Parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que hablamos de las aventuras de Arizona y Eliza en Anatomía de Grey, pero es que ¡no pasaba nada entre ellas! Vamos que ni Arizona tenía historia en los últimos episodios, salía de refilón y no había nada nuevo que contar, pero en este nuevo les han dedicado más tiempo y ha habido más chicha lesbicanaria.

Nuestro episodio comienza con Eliza de vuelta en el hospital. ¡Yuhuuuuuuuu! porque no es por nada pero la mujer había desaparecido misteriosamente, yo empezaba a preocuparme pensando que el estacionamiento del mal que se llevó a Erika para siempre (la primera novia de Callie), se la hubiera tragado también. Pero afortunadamente no fue así y la vemos trabajando a tope junto a Bailey y Webber haciendo la revisión de los residentes.

Tengo un hambre que me muero y tú vas a ser la cena

Luego la vemos encontrarse con Arizona en los pasillos y decirle sin ninguna duda que esa noche se tienen que ver. La rubia está encantada de cenar con su novia, pero Eliza tiene otros planes en mente que incluyen menos ropa y más acción. Arizona se queda un poco duditativa y Eliza sufre porque piensa que a lo mejor no era el momento de hacer esa proposición y su chica necesita más tiempo. Pero todas nos quedamos con la duda porque justo en ese instante aparece un niño por el hospital que aparentemente está solito y obviamente necesita ayuda.

Él dice que no tiene padres, pero está bien vestido y limpio, así que lo doctores de inmediato sospechan que está mintiendo, igual le hacen pruebas y descubren que el pequeño tiene un tumor en el cerebro y necesita cirugía inmediatamente, pero cuando los padres del pequeño llegan, descubrimos que son personas de estas hiper religiosas que piensan que Dios ha decidido así, así que no lo van a operar. WTF! Los doctores no pueden hacer nada porque los padres piden que le den el alta y no hay nada que ellos puedan hacer.

Stephanie intenta en plan reprimenda que la madre entienda que el niño la va a palmar por su culpa, pero Eliza, que iba pasando por ahí se la lleva y le dice que no puede tratar a los pacientes. Luego habla con Webber para decirle que siente que Stephanie necesita ayuda psicológica, que se involucra demasiado con sus pacientes y que cuando murió su novio no hizo terapia, que hay que echarle ojo.

Webber es escéptico porque el mismo ha trabajado con Stephanie durante todo este tiempo y no ha notado nada más allá de lo mucho que la doctora se involucra porque (como nosotras sabemos pero Eliza no) ella misma fue paciente durante mucho tiempo. Él intenta explicarle eso a Eliza sin contarle detalles para no violar la privacidad de la residente, pero ella se queda con la mosca detrás de la oreja.

Igual tampoco medita demasiado sobre el asunto porque se topa en el elevador con Arizona y de inmediato la patinadora le dice que no pueden verse esa noche. Eliza dice que no hay problema, pero se le nota en la cara y la actitud que piensa que Arizona la esta evadiendo porque no está lista para dar ese paso. Eso sí, opta por no presionar.

Arizona entonces se explica mejor, le dice que tiene un paciente que tiene que cuidar toda la noche y ella le responde que lo entiende perfectamente, pero que se siente un poco decepcionada porque realmente le hacía ilusión el plan. Así que Arizona decide que ya es hora de lanzarse al vacío porque lleva en el borde un buen rato y toca mover ficha.

Te busco, todo el día. Cuando… cuando llego a alguna esquina o paso por el cuarto de radiografías o entro en el elevador. Espero que a lo mejor solo… pueda verte al pasar y… cuando te veo, cada vez haces que se me corte la respiración, un poquito: y mi corazón se acelera, me sudan las palmas… Verte, hablarte y… tocarte, es todo en lo que puedo pensar.

Arizona entonces le dice que se muere por esa noche juntas, pero que una más de anticipación no les va a venir mal y para demostrar su punto se acerca a Eliza tan cerca que sus alientos se mezclan, pero en lugar de besarla sale del elevador dejándola con la miel entre los labios y con ganas de salir corriendo a darse una ducha de agua fría jeje.

Eliza enojada es sexy pero da miedito

Después de la ducha, (jeje) Eliza descubre que Karev y Stephanie le han quitado el tumor al niño. Resulta que el peque llegó otra vez solo al hospital y está muy enfermo, así que Karev no puede más y entre él y Stephanie quedan de acuerdo en hacer como que el niño llegó con un ataque y no les quedó más remedio que operarlo.

Eliza se entera a medios chiles y claro, ya no pueden parar la operación, así que se enfada muchísimo y más cuando llegan los padres y el papá amenaza con demandar a todo el hospital por haber pasado de su decisión personal, aunque la madre parece mucho menos enojada.

Las cosas escalan aún más cuando el padre habla con Stephanie. Ella dice que su hijo va a vivir muchos años y él responde que esa decisión le corresponde a él porque es él quien debe cuidar de su hijo. Ella asiente, pero le dice que estaba haciendo mal su trabajo, porque su responsabilidad era que él viviera. Él vuelve a amenazar con demandarlos a todos y ella tira la tablet que traía del cabreo muy pero que muy cerca de su cabeza. Y Eliza lo ve todo.

Eliza habla con Webber y Bailey sobre Stephanie, porque está claro que se ha pasado dos pueblos. Aunque todo hay que decirlo, yo hubiese estado tan cabreada como ella. Igual todos están de acuerdo en que ella es muy buena estudiante, pero disienten en el castigo, Eliza cree que deberían suspenderla pero Bailey y Webber creen que debe asistir a terapia y al final ganan dos a uno.

Y si el elevador y las escaleras eran los lugares de Calzona, yo creo que ya podemos bautizar al estacionamiento como el sitio de Arizona y Eliza, porque es justo ahí donde se encuentran estas dos para irse a su cita. Eliza va renegando porque no entiende todas las oportunidades que le dan a Stephanie y tampoco que Karev pueda hacer lo que se le venga en gana. Y en esas estaba cuando Arizona le pone un alto.

Arizona: Detente, llevo ropa interior super sexy debajo de esta ropa y no puedo dejar de pensar lo de hoy desde ayer. Todo lo que quiero hacer es quitarte toda la ropa y a medida que más hablas de Stephanie y Karev menos ganas me van quedando de eso. Así que, respetuosamente, cállate, solo sube en el coche y vayámonos a casa.

Eliza recibe la noticia con una sonrisa inmensa de felicidad y lo siguiente que vemos es esto:

¡Ala! Estás han cenado muy bien jeje. Y así señoras termina este episodio de Anatomía de Grey. Tengo que admitir que me ha dado gusto ver una escena de sexo entre dos chicas equiparable a las que vemos de heteros en la serie. También es verdad que estos son otros tiempos y que cuando hablábamos de Calzona, por desgracia, una escena así era impensable. Me agrada ver que las cosas están cambiando, lentas pero seguras. ¿Cómo lo han visto chicas? ¿Les ha gustado como se desarrolló la historia?