En el episodio pasado de Orange Is The New Black se armó el desmadre. Básicamente porque se declaró oficialmente una revuelta en todos los sentidos dentro de la cárcel. La cosa se ha puesto bastante peligrosa, yo vivo sin vivir en mí, porque la autoridad en Litchfield nunca ha sido mesurada y temo por la vida de todas las presas.

Ahora una que es toda una superviviente es Frieda, ya lo sabíamos por lo que hemos podido ver de ella en las temporadas pasadas, pero gracias a este episodio lo comprendemos mejor, porque descubrimos que desde que era niña su padre la ha estado preparando para sobrevivir con pruebas durísimas. No porque no la quisiera, sino porque es uno de esos locos que cree cuatro mil conspiraciones y es el único que está a cargo de ella. Así que Frieda está acostumbrada a que la deje de noche en el bosque y sin comida. ¡Mal rollito la verdad! pero por otro lado sí que le ha servido para sobrevivir en la cárcel.

Especialmente ahora que está encerrada y atrapada por dos de los guardias junto a las supremacistas blancas. Y es que con mucho ingenio y más inteligencia, Frida construye una especie de dardos con los que les dispara a los guardias y les hace creer que morirán de manera terrible como no la dejen salir. ¡Frieda uno, guardias cero!

Yo esperaba vivir un romance en esta temporada y me lo han cambiado por esto….

Mientras tanto, las latinas han organizado una reunión en la capilla/salón de actos de la cárcel. Y para empezar llevan a todos los guardias que han conseguido atrapar con los ojos tapados y atados. No es un buen día para ser guardia en Litchfield. Y pasamos de ese momento «vamos a liberarnos de unos cabrones» a ¡vamos a hacer lo mismo que ellos y a darles en toda su modernidad». Y es algo muy incómodo de ver.

Eso sí, todo el mundo calla excepto Alex que se quiere marchar porque no está de acuerdo con la situación, pero Piper le aconseja que no llame la atención y mantenga un perfil bajo, o lo que es lo mismo, que cierre los ojos y aguante vara, no sea que las siguientes que den el espectáculo sean ellas.

Ahora todas sabemos desde la primera temporada que las presas no son hermanitas de la caridad. Que dentro de la prisión hay gente peligrosa y sobre todo sin nada que perder. Algunas porque la sociedad las ha asfixiado a prejuicios, otras por elecciones propias equivocadas, alguna más por accidente, pero todas con una culpa que pagar. Así que verlas desquitarse no es tampoco que nos extrañe, yo tengo que admitir que cierta parte de mí quería que se rebelaran y algo les saliera bien. Ahora todo el rollito de hacerles a lo guardias la «búsqueda anal» me dio muy mal rollo y supongo que lo han hecho adrede para que empaticemos con ellos también.

En mi caso les ha funcionado medianamente porque estos guardias son casi todos nuevos y no les tenemos mucha fobia, porque si se lo hicieran a pornostache seguro que todas les hacíamos la ola. En fin que dio grimita esa parte.

Al final, a pesar del consejo de Piper, Alex decide que ella no aprueba y no quiere formar parte de la situación:

Esto es una puta locura. No quiero ser parte de esta. Muchas de nosotras no hemos hecho nada malo todavía. ¿Por qué deberíamos caer todas solo porque Diaz le disparó a un guardia? Suerte con este circo, yo me marcho.

Y dicho y hecho, sale del lugar más sola que la una, porque Piper se hace chica y se queda dentro. Lo que nos lleva a nuevas noticias que llegan desde afuera, Piscatella está intentando entrar y se arma otra vez el revuelo, pero Gloria pone calma y seso al tumulto y les dice que tienen rehenes, que deben utilizarlos para negociar, pero sobre todo para ganar tiempo en lo que deciden que van a hacer, porque de momento todo es un desmadre.

Taystee, Cindy, Watson y Alison, están sufriendo porque su vídeo contando la verdad sobre lo de Poussey no solo no se ha vuelto viral, sino que han convertido a Cindy en un meme. Algo que a todas les duele en el alma, básicamente porque es un reflejo de lo poco que la sociedad en general se preocupa por ellas y por sus vidas. A la gente la muerte de Poussey les vale, y Taystee no puede con ese conocimiento.

Por eso decide rebelarse, de momento se unirán a las latinas para organizar mejor esta revuelta y conseguir justicia para su amiga. Tengo que comentar que todo el buen rollito que sentí por los guardias se me quitó con estas escenas porque ¡sufro mucho por Taystee! Sobre todo por la sensación de desesperación y vacío que se te queda cuando descubres que no pasa nada. Que te matan a tu mejor amiga de una manera horrible y tiene el mismo impacto en la sociedad que el que a alguien se le caiga un helado, olvidado a los tres segundos.

Por si fuera poco, tenemos que recetarnos al pesado de Humphrey hablando de sus perversiones, porque como lo han sedado no tiene filtro y se pone a contarles a Suzanne y a Maureen diferentes opciones para torturar gente. ¡Este es un asesino múltiple en potencia!

Yo ya pensaba que este, como todos los cabrones, se iba a salir con la suya, porque encima sobrevivió como si nada, pero entonces le empieza a dar una embolia y yo mentiría si no dijera que me alegré. Aunque por otro lado sufrí por Daya, porque eso ya la elevaría a asesina y un montón de años más en la cárcel. En fin que lo bueno es que el tío sigue vivo aunque queda muy tocado del cerebro. Y es entonces cuando nos enteramos de que usando una de las técnicas que él mismo les platicó, Maureen le ha soplado en la vía provocándole la embolia.

Daya también le cuenta a dos de sus amigas latinas que no tiene la pistola y las tres deciden seguir fingiendo que no es así, porque es lo único que mantiene en poder a las latinas.

Otra que no puede parar de llorar es Soso, porque no era suficiente con que le mataran a la novia de una manera horrible, ahora también Judy King se aprovecha de ella. Y es que la convence de dejar la biblioteca para averiguar que está pasando a cambio de prometerle que la protegerá con su vida. Y por supuesto que pasa un kilo de hacerlo y cuando Soso llega ya está echa un desastre y todos libros que tanto amaba Poussey por el piso, rotos, o robados. ¡No hay tregua para ella!

El episodio termina con la sorpresa de que Frieda tiene su propio bunker ¡dentro de la cárcel! Algo que seré franca, me resultó totalmente increíble y loco. Ahora sí que se fumaron algo, pero igual fue guay si lo vemos en plan «es una serie todo puede pasar».

También acabamos con una foto grupal de los guardias desnudos y maniatados que las presas van a utilizar para presionar a los que están fuera a ceder a sus peticiones. ¿Qué peticiones son esas? Pues todavía no se ponen de acuerdo, pero seguro que para el próximo episodio lo tenemos más claro.

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