Celia y Aurora fueron la primera pareja lésbica de la serie diaria de televisión española Seis Hermanas. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre ellas para ponerte al día.

¿Sobre qué trata Seis Hermanas?

Seis Hermanas, como su nombre bien nos dice, nos contaba la historia de las hermanas Silva que vivían en el Madrid de 1913. Se llaman Adela, Blanca, Diana, Francisca, Celia y Elisa y son hijas de un rico empresario textil llamado Fernando Silva. Las chicas son huérfanas de madre y su vida privilegiada cambia por completo cuando su padre muere y descubren que la fábrica está a punto de la quiebra.

¿Quién es Celia Silva?

Celia Silva en Seis Hermanas

Les presento a Silvia en Seis Hermanas

Celia Silva (Candela Serrat) es una de las seis hermanas Silva. Cuando su padre murió estaba a punto de irse a Paris a estudiar literatura, pero con la muerte de éste sus planes cambiaron y se quedó para ayudar a sus hermanas con el negocio familiar. Es la más discreta de las hermanas y siempre se ha centrado en leer y estudiar. No entiende una sociedad en la que se tenga que depender tanto de los hombres, ya que ve a las mujeres capaces de hacer todo por si mismas sin necesidad de casarte o tener novio como algo impuesto por norma general. El personaje es interpretado por Candela Serrat.

¿Quién es Aurora Alarcón?

Aurora Alarcón en Seis Hermanas

Les presento a Aurora Alarcón

Aurora Alarcón (Luz Valdenebro), es una enfermera que trabaja en la clínica del doctor al que envían a Celia cuando descubren que le gustan las mujeres. Aurora es una mujer feminista y que tiene las cosas muy claras. Pero siente que su mejor opción es vivir escondiendo su identidad para poder ser feliz.

Cuando conoce a Celia se enamora de ella casi inmediatamente, pero ¿será capaz de salir del armario?

Los inicios con Celia enamorada de Petra

Celia y Petra platicando

Celia y Petra platicando en Seis Hermanas

Para entender bien la historia de amor entre Celia y Aurora tenemos que remontarnos en el tiempo y hablar sobre cómo se dio cuenta Celia que le gustaban las mujeres. Y para eso hay que ir unos cuantos episodios atrás. Porque aunque esa relación nunca floreció, fue precisamente lo que hizo que Celia y Aurora se conocieran.

Celia y Petra (Carlota Olcina) se conocen trabajando en la fábrica trabajando como obreras. Las dos no podrían ser más diferentes, porque mientras Celia piensa en ser independiente, el sueño de Petra es casarse con su novio y ser una buena esposa. Pero eso no es ningún impedimento para que se hagan muy buenas amigas.

El problema comienza cuando Petra se compromete para casarse con su novio Miguel y Celia empieza a darse cuenta de que está celosa. Pero no porque Petra tenga novio y ella no, sino porque siente cosas por Petra. Así que Celia se abre con su hermana Francisca y le cuenta la verdad.

Francisca:¿Qué te pasa Celia? ¿A qué viene esa cara? Llevas varios días así.
Celia: Nada, son cosas mías Francisca, no tienen importancia, no sé si la tienen.
Francisca: Bueno, sino me lo cuentas no te puedo ayudar.
Celia: ¿Estás segura que quieres que te lo cuente?
Francisca: Venga, sin miedo, sabes que sea lo que sea te voy a entender.
Celia: De eso no estoy tan segura… No soporto ver a Petra con Miguel. Siempre ha sido un poco incómodo pero hoy he tenido un disgusto horrible.
Francisca: Pero eso se llama tener celos Celia y es natural, yo a veces también siento celos cuando veo lo bien que te llevas con Petra pero es normal.
Celia: Pero es que no son celos de amiga Francisca, aquí hay algo más.
Francisca: ¿Tienes celos de que Petra tenga novio y tu no?
Celia: Eso pensaba yo al principio, pero hoy he visto que no es así. Tengo celos de Miguel porque él puede pasar todo el tiempo que quiera con Petra y yo no.
Francisca: Pero es normal Celia, Miguel es su prometido, es lógico que lo elija a él antes que a ti, aunque sea un fastidio. ¿Cuál es el problema?
Celia: El problema es que a mí me gustaría ocupar su lugar.
Francisca: ¿El de Miguel?
Celia: Sí. Mira, Carmen de Burgos me habló de dos mujeres gallegas que se habían casado porque estaban enamoradas. Una de ellas se vistió de hombre sino hubiera sido imposible. Pero lo importante Francisca es que esas dos mujeres se amaban.
Francisca: Pero Celia, ¿Tú amas a Petra? ¿La amas así?
Celia: Sí…

El único remedio que encuentra Celia para su situación es alejarse de Petra lo máximo posible. Algo que hace que las dos discutan muchísimo y que Petra se sienta fatal, porque al no entender los motivos de Celia piensa que es porque «la niña rica se aburrió de convivir con la trabajadora». Pero al final Celia reconsidera su postura y le pide una disculpa a Petra. Así que va de la mejor amiga sacrificada.

Al menos hasta que un día Petra se pone a leer el libro de relatos de Celia y ve que dice que está enamorada de una mujer. Petra se lo toma mal y cuando llega Celia un poco la interroga. Pero viendo que no le ha sentado bien, Celia decide mentir y decir que es solo un relato que ha escrito. Así que Celia sigue sufriendo en silencio y confiando en su hermana.

Francisca: ¿Y a ti qué te pasa? ¿Es por Petra?
Celia: Francisca, yo no pensaba que pudiera sentir esto.
Francisca: ¿Tú estás segura de que lo que sientes es amor? A lo mejor equivocas sentimientos Celia.
Celia: Mira, yo cuando os veía hablar de los muchachos que os gustaban pensaba que ya llegaría alguno que me gustara a mí, pero no llegaba. Y entonces pensaba que era demasiado exigente o quizás demasiado tímida pero ahora veo que era simplemente porque buscaba en el lugar equivocado.
Francisca: Madre mía, con lo que se sufre por amor. No me quiero ni imaginar lo que estás padeciendo tú.

Las cosas se complican aún más cuando Petra se mete en problemas porque su madre se roba unos vestidos y deja a Petra con la deuda. Por supuesto, Celia de inmediato acude a ayudarla y consiguen que los jefes le permitan pagar la deuda lavando y planchando ropa. Así que las dos se ponen a trabajar como locas. Y en medio de todo eso se da esta conversación.

Petra: ¿Estás bien?
Celia: No pasa nada… Lo siento mucho Petra, te prometo que había venido a ayudarte y no hago más que darte problemas.
Petra: ¿Pero que problemas vas a dar tú? Anda, desahógate, te vas a sentir mucho mejor.
Celia: No sé si debería haber venido, así no te sirvo de mucha ayuda.
Petra: ¿Y dónde estarás mejor que aquí? Y además, ¿quién te entiende mejor que yo?
Celia: Nadie.
Petra: Si es que es mi mejor amiga.
Celia: Y tú lo eres todo para mí. No me imagino mi vida sin ti.
Petra: Que bonito, como se nota que escribes.
Celia: Pero si es verdad Petra. No paro de pensar en ti y cuando no estoy contigo rezo para que las horas pasen más deprisa y pueda volver a verte…

Celia y Petra en Seis Hermanas

Celia besa a Petra por sorpresa

Petra se toma bastante mal el beso. Y las dos terminan discutiendo. Además, Petra se lo cuenta a su novio y la cosa va a peor porque él va a reclamarle y se forma un escándalo. La situación hace que Celia entre en depresión e intente suicidarse y sus hermanas se preocupan tanto por ellas que lo único que se les ocurre es llamar a un médico para que «la cure». Celia está de acuerdo con esta decisión y empieza con una terapia para «curar su homosexualidad».

Es ahí, donde se encuentra por primera vez con Aurora que es la enfermera del doctor que le está aplicando el tratamiento.

La historia de amor entre Celia y Aurora

Celia y Aurora se conocen en el consultorio del doctor que está dándole la terapia de conversión a Celia. Aurora es su enfermera, pero no sabe por qué está en terapia la paciente. A medida que Celia sufre la terapia de electroshock, Aurora se va acercando a ella, apoyándola y aconsejándole que mienta con todos sus dientes para librarse de esa situación.

Aurora aconsejando a Celia

Aurora aconsejando a Celia en Seis Hermanas

Aurora: Yo he pasado por lo mismo que usted. Por la misma terapia, el mismo sufrimiento.
Celia: ¿Usted recibió sesiones de terapia electroconvulsiva? ¿Y consiguió curarse?
Aurora: No, por la sencilla razón de que yo no estoy enferma y usted tampoco lo está.
Celia: No Aurora, yo sí que estoy enferma, muy enferma, y no solo lo dice el doctor Uribe, también lo dicen mis hermanas y todo el mundo.
Aurora: No Celia, usted no está enferma, créame, lo sé bien. Yo pasé por el mismo tratamiento, por el mismo motivo que usted.
Celia: ¿De verdad?
Aurora: Nos gustan las mujeres, sí, pero eso no significa que estemos enfermas.
Celia: ¿Y cómo ha conseguido llevar una vida normal?
Aurora: Como tendrá que hacer usted, disimulando.

Aurora ayuda a Celia presentándole a un amigo que en su momento también se hizo pasar por su novio. Así que los dos se ponen de acuerdo con lo que será su historia de ahí en adelante. Gracias a ese plan, Celia consigue deshacerse de la terapia de electroshock. Eso sí, tiene que seguir yendo de vez en cuando con el doctor para «controlar».

A medida que pasan los días, la amistad de Celia y Aurora va creciendo cada vez más. Porque las dos tienen muchas cosas en común y las dos han pasado por el mismo tipo de experiencias. Celia sigue sufriendo por la indiferencia de Petra y Aurora le cuenta que todo va a pasar, que en su momento ella pasó por lo mismo.

Aurora: Nunca he creído que haya un solo amor para cada persona. Cuando lo de Petra sea un mero recuerdo estarás preparada para encontrar a alguien que te haga verdaderamente feliz. ¿Quién sabe? A lo mejor ese alguien está más cerca de lo que piensas.

Aurora besa a Celia por primera vez en Seis Hermanas

Aurora besa a Celia por primera vez

A partir de ese momento todo empieza a ser solo miel entre Celia y Aurora que comienzan a consolidar su relación. Celia está todavía algo confundida entre sus sentimientos por Petra y Aurora. Pero la enfermera está enamorada hasta los huesos de ella y las dos de momento son bastante felices.

Petra le pide disculpas a Celia por todo lo que pasó y le dice que quiere que vuelvan a ser amigas, pero Celia no se siente preparada porque todavía está muy dolida por todo lo que ha pasado.

El único problema que tienen en su relación es que se tienen que seguir escondiendo porque su relación está prohibida. Así que todo lo llevan en el más absoluto de los secretismos.

Celia y Aurora besándose en el dormitorio

Celia y Aurora besándose en el dormitorio

Celia: Sabes, si pudiera volver atrás y cambiar todo lo que pasó con Petra para ahorrarme todo el sufrimiento no lo haría, porque entonces no te hubiera conocido y no sería tan feliz.
Aurora: Ahora olvídate de todo eso.
Celia: ¿Tú crees que algún día podremos ir de la mano por la calle sin que nos insulten y nos miren como a unas apestadas?
Aurora: Mucho pides tú. Me da que sueñas con un mundo que no vamos a conocer ni tú ni yo.
Celia: Pero es que me niego a pensar que todo el mundo piensa igual. Yo creo que hay gente más comprensiva, con más amplitud de miras.
Aurora: Pues dime donde, ¿o acaso no recuerdas como reaccionó tu propia familia con lo de Petra?
Celia: Ese es precisamente el ejemplo de que la gente puede cambiar. Mi hermana Diana lo ha hecho, ¿por qué no lo demás?

Pero aunque estar juntas de manera abierta es un sueño, ambas saben que es uno imposible, así que siguen escondiéndose. Las cosas se complican cuando Petra se queda sin casa y le pide asilo a Celia en la suya. La Silva, por supuesto que le dice que sí, que por algo son amigas. Pero a Aurora no le hace nada de gracia. Para colmo, en un momento dado, Petra descubre a Celia y Aurora besándose.

Sin embargo, ahora Petra está saliendo con un hombre casado, y estar en una relación que nadie comprende le hace ser mucho más comprensiva con Celia. Así que le promete que ella no le va a contar a nadie que está saliendo con Aurora.

En teoría, todo tendría que ir bien, pero mientras que Petra y Celia comienzan a unirse cada vez como amigas, Aurora se va a alejando de Celia porque piensa que sigue enamorada de Petra y no puede con los celos. Las dos empiezan a tener problemas por ese tema, pero al final Aurora consigue controlar los celos y Petra vuelve a casa de su padre.

Por motivos familiares, Aurora tiene que regresar a su pueblo y en ese tiempo, Petra muere desgraciadamente. Celia está desconsolada y Aurora no aparece por ningún lado. Así que solo le queda el consuelo de sus hermanas. Pasados días, Aurora vuelve y las dos tienen una conversación muy seria. Celia admite que seguía sintiendo cosas por Petra y por eso le ha dolido tanto su muerte. Aurora por su parte, le confiesa que su familia está en la quiebra y la única manera de mantener su casa es que ella se case con un hombre. Así que es precisamente lo que va a hacer.

Celia y Aurora besándose

El beso de despedida entre Celia y Aurora

Cuando Aurora se va Celia se centra en su vida como sufragista y eso le trae toda clase de problemas. Pero nada que no sea solucionable. Lo que sí le duele en el alma es recibir una carta de Aurora en la que le dice que se ha casado y que no ha sido una experiencia tan horrible como ella pensaba.

Celia intenta seguir con su vida pero se le dificulta mucho porque siente que nadie la comprende.

Querida Aurora. He empezado a escribirte decenas de veces y otras decenas he roto en pedazos mis cartas. No te lo voy a negar, me duele saber que eres feliz en tu matrimonio. Me duele saber que esperas un hijo y me duele echarte tanto de menos, pero solo tú me puedes entender. Me siento tan sola…

Pero lejos de recibir apoyo, casi que se le clava más el puñal cuando recibe cartas de su ex novia.

Querida Celia, cada día estoy más ilusionada con mi futura maternidad. A mi marido le gustaría que fuera una niña pero yo prefiero un niño, su vida sería más fácil. A menudo me acuerdo de ti y eso me afecta. A medida que se acerca el nacimiento del niño prefiero hacer borrón y cuenta nueva. Quiero cortar con un pasado del que no puedo darle cuenta a nadie. Para seguir adelante he de renunciar a tu recuerdo y a lo que representas, mi pasado debe morir así que esta será mi última carta.

En medio de todo esto conoce a un chico llamado Victor Dumas y poco a poco empieza a hacer muchas migas con él. Dumas es un poco excéntrico, pero también muy culto e interesante. Así que cuando la besa, Celia se siente confundida. Pero le dura poco, ella termina confesándole que le gustan las mujeres y las dos quedan como amigos.

Pasa más tiempo y Celia se encuentra con el hermano de Aurora en Madrid, así que decide preguntarle si su hermana está bien. Él le dice que sí, que está muy contenta con su marido y a punto de tener un bebé. Celia le pregunta si se ha cambiado de casa porque no le responde las cartas, pero él le asegura que no. Aurora no le responde porque no quiere.

Pasado un par de días, Aurora se presenta en la casa de Celia, pero no es para reencontrarse con ella, sino para pedirle que la deje en paz.

Celia: Merceditas me dijo que me iba a alegrar de ver quien había venido a verme pero nunca pensé que fueras tú. ¿Qué tal el embarazo?
Aurora: Bien, gracias… Celia, yo quería hablar contigo.
Celia: Claro, dime. ¿Has recibido mis cartas? Porque te mande un par y no he recibido respuesta.
Aurora: He venido a Madrid a visitar a mi hermano Camilo y a su familia.
Celia: Pues me alegra que hayas decidido venir a verme.
Aurora: No me has dejado otro remedio. Andas importunando a mi hermano haciéndole preguntas sobre mí.
Celia: Simplemente le pregunté si tenía tu dirección… Te mandé una carta muy importante y como no recibí nada de vuelta.
Aurora: ¿No crees que eso se debe a que no quiero saber nada de ti?… … Celia Ahora mi vida es diferente. Lo nuestro se ha acabado, creo que fui lo suficientemente clara en nuestra última conversación y en mi última carta.
Celia: Aurora, yo no quiero molestarte…
Aurora: ¡Pues no lo hagas! Celia, tengo un marido y voy a tener un hijo y todo eso puede echarse a perder si andas haciendo preguntas sobre mi.
Celia: No, yo no soy peligrosa.
Aurora: La única manera que no lo seas es dejándome en paz.
Celia: ¿Pero que hay de malo que dos amigas se manden cartas? O ¿es que ya ni siquiera somos amigas?
Aurora: No, no lo somos. Prométeme que vas a desaparecer de mi vida del todo. No más cartas, no más preguntas a mi hermano… Yo ya no existo para ti.

Después de ese desplante, Celia intenta por todas las maneras posibles olvidarse de Aurora y no vuelve a escribirle o a intentar contactar con ella. Pero alguna vez se encuentran y Aurora sigue con su perorata de «estoy feliz con mi marido».

La siguiente vez que se encuentran es porque Aurora se pasa a casa de Celia a decirle que está intentando olvidarla, que la odia y que la deje en paz. Celia se queda un poco sorprendida porque ella ya no ha hecho nada para merecerlo y se queda bastante triste cuando se va Aurora. Pero no le da ni tiempo a reponerse cuando 3 segundos después Aurora vuelve y la besa.

Aurora besa por sorpresa a Celia

Aurora besa por sorpresa a Celia

En ese momento Aurora decide no regresar a casa con su marido y quedarse con Celia, al menos de momento. Su plan es luego mudarse juntas a Arganzuela, donde Celia va a empezar a trabajar como maestra y olvidarse del mundo.

Y así lo hacen. En cuanto pueden, se van a vivir a Arganzuela y de momento todo le va rodado. Lo único que se les dificulta es que Aurora tiene muchísimos miedos y no consigue ser del todo feliz. Porque le da ansiedad que su esposo pueda descubrirlas, salir de casa, etc. Un poco que se rompa la burbuja rosa en la que están metidas.

Pero Celia tiene mucha paciencia con ella e intenta una y otra vez que se integre en el pueblo y que se vaya soltando.

Aurora: Celia… gracias por haber sido tan paciente conmigo.
Celia: No seas tonta.
Aurora: No, sé que no he sido la mejor de las compañías este tiempo.
Celia: Tenerte a mi lado y que hayas vuelto a mi vida es suficiente para mí.
Aurora: ¿Si?
Celia: ¡Sí!

Las chicas tienen un pequeño bajón cuando Lorenza las descubre, pero les dura medio minuto porque ella les promete que no le contará a nadie su secreto y las dos se quedan tranquilas.

Poco a poco Aurora comienza a recuperar su confianza, sobre todo cuando se da cuenta que el pueblo tiene una gran necesidad de servicios médicos y ella es enfermera. Así que convierte en su misión conseguir que la gente pueda acceder a los servicios que necesita. Tanto Celia y Aurora se vuelcan y consiguen, no sin algún peligro, llamar la atención publicando las historias de las personas que necesitan ayuda y organizando manifestaciones.

celia y aurora confiesan

Por un lado tienen éxito, porque consiguen la ayuda, pero por otro todos los ojos están en ellas y así es como el marido de Aurora consigue dar con ellas. Él no sabe por qué se ha ido su esposa y le dice que la puede perdonar y volver a estar juntos. Pero ella no quiere, claro que tampoco le puede decir que no. Solo le pide perdón y le dice que nunca tuvieron que haberse casado. Pero él sigue insistiendo e insistiendo.

Aurora consigue retrasar el momento diciéndole que tiene un embarazo de riesgo y él es tan persistente que llega un momento que Celia le propone que se vaya con él en lo que consigue organizar su viaje. Pero Aurora se niega en redondo y se molesta muchísimo con Celia por habérselo pedido.

Al final las dos hablan tranquilamente y Celia se disculpa por haber tenido esa idea. Pero el problema no se termina porque su marido sigue insistiendo en volver con ella y no atiende a razones. Aurora habla con un abogado, pero él le dice que, cuando el niño nazca, la patria potestad va para el padre, así que no hay manera de que pueda quedarse con su hijo si se divorcia.

Las dos siguen capeando el temporal como pueden hasta que pasa lo inevitable, el señor las descubre besándose y termina golpeando a Aurora. El drama sube a niveles bastante altos porque Aurora pierde el bebé y el hombre la secuestra, así que pasan meses con Celia contratando un detective para intentar buscarla y Aurora perdida.

Por fin vuelven a reunirse gracias al detective y de nuevo intentan hacer una vida normal dentro de sus posibilidades. Aurora intenta salir del cascarón y empieza a hacerse amiga de Marina. Pero a Celia le cae mal y encima se pone bastante celosa, lo que hace que vuelvan a tener problemas. Pero los solucionan rápidamente.

Celia: No sé como lo hago pero últimamente consigo poner en mi contra a las personas que más quiero. Aurora, háblame, no me gusta que estemos enfadadas.
Aurora: ¿Y qué quieres? ¿Qué actúe como sino hubiera pasado nada?
Celia: No, claro que no. Perdóname. Todo lo que dije de Marina no tenía derecho a decírtelo, lo sé. Puede que Marina no sea mi persona favorita en el mundo pero no soy quien para cuestionar tus decisiones y te prometo que a partir de ahora la respetaré, si tú quieres quedar con Marina yo lo acepto. No puedo prohibirte nada y no quiero prohibirte nada. No quiero volver a ser la persona celosa y egoísta que fui ayer.
Aurora: Yo también lo siento, ayer te dije cosas que no pensaba, ¿Me perdonas?
Celia: Claro.

Celia y Aurora felices besándose

Celia y Aurora felices besándose

La felicidad les dura muy poco porque las descubren y al final las dos deciden irse a Argentina para poder vivir en paz. Entonces la novela da un salto de un año en el que las dos en teoría si son felices pero nosotras no podemos verlo. Y regresan porque Aurora está muy enferma. De hecho se está muriendo. Las dos obviamente lo están pasando fatal y para colmo, el hermano de Aurora y ella misma deciden prohibirle a Celia volver a verla.

Celia: No me dejan ver a Aurora está en el hospital y no me dejan verla.
Rosalía: ¡Oh!… vaya…
Celia: El amor de mi vida se me va y yo… no puedo estar a su lado.
Rosalía: ¿¿Pero por qué??
Celia: Porque no soy familia suya, no hay ni un solo papel que diga qué represento en su vida, es tan injusto.
Rosalía: -suspiro- Señorita… yo no voy a engañarla, sigo sin entender esos sentimientos suyos hacia otra mujer.
Celia: Yo lo sé.
Rosalía: No puedo entender el amor que sienten la una por la otra pero… está claro que ese amor existe, que es real y que no importa si yo lo entiendo o no.
Celia: Gracias.
Rosalía: Y tiene usted razón cuando dice que es injusto lo que le están haciendo, pertenecer a una familia no puede depender de lo que diga un papel.
Celia: ¿Verdad que no?
Rosalía: Ustedes, las hermanas, han sido siempre mi familia, desde que nacieron, aunque no sean sangre de mi sangre, cada vez que una de ustedes sufría, yo sufría como si el dolor me lo causaran a mí y eso es ser una familia, creo yo.
Celia: Yo también lo creo.

Con ayuda de Blanca, Celia consigue entrar al hospital y ver a Aurora, pero ella la recibe mal. Le dice que no quiere verla y cuando Celia intenta hablar con ella le grita a la enfermera para que venga. Así que Celia se va llorando y Aurora se queda llorando también.

Celia y Aurora y la teoría de A Thousand Years

Nos alegra contarles que Luimelia también cumple con la teoría lésbica de A Thousand Years.

Nuestra entrevista con Luz Valdenebro

Curiosidades sobre Celia y Aurora

Celia estuvo enamorada durante un tiempo de su mejor amiga Petra. ¿Y por qué esto es interesante? Pues porque Petra estaba interpretada por Carlota Olcina una actriz que nos encanta y que ha formado parte de una de las parejas lésbicas más icónicas en la televisión española: Ana y Teresa. ¿Se acuerdan?

Además Carlota Serrat les ha enviado un saludo personalizado: