Bienvenidas nuevamente al mundo de Infidels…la semana pasada nos dejó filosofando sobre las infidelidades virtuales, a Dani todavía enamorada de Arlet, y a Arlet más sola que la una.

Si recordamos bien, y sino yo se los recuerdo, el último episodio terminó con Arlet llamando por teléfono a la siempre enigmática Francina. Bueno, al parecer la susodicha acudió al llamado porque este episodio la vemos en casa de Arlet terminando de vestirse. Cuando Francina se está yendo, Arlet nota que se olvida un foulard (pañuelo en castellano, pero que nivel que le da decirlo en francés) por ahí, y Francina le dice que se lo va a dejar así tiene un motivo para volver pronto.

Al día siguiente con el foulard puesto, Arlet se encuentra con Cruz que ni bien termina de saludarla le pregunta si le ha tocado la lotería. Arlet no entiende porque le pregunta eso, y Cruz le dice que el perfume que lleva puesto es carísimo “Eau de Soir” y que el foulard es de cachemir. Y claro, ella siempre con sus ropas hippies y de repente se le aparece vestida así, como para que la otra no empiece con las preguntas.

Arlet le dice que el foulard no es de ella sino de una amiga. Cruz le dice que entonces su amiga seguramente tiene bastante dinero, porque entre el foulard y el perfume lleva encima unos 1000 euros. Arlet sin poder creerlo le dice que no puede ser, que su amiga es de clase trabajadora, que no está como para llevar 1000 euros encima.

Tal y como prometió Francina, iba a tener un motivo para aparecer pronto, y así lo hace justo cuando Arlet está saliendo al encuentro con sus amigas. Francina le dice que si se va, le va a estar debiendo una…Arlet se pone a oler el foulard y Francina le dice que es su perfume preferido, Dani le dice que se lo va a regalar… sino es caro, y Francina le dice que no se preocupe, que ya tiene quién se lo regale. Obviamente Arlet le pregunta ¿quién? Y Francina con esos aires de enigma constantes que lleva, le dice que está siendo indiscreta. ¡Que pesadez Francina y su personaje misterioso!

Arlet finalmente se reúnen a cenar con sus amigas y con Roberto, un amigo de Cruz. En la cena evidentemente tocan los tópicos habituales, amor y sexo. Se ponen a filosofar sobre cuál será el motivo por el cual siempre se habla de amor y sexo (¿será porque son la sal de la vida? No sé…se me ocurre), Arlet dando muestras de su revolución hormonal incipiente comenta que “ella no pararía”, que si fuera por ella estaría todo el día hablando de sexo y haciéndolo, todo dicho al aire mientras come helado con una angustia oral tremenda.

Al día siguiente Francina parece que se pasó por casa de Arlet a llevarle croissants o algo así, porque es que no me deja ni verlo que ya está comiendo, literalmente…Arlet no deja de llevarse cosas a la boca. Francina le pregunta si hay té y simbolismo mediante (la fanática de los tés era Dani y fue quien convenció a Arlet de tomar té más seguido), no, sólo hay café.

Francina está muy cansada porque estuvo trabajando toda la noche y le dice a Arlet que se va a acostar un ratito, unos 15 minutos, no más. Cuando se va hacia la cama se le cae un reloj, que Arlet recién nota que está en el piso cuando ya lo terminó de pisar. No le dice nada a Francina y lo guarda. En ese momento suena el móvil de la stripper misteriosa y arregla un encuentro para ese día al mediodía con alguien en un hotel.

Arlet con el reloj se dirige a ver a Cruz. Ni bien se lo muestra, Cruz dice “Ah…un Philippe Patek”, porque Cruz es así, te ve y te calcula cuánto dinero llevas puesto. Le dice que ese reloj (como todas suponíamos aún sin saber la marca) es muy caro, Arlet le dice que ya se había fijado en internet. Le pregunta a Cruz sino puede ser falsificado, y Cruz que es una experta le dice que no cree. Le pregunta de donde ha salido y le dice que es de su amiga, la del foulard perfumado. Cruz le pregunta si la conoce y Arlet le dice que es la chica stripper que habían contratado para su despedida de soltera. Cruz le dice casi sin pensarlo que entonces debe ser escort….Arlet no sabe ni lo que está diciendo, entonces le aclara que “prostituta de lujo”, porque con el nivel de vida que lleva, no coincide con lo que pueda ganar como stripper. Arlet le dice que eso es imposible, entonces Cruz le dice que la otra alternativa es que tenga un novio muy rico (la posibilidad de novia rica parece que no es muy común, se ve que en el imaginario todas somos pobres) o es directamente prostituta. A ver, yo entiendo, es lo más fácil de pensar, pero también caben otras posibilidades como “es la heredera de una familia millonaria pero le gusta salir de stripper por las noches”, no sé, cosas que se vienen a mi mente, pero bueno…sigamos.

Con todas estas ideas en su cabeza, más el agregado de la llamada misteriosa que recibió Francina más temprano, Arlet se posiciona enfrente del dichoso hotel que escuchó nombrar en la llamada telefónica. Con la sagacidad de un espía de la KGB se esconde por ahí y se queda observando la escena cuando Francina baja de un taxi, se abraza a un hombre que estaba allí y entran ambos al hotel. Claro, visto así fuera de contexto, todo le da la razón a las teorías de Cruz, ahora nosotras que tenemos más suerte y podemos escuchar a Francina, podemos apreciar como abraza a su padre diciéndole que tenía muchas ganas de verlo.

Ya en su apartamento, Francina y Arlet están brindando por ¿por qué están brindando? ¿Qué pasó y no me enteré? (¿será que la idea de todo el capítulo es hacernos pronunciar francés? croissant, foulard, Eau de Soir, champagne… ¿sigo?), en fin…Arlet le da el reloj a Francina que se alegra porque pensó que lo había perdido. Arlet le pregunta si es un regalo de un cliente, y Francina le pregunta que le quiere decir con eso de “un cliente”, entonces Arlet sin anestesia le pregunta si es escort. Francina se ríe. Arlet se enoja y le pide que no se ría. Le cuenta que esa tarde la vio entrar a un hotel con un hombre mayor. Francina lógicamente le pregunta si la estaba espiando y Arlet le dice que no, que ella “justo pasaba por ahí”.

Arlet comienza a recriminarle que no sabe nada de ella, que mientras ella le puede decir su edad, de que trabaja, donde vive, etcétera, la relación no es recíproca. Francina se ofusca y le pregunta porque quiere saber quién es, que si acaso fuera escort si eso cambiaba las cosas, Arlet le dice que ese no es el tema en discusión ahí, entonces Francina le dice que el problema es que la quiere controlar, y ella eso no se lo va a permitir (A mí Francina me suena a otra de esas traumaditas emocionales que van por ahí sin comprometerse por miedo a que les hagan daño….cliché, cliché…).

Agarra sus cosas y se va, dejando a Arlet sin entender nada y sin respuestas.

Bueno, eso fue todo por hoy, seguramente ya nos enteraremos más sobre la vida de Francina en próximos episodios (porque me temo que este personaje no va a desaparecer justo ahora que lo hicieron tan “interesante”), y espero poder ver más de Dani que se sintió su ausencia este episodio.

¡Hasta la próxima!