad así. Su amiga que sabe cuánto vale (y no cegada por los lazos del amor) habla con su hermana Diana, que es la que se encarga de la fábrica, y le dice que Petra se merece un puesto de mayor responsabilidad porque está muy capacitada. Su hermana le dice que ahora es muy reciente porque hace poco igualaron el sueldo de los hombres y las mujeres, cosa que ya provocó ampollas y si pone ahora a Petra en un puesto mayor puede haber problemas, pero le dice que cuando terminen el pedido con el que están, hará algo al respecto. Aishhh con los enchufes del amor. Después cuando llega a casa tiene una conversación muy seria con su hermana Francisca respecto a su amor:

Celia: Todo el mundo debería hacer lo que le gusta, lo que le apasiona.
Francisca: ¿Y qué quiere Petra ahora?
Celia: Que la traten igual que a los hombres de la fábrica. Quiere poder manejar los telares, que no la hagan de menos por ser una mujer y por intentar medrar en su trabajo. Y ojalá yo pudiera estar a su lado, demostrarle que me preocupa que no sea feliz y mis sentimientos hacia ella.
Francisca: Ni se te ocurra Celia.
Celia: Francisca no me digas eso.
Francisca: Es que no quiero que sufras. Mira sé que no es fácil pero si eres sincera con Petra va a ser peor, la vas a perder, por no hablar del escándalo que supondría para la familia.

Aishh te lo dice con esa carita de pena que hace que se te rompa un poco el corazón, que complicado todo. Mientras ella tiene que lidiar con todos esos sentimientos, su amiga y futura madre de sus hijos (stop, me he dejado llevar) está indignada cuando oye a su novio y a su padre armarle su futuro.

Los escucha diciendo que cuando se casen lo primero que tendrá es que dejar la fábrica y cuidar a todos los niños que tengan y cuidar del hogar. La morena entra medio en cólera y les dice que están soñando si piensan que va a dejar el trabajo, es más, dice que pedirá un puesto de más responsabilidad y sin más se va enfadada ante la sonrisita irónica de su novio. Una vez en casa llega Celia y le cuenta todo. Lo cansada que está de que le manejen su vida, su amiga la anima y le dice que muy pronto su hermana le dará tanto a ella como a más mujeres de la fábrica un puesto más merecido. Todo termina con este fuerte abrazo.

Sí es que la Silva se desvive por hacerla feliz… no se puede pedir más, bueno sí. Pero teniendo en cuenta la época mejor ir con pies de plomo y mientras vayamos a donde tenemos que ir. Así que de momento esto es todo lo que les traigo, seguiremos al tanto de ese amor y esa amistad entre las chicas. Me consuela ver como Petra cada día está más cansada de su novio, quien sabe si con suerte… ¡Nos leemos pronto!

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