Una, que se declara súper hater de las series, que pasó de Twin Peaks, que no logra comprender ni el humor ni el éxito de Friends y que incluso se perdió Lost, viene hoy aquí a recomendaros, oh, paradoja, ¡una serie llamada Brave New World!

Brave New World, de David Wiener, es la adaptación de la novela de Aldous Huxley. Pese a un formato que, insisto, encuentro banal y repetitivo, reconozco que la serie resulta más atractiva que el libro. Con todo, no digo que sea mejor, extrae la sustancia del libro, que es muy buena, combina los ingredientes según los cánones ideológicos actuales y los adereza con sexo, intriga y violencia. O sea, el clásico glutamato. El resultado es un producto ultraprocesado y adictivo, un fast food en nueve capítulos.

En Brave New World veréis representada una sociedad supuestamente ideal, poliamorosa, perfectamente estratificada en Alfas (líderes), Betas (trabajadores al servicio de los Alfas), Gammas (subordinados), Deltas y Épsilons (trabajadores menos cualificados). Viven en New London, una ciudad inteligente donde todos están conectados gracias a Indra, una inteligencia artificial responsable de este sistema, en teoría, utópico, donde no existe ni la familia ni la privacidad.

La banda sonora, el vestuario y la puesta en escena resultan brillantes pese a que, en su afán mainstream, la serie se queda en los viejos clichés de la mujer-objeto-en-disputa entre dos hombres (¡dos machos alfa!). Aunque llega a esbozarse una relación feliz (lésbica) entre Lenina, la protagonista, y su colega Janina, no parece querer ir más allá ni ahondar en la complicidad entre ellas. Hay muchos momentos en que te preguntas: pero ¡¿qué ha visto esta mujer en tipos tan idiotas?! ¿Por qué no se va con Janina? Lejos de eso, lo que hacen es disputarse también entre ellas… Porque Lenina no acepta el sistema. La influencia de Bernard, el Salvaje, que viene a poner patas arriba New London, le confirma que existe otra manera de vivir y ella se aferra a ello.

En contraste con la serie, la novela de Aldous Huxley ha envejecido fatal. ¿Por qué? Pues quizá por no contar con un solo personaje femenino creíble. En cambio, la protagonista de la adaptación en formato fast food, además de “neumática” y cañón, como se espera de una mujer de su categoría, demuestra ser empática, inteligente e independiente. Sólo con eso, ya habría valido la pena la adaptación, pero desde luego hay más, y os dejaré descubrirlo.