Una semana más les traigo el motivo por el cual los homicidios se ven desde otro punto de vista, y tranquilas, que ya lo hable con mi psicóloga y es totalmente normal que quiera ver a la guapísima forense trabajar con un muertito o a la policía-voz-sexy empuñando su pistola y cargándose a los malos. Porque así somos, nos gustan las chicas inteligentes, con iniciativa, independientes pero sobre todo y como es el caso de estas mujeres, guapas…

Así que nuestro capítulo como siempre empieza con la que será nuestra muertita numero 1. Y sí, es lo que tienen los homicidios, que puedes estar tan tranquila en tu casa viendo en la tele el tiempo que va a hacer para mañana y de repente… ¡zaaasss! Alguien aparece y termina con tu vida.

Y ajenos a todo se encuentran jugando al beisbol nuestra Jane y su equipo, “los grandes de homicidios” contra… mm en realidad no contra quien juegan, así que diremos contra otros polis fanfarrones y pesaditos que no dejan a mi Rizzoli concentrarse para darle a la pelota. Definitivamente se tendría que dar cuenta que las bolas no son lo suyo… Mientras en el banquillo nos encontramos a su inestimable compañera Maura, con un traje de lo más original, aunque nunca juegue, animándola y y haciendo eso que tan bien sabe la forense, ligar…

De repente Jane llama a una ilusionada Maura porque por una vez la va a dejar jugar, pero no sin antes esta quedar con el chico-hombre este para cenar. Es obvio que Rizzoli vio que andaba coqueteando y la metió a jugar alejándola de la tentación ¿qué otra razón puede haber si nunca juega la chica guapa? ¡¡obvio!! En fin, resulta que la nena es toda una profesional y le da a la bola de primera. Aunque todo es interrumpido por eso que te puede pasar a ti también, que de repente tiren al campo donde estas desde un puente una persona muerta, en este caso es la muertita número 1. Ahora es el momento en que mi Maura me deja como siempre sin palabras, a la hora de sacar conclusiones, aunque no entienda el 70% de lo que diga. Se que a Rizzoli le pasa exactamente igual y se le cae la baba como a mi.

Una vez en la oficina, voz-sexy se encuentra con un antiguo “amigo” de la infancia, bueno, aunque la policía no le perdona lo que le hizo a los 8 años, nada, la nena nos ha salido algo rencorosa. Le llamaremos el tenientito, el cual le dice que se tienen que llevar bien, porque desde ahora es su jefe, cosa que a la morena no le hace ni pizca de gracia.

Así que mejor nos vamos a lo de Maura que está terminando la autopsia. Les ahorro que si traumas para acá, que si contusiones por allí… deducción. Estrangulamiento. Entonces cuando la forense escucha a su amiga quejarse de su nuevo jefe cree saber lo que le sucede y se lo dice tal cual “Ustedes dos os gustáis” Definitivamente lo suyo son los muertitos, pero para nuestra tranquilidad la poli le dice que para nada, que en todo caso le gusta ella… ok eso noooo, pero hubiera estado bien.

Así que todas con planes para esta noche. Una con la familia y otra con el que conoció en el campo de beisbol. La familia de Jane me estresa un poco pero bueno, igual termina siendo mi familia o la de alguna lesbicanaria, así que no diré más. La mamá se queja que siempre este trabajando, es lo que tiene, que no hay un horario de asesinos para matar gente “de 9 de la mañana a 2 está abierto el plazo para matar, pero a partir de las 3 se acabo hasta el día siguiente” Así que de nuevo una llamada de trabajo la salva de la situación e irrita más a su madre.

La policía y la forense ven a una chica muerta en una cama, a la que llamaremos muertita número dos. Dos estrangulamientos en un solo día con el mismo modus operandi. Cuando revisan la base de datos, resulta que hace como 40 años atrás, mujeres con el mismo nombre fueron también estranguladas. Entonces mientras Rizzoli piensa en un imitador, korsak piensa que es el famoso estrangulador de Boston y que el tipo que encerraron en aquellos años no era el verdadero asesino. Aunque Jane no se explica cómo sabe el asesino hasta la posición para dejar los cuerpos, si eso es algo que solo sabe la policía, además el tipo tendría que tener como 60 años.

Mientras para mi desgracia encontramos a una guapísima Maura en su cita. Habla y habla de cositas que hay que prestar mucha atención para entender y de repente el chico-hombre le pregunta lo que a todas nos ronda por la cabeza… “¿Hay algo que no sepas?” Y eso si se ve interrumpido por el beso que le planta este a MI forense. Pero nunca creí que el beso me gustaría y fue así, porque Isles, al ver a su cita tan de cerca, no puede evitar empezar a analizarlo, tanto es así que le diagnostica Síndrome de Marfan. Así que decide irse directo a llamar a su médico dejándola sola en el restaurante.

Mientras Rizzoli se encuentra tratando de explicar a su jefe que el estrangulador de hace años no era el verdadero y ahora ha vuelto, ya que hay detalles que es imposible que sepa su imitador. Pero su jefe, el tenientito no está de acuerdo y piensa que son personas distintas. Pasando dos kilos de lo que le ha dicho su jefe, empieza a indagar en los informes y dan con un poli retirado que trabajó en el caso y nunca creyó que el tipo que detuvieron fuese el verdadero asesino, y aunque al principio no les quiere ayudar, termina aceptando. Mientras tenemos a Maura en su laboratorio haciendo esto…

¿Quién no mira zapatos por internet? Acción que se ve interrumpida por el compañero de Rizzoli, buscando información para el caso. El pobrecito le tiene pánico los muertitos y cada vez que ve a uno termina vomitando todo, así que qué mejor que una terapia de choque. Así que la rubia le da el bisturí para abrir al cuerpo que tiene en la mesa, por suerte para el llega Jane y se va con un miedo…hombres…

Cuando Maura pronuncia las palabras síndrome de Marfan su amiga le responde…”¿lo hiciste otra vez?” así que mi Isles ya tiene carrera en ello, quizás eso quiere decir algo, piensa Maura. Rizzoli no tiene otra cosa que coger un bate de beisbol para dárselo, dice que si batea y demás se sentirá mejor, yo creo que si se comprará esas sandalias azules que le han gustando tanto por internet funcionaria más, pero total, cuando Jane la mira como coge el bate, opta por quitárselo y le da unas pruebas que quiere que analice.

Al día siguiente Rizzoli tiene que escuchar la bronca del tenientito porque la notica del estrangulador ha saltado a la prensa. Al rato, recibe la visita del viejo poli que no quiso ayudarlos en un principio, le da su expediente personal de aquellos años. El señor le pregunta si está casada y esta le responde… ”no, porque cualquier hombre que amara querría que dejara este trabajo y yo amo este trabajo” ¿!¿!¿!¿!¿!Necesitas mas señales?!?!?!? Maura nunca te pedriría que lo dejaras, al contrario, piénsalo Rizzoli, piénsalo, por el bien de mi salud mental.

Mirando y remirando el expediente dan con el nombre de un sospechoso que casualmente llevaba 40 años en la cárcel y salió con la condicional dos días antes que empezaran los asesinatos. Así que voz-sexy, el poli retirado y el compañero guapo de Rizzzoli (y sii, me parece guapo) van a la casa del sospechoso. Sale primero la madre que dice verdades como puños pues su frase hacia la policía es “¿por qué una detective italiana, flaca y lesbiana busca a mi hijo?” seamos sinceras, para mí que solo ha fallado en lo de italiana. El poli mayor y el recién salido de la cárcel también con sus años, empiezan a pegarse en la casa del último. Uno alega que es culpable y el otro inocente.

Dan con otro sospechoso, que estaba en las escenas de los crímenes, y cuando van a su casa, tiene la pared decorada con cientos de fotos de chicas muertas, por lo que derechito a comisaria. Pero él alega que es inocente y que solo es un “fanático de la muerte” y el interrogatorio es interrumpido por nuestra muertita número 3.

Cuando llegan la guapa forense les dice que murió hace una hora, por lo que tienen que descartar al fanático de la muerte. Y otro nombre de mujer que coincide con otra asesinada en los años 60 por el estrangulador. Pero Rizzoli ve una mancha de sangre, por lo que deduce que el asesino podía estar sangrando, por lo que con una simple prueba podría saberse quien es, y así, cuando los resultados confirman que es el tipo que salió de la cárcel hace unos días. A mi Jane el jefecito la quita del caso, ya que está resuelto o eso creen, porque a pesar de todo a ella algo no le cuadra.

Mientras mi Maura se encuentra al poli viejo en la cafetería y al verle un poco mal decide hacerle un chequeo rápido, la forense guapa le pregunta cuando días ha faltado a diálisis, él le responde que ninguno, pero ella sabe que eso no es posible por lo que decide llamar a su médico, cosa que no hace porque el viejete le saca una pistola, a mi Maura, a mi bella Maura!! ¿Cómo se atreve? Pero mi Isles que es muy profesional, le pregunta por qué asesino a las chicas, aunque también le responde, ya que el señorito tiene un desorden obsesivo, se identificó con el estrangulador y se transformó en él.

Entonces llega Jane y ve que el tipejo está apuntando con el pistola al amor de su vida, y mientras ella suelta la pistola como el psicópata le ordena, mi Maura coge un bisturí de la mesa y se lo clava en la pierna mientras la otra con el bate de beisbol le golpea. ¡¡¡¡Que gran equipo que son!!!!

Y que mejor que después de ese subidón de adrenalina se vayan juntas a tomar algo. Jane como es natural le pregunta qué pasó con su última cita, la otra le contesta que la llamó para darle las gracias por el diagnóstico y cuando le pregunta la morena si lo volverá a ver, mi Isles le responde que no sale con pacientes. Después llega el tenientito pidiéndole perdón por la metedura de pata y aprovecha para tirarle los tejos, cosa que hace sonreír enormemente a mi Maura, así que con esa sonrisa me quedo y nos vemos a la próxima.