Out with Dad resumen de episodio 1×07 «Chemistry with Vanessa»

Escrito por: Desiderata

Soy incierta de nacimiento… casi invisible por tímidez, que no afloja ni con el paso de los años. Tengo treintaytantos y escribo a orillas del Tormes. Me gusta encontrar la felicidad en las cosas pequeñas de la vida, cosas que hace que la vida valga la pena. Tengo algunos defectos como lo de ser lectora, serie-adicta y buscadora compulsiva Y cómo diría Juan Gelman “Escribo en el olvido / en cada fuego de la noche / cada rostro de ti.”

Aquí estoy de nuevo, una semana más para hablaros de Rose y su mundo. Debo deciros que este es el penúltimo capítulo de la primera temporada, pero que la segunda temporada está a la vuelta de la esquina, pequeñas mías. Así que sin más ¡here we go! Rose y Vanessa están hablando de cosas muy extrañas, algo llamado matemáticas, química y ciencias: lo siento, son materias totalmente desconocidas para mí. Así que mejor nos vamos a fijar en otras cosas ¿no son monísimas estudiando juntas en el sofá? Porque a mi siempre me decían que estudiar bien era “desgastar los codos”.

La cosa es que cómo Rose es incapaz de entender química Vanessa está dispuesta a explicárselo de otra forma para ayudarla. Pero por más esfuerzo que pone Vanessa en explicar cómo reaccionan los átomos de sodio con los de oxigeno y que así es cómo se obtiene óxido de sodio más cara se le pone a Rose de partícula libre perdida en el espacio exterior. Así que Vanessa lo intenta de otro modo y sigue intentando explicar la cuestión química y a mi me da que Rose en realidad se distrae y está pensando “me gusta Vanessa ¿le gustaré yo a ella?

Porque eso de que la chica que te gusta este hablando de número de átomos delante de ti debe ser muy desconcertante, vamos que solo puedes pensar cosas del estilo de “que bien le queda esa camiseta que lleva hoy”. Lo que sucede es que cuando por fin consigues entender algo que para ti es incomprensible se enciende una lucecita (algo así como en los dibujos animados cuando se le enciende una bombilla al personaje principal).

Y cómo la química para Rose en realidad es una tortura cuando consigue entender lo del óxido de sodio (o lo que sea que haya comprendido porque yo me perdí en el primer símbolo químico) abraza a Vanessa toda feliz. Claro y tanta lógica adquiere la cuestión que a Vanessa le sale de lo más dentro de su “química” plantarle un beso a Rose en toda la boca.

¡Ay! Pequeñas mías, que esto me parece que no hace más que alimentar la confusión y el lío mental y emocional que se tienen estás dos, porque es ahora sí, después no. Me gustas o no me gustas, pero no hablamos de nada. Y así no, queridas, así no hay forma de llegar a nada. Claro que eso de que Rose se quede con cara de ¿qué está pasando? Tampoco ayuda a que la cosa entre ellas avance. No pienso poneros ni una imagen de la madre de Vanessa porque me pone de mal humor, no por eso de ponerse en modo sargento gruñón a preguntar sobre si es así como estudian ellas si no porque ha roto el momento cómplice y eso es ¡imperdonable!

Claro que la mamá de Vanessa en realidad puede ser un poquito más desagradable diciéndole a Rose que cree que es hora de que se marche… Rose dice que sí, y le da otra vez las gracias a Vanessa por su ayuda. Una lástima que no pueda dárselas de nuevo con un beso ¿no os parece? Aunque creo que con las gracias hay otro mensaje, Rose dice “las cosas empiezan a tener sentido realmente”. Y yo que siempre he creído que los besos no necesariamente van unidos a claridad y dar sentido a las cosas… Y mientras Vanessa se queda lidiando con el buen humor de su madre Rose llega a casa de excelente humor. Tanto como “en un doble arco iris de buen humor”, un humor muy lesbicanario diría yo 😉

Mientras Rose habla con su padre de átomos (en realidad está hablando de Vanessa pero lo disfraza de química, a mi no me engaña) recibe un sms de Vanessa porque su mamá sigue dándole la charla sobre eso de estudiar. Rose le dice a su papá que va a dar un último repaso a la química para examen y que se irá pronto a dormir. Lo siguiente que vemos es el sueño de Rose y yo tengo que confesar que yo en el instituto no tenía ese tipo de sueños producidos por estudiar química. Siempre que soñaba con exámenes de química suspendía. Quizá me hubiera ido mejor con una Vanessa en mi vida de instituto ¿verdad?

Rose después de ese sueño tan dulce con Vanessa va a clase de buen humor cuando se encuentra con Kenny ¿os he dicho ya que me cae genial Kenny? La cosa es que Kenny solo quiere saber cómo le va y porque está de tan buen humor pero Rose se enreda en explicar que no entendía nada y que estaban estudiando cuando todo empezó a tener sentido. Pero Kenny no entiende nada cuando de repente aparece Vanessa con una cara muy seria (no es para menos tener una mamá así debe tener efectos secundarios seguro) y le pide a Rose que la deje sola. ¡Ay, ay! Que la cosa se vuelve a torcer #sufrocomomariana y #sufrocomojenny que yo estoy mayor para todo esto y tanto frenazo en las relaciones entre todas estás chicas me parte el corazón.

Kenny pregunta por lo que está pasando, porque no entiende de qué va todo esto, pero es que Rose no sabe tampoco qué está pasando con Vanessa ¿será que la química entre personas no es una ciencia exacta? Porque en realidad esto de los sentimientos a veces nos puede confundir o hacernos sentir confusos. ¿Pensáis que en el último capítulo se resolverá lo que sienten? ¿Hablaran por fin Rose y Vanessa? ¿Sabremos si a Kenny le gusta Rose o será que simplemente son amigos? Os leo la próxima semana ladies.