Buenas, buenas…. ¿preparadas para un capítulo donde nadie va a cantar, ni se va a enredar en las sábanas de su amigo ni ninguna de esas cosas? Genial, entonces arranquemos.

La semana pasada lo último que supimos fue que nuestra confundidísima protagonista había sufrido un episodio de stress que además de hacerla delirar durante casi todo el episodio, nos dejó ¿tranquilas? al verla cantar en el hospital como si esto fuera un musical. Pero nada, que aquí el tiempo pasa rápido, las penas hoy son alegrías y lo que ayer eran locuras hoy son una anécdota.

Malena siguiendo al pie de la letra lo que indicó el Dr.Anónimo del capítulo anterior, se dirige a ver a la Dra. Ema Brosio (Julieta Díaz), especialista en enamorar bellas y confundidas pacientes. Bueno, la verdad que no…mejor les relato como pasaron las cosas.

Malena acude a su consultorio y la recibe Ema con la típica media sonrisa de los médicos, que no te llegan a mostrar todos los dientes porque tampoco es que les contaste un chiste, sino esa media sonrisa como para que te sientas cómoda, aunque nadie esté cómodo en el médico, y ellos lo saben, pero aún así, insisten en ser amables. Ema le hace las preguntas de rigor sobre como se siente, mira su tomografía, pero definitivamente lo que más me llamó la atención fueron las 4 o 5 veces consecutivas que se acomodó el pelo que se le venía sobre la cara, a ver caramba, ¡deje esas manos quietas que me pongo nerviosa!

Al parecer todo los estudios son normales entonces le pide que por favor se siente en la camilla para controlarla un poco. Ahí sigue el interrogatorio:

Ema: ¿Te alimentas bien? ¿Anorexia? ¿Bulimia?
Male: No…pero mal no me vendría un poquito ¿no? (haciéndose la chistosa)
Ema (seria como perro en bote): Nunca es buena la anorexia…

Luego le pide que siga su dedo con la vista sin mover la cabeza, algo que parece súper fácil pero si tenes una chica adelante no sé, no sé, bueno Malena sabe que fácil no es, de hecho tienen que repetirlo porque la vista se quedaba fija en la doctora ¿y el dedo? Bien, gracias. Sigue el control de rutina.

Ema: ¿Tuviste situaciones de tensión últimamente?
Male: Básicamente todo el tiempo, ¿querés que te cuente? ¿Tenes 5 minutos? ¿10? ¿Media hora? Y te cuento.
Ema (sonríe): Acá no, pero si me aceptas que te invite un café…
Male: ¿Qué? (Por favor ¡Malena! ¡No te hagas la mosquita muerta ahora!)
Ema: No…era una broma…

No, no, no, no era una broma, queres que te trague la tierra porque esta mamerta encima que una doctora que está terrible la invita a salir a los 5 minutos de conocerla, ¡se hace la que no entiende nada!

Male: ¿Es una broma? ¿O lo dijiste en serio? (¡Bien! La mamerta va reaccionando)
Ema: No sé, ¿aceptarías? (Pero sí Ema, ¡sino la matamos nosotras!)

Malena acepta (sino ya sabemos que su vida corría peligro) y quedan en verse en 10 minutos a la vuelta del hospital.

Pero bueno, siempre algo o alguien nos tiene que arruinar las cosas o al menos ponerlas en suspenso. Cuando todo se encaminaba al encuentro de las dos, el tío loco de Malena le cuenta que está enfermo, que no puede decir siquiera lo que tiene porque tiene miedo (tiene leucemia), y se larga a llorar. En ese momento llega Ema y Male no tiene más alternativa que decirle que el momento no es el mejor, que tiene una situación familiar que resolver. O sea, más o menos la historia de su vida, sólo que esta vez sólo involucra al tío y no están sus hermanas dando vueltas.

Ema le dice que no se preocupe y Male le anota su número de móvil.

Más adelante vemos a Ema tomando un café y meditando si llama o no llama a Malena. Se la nota super nerviosa pero toma coraje. La llama y le da mil explicaciones para presentarse, como si Malena estuviera recibiendo propuestas de todas las doctoras que la conocen, que a ver, si le cambiaran ese peinado, podría recibirlas seguro, pero así como va, Ema se puede quedar tranquila.

Finalmente y gracias a todas las diosas, Ema y Male se encuentran a tomar algo. Y bueno, si critico el peinado inentendible de Malena (bueno, que el vestuario años sesenta tampoco se entiende), la ropa de la Dra. Ema es… ¿podía estar más tapada?

Malena le comenta algo de su tío, Ema le dice que se siente un poco culpable porque quizá ella quería estar con su tío y no ahí. (No, no, no, una está donde quiere estar Emita). Malena le dice que justamente este tío una vez le dijo que si nos quedamos esperando a que todas las cosas estén resueltas para hacer las cosas que queremos hacer, se nos va a pasar la vida y no vamos a terminar nunca de hacer lo que queremos hacer. Se quedan las dos en silencio mirándose, entonces Male le pregunta si le pasa algo, y Ema (muy nerviosa) le dice que no, que nada grave, que se siente rara porque nunca había hecho esto antes. Malena le pregunta que cosa no hizo antes, y Ema le dice que nunca había salido con una chica.

Malena le dice que más que tomar algo no están haciendo (Uh, pero si hasta el capítulo anterior no sabía ni lo que te gustaba, no sabía si acostarte con Laura, con Damián, con ninguno y cantaba entre camillas disfrazada de enfermera, y ahora es LA experta en relaciones). Ema se ríe y le dice que las dos saben de que está hablando, y Male le dice que sí.

Ema le dice que no sabe que es, pero que ella (Male) tiene algo diferente, que no sabe que es (¡es el peinado! ¡Distrae!), algo que no tienen las otras chicas (¿será el pésimo gusto para vestirse?)…pero que cuando dejó el consultorio no sabia que hacer, si hacer como que nunca había pasado nada, tirar el número que le había dado Male y olvidarse, o llamarla.

Y ahí nuestra Dra. empieza a llorar (¿ven? No hicieron nada todavía y ya estamos llorando, lo nuestro es sufrir y sufrir…pero nada, basta, que la Dra. igual me conmueve…sigo), y le dice que su tío tiene razón, que no se puede esperar para hacer lo que una tiene ganas de hacer.

Male le dice que ella también quiso que se le pasara. Laura le pregunta si fue hace mucho, que cómo lo tomó su familia. Male le dice que fue difícil al principio y luego no fue nada del otro mundo.

Ema le dice que ahí está su problema, su familia, que es muy complicada (Cuidado, Malena todavía no te presentó a la suya), Male le dice que no hay familias normales, pero Ema le dice que el problema es su padre, que es terrible y que si se entera no sabe que podría pasar. (Bueno, ya sabemos a quien vamos a querer ver muerto a futuro chic@s).

Más adelante las vemos paseando por un puentecito bajo la luz de las estrellas, está bien, las estrellas no se ven, pero es de noche, así que habrá estrellas y sino déjenme tranquila con mi fantasía.

Ema le pregunta a Male si quiere que se vuelvan a ver, se ponen de acuerdo que se van a ver al otro día, y miradas que se cruzan, se siente la tensión en el aire, y Male le da un beso. Apenas un beso que dura nada porque Ema la interrumpe para decirle que ahí mejor no porque las podría ver alguien. Male le dice que no hay nadie ahí, y le pregunta sino le gustó.

Ema directamente le responde con otro beso, esta vez un beso en serio, largo, como a nosotras nos gusta. 😀

Y eso fue todo por hoy.

¿Tendrán aunque sea un capítulo íntegro de felicidad? ¿O aparecerá el temido padre de Ema a molestarnos rápido y sin dejarnos disfrutar nada?

La semana que viene tendremos la respuesta (o no).

¡Hasta la próxima!