Bienvenidas al resumen de esta semana de Sueños de Libertad, esa novelita que te hizo romper tu juramento sagrado de no volver a ver ninguna diaria después de la última pareja lésbica que termino en muerte, destrucción y sangre. Pero aquí estas, conmigo, fangirleando todo lo que tiene que ver con Marta y Fina. Y como Twitter se nos queda corto para comentar con amplitud las escenas, vamos con los «resúmenes» de lo que pasó esta semana (intentaré ponerme al día con los pasados en cuanto pueda).

Esta semana el mundo Mafin empezó volando alto, porque Marta y Fina por fin ha confesado que se gustan, se han besado y estamos en la quinta nube del coqueteo. Tú ya sabes lo que es eso, cuando la ves y se te salen por los poros las ganas de sonreír y estar lo más pegadita a ella que se pueda.

Y así precisamente están nuestras chicas. ¿Qué Fina está colocando unos perfumes? Pues hasta ahí se acerca Marta a una distancia de medio milímetro para explicarle como hay que acomodarlas mejor. Todo sea por el bienestar de la perfumería y sus ganas de trabajar y mejorar. No se crean ustedes que puede haber ningún otro motivo oculto, no.

Fina coqueteando con Marta

Digamos que, en el sutil arte del coqueteo femenino, Marta le lleva unas cuantas vueltas a Marta. Así que casi se le para tres latidos el corazón cuando la morena se gira y la mira con una sonrisilla de lado para decirle que «tiene muy buen gusto«. Igual no le sigue el juego y sigue hablando de trabajo diciéndole que si necesita ayuda se la puede pedir a Carmen. Pero Fina está on fire, así que le responde que mejor la llame para que venga a salvarla cual princesa azul.

Pero Marta le responde que no va a poder, porque tiene que ir a Madrid a revisar un cambio de escaparate y va a ser con Carmen. La verdad de una manera un poco cortante, así que Fina frena la acometida y le dice que no pasa nada. Pero cuando la rubia se va sin más, le pregunta si le pasa algo con ella. Porque claro, hace medio respiro era todo amor y ahora muralla de hielo.

Marta celosa de la relación de Fina con Gaspar

Marta se sincera y le dice que en la noche la vio con Gaspar y que, visto lo visto, ha decidido que igual es mejor poner un poco de distancia entre ellas. Fina de inmediato le asegura que ella ya decidió romper la relación ficticia que tienen. Que de hecho lo iba a hacer esa misma noche, pero su padre los lío y lo invitó a cenar y ya no pudo.

Marta: Es que para según que cosas nunca se encuentra el momento.
Fina: Marta, yo solo quería ahorrarle un disgusto a Gaspar, pero sobre todo a mi padre, a los dos, las cosas como son.
Marta: No vas a poder ahorrarles el disgusto a ninguno de los dos.
Fina: Ya lo sé, pero hay pasos que cuesta dar. Aunque estés convencida de que es lo que tienes que hacer.

Marta: Piensas en las consecuencias, en el qué dirán y entonces sigues y sigues. Y piensas que un día tendrás el valor para hacerlo y ese día nunca llega Fina. Y sigues y sigues adelante y luego piensas ¿bueno y ahora para qué? Y sigues tirando hacia adelante hasta que un día… un día lo único que puedes hacer es seguir en la jaula.
Fina: ¿Así es como te sientes tú? ¿Cómo en una jaula?
Marta: No lo demores más. No llegues a un punto en el que no haya marcha atrás. Hazme caso.

Esta conversación es muy bonita y me gustó mucho, porque a pesar de que en un principio Marta está ahí con una actitud de cerrar puertas. A la hora de la verdad termina siendo sincera en sus sentimientos con Fina. Pero además, porque para variar, en esta ocasión, la que tiene experiencia es ella.

Marta ya sabe lo que es ocultarte tan dentro de ti misma para hacer lo que todos los demás consideran que es lo mejor que se te olvida quien eres. Y sí, le da rabia y celos que Fina esté aunque sea de mentiras con Gaspar. Pero creo que le da más asfixia y dolor pensar en que, la persona a la que ama y la hace sentir libre por unos minutos en su vida, pueda terminar en la misma posición que ella.

Ella quiere cuidar de Fina y que la morena siga siendo la persona que la enamoró. Y sabe que, si sigue por ese camino, va a terminar enredada en una jaula de la que a lo mejor luego ya no sabe como salir. Como le pasó a ella.

Marta invitando a Fina a un café

Más adelante, en el descanso, Marta se acerca hasta la cafetería donde Fina se está tomando el café para invitarla a beberse uno con ella. Le dice que se le ha quedado mal cuerpo con su conversación. Así que le pide un café a Gaspar y le dice que va pillando mesa para las dos en lo que Fina se cambia de la barra que era donde estaba sentada.

Gaspar aprovecha el momento para decirle a Fina que, lo pasó muy bien y que la próxima cena debería ir en su casa para que conozca a su madre. Así que la morena empieza a darse cuenta de que, como no corte por lo sano, Gaspar puede salir muy dolido de la situación, porque está más claro que el agua que él quiere más.

En eso se acerca Marta y Gaspar le pone el café y aprovecha para preguntarle si va a ir con su marido a la boda de su hermano. Marta le responde que no, que su marido está embarcado como siempre y él le dice que es una pena porque a esos eventos da más gusto ir acompañado.

Marta: Ya me he acostumbrado, es la vida que me ha tocado vivir y la vivo.

Marta pensando en siete maneras diferentes de matar a Gaspar

Marta se va a la mesa otra vez y Gaspar aprovecha para comentar que tiene que ser una mujer muy solitaria y tener una vida tremendamente desgraciada. Y a Fina eso le sienta fatal, así que por fin agarra el toro por los cuernos y le dice que no va a ir a su casa y que es hora de cortar por lo sano.

Gaspar se sincera con ella, le dice que él no quiere parar, que ella es una mujer maravillosa y que entiende que ella no siente lo mismo, pero tiene la esperanza de que lo llegue a querer con el tiempo. Fina utiliza las palabras que le regaló Marta y le contesta que, una vida llena de expectativas que no se cumplen es una jaula y ninguno de los dos se merece eso.

Gaspar se lo toma bien en la medida de lo posible, obviamente se siente dolido pero aún así le dice a Fina que la va a ayudar a explicárselo a su padre. Así que los dos se toman de las manos y eso le sienta como una patada de mula a Marta que se va de la cafetería.

Lo siguiente que vemos es a Fina armarse de valor y con la ayuda de Gaspar decirle a su padre que le ha mentido. Que lo siente, pero que solo le dijo que estaba con Gaspar para que se quedara tranquilo. A él le da un poco el patatús, pero Gustavo le da un vaso de agua y le dice que no se va a quedar sola porque tiene muchos amigos como él que no la van a dejar desamparada. Él dice que los amigos tendrán casa y vida y ella se va a quedar sola. Pero al final promete dejarla en paz y no volver a molestarla con el tema de las relaciones.

Marta y Fina episodio 37

Fina intentando aclarar las cosas con Marta

El episodio 37 de Sueños de Libertad comienza con Fina llegando a la perfumería para contarle a Marta que está hecho, por fin le ha contado a su padre que ella y Gustavo no tienen una relación. Marta se sorprende de que haya dado el paso y de inmediato se preocupa por lo que pudo haber pasado. Pero Fina la tranquiliza diciéndole que su padre en un principio lo pasó fatal, pero que Gaspar se puso a echarle piropos y se le pasó en un momento.

Marta: A ver si al final te vas a acabar enamorando de verdad de él.
Fina: No Marta, no, sé perfectamente lo que siento.

Marta la felicita por ser tan valiente y Fina le dice que la única pena es que no puedan gritar a los cuatro vientos su verdad, porque cuando una por fin la dice se queda mucho mejor. Luego le dice que, una vez aclarado todo con su padre, también necesita dejar las cosas claras con ella. Así que se le acerca medio milímetro y ¡nos quedamos con las ganas de saber o que va a decirle porque llega Carmen!

Carmen se está quejando porque tiene mil cosas que hacer y Marta aprovecha para cambiar de planes, le dice que ya que está tan liada mejor se lleva a Fina al viaje y se marcha diciéndole a la morena que luego le confirma la hora.

Marta y Fina hablando en el hotel

La siguiente vez que las vemos, Marta y Fina han regresado de Madrid y han aprovechado para quedarse juntas en un hotel. ¡Por trabajo obviamente! No sean mal pensadas.

Marta le pregunta a Fina si le gusta el hotel, pero la morena no ha tenido tiempo de verlo porque sus ojos han estado muy ocupados analizando toda la anatomía de su jefa. Así que le responde que ella ahora mismo hoteles ve pocos, porque está encima de una nube rosa. Luego la toma de la cara con sus manos y procede a darle un beso que nos ha puesto a temblar hasta a nosotras, así que ¡imagínense a Marta!

Marta y Fina besándose en sueños de libertad

Las dos toman un momento para respirar y la rubia de inmediato empieza a desabrocharse la blusa pero se nota muchísimo que está de los nervios. Así que Fina la toma de las manos y le dice que ella le ayuda y Marta confiesa que está hecha un flan. Fina le dice que es normal que esté nerviosa y Marta le pide disculpas, pero la morena de inmediato le quita presión al tema diciéndole que si no pasa nada esa noche no hay problema, porque siempre pueden volver a poner la excusa del trabajo para volver al hotel.

Marta le asegura que está donde quiere y con quien quiere estar, pero que esta relación es muy nueva para ella. Y no precisamente porque sea una novata en el tema de las relaciones, sino porque Fina le hace sentir cosas diferentes. O mejor dicho la hace sentir y eso es una novedad en su vida, una que la hace sentirse más emocionada, pero también más vulnerable y nerviosa.

Marta: Creo que tienes razón, que necesito ir despacio.
Fina: Claro, lo que tú necesites.

Marta le confiesa a Fina que piensa que el tema del sexo y las relaciones no se le da bien. Que con su marido nunca funcionó. Fina le pide que no se agobie, pero Marta no quiere que les pase lo mismo a ellas dos, no quiere decepcionar a Fina por nada del mundo.

Fina: Ya está, hoy nada de maridos, ni de novios de mentira. Porque ¿sabes qué? Al miedo se le combate con mucho cariño.
Marta: Y muchos besos.

Adoro esta escena porque, creo que nos queda muy claro que Marta tiene miedo porque las relaciones y el sexo no le han salido «naturalmente» nunca. Porque ha sido todo una tarea y eso ha hecho que las cosas con su marido sean un mero trámite. Y eso le provoca inseguridad, porque tiene miedo de que las cosas con Fina le salgan igual. Pero en lugar de toparse con una mala cara o mal rollo porque las cosas de primera mano «no fluyen», Fina combate sus miedos con su cariño. Y eso hace que Marta empiece a relajarse y se sienta mucho más cómoda con la situación.

Fina le hace sentir que tener sexo con ella no es una obligación. Es algo que las dos van a hacer cuando les apetezca a ambas y no pasa nada si este no es el momento. Porque su relación es mucho más profunda que eso, el sexo solo es una pequeña parte de la conexión que tienen juntas. Así que dejarla de lado de momento no va a dejar traumatizada a ninguna de las dos.

De hecho a Fina le basta y sobra con ver a «Doña Marta» finalmente entre sus brazos. Las risas y buen rollo las llevan a acostarse en la cama para seguir hablando más cómodas. Marta le pregunta a Fina cuando se dio cuenta que le gustaba por primera vez y la respuesta la sorprende.

Marta: Desde siempre. Te admiro desde que era una niña. Siempre tan independiente, tan sofisticada, tan elegante, tan lejana.

Miento si digo que no me encantó la idea de pensar en una Fina pequeñita mirando con ojos de corazón a Marta. Y si a ustedes también les apetece imaginárselo, les recomiendo leer este fanfic que es muy mono y les va a poner fácil las cosas.

Fina quiere saber qué cosas le gustaron a Marta de ella y esto es lo que le contesta su jefa:

Marta: Que eres muy alegre, tu boca, tu sonrisa contagiosa cuando te ríes de cualquier tontería de Carmen. Cuando te apartas el pelo por encima de los hombros. Cuando intentas controlar ese carácter tan peleón que tienes.

En resumen, que le gusta todo. No la vamos a culpar por eso, nosotras estamos igual.

Las chicas siguen hablando de sus cosas y haciéndose arrumacos mientras platican. Marta le dice a Fina que quiere conocer absolutamente todo de ella y luego, le pregunta si de verdad está bien si solo se abrazan esa noche. Marta le contesta que no tiene ninguna prisa, porque tienen toda la vida por delante y las dos terminan haciendo la cucharita.

¿Me estoy pasando con las fotografías en este resumen y se les están acabando los gigas? Las culpas a las actrices, ¿Quién les manda hacer escenas tan monas? No puedo controlar las ganas de dejar inmortalizadas todas las escenas.

Marta y Fina duermen abrazadas

Marta y Fina episodio 38

El episodio 38 lo empezamos con Fina y Marta con el subidón de haber pasado la noche abrazadas y juntas. Eso sí, Marta se arrepiente de haber madrugado tanto, porque han perdido preciosos instantes en los que podrían haber estado más pegadas que un chicle bazooka en verano a la calzada.

Fina: ¿La próxima vez?
Marta: Ya lo estoy deseando. Ha sido la mejor noche de mi vida.

Ay Marta, si tu supieras la noches que te van a caer. Ejem, pero mejor no pensar en eso que este es un resumen decente. Estábamos en la quinta nube cuando se oyen unos tacones y ¡gracias a la vida por eso! Porque apenas les da tiempo a poner medio milímetro de separación antes de que entre Carmen en escena.

Y hablando de Carmen, casi les provoca un ataque cardiaco cuando les dice que disimulan fatal y que «se les nota» que en ese viaje han habido cositas. A Marta le entra el gay panic y Fina en plan super digna, pero la pobre de Carmen se refería a que creía que se habían ido de vinos juntas. Igual el susto quien se los quita.

Más adelante, Fina se pasa por la oficina antes de que Marta se vaya a la boda de su hermano y como la jefa le dio la tarde libre a su secretaria se quedan a solas. Marta le dice que tenía la esperanza de que pasara y las dos vuelven a besarse, porque aprovechan cada medio segundo que tienen alejadas de los ojos ajenos para hacerlo suyo.

Fina le pregunta por qué no se ha arreglado todavía y Marta es que no tiene muchas ganas de ir a la boda. Es algo importante para su hermano y por eso lo va a acompañar, pero ya sabe que no será perfecta porque Fina no puede estar ahí acompañándola. Entonces las dos hablan de como han imaginado poder hacer algo así y como al final siempre sale mal, porque claro, un amor como el suyo no se puede exponer en público.

Fina: A quien vamos a engañar, nosotras nunca podremos tener una relación como las demás.
Marta: Mientras estemos juntas ¿Qué nos importa?
Fina: Claro que importa Marta, claro que importa. No podremos pasear nunca cogidas de la mano, ni besarnos en público. Ni si quiera cenar con nuestras familias en navidad.
Marta: Bueno no hables de eso ahora. En lo único que quiero pensar es en nuestra próxima escapada a Yescas.
Fina: Ya lo sé. Y yo me muero de ganas, tantas como tú, pero ya sé lo que es esconderme. Y Marta, quiero que seas consiente de que va a ser muy duro.
Marta: Lo sé, soy una mujer casada, somos dos mujeres y todo esto es una locura. Pero yo no quiero dejar de sentirme feliz. Hoy no Fina. Creo que tenemos que centrarnos en eso, en el ahora. ¡Jamás en mi vida me he sentido tan viva ni tan fuerte! Yo creo que antes jamás he estado enamorada. Era otra cosa. Pero nada parecido a esto y no quiero renunciar a ello. ¿Crees que estoy loca?
Fina: Totalmente loca. Tanto como yo. Esto nos va a poner a prueba a las dos Marta y tenemos que estar preparadas.

Fina y Marta besándose en la oficina

Sé que me repito pero es que ¡me encantan estos diálogos! Y eso a veces es muy difícil de ver, porque muchas veces se representa la realidad LGBTQ desde un prisma heterosexual, y es todo drama y destrucción o todo idílico. Pero es que en Sueños de Libertad, no sé quién está detrás del libreto peros mis respetos porque los diálogos son inteligentes, realistas y hay un equilibrio entre las dos cosas.

Es que, me puedo sentir identificada con las dos perfectamente. Con Marta porque me recuerda a mi yo de 19 años dándose cuenta por primera vez que no es que ella fuera alguien «muy centrada en su carrera», es que nunca me había enamorado. Que el que siempre pusiera las relaciones en el último nivel de mis prioridades era porque no conectaba con los chicos y como no entendía que habían otras opciones era simplemente algo que descartaba como una cosa que «tendría que pasar» pero que no me venía bien.

Y de repente ¡BOOM! conocí a Enny y se me abrió un mundo de colores que no sabía que existía y el subidón era intensísimo. Pero hace 20 años México se parecía bastante a esta España. Por lo que las cosas iban a escondidas y nadie podía entrarse. Así que por un lado el hype de descubrir que no tienes corazón de hielo y de sentir esas cosas que todas tus amigas te decían que les pasaba pero que a ti ni fu, ni fa. Pero por el otro la razón. Y ahí es donde entra Fina. Porque a ella ya le ha tocado vivir el otro lado de la moneda. No solo las partes bonitas, sino el lado feo de no ser lo que los demás esperan.

No es que Fina quiera bajar a Marta de la nube, es que quiere prepararla, porque sabe que se las van a ver negras. Que van a batallar el triple que los demás y que los momentos juntas se los van a tener que ganar a pulso. Por esto he abandonado mi abstinencia de novelas. Porque ¿saben lo difícil que es encontrar algo en lo que te veas realmente reflejada en televisión como mujer lesbiana? Bueno sí, sí que lo saben porque ustedes también lo han vivido, pero ya me entienden. A mi yo de 19 le hubiera encantado ver esta serie, así que, con su permiso, mi yo de 20 años después la va a fangirlear con todo lo que tiene.

Marta y Fina episodio 39

Marta «disfrutando» de la boda de su hermano

El episodio 39 lo comenzamos con Marta aburriéndose como una ostra en la boda de su hermano. Sobre todo porque la fauna entera del lugar no hace más que preguntarle por su marido y verla con ojos de lástima cuando les dice que sigue de viaje. Tiene un momento cuando se encuentra con su cuñada Begoña y ambas se ponen a platicar del calca y pega que son las bodas y lo poco que se disfrutan.

Marta: Lo de después no te lo cuenta nadie.
Begoña: ¿Te refieres a la noche de boda?
Marta: Bueno y a la idealización del matrimonio. Pero sí, ya que lo dices, la noche de bodas se merece un capítulo aparte. Especialmente para nosotras.
Begoña: Bueno, para ellos también es importante ¿no?
Marta: Supongo, pero a ellos nadie les pide que lleguen vírgenes al matrimonio. Así que la mayoría al menos ya saben a lo que van. Con tanta idealización las decepciones son inevitables. Da igual que sea la noche de bodas o los días de después.
Begoña: Tienes razón, nadie nos explica que las bodas no son un camino de rosas precisamente. Aunque yo no tengo queja del mío con Jesús.
Marta: Aunque te quejases un poco tampoco sería grave. Deberíamos decirle al autor de la boda que ponga una norma. Que por un día pudiéramos elegir nosotras a nuestro acompañante.
Begoña: Lo que deberíamos hacer un día es escribir nosotras nuestra propia historia, sin que nos importe lo que digan los demás.
Marta: Brindo por ello.

Esta plática nos sigue dando contexto sobre el matrimonio de Marta y como las cosas no han ido bien desde el minuto cero entre ella y su marido. Pero además, Begoña sin querer le da ánimos a Marta para seguir su corazón más allá de las convenciones sociales. Así que en cuanto se queda sola decide hablar por teléfono a la tienda y creo que todas tenemos claro a quien llama, aunque la novela no nos lo dice.

La siguiente vez que vemos a las chicas están en el hotel. Marta se ha escapado de la boda y Fina acaba de llegar después de haber recibido la llamada de su chica. Ha sido tan de improvisto que no le ha dado ni tiempo de cenar. Pero lesbiana preparada vale por dos, así que Fina se lleva un queso y un poco de pan y como Marta se había robado un Champagne de la boda pues ya están servidas. Fina apunta que solo les faltan los bollos, pero yo no sé por qué lo dice porque yo veo dos. Igual alucino.

Eso sí, el tema brindis y cena les dura medio segundo porque digamos que las dos tienen más hambre de estar juntas que de otra cosa. Así que sin más dilación dejan las copas de lado. Eso sí, Fina se asegura de preguntarle a Marta si está segura de dar el paso. Pero esta vez, Marta tiene las cosas más claras que nunca, así que las dos empiezan a besarse.

¿Ha sido monísimo? Sí. ¿Nos han dejado a deber con la escena de sexo? También. De momento se los vamos a perdonar porque lo han hecho todo bien y oye, en algo tenían que bajar el nivel un poquito. Además, como diría Fina, tenemos toda una vida para solucionarlo. ¡Vamos a ser pacientes!

Marta y Fina episodio 40

Marta y Fina despertando en el hotelito del amor

El episodio 40 de Sueños de Libertad lo comenzamos con Marta y Fina despertando juntas en el hotelito del amor. Marta lleva un ratito mirando con cara de adoración a Fina cuando esta abre los ojos y lo único que les pesa es que tienen que ir a trabajar. Las dos se quedarían ahí el resto de sus vidas.

No sabemos si les durará tanto, pero otra semana sí que la tenemos asegurada porque Marta ya la ha reservado. Como se nota que la señora no escatima a la hora de sacar la cartera.

Fina: ¿Otra semana más?
Marta: Si quieres podemos volver esta noche.
Fina: Pero si con lo que cuesta una semana aquí se puede pagar un piso entero en Madrid.

Marta se viene arriba y de inmediato piensa que el tema departamento puede ser perfecto para su situación. Pero como ella es señora de alta alcurnia lo llama «garçonnière» como los franceses. Aunque a ella lo de Francia le trae malos recuerdos.

Marta: Ahora mismo podrías estar en París, con Ester.
Fina: ¿Y perderme esto?
Marta: A veces me da algo de pena que el motivo por el que te quedases fuera la salud de tu padre. Aunque así podamos estar juntas.
Fina: Pero si también me quedé por ti boba. Aunque Ester decía que tú no te atreverías a dar el paso.
Marta: Pues ya le puedes decir a Ester que estaba muy equivocada. Y estoy dispuesta a alquilar ese pisito para que podamos encontrarnos siempre que queremos.

Marta y Fina hablando seriamente

Fina de inmediato intenta pararle los pies a Marta porque sabe que se está viniendo muy arriba. Le recuerda que, si las descubren, podrían terminar en la cárcel. Pero Marta insiste en que, precisamente, si tienen un piso no las descubrirían. No tengo muy clara yo su estrategia y me temo que Fina tampoco.

Marta quiere imaginarse cómo podrían vivir juntas sin fingir continuamente que son primas para quedar pero Fina sabe que eso es un imposible y no quiere ilusionarse con algo así.

Marta: Me gustaría poder vivir este amor sin escondernos. Me escaparía contigo al fin del mundo. Pero tú sabes que esa no es la solución ¿verdad? No nos queda otra que aceptar lo que hay y yo no quiero que sufras.

¿Se avecina drama? Pues sí, pero yo estoy cegada y en una nube como Marta, así que me niego a verlo hasta que me caiga el chaparrón encima. Y ustedes me acompañan ¿a qué sí?

Un par de horas después, las dos llegan a la tienda haciendo pucheros porque se les ha acabado su momento a solas. Así que, cuando se abren las puertas «doña Marta» regresa a la boca de Fina. Eso sí el coqueteo no termina porque están solas en la tienda y totalmente on fire

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Pero como siempre, Carmen está ahí para volvernos a la cruda realidad. Y en todos los sentidos, porque además está molesta (y admitamos que con razón) porque de repente ha pasado a ser un cero a la izquierda para doña Marta que ahora se quiere llevar SIEMPRE a Fina con ella de viaje.

Carmen sufre porque piensa que es porque ha vuelto con Tasio y Doña Marta piensa que, como se va a casar en un futuro, ya no tiene mucho futuro en la tienda. Fina intenta por activa y por pasiva convencerla de que no es así, pero no consigue disuadirla de hablar con Marta. Así que problemas a la vista.

Las cosas se ponen feas porque cuando hablan Carmen y Marta no se entienden. Porque claro, Marta está buscando que no se le acabe el hotelito del amor y a Carmen la pone mala su repentino favoritismo con Fina. Así que Marta termina amenazándola con que, si no trabaja como siempre la va a despedir y Carmen se va cabreadísima.

Y así nos quedamos esta semana en Sueños de Libertad, con Marta y Fina en una nube pero con el piso acercándose muy rápido a su relación. ¿Cuál fue su momento favorito de la semana?

Las escenas en vídeo de Marta y Fina en esta semana de Sueños de Libertad

El tweet Mafin de la semana

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