Llegamos a la parte final de When We Rise y tenemos muchas ganas de saber qué nos van a enseñar como colofón a una serie que nos ha enseñado tantísimo y que nos cuenta una parte de la historia que es necesario rescatar. Empezamos esta última parte en 2008, cuando George W. Bush decidió prohibir el matrimonio entre personas del mismo género en un montón de Estados. Pero ahhhh, no contaban con que el alcalde de San Francisco se pasase la prohibición por el forro y empezase a casar a gente LIKE A BOSS. El tribunal de California fue el primero en asegurar legalmente que las personas LGBT+ se podían casar con sus parejas, pero los señores casposos de Estados Unidos dijeron “de eso nada” y lanzaron la proposición 8, que si se aprobaba, terminaría prohibiéndolo en todo el país y, por ende, en California que por aquel entonces era un oasis en medio del desierto a este respecto. En esta parte de la historia también acaba de salir elegido Barack Obama y… ah, Annie (la hija de Diane y Roma) ya está más que crecidita y está a punto de tener un bebé.

«Que vamos a ser abuela, cari. Qué rápido crecen…»

Entre tanto, Ken está siendo rebautizado por el grupo de beatas que lo acogió en su peor momento y está muy bien que lo hayan ayudado, pero le piden que se olvide de todo lo malo que ha hecho previamente… y miedo me da que le hagan reprimir su sexualidad.

La proposición 8 sale finalmente aprobada pero hay protestas promovidas por la generación LGBT+ más joven y Cleve está como BUENO, POR FIN ESTOS PENDEJOS SE PUSIERON A HACER ALGO.

Diane va al hospital antes que Roma y cuando llega Roma y pregunta por la “hija de su pareja Diane” la recepcionista se queda como WTF are you talking about? Porque es un concepto incomprensible para ella que dos mujeres sean pareja así que no la deja pasar y tiene que pedir permiso. Buuuuuuuuuuuh, señora, buuuuuuuuuh.

Veráis cuando crezca Justice, porque con ese nombre sólo se puede ser molona

Al final se ve que se lo dan porque en la siguiente escena ya están celebrando el nacimiento de Justice, que así se llama la niña. No podría ser de otra manera con las abuelas justicieras que tiene. Annie la está presentando a sus abuelas y abuelo por parte de padre y Roma está un poco apartadita, porque ya sabéis que en la crianza de Annie, Diane siempre se asumió como madre pero Roma es la pareja de su madre y Annie siempre la llama por su nombre. Total, que la llama y la presenta a la bebita como su abuela Roma y a Roma casi le da un parrús de emoción. Después mientras está en el hospital se encuentra a su vecino, que es un hombre inmigrante cuya mujer está enferma de cáncer y a la que no dan servicio médico. Roma se propone luchar desde su posición política para que familias inmigrantes puedan acceder a la sanidad.

Los nuevos activistas LGBT+ piden ayuda a Cleve para las protestas, pero Cleve ahora ya es un señor mayor y dice que tiene contactos en Washington y que pueden conseguir algo mayor por esa vía. Los jovencitos están como “pfff, esos políticos trajeados no van a conseguir nada, no vamos a esperar al maldito congreso, vamos a pasar a la acción”. Y ojo, qué curioso el cambio, Cleve, que de joven defendías lo mismo que ellos y ahora te has acomodado. Ayyyyy. Esto le da un vuelco a su cabecita y decide sumarse, lo cual es importante porque es una figura muy respetada y con mucha voz en la comunidad.

«Es gay y es molón. Es… CLEVE JONES»

Yaaaay, dale ahí, a demandar total igualdad. RESPECT.

En la iglesia en la que el grupo de Ken da charlitas se reúne otro grupo religioso que es muy inclusivo con todas las minorías, incluida la LGBT+, y él los escucha anonadado porque el suyo nuevo es tirando a lo contrario. Escapa de ahí, Ken.

Diane y Roma están ya ejerciendo de abuelas (aka babeando con su nieta) y Annie y su novio les dicen que les gustaría criar a Justice cerca de ellas (¿SE PUEDE SER MÁS BONITA? ME LA COMO) por lo que les proponen mudarse al apartamento de la planta baja de la casa si están de acuerdo. Roma está como “bueno, bueno, con lo bien que nos llevamos ahora, ¿estás segura de que quieres ponerlo otra vez a prueba con la convivencia?” y a Annie se ve que eso le duele un poquito porque no dice nada, pero pone carita de jo. En realidad es que Roma siempre ha estado muy comprometida con su faceta activista y menos con la familiar, a pesar de haber criado a Annie junto a Diane. Precisamente en ese momento recibe una llamada por el tema de la comisión de salud en la que está trabajando y pregunta a Annie si cree que podrán pedir ayuda a su padre, pero ella le contesta sarcásticamente a tenor de su respuesta anterior. Roma ahí tiene un momento fair enough y dice que venga, que se muden y que van a hacer funcionar todo aquello porque le sale de los ovarios. Palanteeeeeeeeeeee.

A ver cómo les va a decir que no se muden con esas caritas

Mientras Cleve y los activistas jovenzuelos siguen planeando su gran manifestación en Washington, Ken decide ir a una reunión del grupo religioso al que las otras

brujas han echado de su iglesia. Entre una cosa y otra llega la manifestación para reclamar a Obama que espabile. Es un superéxito, la gente llena las calles porque está hartita de excusas y participan varias personalidades y celebrities como Lady Gaga.

Básicamente lo petan y Cleve decide regresar a San Francisco porque allí tiene a más contactos, lo cual es importante en un momento como este. ¿Que dónde duerme? Pues en casa de Roma, que le presta amablemente su sofá, a ver qué os pensáis. Y eso que Roma está bastante ocupada porque para el tema de salud tiene que negociar con los sindicatos y tiene un cacao mental importante, así que Cleve se ofrece a echarle un cable porque conoce a unos cuantos. Roma lo abraza en plan “OMG, cuánto te he echado de menos” y su amistad me parece tan pero taaaaaaaan bonita, lesbicanarias. Porque siempre se apoyan en luchas comunes y se llaman familia y jo, jo.

MIS HIJOS

Miradlos. MIRADLOS. Bueno, con esa ayuda celebran una reunión en casa a la que también acude Tom Ammiano, que las apoya 100% por supuesto. Y allí hablan de ampliar el servicio de salud para que todas las personas de San Francisco tengan acceso a él.

En otro orden de cosas, resulta que hay un juez de tendencia conservadora que se dice, se rumorea, que está a favor del matrimonio gay y… resulta que es verdad. Así que un politiquete gay joven progresista se reúne con Cleve para explicarle su plan de llevar la proposición 8 a la Corte Suprema de los Estados Unidos. Le presenta al juez, un tal Ted Olson, que pretende llevar el caso junto a otro superjuez que ha accedido y es como todo de locos porque se supone que son de ideologías opuestas pero hacen frente común pese a ello. Literalmente es una locura, pero precisamente por eso Cleve se sube al carro porque ve que es una oportunidad única en la vida. El problema es que los principales líderes por los derechos LGBT+ y civiles del país piensan que es una locura, indeed, y no todo el mundo está tan dispuesto a tomar riesgos. Resultado: les dan con la puerta en las narices, así que Cleve le pide ayuda a Roma para que haga un discurso al respecto y los apoye, pero Roma es contraria al matrimonio… ups. Justo en ese momento Annie les informa de que se va a casar porque eso les da más protección frente a la ley y las palabras tienen significado, porque ella lleva toda su vida sin llamar madre a Roma y ahora con el término abuela es más fácil y no sé qué más. Vamos, que se quiere casar y punto, no hace falta que dé explicaciones.

«Te ha salido la niña pro-matrimonio»

Total, que se casan en la playa y están ahí Roma, Annie y Tom, sus madres y su papi. Me parece una familia superbonita, la verdad. Precisamente Roma convence a Tom para que intente poner al alcalde de San Francisco de su parte en el proyecto sanitario que quiere sacar adelante. Tras conseguir que firme la ordenanza, Roma está contentísima y va a contárselo a su vecino, pero resulta que su esposa acaba de morir. ¡Madre mía! Su vecino reacciona de forma homófoba diciendo que “la gente como ella” no sabe ni siquiera lo que es tener una familia y que no espera que lo entienda. Uhhh, rude. Entiendo que este hombre está en la mierdísima con su duelo pero qué momento tan doloroso por ambas partes. Roma no sabe dónde meterse y quiere decir que lo siente muchísimo, pero él le pide que se marche.

Llega el año 2010 con el caso judicial que estábamos esperando y, por supuesto, al buscar proteger al colectivo LGBT+ mucha gente está en contra porque “oioioioi, cómo se van a casar, que así nos joden el matrimonio a nosotros” y ese tipo de pensamientos de personas que nacieron en el año 876 a.C. En fin, hay todo tipo de asociaciones que quieren boicotearlos, pero la jugada no les sale tan bien como querrían porque la defensa de la proposición 8 termina siendo un desastre y los nuestros LOS ARRASTRAN POR EL BARRO.

La cara de la homofobia siendo derrotada

Ken se implica en la lucha por los derechos de las personas trans, debido a que hay varias en su grupo religioso, así que le va a pedir ayuda a Cecilia.

Mientras tanto, Roma está teniendo un breakdown porque se ve que le ha afectado todo lo que ha pasado y está como “esta casa no es mía, si me retiro qué va a pasar, no me puedo permitir vivir aquí!!!!!” y Diane no sabe muy bien de dónde sale todo aquello. Annie las ve y se le enciende una bombillita, porque se ve que Roma no es capaz de decirlo, así que aconseja a su madre que le proponga matrimonio. Y de una forma rarísima lo hacen. De la manera menos romántica y más pragmática que existe, literalmente diciendo “pues sería políticamente correcto casarnos” y la otra “pos ok, igual ni nos dejan” y Diane “vale, pero no pienso ir de blanco”. Y así de fácil.

«Anda la leche! Que me caso!»

Si es que son raras, ¿eh? Pero Roma está ilusionadita, que se le escapa esa sonrisa y todo. Está tan contenta que cuando Ken y Cecilia la van a ver para pedirle ayuda para financiar el refugio de su iglesia, no puede contener las buenas noticias y se lo suelta. Roma lo justifica diciendo que es una cosa política y que no le den tanta importancia. ¡Chiqui, no nos engañas, que te mueres de ganas!

Tras la primera victoria en juicio lo siguiente es ir a la Corte Suprema, pero si sale mal supondría una hostia insalvable así que tienen reservas. Menos mal que justo en ese momento hay otro caso en marcha que podría ayudarles. Mientras tanto Roma está a lo suyo, así que decide llamar a su hermana para contarle que en caso de que los tribunales decidan a su favor, Diane y ella pretenden casarse. Se lo dice por lo bajini como si no se lo creyese del todo y está bastante emocionada, así que su hermana le dice que le gustaría ir. La mujer cuelga el teléfono y se echa a llorar porque mira, no me extraña, sabiendo lo homófoba que era su familia. Es que cuántas cosas han pasado en esta serie, madre mía… ¡Toda una vida! Dice que ahora tiene miedo de que pierdan en los tribunales y entonces su nieta la abraza. TODOS LOS FEELS.

I’M HONESTLY FEELING SO ATTACKED RIGHT NOW

En medio de todo esto reciben una buena noticia, ya que Obama dice públicamente que está a favor del matrimonio entre personas del mismo género. Como comprenderéis eso es un apoyo alucinante para la causa que van a llevar a la Corte Suprema. Como mala noticia… una de las mujeres trans del grupo de Ken muere en un accidente de coche, pero su familia es regulera en lo de aceptarlo y se presenta al funeral llamándola él. ¡Vaya gente! Así que Ken visita a su antiguo grupo religioso (el que lo ayudó pero llevaba mal lo LGBT+ si os acordáis) y le pide ayuda a la mujer que lo acogió para que medie con la familia. Menos mal que accede porque en el fondo tiene buen corazón. Cuando el funeral acaba la cabecilla de su congregación le pide que la acompañe a Washington porque quiere estar también presente cuando anuncien la resolución sobre la proposición 8. Una vez allí Ken aprovecha para ver el monumento a los soldados muertos en Vietnam, donde está el nombre de Michael. El primer amor no se olvida, titis.

Efectivamente, la decisión es favorable al matrimonio entre personas del mismo género y se cargan la proposición 8. ¡A la mierda! Roma lo escucha en la televisión y se pone allí a gritar a los cuatro vientos, os juro que nunca la he visto tan contenta. Así que sale corriendo a comprarse un vestido. ¡Que se va a casar así en cuanto lo tenga o qué pasa! ¡Qué prisas! Pues sí, llega el día en que un montón de parejas homosexuales en California se van a casar y, entre ellas, están nuestras lesbicanarias.

A esto le llamo yo un buen beso de matrimonio

Además, las casa Tom Ammiano nada menos. ¡Toma castaña! Annie se emociona mucho y dice que han sido un ejemplo de amor a lo largo de su vida, que gracias por la familia que han formado. También está la hermana de Roma, y Cleve, y Cecilia, y Ken y hasta su vecino… TODOS. Es tope bonito, tías. Se abrazan los cuatro protagonistas juntos como estampa final de la serie porque han luchado por tantas cosas a lo largo de toda su vida que es normal emocionarse. El movimiento LGTB+ le debe un montón cosas a esta gente. De nuevo… RESPECT.

Le podríamos poner un marquito a la foto si fuesen los activistas reales y no actores y actrices

Al final unas letras en la pantalla nos recuerdan la decisión de la Corte Suprema en 2015 que declaró inconstitucional prohibir el matrimonio entre personas del mismo género en todo Estados Unidos y no sólo en California. Pero también señalan que queda mucho camino por recorrer en Estados Unidos (y, añado yo, en todos lados). Esta gente cambió el mundo y eso que no sabían cómo (según dice la banda sonora de la serie), simplemente por la fuerza de sus convicciones, así que le dan ganas a una de ponerse a ello a la de ya. ¿Qué os ha parecido la serie? ¿Tenéis algún pensamiento que compartir? Si todavía no la habéis visto, os animo a todas a que le deis una oportunidad porque bien lo merece.